Cuatro cosas que podemos aprender de Divine.
Una nueva biografía presenta las peripecias de la diva 'trash' como una historia «de esperanza», sobre cómo un adolescente gay supo crearse un mundo a medida y «reír el último».
Carlos Benito | Leonoticias, 2020-11-30
https://www.leonoticias.com/vivir/artes/cuatro-podemos-aprender-20201201100357-ntrc.html
Proponer a Divine como ejemplo casi puede parecer un disparate. La impactante diva 'trash' de vestidos ceñidísimos, álter ego del actor Harris Glenn Milstead, fue algo así como la pesadilla de los biempensantes, una criatura excesiva y transgresora que encarnaba la inmundicia y el escándalo: hablamos, en fin, del personaje que mordía un corazón de vaca crudo o se metía en la boca una caca de perro en las películas de su cómplice John Waters, el director de cine que la bautizó como Divine y la describió como «la mujer más hermosa del mundo, casi». Ahora, el periodista almeriense Álex Ander ha tomado prestada aquella frase para titular 'Divine: la historia de la mujer más hermosa del mundo (casi)', una biografía publicada por la editorial Egales que se basa en entrevistas exclusivas y va ilustrada con fotos a color. Y que, según apunta el autor, presenta un relato «de esperanza», el de cómo un adolescente gay de Baltimore acosado en el instituto (hasta el punto de que tuviese que escoltarlo la Policía) supo crearse un mundo a medida y «reír el último».
Porque claro que Glenn o Divine, Divine o Glenn, sirven como modelo de muchas cosas, y más en este mundo cada vez más cuadriculado y censor. Lo resume certeramente Valeria Vegas en el prólogo del libro: «Su figura sigue siendo hoy un revulsivo, más aún si tenemos en cuenta que una parte del colectivo LGTBQ camina hacia lo puramente normativo. Su imagen, con la lengua fuera o guiñando un ojo, nos sigue diciendo que se puede ser bella con más de cien kilos. Que el exceso de maquillaje nunca es exceso y que la libertad no debería tener límites». He aquí un breve compendio de lo que podemos aprender de Divine, a cargo del propio Álex Ander.
No tengas miedo a ser diferente
«Divine enseñó a muchos artistas y no artistas del planeta a abrazar las diferencias. Cuando empezó en el mundo del 'drag', las 'drag queens' eran bastante cuadriculadas y el sentido del humor no tenía demasiada cabida en sus presentaciones. Todas aspiraban a ser como sus madres y a lucir lo más femeninas posible. Divine empezó maquillándose y vistiéndose de forma elegante, pero vio que su sobrepeso y su sentido del espectáculo no encajaban en ese molde. Por eso, empezó a vestir ropa atrevida y ceñida que, probablemente, ninguna persona con sobrepeso se habría puesto entonces. Consiguió que el 'drag' comenzase a evolucionar, combatió el canon de belleza normativa y, de paso, logró insuflar confianza a aquellos jóvenes que, por un motivo u otro, sentían que no encajaban en la sociedad. Yo estoy convencido de que, sin Divine, hoy no existirían ni Lady Gaga ni 'RuPaul's Drag Race'».
Ante todo, sentido del humor
«Divine era un artista animador. Pocas cosas le producían tanta satisfacción como hacer reír a los demás. Toparse con John Waters le permitió empezar a hacer comedias paródicas y dar rienda suelta a su imaginación y creatividad. De hecho, el cineasta escribió específicamente para él personajes estrambóticos, transgresores y políticamente incorrectos que permitieron a Divine sacar toda esa ira contenida de sus traumas de instituto. Ese sentido del humor, unido a su soez verborrea, le permitió ganarse la vida haciendo bolos por el mundo y vivir como siempre había querido: como una auténtica estrella, con independencia del dinero que tuviese en la cuenta bancaria en cada ocasión».
La perseverancia es el camino
«Divine se tomó siempre bastante en serio su carrera. Tenía claro que no había nacido para tener un trabajo convencional y convertirse en el típico padre de familia amargado que abundaba entonces en su barrio de los suburbios. No tuvo miedo a esperar. Pasó varios años trabajando como peluquero y haciendo pelis de bajo presupuesto por puro amor al arte, con la esperanza de triunfar algún día en el mundo del cine. Aprovechó todas las oportunidades que se le presentaron y fue siempre tremendamente perseverante. Mucha gente de su entorno le decía que no sabía cantar y que no podría hacerlo, pero él les demostró que para cantar no era necesario tener una gran voz. Por su parte, la mayoría de los productores hollywoodienses de la época eran bastante prejuiciosos y temían contratar para sus películas a un tipo que se ganaba la vida actuando en discotecas travestido. Pero Divine no dejó nunca de dar lo mejor de sí y demostrarles a todos ellos que, dijeran lo que dijesen, era un buen actor de reparto. Lo triste de su historia es que el reconocimiento le llegó con el estreno de 'Hairspray', pocas semanas antes de su repentina muerte en 1988, a los 42 años».
