El Español / El falso agredido en Malasaña // |
El joven de Malasaña se derrumbó tras intervenir un comisario formado por el FBI en negociación.
Una treintena de agentes llevaba tres días trabajando en el caso y no había ni rastro de los ocho encapuchados. Ni testimonios, ni grabaciones, ni nada.
Jaime Susanna | El Español, 2021-09-10
https://www.elespanol.com/reportajes/20210910/malasana-derrumbo-intervenir-comisario-formado-fbi-negociacion/610690286_0.html
Faltaban pocas horas para la manifestación de este miércoles, convocada para condenar una terrible agresión homófoba en pleno centro de Madrid. Aún no se sabía que esa agresión nunca tuvo lugar. El joven denunciante, de 20 años, volvió a la comisaría del Distrito Centro (calle Leganitos) para explicar otra vez lo sucedido. Una treintena de agentes llevaba tres días trabajando y no había ni rastro de los ocho encapuchados.
Ninguna de las 11 cámaras cercanas a su casa vio nada. Tampoco los cientos de balcones que tiene la calle de “suceso”. Ningún vecino, ni siquiera la familia que vive en el primero, oyó un solo grito. Los agentes, la prensa y hasta la opinión pública ya empezaban a sospechar de la veracidad de ese relato.
En la comisaría de Leganitos, el miércoles por la tarde, por fin se descubrió el pastel. Varios agentes interrogaron otra vez al joven denunciante, a la “víctima” que llevaba tres días sosteniendo una mentira. Finalmente, el propio comisario tomó las riendas del interrogatorio. Este hombre, formado por el FBI como negociador, zanjó el asunto y sonsacó al joven la verdad que ya todos sabemos.
"Vamos a parar esto"
El comisario apeló a su sentido común. “Vamos a parar esto”, le dijo, según revela este jueves el diario Nius. Le dijo que la manifestación empezaría en pocas horas y que con los ánimos tan caldeados, podría haber incidentes y cargas. Finalmente, el joven denunciante se desmoronó y confesó.
Se lo inventó todo para que su novio no supiera que le había sido infiel. Durante este miércoles y este jueves se ha especulado que el joven podría ser trabajador sexual, pero ninguna fuente oficial ha confirmado este detalle. La policía sí pudo constatar que las agresiones fueron consentidas, que el "marcaje" de "maricón" en los glúteos se lo dejó hacer. Fue fruto de un encuentro sexual y sadomasoquista con otras dos personas.
Esta confesión fue posible gracias a la intervención de este policía, la máxima autoridad de una de las comisarías más importantes de Madrid. Este hombre ha bregado con secuestradores, extorsionadores y todo tipo de delincuentes a los que se les presupone más dureza que al joven denunciante.
Horas más tarde, la manifestación se celebró igualmente, por el repunte de agresiones homófobas reales que se está viviendo en España. "Que una mentira no calle tu verdad", señalaba una pancarta de la manifestación. “Que el árbol no nos impida ver el bosque”, tuiteó la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Poco antes de que empezara la manifestación, el falso agredido salió de su portal de Malasaña ante la mirada de este periodista y un equipo de Cuatro al Día. "Sólo quiero que me trague la tierra; lo habéis tergiversado todo", dijo a los periodistas. Seguramente, nunca pensó que esta mentira se fuera a ir tanto de manos. Confesó que solo quería estar con su familia y entró directo y cabizbajo al metro de Tribunal.
La salvadora ficticia
Este jueves también se ha conocido el contenido de la denuncia que el joven presentó días antes ante la Policía. Lo ha dado a conocer el programa ‘Espejo Público’ y el relato es el siguiente: "Serían las 17:15 h de la tarde y al llegar a la puerta de mi casa, observo a ocho individuos corriendo hacia mi de frente. Iban de negro, con sudaderas negras y una capucha blanca. Yo abro el portal y ellos entran el interior. Entonces yo entro también. Están parados, se me quedan mirando y me dicen 'maricón, que eres un maricón, maricón'. Y yo les respondo: '¿Y qué?'”.
“Entonces se abalanzan sobre mí, me ponen contra la pared, me colocan una navaja en el cuello y la boca y me dicen 'si hablas te apuñalo la boca'. Entonces me tiran al suelo. Uno se sienta sobre mi espalda y otros me agarran piernas y brazos para inmovilizarme. Me arrancan la camisa y la gorra. Entonces me bajan el pantalón y la ropa interior mientras me gritan: 'Maricón, comemierda, asqueroso' y dicen algo del anticristo. Entonces empiezan a rajarme en los dos cachetes del culo”.
