Imagen: El Comercio / Ángeles Álvarez |
«El apoyo del PSOE y las feminista a los derechos LGTB son incuestionables, pero la ley de Podemos quería excluir los términos mujer y madre»
Chelo Tuya | El Comercio, 2019-07-04
https://www.elcomercio.es/asturias/lgtb-derechos-portavoz-igualdad-congreso-20190704184030-nt.html
«Soy lesbiana», espeta en mitad de la entrevista. No es la primera vez que Ángeles Álvarez (Zamora, 1961) hace pública su condición sexual. En 2013, fue la primera diputada en el Congreso en declarar su no heterosexualidad. En esta ocasión, la reafirmación llega tras haber sido acusada de transfobia. Parte del colectivo transexual considera un ataque su posición contraria a la ley presentada por Podemos para la protección de los derechos de estas personas. La portavoz de Igualdad del PSOE en el Congreso explicó ayer su posición en la Escuela Feminista Rosario de Acuña.
–La Escuela Feminista Rosario de Acuña, que se celebra en Gijón desde ayer y hasta mañana, cumple 16 años. Se dice de ella que es un referente. ¿Se ve así también fuera de Asturias?
–Absolutamente. En la jornada inaugural, con la conferencia de Amelia Valcárcel, hubo una media de mil personas siguiendo los debates en 'streaming', con picos de 1.600.
–¿Por qué es un referente?
–A diferencia de otras, esta marca los temas que van a ser debates emergentes en los próximos años. Es como la escuela madre.
–No obstante, en el asunto elegido este año, 'Libertades de identidades', la pionera ha sido usted. Una plataforma trans pidió su dimisión como portavoz de Igualdad del PSOE en el Congreso.
–La pregunta es qué estamos debatiendo aquí estos días. Y lo que estamos debatiendo es, nada más y nada menos, que cómo afecta a las mujeres el hecho de que se trate de convertir en política pública, de convertir una categoría analítica en una categoría identitaria. Eso es de lo que estamos reflexionando aquí. Si hay personas a las que les incomoda este tipo de reflexiones, la pregunta es por qué les incomoda.
–Pues hagámosla. ¿Por qué les incomoda?
–No lo sé, porque reflexionar sobre cuál es la política propia de las mujeres, es decir, aquello que afecta de manera particular a las mujeres, no puede ser algo que se catalogue de ningún tipo de fobia. Aquí se está haciendo reflexión. Tenemos algunos problemas y hay que contarlo, no esconder la cabeza debajo del ala.
–¿Qué problemas tienen?
–A las mujeres de este país y al feminismo de este país le preocupa que se trate de introducir, a través de algunas normas que tienen que ver con la discriminación y nada que ver con otro tipo de cosas, algunos elementos que ponen en cuestión nuestros derechos.
–¿Por ejemplo?
–La ley que presentó Podemos la pasada legislatura en el Congreso de los Diputados. Su propuesta tenía disposiciones finales que obligaban a modificar el Registro Civil y el Código Civil para que desapareciera, para que se sustituyera el concepto de mujer o madre en beneficio de expresiones neutras que anulan a las mujeres.
–¿Desaparecen los términos mujer o madre del Registro Civil?
–Sí. Y no solo eso, esas expresiones neutras por las que se sustituyen incluyen, también, a personas que no son del sexo femenino. La maternidad es un elemento central de la vida de las mujeres y, por supuesto, de las reflexiones feministas.
–¿Qué supone que desaparezcan los conceptos mujer o madre?
–Eso es lo que tenemos que debatir aquí. Cuáles son las consecuencias jurídicas de eliminar de las leyes la palabra madre o la de mujer.
–¿La batalla de los vientres de alquiler está tras todo esto?
–Los intereses económicos entorno a los vientres de alquiler apoyan todo esto, pero el origen no tiene que ver exclusivamente con esto. Los intereses económicos de quienes están tras los vientres de alquiler lo apoyan porque son conscientes de que están fomentado una industria vinculada a la reproducción humana. Esos intereses económicos son conscientes de que estos colectivos son su principal colchón de clientes. Hay una vinculación de interés, pero no una vinculación de pensamiento y reflexión. Se están sirviendo de debates teóricos.