Haz política con tu vida
«A Divine nunca le interesó demasiado la política. La mayoría de los 'dreamlanders', la troupe cinematográfica de John Waters, sí tenían esa inquietud, pero a Divine solo le interesaba preparar cenas para los amigos y decorar la casa con flores que habitualmente robaba del cementerio donde, paradójicamente, hoy está enterrado. No tenía problema en hablar públicamente de los derechos de los gais, pero su discurso no era nada político. De hecho, una vez confesó que nunca iba a votar cuando había elecciones... Pero le bastó con ser él mismo para reivindicar el derecho a que cada uno se mostrase como le diese la gana. El actor se reapropió de alguna manera del insulto (todo un acto de reivindicación política, sin duda) y su enorme carisma y personalidad inspiraron a muchos de sus fans. Varias de las personas con las que me entrevisté me contaron que ver las pelis de Divine, o acudir a alguno de sus bolos, les dio la fuerza necesaria para salir del armario y gritarle al mundo entero: 'Así soy yo, te guste o no, y que te jodan si te molesta que no esconda todo eso que me hace diferente a ti'».
«Le sometieron al detector de mentiras... ¡y lo pasó, para que digan que no era buen actor!»
En la adolescencia, Glenn se lo hizo pasar bastante mal a sus padres, y no solo por vestirse de mujer y perderse junto a sus extraños amigotes. «Como muchos padres de su entorno en esa época, ellos querían que su hijo estudiara algo y se dedicase a una profesión convencional, pero Divine quería ser una estrella de cine, como su admirada Elizabeth Taylor. Era un tipo excesivo.... Solía montar fiestas en su casa y cargaba todos los gastos a la cuenta de sus padres. Cuando el saldo se acabó, empezó a escribir cheques sin fondos. En una ocasión, la policía llegó a arrestarlo. Le llevaron a su casa y, delante de sus padres, le sometieron a la prueba de un detector de mentiras... ¡y la pasó! ¡Para que luego digan algunos que no era buen actor...! Todo esto acabó cansando a sus padres, que sentían que Divine solo les buscaba cuando necesitaba pedirles algo. Y así fue como, tras mantener una fuerte discusión, Divine y sus padres se distanciaron: no tuvo nada que ver con el hecho de que él fuese gay, como se ha comentado en alguna ocasión», analiza Álex Ander. Parece que de toda esa peripecia no podemos extraer ninguna enseñanza positiva, ¿no? Bueno, al final se produjo la reconciliación: «Pasó casi una década... Fue entonces cuando Divine compartió con sus padres los entresijos de su carrera y acabó invitando incluso a su madre, porque su padre estaba gravemente enfermo, a acudir al estreno de la que fue su última peli, 'Hairspray'. Fue la primera de sus películas que consideró que estaba a la altura y de la que pensó que su madre podría sentirse realmente orgullosa».
Porque claro que Glenn o Divine, Divine o Glenn, sirven como modelo de muchas cosas, y más en este mundo cada vez más cuadriculado y censor. Lo resume certeramente Valeria Vegas en el prólogo del libro: «Su figura sigue siendo hoy un revulsivo, más aún si tenemos en cuenta que una parte del colectivo LGTBQ camina hacia lo puramente normativo. Su imagen, con la lengua fuera o guiñando un ojo, nos sigue diciendo que se puede ser bella con más de cien kilos. Que el exceso de maquillaje nunca es exceso y que la libertad no debería tener límites». He aquí un breve compendio de lo que podemos aprender de Divine, a cargo del propio Álex Ander.
No tengas miedo a ser diferente
«Divine enseñó a muchos artistas y no artistas del planeta a abrazar las diferencias. Cuando empezó en el mundo del 'drag', las 'drag queens' eran bastante cuadriculadas y el sentido del humor no tenía demasiada cabida en sus presentaciones. Todas aspiraban a ser como sus madres y a lucir lo más femeninas posible. Divine empezó maquillándose y vistiéndose de forma elegante, pero vio que su sobrepeso y su sentido del espectáculo no encajaban en ese molde. Por eso, empezó a vestir ropa atrevida y ceñida que, probablemente, ninguna persona con sobrepeso se habría puesto entonces. Consiguió que el 'drag' comenzase a evolucionar, combatió el canon de belleza normativa y, de paso, logró insuflar confianza a aquellos jóvenes que, por un motivo u otro, sentían que no encajaban en la sociedad. Yo estoy convencido de que, sin Divine, hoy no existirían ni Lady Gaga ni 'RuPaul's Drag Race'».
