Imagen: El Mundo / El asesino de Benito Múgica en el juicio |
El juicio queda visto para sentencia, que será pública en los próximos días.
EFE | El Mundo, 2011-03-18
https://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/18/paisvasco/1300443925.html
El jurado del crimen del ex seleccionador de Euskadi de balonmano Benito Múgica, fallecido en 2008 tras recibir 23 puñaladas en su domicilio de Lasarte-Oria (Guipúzcoa), ha encontrado al acusado culpable de un delito de asesinato con las agravantes de alevosía y ensañamiento.
La posible apreciación de ambas agravantes era la principal incógnita del veredicto, dado a conocer a primera hora de la noche de ayer por el jurado, ya que el procesado, un joven riojano que cuando ocurrieron los hechos tenía 24 años, había reconocido la autoría del crimen el primer día del juicio, que comenzó el pasado lunes.
Según han informado hoy fuentes judiciales, en su fallo el tribunal del jurado también ha considerado al procesado responsable de un delito de daños por incendio, asumiendo por completo las tesis defendidas en sus informes finales por la Fiscalía de Guipúzcoa y la acusación particular, ejercida por la hija del fallecido.
En la última sesión de la vista oral, celebrada pasado miércoles, ambas partes explicaron que Benito Múgica, de 60 años, recibió aún con vida gran parte de las 23 puñaladas que le asestó su agresor, hasta que una de ellas, de diez centímetros de profundidad le alcanzó el corazón y lo mató.
En su opinión, esta circunstancia incrementó inútilmente el sufrimiento de la víctima, que además no tuvo oportunidad de defenderse ni de pedir auxilio, ya que se encontraba atada de pies y manos, amordazada y con los ojos vendados, tras lo que prendió fuego a una silla de la vivienda que causó una gran humareda.
Tras la lectura del veredicto y la disolución del jurado, el presidente del tribunal celebró una vistilla en la que las partes adecuaron sus peticiones de condena al fallo del jurado. La Fiscalía solicitó penas que suman 25 años de cárcel para el procesado, la acusación particular 27 y la defensa 21.
Inicialmente, el Ministerio Público reclamaba 40 años y la acusación particular 42 ya que consideraban al inculpado responsable de un delito de asesinato con las agravantes de alevosía y ensañamiento, y de un delito de incendio, aunque tras el juicio sustituyeron este último por un delito de daños por incendio, cuya pena es sensiblemente inferior.
Al término de la vistilla, el presidente del tribunal levantó la sesión y declaró el juicio visto para sentencia que será pública en los próximos días.
El asesinato de Benito Múgica causó gran conmoción en Guipúzcoa, ya que era una persona muy conocida en los ámbitos deportivos de la provincia, después de que en el año 2003 fuera distinguido con el Premio Euskadi del Deporte a la Promoción, Formación y Dedicación, que recibió de manos del entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe.
Además, Múgica había sido seleccionador de Euskadi en varias categorías inferiores de esta disciplina deportiva, y ejerció el cargo de director técnico de la Federación Guipuzcoana de Balonmano que le concedió su insignia de oro a título póstumo y organizó varios partidos de homenaje tras su muerte.
El fallecido trabajó también como profesor de Educación Física en el Colegio La Salle de San Sebastián.
La posible apreciación de ambas agravantes era la principal incógnita del veredicto, dado a conocer a primera hora de la noche de ayer por el jurado, ya que el procesado, un joven riojano que cuando ocurrieron los hechos tenía 24 años, había reconocido la autoría del crimen el primer día del juicio, que comenzó el pasado lunes.
Según han informado hoy fuentes judiciales, en su fallo el tribunal del jurado también ha considerado al procesado responsable de un delito de daños por incendio, asumiendo por completo las tesis defendidas en sus informes finales por la Fiscalía de Guipúzcoa y la acusación particular, ejercida por la hija del fallecido.
En la última sesión de la vista oral, celebrada pasado miércoles, ambas partes explicaron que Benito Múgica, de 60 años, recibió aún con vida gran parte de las 23 puñaladas que le asestó su agresor, hasta que una de ellas, de diez centímetros de profundidad le alcanzó el corazón y lo mató.