–Algunos consideran ese mensaje transfóbico.
–Me importa dejar claro que aquí no estamos hablando de nada que tenga que ver con las personas transexuales. No hay ninguna persona en esta Escuela Feminista que tenga algún tipo de fobia o quiera mermar algún derecho a las personas transexuales. El problema es que las activistas que están reflexionando sobre cuáles son las consecuencias de convertir el género en una categoría identitaria están siendo brutalmente atacadas en las redes. Sin ningún tipo de explicación.
–Como a usted. Hoy mismo vuelven a llamarla transfóbica en las redes tras su charla.
–Sí, me tachan de transfóbica, pero fue por un debate parlamentario de la ley de protección al colectivo LGTB de Podemos. Los socialistas, cuando aparecía el concepto de género manifestado, queríamos incluir una coletilla en el texto en la que manifestábamos dónde había que hacer esa manifestación.
–¿Dónde?
–En el Registro Civil. Esos apuntes registrales tienen que tener vocación de permanencia. El hecho de que yo manifestara que necesitamos dar garantía jurídica a la terminología jurídica de la ley y que, por lo tanto, los apuntes registrales deben tener esa vocación de permanencia, provocó la crítica.
–¿Los deseos no son derechos?
–El problema es que nosotros queríamos darle garantía jurídica a esa manifestación. Si eso es un motivo para que alguien salga enloquecido diciendo que eso es transfobia, entonces tenemos un problema.
–¿Lo ha pasa mal con las críticas?
–No, porque nosotras ponemos argumentos a los insultos. Además, no hemos llegado todavía a ninguna conclusión. Creo que vamos a llegar estos días en la Escuela Feminista Rosario de Acuña. Estamos reflexionando sobre cuales son las consecuencias para las mujeres. Discursos que tratan de evitar esas reflexiones estarán próximas a otras ideologías, pero a nada que tenga que ver con democracia y libertad.
–Esa polémica fue en enero, antes de las elecciones. La balanza de votos se decantó de su lado. ¿Eso refuerza su posición?
–Creo que el PSOE tiene un compromiso clarísimo e incuestionable con la defensa de los derechos del colectivo LGTB y, por tanto, el PSOE ya lo ha anunciado, llevará al Congreso una ley que tenga que ver con combatir la discriminación del colectivo. Introducir elementos ajenos a la defensa de los legítimos derechos del colectivo, quiero recordar que yo soy lesbiana, estoy implicada en la defensa de esos derechos. Política y personalmente.
–¿Y las personas hetero?
–Por supuesto, pero yo formo parte del colectivo. El comentario que yo hice en una entrevista fue que al Registro Civil no se pueden cambiar los apuntes registrales cada semana. Alguien consideró que eso es transfóbico. Yo lo que creo es que alguien ha perdido el norte. Quizá la gente joven se sienta más afectada, yo no. Sé lo que defiendo y lo que explico. Es necesario que la sociedad tome conciencia de lo que supone eliminar conceptos como mujer o madre del Registro Civil. Creo que las que estamos aquí vamos a evitar que eso ocurra.
–¿Y si siguen las críticas?
–Estaremos en las calles en defensa de los derechos LGTB, algunos tratan de utilizar al colectivo para meternos cosas que son ajenas, como los vientres de alquiler. Como lesbiana, como lesbiana feminista, digo que el colectivo LGTB tiene que ir de la mano del movimiento feminista, sino está abocado a una dimisión que no nos merecemos. Defendamos los derechos civiles del colectivo y no permitamos que se infiltren intereses económicos ajenos a los intereses de la igualdad que terminan por poner en cuestión los derechos de las mujeres.
–Ayer participaron en la sesión inaugural los dos concejales de Vox en el Ayuntamiento de Gijón. ¿Es usted optimista, como Amelia Valcárcel, en cuanto a que este partido no supondrá un recorte de libertades?
–Lo único que vi fue a personas escuchando muy atentamente a Amelia y seguramente aprendiendo, como todos los que la escuchamos.
–¿Tendremos gobierno o habrá nuevas elecciones?