En ese momento, entra en juego una persona que nadie ha conseguido localizar porque, igual que los encapuchados, nunca existió: “Una señora mayor desde la calle ve lo que está pasando en el portal, golpea el cristal y grita: '¿Qué hacéis? ¡Dejadlo!'. Entonces me sueltan y salen corriendo. Me salvó esa mujer. Al liberarme me fui a casa y al llegar llamé a mi novio, le dije que cogiese cosas para coserme las heridas del culo y le conté lo sucedido. Cuando venía para casa se encontró a una pareja de policías y les contó lo sucedido. Ellos le recomendaron que fuéramos a un centro médico y luego a denunciar a la policía. Entonces nos fuimos a la Fundación Jiménez Díaz".
Repercusiones inesperadas
Esta agresión homófoba había despertado la indignación de miles de madrileños y miembros de la comunidad LGTBI, que veían impotentes cómo se les arrebataba un espacio seguro y gayfriendly como Malasaña. La Policía movilizó a miembros de la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional, encargada de investigar el terrorismo y otros delitos de organizaciones radicales.
Asimismo, Sánchez convocó para este viernes una reunión urgente de la Comisión de seguimiento del plan de lucha contra los delitos de odio y va a solicitar también al Congreso y a los grupos parlamentarios que aceleren al máximo la tramitación de la ley para la igualdad de trato y la no discriminación, la conocida como ley Zerolo. Esa reunión se va a mantener, según declaró el presidente tras conocer la falsedad de la denuncia.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, denunció este miércoles el "señalamiento" que ha sufrido estos días la ciudad de Madrid por parte de los grupos de izquierda. PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos usaron esta para cargar contra Vox y su "discurso de odio", así como contra la "complicidad" de Isabel Díaz Ayuso y la "equidistancia" de Almeida.
Tanto el PP como Vox condenaron la agresión, si bien es cierto que el secretario general del partido de ultraderecha, Javier Ortega Smith, lo relacionó directamente con la inmigración ilegal. “Lo que pedimos es que la información se diga claramente: la violencia tiene una causa directa con la entrada masiva de inmigración ilegal", afirmó en una entrevista en Televisión Española. Finalmente, no hubo inmigrantes, ni encapuchados, ni agresión, ni nada. Y eso se ha sabido gracias a un comisario con ‘mano izquierda’ —en jerga torera, no ideológica— que sacó la verdad usando la cabeza.
Ninguna de las 11 cámaras cercanas a su casa vio nada. Tampoco los cientos de balcones que tiene la calle de “suceso”. Ningún vecino, ni siquiera la familia que vive en el primero, oyó un solo grito. Los agentes, la prensa y hasta la opinión pública ya empezaban a sospechar de la veracidad de ese relato.
En la comisaría de Leganitos, el miércoles por la tarde, por fin se descubrió el pastel. Varios agentes interrogaron otra vez al joven denunciante, a la “víctima” que llevaba tres días sosteniendo una mentira. Finalmente, el propio comisario tomó las riendas del interrogatorio. Este hombre, formado por el FBI como negociador, zanjó el asunto y sonsacó al joven la verdad que ya todos sabemos.
"Vamos a parar esto"
El comisario apeló a su sentido común. “Vamos a parar esto”, le dijo, según revela este jueves el diario Nius. Le dijo que la manifestación empezaría en pocas horas y que con los ánimos tan caldeados, podría haber incidentes y cargas. Finalmente, el joven denunciante se desmoronó y confesó.
Se lo inventó todo para que su novio no supiera que le había sido infiel. Durante este miércoles y este jueves se ha especulado que el joven podría ser trabajador sexual, pero ninguna fuente oficial ha confirmado este detalle. La policía sí pudo constatar que las agresiones fueron consentidas, que el "marcaje" de "maricón" en los glúteos se lo dejó hacer. Fue fruto de un encuentro sexual y sadomasoquista con otras dos personas.
Esta confesión fue posible gracias a la intervención de este policía, la máxima autoridad de una de las comisarías más importantes de Madrid. Este hombre ha bregado con secuestradores, extorsionadores y todo tipo de delincuentes a los que se les presupone más dureza que al joven denunciante.