En su opinión, esta circunstancia incrementó inútilmente el sufrimiento de la víctima, que además no tuvo oportunidad de defenderse ni de pedir auxilio, ya que se encontraba atada de pies y manos, amordazada y con los ojos vendados, tras lo que prendió fuego a una silla de la vivienda que causó una gran humareda.
Tras la lectura del veredicto y la disolución del jurado, el presidente del tribunal celebró una vistilla en la que las partes adecuaron sus peticiones de condena al fallo del jurado. La Fiscalía solicitó penas que suman 25 años de cárcel para el procesado, la acusación particular 27 y la defensa 21.
Inicialmente, el Ministerio Público reclamaba 40 años y la acusación particular 42 ya que consideraban al inculpado responsable de un delito de asesinato con las agravantes de alevosía y ensañamiento, y de un delito de incendio, aunque tras el juicio sustituyeron este último por un delito de daños por incendio, cuya pena es sensiblemente inferior.
Al término de la vistilla, el presidente del tribunal levantó la sesión y declaró el juicio visto para sentencia que será pública en los próximos días.
El asesinato de Benito Múgica causó gran conmoción en Guipúzcoa, ya que era una persona muy conocida en los ámbitos deportivos de la provincia, después de que en el año 2003 fuera distinguido con el Premio Euskadi del Deporte a la Promoción, Formación y Dedicación, que recibió de manos del entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe.
Además, Múgica había sido seleccionador de Euskadi en varias categorías inferiores de esta disciplina deportiva, y ejerció el cargo de director técnico de la Federación Guipuzcoana de Balonmano que le concedió su insignia de oro a título póstumo y organizó varios partidos de homenaje tras su muerte.
El fallecido trabajó también como profesor de Educación Física en el Colegio La Salle de San Sebastián.
Las acusaciones inciden en el ensañamiento del asesinato de Múgica.
Hablan de un delito de asesinato con las agravantes de alevosía. El ex seleccionador de balonmano recibió las 23 puñaladas estando con vida. La defensa sostiene que fue un robo "chapuza" que acabó con una muerte. Los jurados se retirarán a deliberar a partir de este jueves.
EFE | El Mundo, 2011-03-16
https://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/16/paisvasco/1300288687.html
La Fiscalía y la acusación particular han incidido hoy en la alevosía y el ensañamiento del asesinato de Benito Múgica, quien recibió aún con vida gran parte de las 23 puñaladas que le asestó su agresor, cuya defensa ha mantenido que el crimen fue un robo "chapuza" que acabó con una muerte.
Las partes personadas en el caso han presentado hoy sus conclusiones definitivas y sus informes al jurado en la última sesión del juicio por el asesinato del ex seleccionador de Euskadi de las categorías inferiores de balonmano, quien murió acuchillado en su domicilio de Lasarte-Oria (Gipuzkoa) el 16 de agosto de 2008, mientras se encontraba atado de pies y manos, amordazado y con los ojos vendados.
Tras la confesión de los hechos que hizo el acusado el pasado lunes, el principal interés de las acusaciones durante la jornada de hoy se ha dirigido a dejar patente ante el jurado que, además de asesinar a Múgica, el inculpado, un joven riojano que cuando ocurrieron los hechos tenía 24 años, lo hizo con intención de causarle un sufrimiento innecesario mientras su víctima, de 60 años, se hallaba indefensa y sin posibilidad de pedir auxilio.
De esta manera, quedarían acreditadas las agravantes de ensañamiento y alevosía que reclaman y que, en opinión de la defensa, no concurren en este caso, ya que, según su versión, el acusado tan sólo pretendió robar al fallecido, aunque lo hizo "tan mal" que acabó asesinándolo.
Durante su informe final al jurado, el fiscal ha mantenido que los hechos han quedado "plenamente probados" en el juicio "sin ninguna sombra de duda" ya que, además de la confesión del procesado existen pruebas genéticas que le vinculan a la escena del crimen, como manchas de su sangre en el arma homicida y en un bote de alcohol, y un pelo con su ADN localizado en el piso de Múgica.
El representante del Ministerio Público ha recordado además que la víctima se encontraba atada y amordazada sin ninguna posibilidad de defensa y que en esa situación el procesado le asestó 23 puñaladas que le causaron un sufrimiento físico innecesario, hasta que una de ellas, de diez centímetros de longitud, le afectó al corazón y le causó la muerte.
El fiscal ha mantenido también que hay "pruebas objetivas" de que el inculpado provocó un incendio al rociar con alcohol una butaca a la que luego dio fuego.