–Eso es futurible. Lo que hay que decir es que sería deseable que no hubiera repetición de elecciones. Llevamos, a efectos prácticos, casi cuatro años arrastrando gobiernos con muchas dificultades, que han estado en minoría, incapaces de sacar presupuestos adelante. Eso significa paralización de la actividad del país. Todo lo que tiene que ver con licitaciones de un ayuntamiento para el mantenimiento depende de los Presupuestos Generales del Estado. Sin obra pública hay más paro. Prolongar esta situación hace daño al sistema, pero, sobre todo, hace daño a las personas.
–La Escuela Feminista Rosario de Acuña, que se celebra en Gijón desde ayer y hasta mañana, cumple 16 años. Se dice de ella que es un referente. ¿Se ve así también fuera de Asturias?
–Absolutamente. En la jornada inaugural, con la conferencia de Amelia Valcárcel, hubo una media de mil personas siguiendo los debates en 'streaming', con picos de 1.600.
–¿Por qué es un referente?
–A diferencia de otras, esta marca los temas que van a ser debates emergentes en los próximos años. Es como la escuela madre.
–No obstante, en el asunto elegido este año, 'Libertades de identidades', la pionera ha sido usted. Una plataforma trans pidió su dimisión como portavoz de Igualdad del PSOE en el Congreso.
–La pregunta es qué estamos debatiendo aquí estos días. Y lo que estamos debatiendo es, nada más y nada menos, que cómo afecta a las mujeres el hecho de que se trate de convertir en política pública, de convertir una categoría analítica en una categoría identitaria. Eso es de lo que estamos reflexionando aquí. Si hay personas a las que les incomoda este tipo de reflexiones, la pregunta es por qué les incomoda.
–Pues hagámosla. ¿Por qué les incomoda?
–No lo sé, porque reflexionar sobre cuál es la política propia de las mujeres, es decir, aquello que afecta de manera particular a las mujeres, no puede ser algo que se catalogue de ningún tipo de fobia. Aquí se está haciendo reflexión. Tenemos algunos problemas y hay que contarlo, no esconder la cabeza debajo del ala.
–¿Qué problemas tienen?
–A las mujeres de este país y al feminismo de este país le preocupa que se trate de introducir, a través de algunas normas que tienen que ver con la discriminación y nada que ver con otro tipo de cosas, algunos elementos que ponen en cuestión nuestros derechos.
–¿Por ejemplo?
–La ley que presentó Podemos la pasada legislatura en el Congreso de los Diputados. Su propuesta tenía disposiciones finales que obligaban a modificar el Registro Civil y el Código Civil para que desapareciera, para que se sustituyera el concepto de mujer o madre en beneficio de expresiones neutras que anulan a las mujeres.
–¿Desaparecen los términos mujer o madre del Registro Civil?
–Sí. Y no solo eso, esas expresiones neutras por las que se sustituyen incluyen, también, a personas que no son del sexo femenino. La maternidad es un elemento central de la vida de las mujeres y, por supuesto, de las reflexiones feministas.
–¿Qué supone que desaparezcan los conceptos mujer o madre?
–Eso es lo que tenemos que debatir aquí. Cuáles son las consecuencias jurídicas de eliminar de las leyes la palabra madre o la de mujer.
–¿La batalla de los vientres de alquiler está tras todo esto?
–Los intereses económicos entorno a los vientres de alquiler apoyan todo esto, pero el origen no tiene que ver exclusivamente con esto. Los intereses económicos de quienes están tras los vientres de alquiler lo apoyan porque son conscientes de que están fomentado una industria vinculada a la reproducción humana. Esos intereses económicos son conscientes de que estos colectivos son su principal colchón de clientes. Hay una vinculación de interés, pero no una vinculación de pensamiento y reflexión. Se están sirviendo de debates teóricos.
–Algunos consideran ese mensaje transfóbico.
–Me importa dejar claro que aquí no estamos hablando de nada que tenga que ver con las personas transexuales. No hay ninguna persona en esta Escuela Feminista que tenga algún tipo de fobia o quiera mermar algún derecho a las personas transexuales. El problema es que las activistas que están reflexionando sobre cuáles son las consecuencias de convertir el género en una categoría identitaria están siendo brutalmente atacadas en las redes. Sin ningún tipo de explicación.
