Imagen: El País / Rupert Everett |
El actor británico considera que los cambios recientes en Europa pueden significar una pérdida de derechos para el colectivo.
El País, 2018-12-05
https://elpais.com/elpais/2018/12/04/gente/1543933796_895532.html
Rupert Everett aprovechó su comparecencia en los premios British Independent Film Awards, para advertir sobre la situación actual que vive la comunidad LGTBI. Según recoge la agencia Press Association, el actor de 59 años ha asegurado que "en más de tres cuartos del planeta el desafío de ser gay, lesbiana o transgénero sigue siendo cuestión de vida o muerte", y que la comunidad debe permanecer "vigilante" hacia las amenazas a sus derechos.
El actor, que dirige y protagoniza ‘The Happy Prince’ —un proyecto sobre los años de Oscar Wilde en el exilio— afirma que los derechos que suelen garantizarse en Occidente "podrían no estar en el menú en un futuro próximo", por lo que hace una llamada a la comunidad LGTBI a no caer en la complacencia. "Hemos progresado mucho desde los días de Oscar Wilde, han ocurrido cosas fantásticas. Pero debemos permanecer vigilantes porque las cosas están cambiando en toda Europa", ha añadido.
Las declaraciones del intérprete se producen cinco años después de que negara sentirse parte de la "comunidad gay". "De hecho, no siento que forme parte de ninguna comunidad. Pertenezco a la humanidad", dijo entonces a la revista británica ‘The Sunday Times’. Lo que ya terminó de levantar una ola de críticas por parte del colectivo fue el hecho de afirmar que "no hay nada peor que tener dos padres gais".
Hijo de militar, Everett creció en un entorno conservador, y estudió en un internado privado, aunque lo abandonó a los 15 años para estudiar interpretación en Londres. Tras su paso por famosos filmes de Hollywood como ‘La boda de mi mejor amigo’ y ‘Shakespeare enamorado’, el británico ha mantenido un bajo perfil en la industria cinematográfica, algo que él atribuye a la admisión de su homosexualidad a finales de los años 80. "Sinceramente, no recomendaría a ningún actor que esté pensando en su carrera que salga del armario", llegó a decir años atrás al periódico ‘The Guardian’.
Famoso por sus declaraciones sin filtro, ha hablado abiertamente de su rechazo al matrimonio gay (luego puntualizó que también estaba en contra del matrimonio heterosexual) o de sus excesos con las drogas; en una entrevista con ‘The Telegraph’ en 2014 llegó a decirle al periodista: "Si sacaras un gramo de coca ahora y me ofrecieras una raya, seguro que la aceptaría". También ha expresado sin tapujos el "terror" con el que vivió los primeros años del sida. "Había sido muy promiscuo desde que llegué a Londres. Me había lanzado de cabeza al mundo gay, y entonces empezó el sida y no había manera de saber si lo tenías hasta 1985, con la prueba de VIH. Mucha gente con la que había estado se estaba muriendo, y de una manera aterradora", confesaba en ‘The Guardian’ el año pasado.
El actor, que dirige y protagoniza ‘The Happy Prince’ —un proyecto sobre los años de Oscar Wilde en el exilio— afirma que los derechos que suelen garantizarse en Occidente "podrían no estar en el menú en un futuro próximo", por lo que hace una llamada a la comunidad LGTBI a no caer en la complacencia. "Hemos progresado mucho desde los días de Oscar Wilde, han ocurrido cosas fantásticas. Pero debemos permanecer vigilantes porque las cosas están cambiando en toda Europa", ha añadido.
Las declaraciones del intérprete se producen cinco años después de que negara sentirse parte de la "comunidad gay". "De hecho, no siento que forme parte de ninguna comunidad. Pertenezco a la humanidad", dijo entonces a la revista británica ‘The Sunday Times’. Lo que ya terminó de levantar una ola de críticas por parte del colectivo fue el hecho de afirmar que "no hay nada peor que tener dos padres gais".
Hijo de militar, Everett creció en un entorno conservador, y estudió en un internado privado, aunque lo abandonó a los 15 años para estudiar interpretación en Londres. Tras su paso por famosos filmes de Hollywood como ‘La boda de mi mejor amigo’ y ‘Shakespeare enamorado’, el británico ha mantenido un bajo perfil en la industria cinematográfica, algo que él atribuye a la admisión de su homosexualidad a finales de los años 80. "Sinceramente, no recomendaría a ningún actor que esté pensando en su carrera que salga del armario", llegó a decir años atrás al periódico ‘The Guardian’.
Famoso por sus declaraciones sin filtro, ha hablado abiertamente de su rechazo al matrimonio gay (luego puntualizó que también estaba en contra del matrimonio heterosexual) o de sus excesos con las drogas; en una entrevista con ‘The Telegraph’ en 2014 llegó a decirle al periodista: "Si sacaras un gramo de coca ahora y me ofrecieras una raya, seguro que la aceptaría". También ha expresado sin tapujos el "terror" con el que vivió los primeros años del sida. "Había sido muy promiscuo desde que llegué a Londres. Me había lanzado de cabeza al mundo gay, y entonces empezó el sida y no había manera de saber si lo tenías hasta 1985, con la prueba de VIH. Mucha gente con la que había estado se estaba muriendo, y de una manera aterradora", confesaba en ‘The Guardian’ el año pasado.
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