La acusación particular, que ejerce la hija del asesinado, ha advertido al jurado de que "la sociedad se tiene que defender y no puede dejar sin castigo un hecho tan execrable como éste", ya que "las pruebas son contundentes".
La defensa, por su parte, ha recordado que desde el primer momento su patrocinado ha reconocido que cometió el asesinato, si bien ha insistido que su intención cuando acudió a la vivienda de Múgica no fue matarlo sino robarle, aunque "lo hizo tan mal que el robo acabó en asesinato".
El defensor también ha restado importancia al incendio provocado por su cliente ya que, en su opinión, no tuvo intención de quemar toda la casa, pues en ese caso, habría acudido al lugar pertrechado con un bote de gasolina.
Tras la intervención de las partes, el presidente del tribunal ha dado la última palabra al acusado, quien ha insistido en que su intención fue la de robar a Múgica pero, según ha dicho, le salió "todo mal". "Sólo quería que se callara. Me volví loco en ese momento, pasó lo que pasó y ya está", ha concluido.
Antes de los informes, el fiscal y la acusación particular han calificado los hechos como constitutivos de un delito de asesinato con las agravantes de alevosía y ensañamiento y de un delito de daños por incendio, lo que abre la puerta a la posibilidad de una condena menor para el acusado que los 40 y los 42 años de prisión que pedían inicialmente, cuando consideraron lo ocurrido como un delito de incendio que conlleva una pena mayor.
Las partes personadas en el caso han presentado hoy sus conclusiones definitivas y sus informes al jurado en la última sesión del juicio por el asesinato del ex seleccionador de Euskadi de las categorías inferiores de balonmano, quien murió acuchillado en su domicilio de Lasarte-Oria (Gipuzkoa) el 16 de agosto de 2008, mientras se encontraba atado de pies y manos, amordazado y con los ojos vendados.
Tras la confesión de los hechos que hizo el acusado el pasado lunes, el principal interés de las acusaciones durante la jornada de hoy se ha dirigido a dejar patente ante el jurado que, además de asesinar a Múgica, el inculpado, un joven riojano que cuando ocurrieron los hechos tenía 24 años, lo hizo con intención de causarle un sufrimiento innecesario mientras su víctima, de 60 años, se hallaba indefensa y sin posibilidad de pedir auxilio.
De esta manera, quedarían acreditadas las agravantes de ensañamiento y alevosía que reclaman y que, en opinión de la defensa, no concurren en este caso, ya que, según su versión, el acusado tan sólo pretendió robar al fallecido, aunque lo hizo "tan mal" que acabó asesinándolo.
Durante su informe final al jurado, el fiscal ha mantenido que los hechos han quedado "plenamente probados" en el juicio "sin ninguna sombra de duda" ya que, además de la confesión del procesado existen pruebas genéticas que le vinculan a la escena del crimen, como manchas de su sangre en el arma homicida y en un bote de alcohol, y un pelo con su ADN localizado en el piso de Múgica.
El representante del Ministerio Público ha recordado además que la víctima se encontraba atada y amordazada sin ninguna posibilidad de defensa y que en esa situación el procesado le asestó 23 puñaladas que le causaron un sufrimiento físico innecesario, hasta que una de ellas, de diez centímetros de longitud, le afectó al corazón y le causó la muerte.
El fiscal ha mantenido también que hay "pruebas objetivas" de que el inculpado provocó un incendio al rociar con alcohol una butaca a la que luego dio fuego.
La acusación particular, que ejerce la hija del asesinado, ha advertido al jurado de que "la sociedad se tiene que defender y no puede dejar sin castigo un hecho tan execrable como éste", ya que "las pruebas son contundentes".
La defensa, por su parte, ha recordado que desde el primer momento su patrocinado ha reconocido que cometió el asesinato, si bien ha insistido que su intención cuando acudió a la vivienda de Múgica no fue matarlo sino robarle, aunque "lo hizo tan mal que el robo acabó en asesinato".
El defensor también ha restado importancia al incendio provocado por su cliente ya que, en su opinión, no tuvo intención de quemar toda la casa, pues en ese caso, habría acudido al lugar pertrechado con un bote de gasolina.
