jueves, 11 de marzo de 2021

#hemeroteca #trans #inmemoriam | Las cien vidas de las gemelas Martín, las primeras transexuales de Granada

Imagen: Ideal / Marieta entre Jesús Vázquez y Nacho Duato

Las cien vidas de las gemelas Martín, las primeras transexuales de Granada.

Marieta falleció el pasado 26 de febrero víctima de un incendio en su piso de la capital. Su hermana Bárbara murió hace treinta años en Ibiza.
Carlos Morán | Ideal, 2021-03-11
https://www.ideal.es/granada/cien-vidas-gemelas-20210311203227-nt.html 

Marieta Martín falleció el pasado 26 de febrero víctima de un incendio que devoró su piso de la calle Horno del Haza, en el centro de Granada. Tenía 70 años y estaba impedida. Horas después, su sobrino Carlos Martín encontró entre las cenizas dos retratos infantiles de sus tías Marieta y Bárbara cuando todavía eran varones, antes de que empezasen a vestirse con ropas femeninas para reconciliar a sus cuerpos con su verdadera identidad.

Carlos también halló la llave del nicho de Ibiza en el que están enterrados los restos de Bárbara, que falleció en los brazos de Marieta hace ya más de tres décadas.

Carlos acababa de viajar de Madrid a Granada para dar sepultura a Marieta. Era el final de la última de las Dolly Sisters, su nombre artístico, dos «mujeres auténticas» que fueron las primeras transexuales de Granada y dos destacadas luchadoras por los derechos civiles de las personas LGTBI de España. Presumiblemente, fue un desgraciado accidente doméstico la causa del fuego en el que pereció Marieta. Solo se muere una vez, pero se pueden vivir muchas vidas. Marieta y Bárbara tuvieron cien. Y no todas fueron un camino de rosas. Disfrutaron de épocas luminosas y padecieron otras tan negras como un túnel sin salida.

Cuenta su sobrino Carlos que Marieta pasó sus últimos años metida en una de esas zonas oscuras. En una fiesta del Orgullo Gay en Madrid, sufrió un desvanecimiento y «se cayó redonda». Los médicos descubrieron una mancha en su cerebro. No era un tumor maligno, pero no se podía operar. Aquella anomalía fue poco a poco dañando la salud física y el ánimo de Marieta. «Tenía vértigos constantemente. No podía estar de pie porque vomitaba», recuerda Carlos. Solo si estaba sentada o tumbada conseguía mantener una cierta estabilidad. Ella, que fue un ciclón en los escenarios de los teatros de variedades, se vía condenada a la inmovilidad. «Cuando fue consciente de que ya no volvería a subirse a sus zapatos de tacón, se vino abajo y tuvo la tentación de quitarse la vida. Se veía como una anciana desahuciada», recuerda conmovido su sobrino el bache emocional en el que cayó Marieta al deteriorarse su vigor.

Ya no era la misma persona que deslumbró en los escenarios de Barcelona o Ibiza con sus espectáculos de transformismo. La artista, junto a su hermana Bárbara, había conocido a Freddi Mercury o al modisto francés Jean Jean-Paul Gaultier, que incluso cosió para ella un alucinante vestido con tela que imitaba a la piel del leopardo.

La enfermedad la había descabalgado de sus tacones de aguja y estaba deprimida.  

Sin embargo, añade Carlos, siempre tenía fuerzas para recordar con una sonrisa hasta los episodios más tristes de su vida: las persecuciones de la policía predemocrática, los golpes, los insultos, los rechazos, los desprecios... O su paso por la cárcel de Huelva, donde las gemelas Martín fueron encerradas durante un año acusadas por la dictadura de ser un peligro social y unas depravadas. Marieta y Bárbara acabaron encarceladas por el terrible delito de ser ellas mismas.