Ante todo, sentido del humor
«Divine era un artista animador. Pocas cosas le producían tanta satisfacción como hacer reír a los demás. Toparse con John Waters le permitió empezar a hacer comedias paródicas y dar rienda suelta a su imaginación y creatividad. De hecho, el cineasta escribió específicamente para él personajes estrambóticos, transgresores y políticamente incorrectos que permitieron a Divine sacar toda esa ira contenida de sus traumas de instituto. Ese sentido del humor, unido a su soez verborrea, le permitió ganarse la vida haciendo bolos por el mundo y vivir como siempre había querido: como una auténtica estrella, con independencia del dinero que tuviese en la cuenta bancaria en cada ocasión».
La perseverancia es el camino
«Divine se tomó siempre bastante en serio su carrera. Tenía claro que no había nacido para tener un trabajo convencional y convertirse en el típico padre de familia amargado que abundaba entonces en su barrio de los suburbios. No tuvo miedo a esperar. Pasó varios años trabajando como peluquero y haciendo pelis de bajo presupuesto por puro amor al arte, con la esperanza de triunfar algún día en el mundo del cine. Aprovechó todas las oportunidades que se le presentaron y fue siempre tremendamente perseverante. Mucha gente de su entorno le decía que no sabía cantar y que no podría hacerlo, pero él les demostró que para cantar no era necesario tener una gran voz. Por su parte, la mayoría de los productores hollywoodienses de la época eran bastante prejuiciosos y temían contratar para sus películas a un tipo que se ganaba la vida actuando en discotecas travestido. Pero Divine no dejó nunca de dar lo mejor de sí y demostrarles a todos ellos que, dijeran lo que dijesen, era un buen actor de reparto. Lo triste de su historia es que el reconocimiento le llegó con el estreno de 'Hairspray', pocas semanas antes de su repentina muerte en 1988, a los 42 años».
Haz política con tu vida
«A Divine nunca le interesó demasiado la política. La mayoría de los 'dreamlanders', la troupe cinematográfica de John Waters, sí tenían esa inquietud, pero a Divine solo le interesaba preparar cenas para los amigos y decorar la casa con flores que habitualmente robaba del cementerio donde, paradójicamente, hoy está enterrado. No tenía problema en hablar públicamente de los derechos de los gais, pero su discurso no era nada político. De hecho, una vez confesó que nunca iba a votar cuando había elecciones... Pero le bastó con ser él mismo para reivindicar el derecho a que cada uno se mostrase como le diese la gana. El actor se reapropió de alguna manera del insulto (todo un acto de reivindicación política, sin duda) y su enorme carisma y personalidad inspiraron a muchos de sus fans. Varias de las personas con las que me entrevisté me contaron que ver las pelis de Divine, o acudir a alguno de sus bolos, les dio la fuerza necesaria para salir del armario y gritarle al mundo entero: 'Así soy yo, te guste o no, y que te jodan si te molesta que no esconda todo eso que me hace diferente a ti'».
«Le sometieron al detector de mentiras... ¡y lo pasó, para que digan que no era buen actor!»
En la adolescencia, Glenn se lo hizo pasar bastante mal a sus padres, y no solo por vestirse de mujer y perderse junto a sus extraños amigotes. «Como muchos padres de su entorno en esa época, ellos querían que su hijo estudiara algo y se dedicase a una profesión convencional, pero Divine quería ser una estrella de cine, como su admirada Elizabeth Taylor. Era un tipo excesivo.... Solía montar fiestas en su casa y cargaba todos los gastos a la cuenta de sus padres. Cuando el saldo se acabó, empezó a escribir cheques sin fondos. En una ocasión, la policía llegó a arrestarlo. Le llevaron a su casa y, delante de sus padres, le sometieron a la prueba de un detector de mentiras... ¡y la pasó! ¡Para que luego digan algunos que no era buen actor...! Todo esto acabó cansando a sus padres, que sentían que Divine solo les buscaba cuando necesitaba pedirles algo. Y así fue como, tras mantener una fuerte discusión, Divine y sus padres se distanciaron: no tuvo nada que ver con el hecho de que él fuese gay, como se ha comentado en alguna ocasión», analiza Álex Ander. Parece que de toda esa peripecia no podemos extraer ninguna enseñanza positiva, ¿no? Bueno, al final se produjo la reconciliación: «Pasó casi una década... Fue entonces cuando Divine compartió con sus padres los entresijos de su carrera y acabó invitando incluso a su madre, porque su padre estaba gravemente enfermo, a acudir al estreno de la que fue su última peli, 'Hairspray'. Fue la primera de sus películas que consideró que estaba a la altura y de la que pensó que su madre podría sentirse realmente orgullosa».
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