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| Imagen: 20 Minutos / Boti García Rodrigo (c) |
Boti García Rodrigo | 20 Minutos, 2019-07-06
https://blogs.20minutos.es/1-de-cada-10/2019/07/06/ninguna-lucha-que-merezca-mas-la-pena-que-la-lucha-por-ser-y-por-amar/
Hemos sido quemados en las hogueras, encerradas en hospitales, torturados en cárceles y campos de concentración, exiliadas de nuestros hogares, apedreados en nuestros pueblos, ridiculizados por la opinión pública, ignoradas por nuestra cultura.
Hemos sido la bollera a la que insultar, el marica del que reírse o el travelo al que apalear.
Y quienes formamos parte de nuestra historia activista e integramos nuestro colectivo –personas diversas, también migrantes, gitanas, racializadas- estamos hoy aquí para celebrar nuestra supervivencia y nuestro Orgullo de ser como somos y de haber logrado lo que hemos logrado.
Porque nada de esto ha sobrevenido -parafraseando a Bertolt Brecht- como la amanecida, después de una noche bien dormida. No, ha sucedido porque hemos querido que sucediera y hemos luchado cada día de nuestras vidas para que esto sucediera.
Por eso hoy no solo celebramos aquí, en La Moncloa, nuestro Orgullo como personas, sino nuestro Orgullo como Movimiento. Un movimiento que ha luchado contra una Ley de Peligrosidad Social, contra una figura de escándalo público que nos encarcelaba por besarnos, contra una pandemia del Sida que sirvió para justificar el ostracismo social, contra la condena de las religiones, la anatemización de las fuerzas conservadoras y los prejuicios de las progresistas. Un movimiento que ha luchado, y esto ha sido lo más duro, contra la vergüenza. Este movimiento ciudadano está formado por miles y miles de individuos, de personas que no se han resignado a vivir sin dignidad. Algunas conocidas, la gran mayoría anónimas; muchas que ya nos han dejado y muchas otras que siguen poniendo incansablemente piedra sobre piedra en el muro de la Igualdad. Todas ellas conscientes de que separadas somos carne de cañón y de que unidas somos imparables.
El movimiento LGTBI en España ha conseguido una verdadera revolución... No solo se ha producido un radical cambio legislativo. No solo las instituciones que antes nos oprimían y perseguían son ahora las que nos acompañan. Lo más importante es que hemos logrado un cambio en el imaginario social de un calado insospechado hasta hace unos pocos años.
Y todo esto se ha logrado sumando, siempre sumando y en tan solo una generación. Algo de lo que, probablemente, ningún otro movimiento puede presumir. Aquí seguimos, pues, sin desfallecer, quienes integramos el colectivo de la diversidad sexual, de género y familiar.
Y tras todo ese pasado que cargamos en nuestras espaldas y que forma parte de la historia más sombría de la humanidad, ahora no nos basta con proclamar en voz bien alta que no vamos a tolerar ni un paso atrás… ¡por supuesto que no vamos a tolerar un paso atrás!…
Es que no estamos dispuestas a dejar de avanzar, a dejar de seguir dando pasos firmes hacia adelante, a dejar de seguir construyendo la sociedad que merecemos: sin desigualdades, sin privilegios, una sociedad inclusiva y justa, tal y como el movimiento LGTBI la ha soñado, tal y como la vamos a lograr.
Ninguna semana mejor que esta, en la que celebramos el Orgullo y en la que la revuelta de Stonewall acaba de cumplir los 50 años para lanzar un aviso a toda la ciudadanía y a la clase política: quienes crean que los derechos del colectivo LGTBI, derechos humanos con mayúsculas, son discutibles, o quienes piensen que nuestros derechos pueden posponerse o ser usados como moneda de cambio, van a tener enfrente al movimiento LGTBI. Y... nos consta, la sociedad va a estar de nuestro lado.
“Con nuestro activismo, con nuestro valor y determinación, -son palabras de Pedro Zerolo- hemos pasado de las catacumbas a la igualdad legal, de la marginación al reconocimiento social”
Necesitamos ahora, Presidente, disponer cuanto antes de la Ley de Igualdad LGTBI para avanzar hacia la Igualdad Real que ciertas personas todavía intentan poner en cuestión con palabras y actitudes del peor de los pasados, que avergüenzan, que les retratan como lo que son y que no caben en una democracia. Hemos salido de las catacumbas, sí, y hemos tocado el cielo de la libertad.
No hay nada que se nos resista porque hemos luchado, luchamos y lucharemos por ser quienes somos, por ser libres para amar, ser y mostrarnos tal cual somos.
