Beca Emakunde 2013 “Análisis de las situaciones y de las desigualdades en los colectivos de mujeres en riesgo de discriminación múltiple, especialmente en el acceso a los recursos sociales, económicos y en la seguridad”
Aldarte, Bilbao : 2014 [10]
248 p.
/ ES / Investigaciones / SH
/ Asistencia social / Discriminación por orientación sexual / Euskal Herria / Lesbianismo / Testimonios
TEXTO COMPLETO | Aldarte http://www.aldarte.org/comun/imagenes/documentos/LESBIANASCONRECURSOS.pdf
Este estudio es fruto de una beca de Emakunde que promociona los trabajos de investigación en materia de igualdad entre mujeres y hombres. En concreto, da cobertura a la obligación de avanzar, tanto en el análisis como en la actuación, en las necesidades de los colectivos de mujeres en riesgo o situación de discriminación múltiple.
En esta línea, en el proyecto que presentamos a Emakunde en febrero de 2013, hablábamos de las lesbianas como un “colectivo de mujeres en riesgo de discriminación múltiple” y decíamos que las mujeres lesbianas se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad y rechazo social si además son transexuales, migrantes, tienen una discapacidad y/o son mayores o jóvenes.
Pretendíamos analizar la discriminación social que sufren las mujeres lesbianas y la repercusión que esta discriminación puede tener en el acceso y en el uso de los recursos sociales de todo tipo. También queríamos identificar lugares y situaciones en los que las mujeres lesbianas se sienten inseguras, teniendo en cuenta los factores relacionados con la discriminación múltiple. Esta fue nuestra declaración de intenciones, que partía de un conocimiento exhaustivo de este sector de la población tras más de 20 años de trabajo en el ámbito Lesbiano, Gay, Trans y Bisexual (de ahora en adelante LGTB) aportando recursos de apoyo, socialización, educación y sensibilización a la sociedad en general.
Sabíamos que el lesbianismo ha sido menos estudiado que la homosexualidad masculina. La menor visibilidad social, tema sobre el que nos extenderemos en el marco teórico, y la desconsideración de las mujeres como seres sexuales han influido probablemente en este proceso. Apreciaciones todas ellas en gran medida desoladoras.
Pero al mismo tiempo, partíamos de un panorama social esperanzador, en el que los avances legales son producto del esfuerzo y de la lucha que ha mantenido el movimiento transexual, lesbiano y homosexual durante los últimos 25 años. Con la reforma del Código Civil en materia de matrimonio realizada en el año 2005 y la Ley de de 2007, que permite el cambio de la mención del sexo y del nombre, y que así mismo modifica la Ley 14/2006 de Reproducción Asistida, culminan toda una serie de transformaciones legales que nos permiten hablar de igualdad formal y legal entre todas las personas independientemente de su orientación sexual e identidad de género.
Actualmente el pleno reconocimiento social es quizá la tarea más difícil. El comportamiento sexual es un acto social, y como tal, estructura nuestra conducta en sociedad. Analizar el uso de los recursos sociales ha sido el objetivo de nuestra investigación por lo mucho que recurrimos a ellos, más aún en estos tiempos de crisis estructural. Y teniendo en cuenta que son a su vez indicadores y vertebradores de las estructuras sociales, hemos realizado un análisis del empleo de los recursos tanto a nivel personal como colectivo.
En esta línea, en el proyecto que presentamos a Emakunde en febrero de 2013, hablábamos de las lesbianas como un “colectivo de mujeres en riesgo de discriminación múltiple” y decíamos que las mujeres lesbianas se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad y rechazo social si además son transexuales, migrantes, tienen una discapacidad y/o son mayores o jóvenes.
Pretendíamos analizar la discriminación social que sufren las mujeres lesbianas y la repercusión que esta discriminación puede tener en el acceso y en el uso de los recursos sociales de todo tipo. También queríamos identificar lugares y situaciones en los que las mujeres lesbianas se sienten inseguras, teniendo en cuenta los factores relacionados con la discriminación múltiple. Esta fue nuestra declaración de intenciones, que partía de un conocimiento exhaustivo de este sector de la población tras más de 20 años de trabajo en el ámbito Lesbiano, Gay, Trans y Bisexual (de ahora en adelante LGTB) aportando recursos de apoyo, socialización, educación y sensibilización a la sociedad en general.
Sabíamos que el lesbianismo ha sido menos estudiado que la homosexualidad masculina. La menor visibilidad social, tema sobre el que nos extenderemos en el marco teórico, y la desconsideración de las mujeres como seres sexuales han influido probablemente en este proceso. Apreciaciones todas ellas en gran medida desoladoras.
Pero al mismo tiempo, partíamos de un panorama social esperanzador, en el que los avances legales son producto del esfuerzo y de la lucha que ha mantenido el movimiento transexual, lesbiano y homosexual durante los últimos 25 años. Con la reforma del Código Civil en materia de matrimonio realizada en el año 2005 y la Ley de de 2007, que permite el cambio de la mención del sexo y del nombre, y que así mismo modifica la Ley 14/2006 de Reproducción Asistida, culminan toda una serie de transformaciones legales que nos permiten hablar de igualdad formal y legal entre todas las personas independientemente de su orientación sexual e identidad de género.
Actualmente el pleno reconocimiento social es quizá la tarea más difícil. El comportamiento sexual es un acto social, y como tal, estructura nuestra conducta en sociedad. Analizar el uso de los recursos sociales ha sido el objetivo de nuestra investigación por lo mucho que recurrimos a ellos, más aún en estos tiempos de crisis estructural. Y teniendo en cuenta que son a su vez indicadores y vertebradores de las estructuras sociales, hemos realizado un análisis del empleo de los recursos tanto a nivel personal como colectivo.
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