lunes, 9 de noviembre de 2020

#hemeroteca #violencia #justicia | El asesino del activista 'gay' Fernando Lumbreras admite que lo apaleó y lo ahogó, pero que lo hizo drogado: "No pude parar"

Imagen: Levante / Portal del domicilio de Fernando Lumbreras
El asesino del activista 'gay' Fernando Lumbreras admite que lo apaleó y lo ahogó, pero que lo hizo drogado: "No pude parar".
Xavier Borràs | El Mundo, 2020-11-09
https://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2020/11/09/5fa91dc921efa085518b461d.html

Una discusión y un robo que acabaron con una agresión brutal y la muerte. El presunto asesino del activista LGTBI Fernando Lumbreras, agredido salvajemente hasta morir en su domicilio de Valencia en diciembre de 2018, ha admitido los hechos hoy ante el Tribunal del Jurado que le juzga a él y a su presunto encubridor y cómplice, Víctor Joaquín L.G., por un delito de asesinato y otro de robo con violencia. A Fernando no le mataron por sus ideas, sino para arrebatarle un móvil, una mochila y la bicicleta eléctrica con la que se movía por la ciudad y cuyo valor rondaba los 1.000 euros.

Pese a las sospechas iniciales de que Lumbreras podía haber sido asesinado por su activismo gay, las investigaciones giraron pronto hacia otro tipo de motivaciones. En este caso el robo. Shalva E., georgiano de 26 años, conocía a Fernando, de 60 años, porque en alguna ocasión ofreció servicios de prostitución masculina para sobrevivir. Y, dado que conocía sus movimientos, era una víctima propicia para apoderarse de sus bienes.

En su declaración ante el Jurado, el autor material confeso ha sido claro: "Reconozco los hechos". A preguntas de la fiscal, Socorro Zaragozá, el acusado, que se encuentra en prisión por estos hechos, ha admitido todos los detalles sobre los hechos. E, interrogado por su abogado, ha dicho sentirse arrepentido de todo: "Estaba bajo los efectos de sustancias ilegales. No supe llevar la situación, no supe parar". Además, ha pedido disculpas "por meter en esto" al otro joven que se sienta en el banquillo, su "amigo" Victor J., de nacionalidad española. La fiscalía pide 27 años de cárcel para él por asesinato y robo con violencia.

Por contra, el supuesto cómplice, Victor Joaquín L. sólo reconoce una parte del relato y el "error" del encubrimiento. Pero sostiene que no participó en el robo y menos en la agresión. "Sí, sabía que Shalva había quedado con Fernando (Lumbreras) para mantener relaciones sexuales, pero no del robo". Ese día acompañó a su amigo y le dejó allí, frente al portal de la vivienda de Lumbreras, en el número 9 de la calle Julián Peña de Valencia. Horas mas tarde, volvió a contactar con él y, según su relato, le pidió ayuda para deshacerse de los objetos robados. Así lo hicieron. Ambos se desprendieron hasta de la bici.

"Por teléfono no me dijo lo que había hecho, me lo dijo luego", ha admitido el joven. Preguntado por su abogado, Vicente Boluda, el supuesto encubridor ha señalado que "de ninguna manera" sabía que iba a robar. "Estoy arrepentido", ha dicho, del "error" de encubrirle. El Ministerio Fiscal y la acusación particular, que ejerce el abogado Santiago Monzón en representación de la familia, reclaman para él 5 años por encubrimiento. Un más que probable acuerdo entre las partes le permitirá no entrar en prisión.

El primer presidente de Lambda
Pese a las sospechas iniciales de que Fernando Lumbreras -primer presidente del colectivo Lambda de defensa de los derechos homosexuales-, podía haber sido asesinado por su activismo gay, las investigaciones giraron pronto hacia otro tipo de motivaciones. En este caso el robo. Shalva E. conocía a Fernando porque en alguna ocasión le ofreció servicios de prostitución masculina para sobrevivir. Y, dado que conocía sus movimientos, era una víctima propicia para un robo, tal y como relata la calificación fiscal provisional.

Aquella noche del 3 de diciembre de 2018 Lumbreras atendió la llamada del telefonillo de su casa y abrió la puerta a quien iba a ser su asesino. Habían concertado una cita, pero no acabó como las anteriores con unos billetes pasando de mano. Fue muchísimo peor. Le costó la vida. "Sube... pero apaga el cigarro", le concedió Lumbreras.

Según el relato del Ministerio Fiscal, lo que sucedió en el piso fue un ataque brutal. Tras mantener relaciones sexuales, Fernando fue salvajemente agredido, primero con dos cuchilladas en el pecho y después rematado a golpes con un bote de insecticida cubierto con un trapo para amortiguar el ruido de los impactos sobre todas las partes de su cuerpo. Supuestamente hubo una discusión previa y el agresor "perdió el control".

El ensañamiento fue tal que el agresor le tapó la boca a Fernando con un jersey para que nadie le escuchara y le ató las manos a la espalda con el cinturón del batín. Después le colocó una cuerda en el cuello y le asfixió. Esa fue la causa oficial de su muerte, la asfixia por estrangulación.

Fernando Lumbreras fue entre 1986 y 1994 líder y pionero del activismo por los derechos LGTB en la España del tardofranquismo represor. "Conseguir la libertad de afecto para todos. Hemos avanzado mucho en el plano legal, pero ahora nos queda traspasar todo eso a la sociedad. Nos queda lograr el pleno respeto", confesaba en una entrevista con estudiantes de la Universitat Politècnica de Valencia.

Nacido en Melilla, Fernando era hijo de legionario y ama de casa. Tuvo polio y una cojera como secuela física. Y una primer novia, Amparo, con la que la relación no prosperó. Ya en el gimnasio, según el perfil que El Mundo publicó sobre él, "había comenzado a fijarse en los cuerpos de sus compañeros". "Un día entré con mi novia a una discoteca de ambiente y vi a dos hombres barbudos dándose un beso de tornillo. Y le dije, 'sujétame, que me pierdo'". Ahí arrancó su nueva vida fuera del armario. La que le arrebató otro hombre para robarle lo poco que poseía.

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