El Mundo / Daniel Sancho // |
Daniel Sancho y el tabú perfecto
Alberto Rey | El Mundo, 2023-08-09
https://www.elmundo.es/loc/famosos/2023/08/08/64d241b721efa04d518b459d.html
El caso de Daniel Sancho es perfecto. Tanto que no me sabe mal escribirlo aquí. Un crimen truculento, tabúes sexuales incomodísimos (el yachting y el gay-for-pay), una personalidad inquietante, un país exótico, un padre famoso y muchas fotos en Instagram. No es que este agosto esté falto de noticias, pero la del hijo de Rodolfo Sancho y el cirujano colombiano las va a adelantar a todas por la derecha. Y lo que nos queda. ¿Lo de que la realidad siempre supera a la ficción ya se ha dicho? ¿Y lo de que las vidas de glamour, lujo y abdominales de Instagram con frecuencia tienen un reverso oscuro? Ya hemos aprendido que cuando una empresa ‘online’ parece no estar vendiéndote nada es que el producto eres tú. Ahora toca sumar dos y dos y asumir que nadie da duros a cuatro pesetas ni estancias en Dubai (o en Tailandia) por tu cara bonita. Bueno: por tu cara bonita sí, pero por tenerla en propiedad. O en alquiler. Ustedes me entienden. Aunque a veces quizá estés comprando (o alquilando) un psicópata.
En ese momento la cosa se complica. Cuando escribo esto, el caso Sancho es una mezcla de Dahmer, La Playa y Las Kardashian. De la serie de Netflix coge el descuartizamiento, de la película de Leonardo DiCaprio la localización (y el tono psicopático) y del reality de Kim y sus hermanas el exhibicionismo. Pero hay elementos del caso que no tienen parangón en ninguna ficción: ese audio del detenido contando cómo la policía lo llevó a cenar al mejor restaurante de la isla. Eso no te lo escribe ni Elfriede Jelinek. Todavía tenemos capacidad de sorpresa. En los intermedios del nuevo 'Grand Prix' de TVE, promos de ‘La Señora’ con bien de planos de Rodolfo Sancho vestido de cura. Al otro lado del planeta, un señor colombiano repartido en bolsas y un tipo confesando que sí, que fue él, que #yolodescuarticé porque #yolo y porque el tipo quería algo más que amistad. Se plantea que Daniel Sancho pueda evitar la pena de muerte de Tailandia porque (más madera, esto es la guerra) hay un precedente de otro español descuartizando gente en el país. Esperemos que nadie saque la carta del "gay panic" en este caso, porque entonces sí tendremos que ponernos serios. Con ese argumento, elevado a la categoría de defensa penal en EE.UU. más de un asesino anda suelto. Y no digo que Daniel Sancho lo sea. Lo dice él.
En ese momento la cosa se complica. Cuando escribo esto, el caso Sancho es una mezcla de Dahmer, La Playa y Las Kardashian. De la serie de Netflix coge el descuartizamiento, de la película de Leonardo DiCaprio la localización (y el tono psicopático) y del reality de Kim y sus hermanas el exhibicionismo. Pero hay elementos del caso que no tienen parangón en ninguna ficción: ese audio del detenido contando cómo la policía lo llevó a cenar al mejor restaurante de la isla. Eso no te lo escribe ni Elfriede Jelinek. Todavía tenemos capacidad de sorpresa. En los intermedios del nuevo 'Grand Prix' de TVE, promos de ‘La Señora’ con bien de planos de Rodolfo Sancho vestido de cura. Al otro lado del planeta, un señor colombiano repartido en bolsas y un tipo confesando que sí, que fue él, que #yolodescuarticé porque #yolo y porque el tipo quería algo más que amistad. Se plantea que Daniel Sancho pueda evitar la pena de muerte de Tailandia porque (más madera, esto es la guerra) hay un precedente de otro español descuartizando gente en el país. Esperemos que nadie saque la carta del "gay panic" en este caso, porque entonces sí tendremos que ponernos serios. Con ese argumento, elevado a la categoría de defensa penal en EE.UU. más de un asesino anda suelto. Y no digo que Daniel Sancho lo sea. Lo dice él.
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