Deia / Mikel Martin //
"Lo mejor del sida es no tenerlo"
Mikel Martín es uno de los afectados por VIH que participa en el documental
Joana Pérez | Deia, 2011-04-02
https://www.deia.eus/actualidad/sociedad/2011/04/02/mejor-sida-tenerlo-5560584.html
Hace más de veinte años que Mikel Martín descubrió que estaba infectado por el VIH. "Me enteré en la consulta del dentista. Me dijo que tenía cándidas en la boca. Eso fue el síntoma", cuenta este vecino de Errenteria. Se hizo las pruebas y el resultado ratificó lo que se temía. "La analítica me confirmó que era seropositivo".
A sus 56 años, Martín reconoce que en aquella época "no se hundió" porque "a pesar de las barreras, tarde o temprano, podría ser VIH positivo y lo tomé con cierta tranquilidad". Su carácter "luchador" también facilitó la asimilación de esa noticia. "Cuando tenía 14 años no pensaba que iba a vivir tantísimos años. Viví en una época en la que existía una dictadura militar franquista y en la medida de mis posibilidades fui un luchador por la libertad, la democracia, los derechos políticos. En esa lucha sabía que me podían matar", relata.
Cuando se enteró del diagnóstico, Martín no se hizo la pregunta ‘¿Por qué a mí?’ "No me importa. Sé que me ha tocado a mí porque a mí el sexo me ha gustado siempre y me contagié por mantener relaciones sexuales", explica. Pero el estigma que perseguía en los años ochenta a los infectados por el sida obligó a Mikel a esconder su enfermedad a su madre para "no hacerla sufrir". "Mis hermanos supieron que era seropositivo cuando caí enfermo pero a mi madre no se lo dije nunca. Con ella mantuve esta reflexión: cada día que pase va a ser un día a mi favor. Si llega la ocasión en que ella sabe que su hijo es seropositivo, si han pasado tres meses, tres meses que hemos ganado a la vida. En ese sentido, dejé que pasara el tiempo. Ella llegó a ver que no me moría. Yo sigo vivo, ella se fue", comenta Mikel.
Da la cara Ahora es uno de los "valientes" que presta su testimonio al documental Elige siempre cara. Y, sobre todo, cuenta su experiencia tras someterse a la operación para subsanar su lipodistrofia. "Hacerme esta operación me dio bienestar y yo quería transmitirlo a la gente", asegura. La razón por la que se decidió a tomar parte en el reportaje fue que quería "ser coherente conmigo mismo desde el momento en el que me comprometí a ser activista en prevención del VIH y de las ETS [Enfermedades de Transmisión Sexual]".
Su nombre apareció de la mano de Udiarraga García, la presidenta de la asociación Itxarobide y de Cesida. "Me planteó la idea y me invitó a una reunión con las personas que iban a rodar el documental. Dos meses después me llamaron para decirme que querían que participara en el proyecto", cuenta Mikel, quien ve en su testimonio la manera más directa de mostrar el cambio de vida que supone la operación. "Cuanto menos deteriorados estemos mejor porque padeceremos menos el estigma, padeceremos menos las miradas que escrutan a las personas; estaremos más felices", asegura Mikel, quien ve beneficios en dos sentidos. "Por un lado cada enfermo que tiene lipodistrofia se siente mejor. Por el otro, al sistema sanitario le va a salir más rentable". Cuando en 2005 se aprobó por el entonces consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, la normativa que permitía las operaciones de reparación facial en Osakidetza, Mikel no se planteó ni un instante acudir a la medicina privada para someterse a esta intervención. "Soy un defensor de la medicina pública. Aguanté casi tres años para operarme".
Futuro En el rodaje del documental se dio una situación curiosa cuando Mikel se encuentra delante de una iglesia en Errenteria, aunque nada más lejos de la realidad. "Fue una coincidencia", comenta al tiempo que matiza que esa no era su intención. "No quiero recordar a la muerte", afirma a la vez que subraya la importancia de haberse sometido a la operación. "Después de la reparación facial te olvidas de que eres una persona viviendo con VIH. No es lo mismo verte con el careto marcado y fatal de enfermo que verte con el careto reconstruido".
En las tres décadas que han pasado desde que esta infección tuvo nombre y diagnóstico ya no es sinónimo de muerte. Ahora hay esperanza para los afectados. "La muerte se ha alejado en los países enriquecidos. Los niños que nacen de madres seropositivas son seronegativos gracias a la medicación que toman las madres", explica Mikel, aunque avisa que "no hay que bajar la guardia". Pero si algo ha aprendido Mikel desde su experiencia con la enfermedad es que "lo mejor del sida es no tenerlo".
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