Y no hay ninguna lucha que merezca más la pena que la lucha por ser y por amar.
Discurso de Boti García Rodrigo ante el Gobierno de España el pasado miércoles 3 de julio y cuyo texto fue elaborado junto con Jesús Generelo.
Hemos sido la bollera a la que insultar, el marica del que reírse o el travelo al que apalear.
Y quienes formamos parte de nuestra historia activista e integramos nuestro colectivo –personas diversas, también migrantes, gitanas, racializadas- estamos hoy aquí para celebrar nuestra supervivencia y nuestro Orgullo de ser como somos y de haber logrado lo que hemos logrado.
Porque nada de esto ha sobrevenido -parafraseando a Bertolt Brecht- como la amanecida, después de una noche bien dormida. No, ha sucedido porque hemos querido que sucediera y hemos luchado cada día de nuestras vidas para que esto sucediera.
Por eso hoy no solo celebramos aquí, en La Moncloa, nuestro Orgullo como personas, sino nuestro Orgullo como Movimiento. Un movimiento que ha luchado contra una Ley de Peligrosidad Social, contra una figura de escándalo público que nos encarcelaba por besarnos, contra una pandemia del Sida que sirvió para justificar el ostracismo social, contra la condena de las religiones, la anatemización de las fuerzas conservadoras y los prejuicios de las progresistas. Un movimiento que ha luchado, y esto ha sido lo más duro, contra la vergüenza. Este movimiento ciudadano está formado por miles y miles de individuos, de personas que no se han resignado a vivir sin dignidad. Algunas conocidas, la gran mayoría anónimas; muchas que ya nos han dejado y muchas otras que siguen poniendo incansablemente piedra sobre piedra en el muro de la Igualdad. Todas ellas conscientes de que separadas somos carne de cañón y de que unidas somos imparables.
El movimiento LGTBI en España ha conseguido una verdadera revolución... No solo se ha producido un radical cambio legislativo. No solo las instituciones que antes nos oprimían y perseguían son ahora las que nos acompañan. Lo más importante es que hemos logrado un cambio en el imaginario social de un calado insospechado hasta hace unos pocos años.
Y todo esto se ha logrado sumando, siempre sumando y en tan solo una generación. Algo de lo que, probablemente, ningún otro movimiento puede presumir. Aquí seguimos, pues, sin desfallecer, quienes integramos el colectivo de la diversidad sexual, de género y familiar.
Y tras todo ese pasado que cargamos en nuestras espaldas y que forma parte de la historia más sombría de la humanidad, ahora no nos basta con proclamar en voz bien alta que no vamos a tolerar ni un paso atrás… ¡por supuesto que no vamos a tolerar un paso atrás!…
Es que no estamos dispuestas a dejar de avanzar, a dejar de seguir dando pasos firmes hacia adelante, a dejar de seguir construyendo la sociedad que merecemos: sin desigualdades, sin privilegios, una sociedad inclusiva y justa, tal y como el movimiento LGTBI la ha soñado, tal y como la vamos a lograr.
Ninguna semana mejor que esta, en la que celebramos el Orgullo y en la que la revuelta de Stonewall acaba de cumplir los 50 años para lanzar un aviso a toda la ciudadanía y a la clase política: quienes crean que los derechos del colectivo LGTBI, derechos humanos con mayúsculas, son discutibles, o quienes piensen que nuestros derechos pueden posponerse o ser usados como moneda de cambio, van a tener enfrente al movimiento LGTBI. Y... nos consta, la sociedad va a estar de nuestro lado.
“Con nuestro activismo, con nuestro valor y determinación, -son palabras de Pedro Zerolo- hemos pasado de las catacumbas a la igualdad legal, de la marginación al reconocimiento social”
Necesitamos ahora, Presidente, disponer cuanto antes de la Ley de Igualdad LGTBI para avanzar hacia la Igualdad Real que ciertas personas todavía intentan poner en cuestión con palabras y actitudes del peor de los pasados, que avergüenzan, que les retratan como lo que son y que no caben en una democracia. Hemos salido de las catacumbas, sí, y hemos tocado el cielo de la libertad.
No hay nada que se nos resista porque hemos luchado, luchamos y lucharemos por ser quienes somos, por ser libres para amar, ser y mostrarnos tal cual somos.
Y no hay ninguna lucha que merezca más la pena que la lucha por ser y por amar.
Discurso de Boti García Rodrigo ante el Gobierno de España el pasado miércoles 3 de julio y cuyo texto fue elaborado junto con Jesús Generelo.
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