Recién salidas de la adolescencia, acudieron a una fiesta en Armilla. Iban vestidas de mujer. Amigos, risas, música, voces... y un vecino molesto con tanta juerga. El hombre llama a la puerta y abronca a los jóvenes por el escándalo que están montando. En un momento dado, repara en las gemelas y les riñe. «Esas niñas, que se callen». Ellas le responden que son varones vestidos de mujer. Sin saberlo, han firmado su condena. El tipo es guardia civil y alerta al cuartelillo. Poco después, y en virtud de la ley de vagos y maleantes que estaba en vigor en tiempos de Franco, las hermanas son conducidas al penal de Huelva.

En el presidio, los esbirros del totalitarismo pretendieron reeducarlas, anular su verdadera identidad, pero fracasaron. Marieta y Bárbara eran flores de tallo duro y no consiguieron doblegarlas. En realidad, sus verdugos las convirtieron en unas firmes defensoras de los derechos civiles, es decir, lo contrario de lo que perseguían.

De hecho, con el tiempo, Marieta sería la primera presidenta de Transexualia, una organización con sede en Madrid que agrupa a las personas 'trans'. «Yo no la conocía, pero estamos impactados por la noticia de su terrible muerte», dice Sonia, la actual máxima responsable de la entidad, que ahora mismo dedica todos sus esfuerzos a conseguir que los transexuales puedan comer: la Covid ha fulminado la economía sumergida de la que vivían la mayoría y están en una situación límite.

Además, Marieta fue hasta su muerte secretaria de la Asociación de Ex Presos Sociales, una agrupación que reúne a los represaliados del franquismo y que consiguió que las Cortes reconocieran por unanimidad su sacrificio. Marieta fue una de las artífices. Antonio Ruiz, el presidente del citado colectivo, la recuerda como una mujer «entrañablemente humana» y una guerrera siempre dispuesta a pelear contra la injusticia. «Era muy trabajadora y muy activa. Gracias a ella y a otros como ella, caso de Pedro Zerolo, tenemos muchos de los derechos que hemos conquistado. Marieta fue una 'trans' histórica. Me he quedado con ganas de volver a ir a Granada a verla, pero el maldito Covid lo ha impedido», se lamenta Ruiz.

La granadina Kim Pérez, otro referente nacional del movimiento 'trans', también conoció y trató a Marieta cuando ya estaba instalada en Granada. Dice que era una mujer «muy femenina y muy guapa». Pero lo que más le llamó la atención de Marieta fue que le transmitió que, a pesar de las dificultades que entrañaba ser las primeras transexuales en una ciudad de provincias durante la dictadura, las gemelas Martín tuvieron una infancia feliz. «Eran del Realejo y fueron a un colegio público de la calle Molinos. Las llamaban Pili y Mili. Yo creo que fueron aceptadas cuando en España nadie hablaba de transexualidad. Parece que ellas dos tenían una unión muy bonita. De niñas, creo que fueron un ejemplo de transexualidad bien llevada», indica Kim Pérez.

Es cierto que luego tuvieron que sobrellevar la opresión y la cárcel. Sus cien vidas siempre alternaron entre la negrura del lado salvaje de la existencia y la luz de los palacios. A fin de cuentas, eso es vivir de verdad.
 

Y TAMBIÉN…
Muere una mujer atrapada en el incendio de un edificio en la calle Horno de Haza de Granada.

La mujer estaba impedida sin movilidad alguna en la misma habitación donde se había declarado el fuego.
José Ramón Villalba | Ideal, 2021-02-26
https://www.ideal.es/granada/muere-mujer-atrapada-incendio-granada-20210226140850-nt.html
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Las “Pili y Mili” del franquismo.

Trinidad Martín Castillo y su hermana gemela Bárbara fueron las primeras transexuales en la Granada de los años 70 y, como consecuencia, fueron encarceladas y 'desterradas' a Palma de Mallorca.
Elena Llompart | Granada Hoy, 2009-11-08
https://www.granadahoy.com/granada/Pili-Mili-franquismo_0_312569307.html

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