Imagen: El Periódico / Edinson Cavani, del PSG, con el brazalete arcoíris |
La Liga profesional pretende crear un sistema para denunciar insultos racistas, sexistas y homófobos. En Francia, más de la mitad de las personas del colectivo LGTB ha sufrido alguna agresión en su vida.
Eva Cantón | El Periódico, 2019-05-19
https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20190519/el-futbol-frances-quiere-luchar-contra-la-homofobia-7456490
La Liga de fútbol profesional francesa (LFP) invitó a los entrenadores, capitanes y árbitros que el viernes y sábado pasados pisaron el terreno de juego a llevar un brazalete con los colores del arco iris (símbolo de las reivindicaciones del colectivo LGTB) para hacer visible su compromiso en la lucha contra la homofobia en los estadios.
La iniciativa, adoptada coincidiendo con el Día Mundial contra la Homofobia (celebrado el pasado 17 de mayo), forma parte de un plan más amplio, que entre otras cosas contempla sanciones a los clubes deportivos, diseñado por la LFP en colaboración con la asociación SOS Homofobia, Foot Ensemble y el club de fútbol parisino PanamBoyz&Girlz United.
"Hay que poner en marcha un sistema para erradicar de manera definitiva la actitud nefasta de determinados individuos", declaró la presidenta de la LFP, Nathalie Boy de la Tour, en la presentación del plan.
En Francia, más de la mitad de las personas del colectivo LGTB (homosexuales, bisexuales y transgénero) han sufrido algún tipo de agresión a lo largo de su vida, según un estudio del Instituto Ifop y la asociación Jasmin Roy Sophie Desmarais elaborado junto a la Fundación Jean Jaurès y la Delegación interministerial de la lucha contra el racismo, el antisemitismo y el odio anti-LGTB.
Siete de cada 10 personas LGTB admiten que, para evitar ser blanco de actos violentos, actúan de manera discreta sin mostrar su orientación sexual públicamente en su vida cotidiana. Ese porcentaje se eleva al 85% cuando se trata de personas que han sufrido algún tipo de discriminación en su vida.
Entre las personas LGTB agredidas en los últimos 12 meses, el 91% reconoce que ha modificado su comportamiento diario. Evitan besarse en público o darse la mano, y la mitad de los encuestados dicen que no se atreven a que sus vecinos les vean con su pareja. El temor a ser víctima de actos homófobos les obliga a evitar determinadas calles o barrios y a no regresar solos a casa.
Perfil del agresor
El sondeo revela que al 16% le gustaría dejar la ciudad en la que vive por el clima de hostilidad hacia su orientación sexual, y el 15% de los estudiantes LGTB desearía cambiar de centro escolar por la misma razón.
En cuanto al perfil de los agresores, el estudio muestra que en tres de cada cuatro casos se trata de un hombre menor de 30 años que actúa en grupo. De hecho, en el 60% de los casos, el agredido se encuentra frente a una banda en la que actúan uno o varios individuos. "El efecto del grupo se manifiesto. Se crea una dinámica en la que se le da a los agresores una sensación de legitimidad", señala la codirectora del Observatorio LGTB de la Fundación Jean Jaurès.
Otro dato de la encuesta es que la tentación de acabar con su vida es mayor en este colectivo que en el resto de la población. El 60% de las víctimas de una agresión física en el último año han pensado en suicidarse (la media en el resto de la población francesa es del 4,7%) y el 51% declara haberlo intentado alguna vez.
"Año negro"
"El 2018 fue un año negro en Francia" para las personas LGTB, según Joël Deumier, presidente de SOS Homofobia, asociación que también ha publicado esta semana su informe anual sobre los actos homófobos basándose en los testimonios recogidos on line.
En total se han reseñado 1.905 actos de este tipo en todo el país, un 15% más que en el 2017. El aumento en el número de agresiones se debe a que las víctimas ya no se esconden y se atreven a publicarlas en las redes sociales.
"Es dramático, pero es sano. Eso significa que la homofobia no se niega", señala en la emisora France Info el presidente de la asociación, que reclama al Gobierno aplicar todas las medidas anunciadas a finales del 2018. Otro dato preocupante es que los actos contra las lesbianas se han disparado un 42%.
La iniciativa, adoptada coincidiendo con el Día Mundial contra la Homofobia (celebrado el pasado 17 de mayo), forma parte de un plan más amplio, que entre otras cosas contempla sanciones a los clubes deportivos, diseñado por la LFP en colaboración con la asociación SOS Homofobia, Foot Ensemble y el club de fútbol parisino PanamBoyz&Girlz United.
"Hay que poner en marcha un sistema para erradicar de manera definitiva la actitud nefasta de determinados individuos", declaró la presidenta de la LFP, Nathalie Boy de la Tour, en la presentación del plan.
En Francia, más de la mitad de las personas del colectivo LGTB (homosexuales, bisexuales y transgénero) han sufrido algún tipo de agresión a lo largo de su vida, según un estudio del Instituto Ifop y la asociación Jasmin Roy Sophie Desmarais elaborado junto a la Fundación Jean Jaurès y la Delegación interministerial de la lucha contra el racismo, el antisemitismo y el odio anti-LGTB.
Siete de cada 10 personas LGTB admiten que, para evitar ser blanco de actos violentos, actúan de manera discreta sin mostrar su orientación sexual públicamente en su vida cotidiana. Ese porcentaje se eleva al 85% cuando se trata de personas que han sufrido algún tipo de discriminación en su vida.
Entre las personas LGTB agredidas en los últimos 12 meses, el 91% reconoce que ha modificado su comportamiento diario. Evitan besarse en público o darse la mano, y la mitad de los encuestados dicen que no se atreven a que sus vecinos les vean con su pareja. El temor a ser víctima de actos homófobos les obliga a evitar determinadas calles o barrios y a no regresar solos a casa.
Perfil del agresor
El sondeo revela que al 16% le gustaría dejar la ciudad en la que vive por el clima de hostilidad hacia su orientación sexual, y el 15% de los estudiantes LGTB desearía cambiar de centro escolar por la misma razón.
En cuanto al perfil de los agresores, el estudio muestra que en tres de cada cuatro casos se trata de un hombre menor de 30 años que actúa en grupo. De hecho, en el 60% de los casos, el agredido se encuentra frente a una banda en la que actúan uno o varios individuos. "El efecto del grupo se manifiesto. Se crea una dinámica en la que se le da a los agresores una sensación de legitimidad", señala la codirectora del Observatorio LGTB de la Fundación Jean Jaurès.
Otro dato de la encuesta es que la tentación de acabar con su vida es mayor en este colectivo que en el resto de la población. El 60% de las víctimas de una agresión física en el último año han pensado en suicidarse (la media en el resto de la población francesa es del 4,7%) y el 51% declara haberlo intentado alguna vez.
"Año negro"
"El 2018 fue un año negro en Francia" para las personas LGTB, según Joël Deumier, presidente de SOS Homofobia, asociación que también ha publicado esta semana su informe anual sobre los actos homófobos basándose en los testimonios recogidos on line.
En total se han reseñado 1.905 actos de este tipo en todo el país, un 15% más que en el 2017. El aumento en el número de agresiones se debe a que las víctimas ya no se esconden y se atreven a publicarlas en las redes sociales.
"Es dramático, pero es sano. Eso significa que la homofobia no se niega", señala en la emisora France Info el presidente de la asociación, que reclama al Gobierno aplicar todas las medidas anunciadas a finales del 2018. Otro dato preocupante es que los actos contra las lesbianas se han disparado un 42%.
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