Tras la intervención de las partes, el presidente del tribunal ha dado la última palabra al acusado, quien ha insistido en que su intención fue la de robar a Múgica pero, según ha dicho, le salió "todo mal". "Sólo quería que se callara. Me volví loco en ese momento, pasó lo que pasó y ya está", ha concluido.
Antes de los informes, el fiscal y la acusación particular han calificado los hechos como constitutivos de un delito de asesinato con las agravantes de alevosía y ensañamiento y de un delito de daños por incendio, lo que abre la puerta a la posibilidad de una condena menor para el acusado que los 40 y los 42 años de prisión que pedían inicialmente, cuando consideraron lo ocurrido como un delito de incendio que conlleva una pena mayor.
El presidente del tribunal entregará mañana a mediodía el objeto del veredicto a los jurados, quienes a partir de ese momento se retirarán a deliberar hasta emitir su fallo.
El acusado reconoce que mató al ex seleccionador de Euskadi de balonmano.
EFE | El Mundo, 2011-03-14
https://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/14/paisvasco/1300121701.html
El asesino de Benito Múgica, el seleccionador de las categorías inferiores de la selección autonómica de balonmano de Euskadi, ha admitido hoy ser el autor de las múltiples puñaladas que sufrió el fallecido, al que previamente amordazó y ató de pies y manos.
La confesión del acusado ha condicionado la primera jornada del juicio con jurado que a lo largo de los próximos días se celebrará en la Sección Primera de la Audiencia de Guipúzcoa por este crimen, por el que la Fiscalía solicita 40 años de cárcel, mientras que la acusación particular eleva su petición hasta los 42 años.
En esta primera sesión de la vista, la defensa ha explicado que su cliente no niega que actuó con intención de robar a Benito Múgica, si bien mantiene que lo hizo sin "ánimo" de matarlo, algo que intentará probar en las próximas jornadas del juicio.
No obstante, las respuestas del imputado al interrogatorio del Fiscal han disipado ya las principales incógnitas del caso, al explicar que el 16 de agosto de 2008 acudió al domicilio de Múgica, situado en Lasarte-Oria, lo ató de pies y manos con unas bridas, lo amordazó y le vendó los ojos con unos trapos, tras lo que le agredió con un arma blanca "repetidamente" en diferentes partes del cuerpo, hasta en 23 ocasiones según el Ministerio Público.
Aunque en la vista el encausado ha dicho desconocer la cantidad de puñaladas que asestó a Múgica, éste presentaba cinco heridas en la cara, dos en el cuello, cuatro en el pecho, una en el brazo izquierdo y once en el abdomen. En concreto, una de ellas, de diez centímetros de profundidad, alcanzó su corazón y fue la que le causó la muerte.
El procesado ha reconocido asimismo que intentó incendiar la vivienda rociando con alcohol una silla a la que prendió fuego. Tras esta breve declaración, en la que también ha respondido afirmativamente a una pregunta directa de la acusación particular sobre sí reconocía los hechos, el encausado, que cuando ocurrieron los hechos tenía 24 años, ha pedido perdón a la familia del asesinado y ha dicho sentir "mucho" el "daño" causado.
Tras esta declaración, el presidente del tribunal ha levantado hasta mañana la sesión del juicio, que tras la confesión del acusado tendrá una duración inferior a la inicialmente prevista.
En cualquier caso, las próximas jornadas serán especialmente relevantes para dilucidar el ánimo de matar del procesado, inexistente según la defensa, y que, en opinión de la Fiscalía y la acusación particular, queda patente por el supuesto ensañamiento que supone asestar hasta 23 puñaladas a una persona, lo que podría agravar la condena que en su caso se imponga.
Otra cuestión que centrará el juicio será el incendio de una butaca por parte del acusado, ya que el fuego, que originó abundante humo que se extendió por todo el bloque de viviendas donde en ese momento había varias personas, es otra circunstancia que, en su caso, podría incrementar una eventual condena.
Un tercer aspecto de relevancia pendiente serán las pruebas genéticas obtenidas en el caso, pues el arresto del imputado, que tuvo lugar el 6 septiembre de 2008, fue posible gracias a una investigación en la que, según informó entonces el departamento vasco de Interior, la Ertzaintza fue descartando sospechosos gracias a rastros de ADN y dactilares, además de otras evidencias.
