Imagen: El Mundo |
Gabriel J. Martín | Atresmedia, 2016-02-02
http://consejos-sexo.atresmedia.com/quien-hace-de-mujer-en-la-pareja-homosexual/
En las parejas gays, ¿quién hace de mujer y quién de hombre? O, diciéndolo de otra forma, ¿quién es cuchillo y quién tenedor? Sorpréndete: la mitad de la población homosexual es versátil, es decir, practican los dos roles.
Se le atribuyen a Ellen DeGeneres la analogía según la cual “preguntar a una pareja gay quién hace de mujer es como preguntar a unos palillos chinos quién hace de tenedor”. Cuando se nos mira a los homosexuales a través de los ojos de la heterosexualidad, se dan este tipo de errores. Para los curiosos y para que mi comunidad se conozca mejor a sí misma, escribimos este artículo.
En estudios de 1987*, ya se hablaba de tres modelos de parejas gais: el modelo griego, el latino y el igualitario. El primero se refería a parejas donde existía una notable diferencia de edad entre los novios mientras que el segundo hacía referencia a una pareja donde los miembros asumían roles de género diferentes. En efecto, era muy característico de nuestra cultura que hubiera parejas homosexuales donde uno de ellos tenía un rol más masculino y, el otro, más femenino y ello sucedía tanto en parejas de gais como de lesbianas. Sin embargo, y también ya desde ese texto de 1988, se precisaba que la tendencia mayoritaria (y en crecimiento) era la del modelo igualitario donde no existían este tipo de diferencias de rol de género entre los miembros de una pareja. Y ahí es donde nos encontramos en el presente: en que, en la mayoría de parejas gais, los dos somos palillo. Pero, ¿qué es esto de ser palillo?
Muchos siguen pensando en el rol anal como ejemplo de rol de género, donde el pasivo representa el aspecto femenino/receptivo de la relación mientras que el activo representaría el aspecto masculino/expansivo. ¿Tenedor y cuchillo? Pues tampoco. Primero porque el rol anal no implica ni masculinidad ni feminidad y, segundo, porque los gais, en general somos también palillo a la hora de follar. Vamos intercambiando y, ahora tú haces de tenedor, ahora tú haces de cuchillo (lo que viene siendo un polvo “flip-flop” de toda la vida). Tenemos cientos de estudios sobre el rol sexual y sabemos muy bien que, si algo somos los gais, es versátiles. Antes de seguir, dos aclaraciones. La primera: el rol anal está muy estudiado no por curiosidad morbosa sino porque es un factor importante en la transmisión de ITS. La segunda es para heterosexuales que no conozcan nuestro argot: pasivo es el penetrado, activo es el que penetra y versátil es el que mejor se lo pasa si está en el centro de un trenecito. Esos estudios a los que antes aludía* nos demuestran que la mitad de los gais son totalmente versátiles y que si no follan y son follados en el mismo encuentro, como que se quedan a medias. Hay un tercio de gais que son “versátiles más activos” o “versátiles más pasivos” terminología que viene a traducirse en que, aunque estos hombres tienen preferencia por penetrar o ser penetrados, también les divierte asumir el otro rol.
Por último, hay un 17% que se viene situando en ambos extremos de la distribución y son o bien exclusivamente activos o bien exclusivamente pasivos. Así que ya sabes: de cada diez gais que conozcas, habrá un tenedor, un cuchillo y ocho palillos chinos. Aunque, como dice mi amigo Ángel: “a mí lo del cubierto no me importa, yo lo que quiero es que me (la) coman bien y punto”.
Se le atribuyen a Ellen DeGeneres la analogía según la cual “preguntar a una pareja gay quién hace de mujer es como preguntar a unos palillos chinos quién hace de tenedor”. Cuando se nos mira a los homosexuales a través de los ojos de la heterosexualidad, se dan este tipo de errores. Para los curiosos y para que mi comunidad se conozca mejor a sí misma, escribimos este artículo.
En estudios de 1987*, ya se hablaba de tres modelos de parejas gais: el modelo griego, el latino y el igualitario. El primero se refería a parejas donde existía una notable diferencia de edad entre los novios mientras que el segundo hacía referencia a una pareja donde los miembros asumían roles de género diferentes. En efecto, era muy característico de nuestra cultura que hubiera parejas homosexuales donde uno de ellos tenía un rol más masculino y, el otro, más femenino y ello sucedía tanto en parejas de gais como de lesbianas. Sin embargo, y también ya desde ese texto de 1988, se precisaba que la tendencia mayoritaria (y en crecimiento) era la del modelo igualitario donde no existían este tipo de diferencias de rol de género entre los miembros de una pareja. Y ahí es donde nos encontramos en el presente: en que, en la mayoría de parejas gais, los dos somos palillo. Pero, ¿qué es esto de ser palillo?
Muchos siguen pensando en el rol anal como ejemplo de rol de género, donde el pasivo representa el aspecto femenino/receptivo de la relación mientras que el activo representaría el aspecto masculino/expansivo. ¿Tenedor y cuchillo? Pues tampoco. Primero porque el rol anal no implica ni masculinidad ni feminidad y, segundo, porque los gais, en general somos también palillo a la hora de follar. Vamos intercambiando y, ahora tú haces de tenedor, ahora tú haces de cuchillo (lo que viene siendo un polvo “flip-flop” de toda la vida). Tenemos cientos de estudios sobre el rol sexual y sabemos muy bien que, si algo somos los gais, es versátiles. Antes de seguir, dos aclaraciones. La primera: el rol anal está muy estudiado no por curiosidad morbosa sino porque es un factor importante en la transmisión de ITS. La segunda es para heterosexuales que no conozcan nuestro argot: pasivo es el penetrado, activo es el que penetra y versátil es el que mejor se lo pasa si está en el centro de un trenecito. Esos estudios a los que antes aludía* nos demuestran que la mitad de los gais son totalmente versátiles y que si no follan y son follados en el mismo encuentro, como que se quedan a medias. Hay un tercio de gais que son “versátiles más activos” o “versátiles más pasivos” terminología que viene a traducirse en que, aunque estos hombres tienen preferencia por penetrar o ser penetrados, también les divierte asumir el otro rol.
Por último, hay un 17% que se viene situando en ambos extremos de la distribución y son o bien exclusivamente activos o bien exclusivamente pasivos. Así que ya sabes: de cada diez gais que conozcas, habrá un tenedor, un cuchillo y ocho palillos chinos. Aunque, como dice mi amigo Ángel: “a mí lo del cubierto no me importa, yo lo que quiero es que me (la) coman bien y punto”.
*De Cecco, J. (1987). Gay Relationships. The Haworth Press. New York.
*Lyons A, Pitts M, Smith G, Grierson J, Smith A, McNally S, and Couch M. (2011). Versatility and HIV vulnerability: Investigating the proportion of Australian gay men having both insertive and receptive anal intercourse. Journal of Sexual Medicine. Aunque sea un estudio en población australiana, la distribución se considera muy representativa de la población gay occidental.
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