Horas más tarde, la manifestación se celebró igualmente, por el repunte de agresiones homófobas reales que se está viviendo en España. "Que una mentira no calle tu verdad", señalaba una pancarta de la manifestación. “Que el árbol no nos impida ver el bosque”, tuiteó la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Poco antes de que empezara la manifestación, el falso agredido salió de su portal de Malasaña ante la mirada de este periodista y un equipo de Cuatro al Día. "Sólo quiero que me trague la tierra; lo habéis tergiversado todo", dijo a los periodistas. Seguramente, nunca pensó que esta mentira se fuera a ir tanto de manos. Confesó que solo quería estar con su familia y entró directo y cabizbajo al metro de Tribunal.
La salvadora ficticia
Este jueves también se ha conocido el contenido de la denuncia que el joven presentó días antes ante la Policía. Lo ha dado a conocer el programa ‘Espejo Público’ y el relato es el siguiente: "Serían las 17:15 h de la tarde y al llegar a la puerta de mi casa, observo a ocho individuos corriendo hacia mi de frente. Iban de negro, con sudaderas negras y una capucha blanca. Yo abro el portal y ellos entran el interior. Entonces yo entro también. Están parados, se me quedan mirando y me dicen 'maricón, que eres un maricón, maricón'. Y yo les respondo: '¿Y qué?'”.
“Entonces se abalanzan sobre mí, me ponen contra la pared, me colocan una navaja en el cuello y la boca y me dicen 'si hablas te apuñalo la boca'. Entonces me tiran al suelo. Uno se sienta sobre mi espalda y otros me agarran piernas y brazos para inmovilizarme. Me arrancan la camisa y la gorra. Entonces me bajan el pantalón y la ropa interior mientras me gritan: 'Maricón, comemierda, asqueroso' y dicen algo del anticristo. Entonces empiezan a rajarme en los dos cachetes del culo”.
En ese momento, entra en juego una persona que nadie ha conseguido localizar porque, igual que los encapuchados, nunca existió: “Una señora mayor desde la calle ve lo que está pasando en el portal, golpea el cristal y grita: '¿Qué hacéis? ¡Dejadlo!'. Entonces me sueltan y salen corriendo. Me salvó esa mujer. Al liberarme me fui a casa y al llegar llamé a mi novio, le dije que cogiese cosas para coserme las heridas del culo y le conté lo sucedido. Cuando venía para casa se encontró a una pareja de policías y les contó lo sucedido. Ellos le recomendaron que fuéramos a un centro médico y luego a denunciar a la policía. Entonces nos fuimos a la Fundación Jiménez Díaz".
Repercusiones inesperadas
Esta agresión homófoba había despertado la indignación de miles de madrileños y miembros de la comunidad LGTBI, que veían impotentes cómo se les arrebataba un espacio seguro y gayfriendly como Malasaña. La Policía movilizó a miembros de la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional, encargada de investigar el terrorismo y otros delitos de organizaciones radicales.
Asimismo, Sánchez convocó para este viernes una reunión urgente de la Comisión de seguimiento del plan de lucha contra los delitos de odio y va a solicitar también al Congreso y a los grupos parlamentarios que aceleren al máximo la tramitación de la ley para la igualdad de trato y la no discriminación, la conocida como ley Zerolo. Esa reunión se va a mantener, según declaró el presidente tras conocer la falsedad de la denuncia.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, denunció este miércoles el "señalamiento" que ha sufrido estos días la ciudad de Madrid por parte de los grupos de izquierda. PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos usaron esta para cargar contra Vox y su "discurso de odio", así como contra la "complicidad" de Isabel Díaz Ayuso y la "equidistancia" de Almeida.
Tanto el PP como Vox condenaron la agresión, si bien es cierto que el secretario general del partido de ultraderecha, Javier Ortega Smith, lo relacionó directamente con la inmigración ilegal. “Lo que pedimos es que la información se diga claramente: la violencia tiene una causa directa con la entrada masiva de inmigración ilegal", afirmó en una entrevista en Televisión Española. Finalmente, no hubo inmigrantes, ni encapuchados, ni agresión, ni nada. Y eso se ha sabido gracias a un comisario con ‘mano izquierda’ —en jerga torera, no ideológica— que sacó la verdad usando la cabeza.
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