La muerte de Benito Múgica Illarramendi, de 60 años y padre de una hija, causó gran conmoción en Guipúzcoa, ya que era una persona muy conocida en los ámbitos deportivos de la provincia.
En el año 2003 había sido distinguido con el Premio Euskadi del Deporte a la Promoción, Formación y Dedicación, que recibió de manos del entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe.
Además, fue seleccionador de Euskadi en varias categorías inferiores de balonmano y ejerció el cargo de director técnico de la Federación Guipuzcoana de este deporte que le concedió su insignia de oro a título póstumo y organizó varios partidos de homenaje tras su muerte. El fallecido trabajó también como profesor de Educación Física en el Colegio La Salle de San Sebastián.
La confesión del acusado ha condicionado la primera jornada del juicio con jurado que a lo largo de los próximos días se celebrará en la Sección Primera de la Audiencia de Guipúzcoa por este crimen, por el que la Fiscalía solicita 40 años de cárcel, mientras que la acusación particular eleva su petición hasta los 42 años.
En esta primera sesión de la vista, la defensa ha explicado que su cliente no niega que actuó con intención de robar a Benito Múgica, si bien mantiene que lo hizo sin "ánimo" de matarlo, algo que intentará probar en las próximas jornadas del juicio.
No obstante, las respuestas del imputado al interrogatorio del Fiscal han disipado ya las principales incógnitas del caso, al explicar que el 16 de agosto de 2008 acudió al domicilio de Múgica, situado en Lasarte-Oria, lo ató de pies y manos con unas bridas, lo amordazó y le vendó los ojos con unos trapos, tras lo que le agredió con un arma blanca "repetidamente" en diferentes partes del cuerpo, hasta en 23 ocasiones según el Ministerio Público.
Aunque en la vista el encausado ha dicho desconocer la cantidad de puñaladas que asestó a Múgica, éste presentaba cinco heridas en la cara, dos en el cuello, cuatro en el pecho, una en el brazo izquierdo y once en el abdomen. En concreto, una de ellas, de diez centímetros de profundidad, alcanzó su corazón y fue la que le causó la muerte.
El procesado ha reconocido asimismo que intentó incendiar la vivienda rociando con alcohol una silla a la que prendió fuego. Tras esta breve declaración, en la que también ha respondido afirmativamente a una pregunta directa de la acusación particular sobre sí reconocía los hechos, el encausado, que cuando ocurrieron los hechos tenía 24 años, ha pedido perdón a la familia del asesinado y ha dicho sentir "mucho" el "daño" causado.
Tras esta declaración, el presidente del tribunal ha levantado hasta mañana la sesión del juicio, que tras la confesión del acusado tendrá una duración inferior a la inicialmente prevista.
En cualquier caso, las próximas jornadas serán especialmente relevantes para dilucidar el ánimo de matar del procesado, inexistente según la defensa, y que, en opinión de la Fiscalía y la acusación particular, queda patente por el supuesto ensañamiento que supone asestar hasta 23 puñaladas a una persona, lo que podría agravar la condena que en su caso se imponga.
Otra cuestión que centrará el juicio será el incendio de una butaca por parte del acusado, ya que el fuego, que originó abundante humo que se extendió por todo el bloque de viviendas donde en ese momento había varias personas, es otra circunstancia que, en su caso, podría incrementar una eventual condena.
Un tercer aspecto de relevancia pendiente serán las pruebas genéticas obtenidas en el caso, pues el arresto del imputado, que tuvo lugar el 6 septiembre de 2008, fue posible gracias a una investigación en la que, según informó entonces el departamento vasco de Interior, la Ertzaintza fue descartando sospechosos gracias a rastros de ADN y dactilares, además de otras evidencias.
La muerte de Benito Múgica Illarramendi, de 60 años y padre de una hija, causó gran conmoción en Guipúzcoa, ya que era una persona muy conocida en los ámbitos deportivos de la provincia.
En el año 2003 había sido distinguido con el Premio Euskadi del Deporte a la Promoción, Formación y Dedicación, que recibió de manos del entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe.
Además, fue seleccionador de Euskadi en varias categorías inferiores de balonmano y ejerció el cargo de director técnico de la Federación Guipuzcoana de este deporte que le concedió su insignia de oro a título póstumo y organizó varios partidos de homenaje tras su muerte. El fallecido trabajó también como profesor de Educación Física en el Colegio La Salle de San Sebastián.
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