Rubén García: “Si ningún futbolista ha salido del armario quizá es porque tiene miedo”.
El atacante del Osasuna reivindica la igualdad social y de género
Oriol Dotras | La Vanguardia, 2020-11-29
https://www.lavanguardia.com/deportes/futbol/20201129/49779016273/ruben-garcia-osasuna-redes-sociales-barcelona.html
Que Rubén García (Xàtiva, 14/VII/1993) es un futbolista diferente salta a la vista nada más entrar en su cuenta de Twitter. En la publicación fijada aparece él en un vídeo emulando a Joaquin Phoenix en pleno proceso de maquillaje, como en ‘Joker’, a ritmo de ‘That’s Life’ de Frank Sinatra, la canción final del largometraje. Es una manera original de presentar a los Guasones Team, su equipo de los eSports que ya compite en la Liga de los deportes electrónicos con el videojuego FIFA. El logo está inspirado, cómo no, en el rostro de Joker, el mismo personaje a quien el atacante de Osasuna recuerda en cada uno de sus goles. Pero, como sucede antes de ver la película, no se dejen engañar por las apariencias. Rubén García es mucho más.
“Arthur Fleck no era un villano, era una víctima despreciada por la sociedad. La conclusión que saco de la película es que tenemos que apoyar a las personas que sufren alguna enfermedad mental o que son más vulnerables”, explica el valenciano a ‘La Vanguardia’ para argumentar su celebración ya habitual. “Tengo familia que trabaja con personas con diversidad funcional y lo conozco de cerca. Me jode que se quiten ayudas cuando más las necesitan”, añade.
Esa sensibilización y empatía le permiten dar a menudo un uso más social a las redes, donde reivindica una sociedad más igualitaria. Más allá de cuidar su imagen pública –gracias también a unos amigos expertos en la materia–, Rubén García pretende aprovechar esa visibilidad de la cual goza el futbolista profesional para mostrar unos valores que le representan. “Quiero que a cada niño o niña se le inculque la igualdad de género y que no tenga que mirar si de quien se ha enamorado es un hombre o una mujer”, expone.
En su caso la homosexualidad nunca ha sido un tema tabú en casa al tener un hermano gay. Cree que la sociedad sigue dando pasos importantes hacia la igualdad de derechos, aunque lamenta que el fútbol siga por detrás. “No son conversaciones típicas entre futbolistas. Si no ha salido ninguno del armario quizá es porque tiene miedo a que no se le acepte. Si algún compañero me dijera que es homosexual le animaría a que diera el paso de hacerlo público. Ayudaría mucho a normalizarlo”, afirma.
Tuitear la bandera LGTBI el día del orgullo, jugar un partido con las uñas pintadas de violeta por el 8-M o defender el fútbol femenino (“los futbolistas deberíamos darles más apoyo”) son algunos de sus pequeños gestos. Reconoce que “cada vez son más” los jugadores implicados en las causas sociales, pero cuando se le pregunta si echa de menos que los futbolistas de élite no se impliquen más en este tipo de mensajes que, además, los humanizaría, lo tiene claro.
“Sin duda. Tenemos el ejemplo de cantantes y famosos que hablan abiertamente de lo que creen. En el fútbol aún somos muy reacios. Pasa lo mismo en las entrevistas, no salimos de lo puramente futbolístico y creo que es un error. Desde mi experiencia, cuando más te abres más te conocen. y eso es positivo”.
Durante el confinamiento creyó que era el mejor momento para mostrarse como es. “La gente iba a estar más lejos que nunca y traté de acercarme”. Organizar un concurso de dibujos para niños, felicitar por vídeo el cumpleaños de casi un millar de personas (“¡me tiré un día y medio! Mi novia alucinaba”, recuerda entre risas) o diseñar mascarillas con el fin de recaudar fondos para luchar contra el cáncer infantil fueron algunas de sus iniciativas.