–Como a usted. Hoy mismo vuelven a llamarla transfóbica en las redes tras su charla.
–Sí, me tachan de transfóbica, pero fue por un debate parlamentario de la ley de protección al colectivo LGTB de Podemos. Los socialistas, cuando aparecía el concepto de género manifestado, queríamos incluir una coletilla en el texto en la que manifestábamos dónde había que hacer esa manifestación.
–¿Dónde?
–En el Registro Civil. Esos apuntes registrales tienen que tener vocación de permanencia. El hecho de que yo manifestara que necesitamos dar garantía jurídica a la terminología jurídica de la ley y que, por lo tanto, los apuntes registrales deben tener esa vocación de permanencia, provocó la crítica.
–¿Los deseos no son derechos?
–El problema es que nosotros queríamos darle garantía jurídica a esa manifestación. Si eso es un motivo para que alguien salga enloquecido diciendo que eso es transfobia, entonces tenemos un problema.
–¿Lo ha pasa mal con las críticas?
–No, porque nosotras ponemos argumentos a los insultos. Además, no hemos llegado todavía a ninguna conclusión. Creo que vamos a llegar estos días en la Escuela Feminista Rosario de Acuña. Estamos reflexionando sobre cuales son las consecuencias para las mujeres. Discursos que tratan de evitar esas reflexiones estarán próximas a otras ideologías, pero a nada que tenga que ver con democracia y libertad.
–Esa polémica fue en enero, antes de las elecciones. La balanza de votos se decantó de su lado. ¿Eso refuerza su posición?
–Creo que el PSOE tiene un compromiso clarísimo e incuestionable con la defensa de los derechos del colectivo LGTB y, por tanto, el PSOE ya lo ha anunciado, llevará al Congreso una ley que tenga que ver con combatir la discriminación del colectivo. Introducir elementos ajenos a la defensa de los legítimos derechos del colectivo, quiero recordar que yo soy lesbiana, estoy implicada en la defensa de esos derechos. Política y personalmente.
–¿Y las personas hetero?
–Por supuesto, pero yo formo parte del colectivo. El comentario que yo hice en una entrevista fue que al Registro Civil no se pueden cambiar los apuntes registrales cada semana. Alguien consideró que eso es transfóbico. Yo lo que creo es que alguien ha perdido el norte. Quizá la gente joven se sienta más afectada, yo no. Sé lo que defiendo y lo que explico. Es necesario que la sociedad tome conciencia de lo que supone eliminar conceptos como mujer o madre del Registro Civil. Creo que las que estamos aquí vamos a evitar que eso ocurra.
–¿Y si siguen las críticas?
–Estaremos en las calles en defensa de los derechos LGTB, algunos tratan de utilizar al colectivo para meternos cosas que son ajenas, como los vientres de alquiler. Como lesbiana, como lesbiana feminista, digo que el colectivo LGTB tiene que ir de la mano del movimiento feminista, sino está abocado a una dimisión que no nos merecemos. Defendamos los derechos civiles del colectivo y no permitamos que se infiltren intereses económicos ajenos a los intereses de la igualdad que terminan por poner en cuestión los derechos de las mujeres.
–Ayer participaron en la sesión inaugural los dos concejales de Vox en el Ayuntamiento de Gijón. ¿Es usted optimista, como Amelia Valcárcel, en cuanto a que este partido no supondrá un recorte de libertades?
–Lo único que vi fue a personas escuchando muy atentamente a Amelia y seguramente aprendiendo, como todos los que la escuchamos.
–¿Tendremos gobierno o habrá nuevas elecciones?
–Eso es futurible. Lo que hay que decir es que sería deseable que no hubiera repetición de elecciones. Llevamos, a efectos prácticos, casi cuatro años arrastrando gobiernos con muchas dificultades, que han estado en minoría, incapaces de sacar presupuestos adelante. Eso significa paralización de la actividad del país. Todo lo que tiene que ver con licitaciones de un ayuntamiento para el mantenimiento depende de los Presupuestos Generales del Estado. Sin obra pública hay más paro. Prolongar esta situación hace daño al sistema, pero, sobre todo, hace daño a las personas.
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