Rubén García ha encontrado la felicidad en Pamplona, donde le acogieron “increíblemente desde el primer minuto”, y en Osasuna, club en el que siente que tiene toda la confianza que le faltó en el Levante para poder mostrar su calidad. También valora la afición rojilla aunque ahora no note su aliento cuando recibe el balón. “La gente espera que lo hagas bien a la mínima para pegarte cuatro gritos y animarte. Aquí reconocen mucho el esfuerzo”, destaca.
Del Barça recuerda que la temporada pasada Osasuna ganó en el Camp Nou y con uno menos en la penúltima jornada, poco antes de la debacle en Lisboa. “No se les veía bien anímicamente”. Sobre esta nueva etapa con Koeman, cree que la mejoría es cuestión de tiempo.
“Arthur Fleck no era un villano, era una víctima despreciada por la sociedad. La conclusión que saco de la película es que tenemos que apoyar a las personas que sufren alguna enfermedad mental o que son más vulnerables”, explica el valenciano a ‘La Vanguardia’ para argumentar su celebración ya habitual. “Tengo familia que trabaja con personas con diversidad funcional y lo conozco de cerca. Me jode que se quiten ayudas cuando más las necesitan”, añade.
Esa sensibilización y empatía le permiten dar a menudo un uso más social a las redes, donde reivindica una sociedad más igualitaria. Más allá de cuidar su imagen pública –gracias también a unos amigos expertos en la materia–, Rubén García pretende aprovechar esa visibilidad de la cual goza el futbolista profesional para mostrar unos valores que le representan. “Quiero que a cada niño o niña se le inculque la igualdad de género y que no tenga que mirar si de quien se ha enamorado es un hombre o una mujer”, expone.
En su caso la homosexualidad nunca ha sido un tema tabú en casa al tener un hermano gay. Cree que la sociedad sigue dando pasos importantes hacia la igualdad de derechos, aunque lamenta que el fútbol siga por detrás. “No son conversaciones típicas entre futbolistas. Si no ha salido ninguno del armario quizá es porque tiene miedo a que no se le acepte. Si algún compañero me dijera que es homosexual le animaría a que diera el paso de hacerlo público. Ayudaría mucho a normalizarlo”, afirma.
Tuitear la bandera LGTBI el día del orgullo, jugar un partido con las uñas pintadas de violeta por el 8-M o defender el fútbol femenino (“los futbolistas deberíamos darles más apoyo”) son algunos de sus pequeños gestos. Reconoce que “cada vez son más” los jugadores implicados en las causas sociales, pero cuando se le pregunta si echa de menos que los futbolistas de élite no se impliquen más en este tipo de mensajes que, además, los humanizaría, lo tiene claro.
“Sin duda. Tenemos el ejemplo de cantantes y famosos que hablan abiertamente de lo que creen. En el fútbol aún somos muy reacios. Pasa lo mismo en las entrevistas, no salimos de lo puramente futbolístico y creo que es un error. Desde mi experiencia, cuando más te abres más te conocen. y eso es positivo”.
Durante el confinamiento creyó que era el mejor momento para mostrarse como es. “La gente iba a estar más lejos que nunca y traté de acercarme”. Organizar un concurso de dibujos para niños, felicitar por vídeo el cumpleaños de casi un millar de personas (“¡me tiré un día y medio! Mi novia alucinaba”, recuerda entre risas) o diseñar mascarillas con el fin de recaudar fondos para luchar contra el cáncer infantil fueron algunas de sus iniciativas.
Rubén García ha encontrado la felicidad en Pamplona, donde le acogieron “increíblemente desde el primer minuto”, y en Osasuna, club en el que siente que tiene toda la confianza que le faltó en el Levante para poder mostrar su calidad. También valora la afición rojilla aunque ahora no note su aliento cuando recibe el balón. “La gente espera que lo hagas bien a la mínima para pegarte cuatro gritos y animarte. Aquí reconocen mucho el esfuerzo”, destaca.
Del Barça recuerda que la temporada pasada Osasuna ganó en el Camp Nou y con uno menos en la penúltima jornada, poco antes de la debacle en Lisboa. “No se les veía bien anímicamente”. Sobre esta nueva etapa con Koeman, cree que la mejoría es cuestión de tiempo.
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