Imagen: Mujer Hoy / Mila Ximénez, Isabel Pantoja y Encarna Sánchez |
Por qué solo Martes y Trece se atrevieron a hablar de la relación secreta entre Isabel Pantoja y Encarna Sánchez.
Isabel Pantoja y Encarna Sánchez fueron la pareja más comentada de los años 80, aunque nadie en aquel momento pudiera decir que eran mucho más que amigas. Solo dos personas se atrevieron a gritar a los cuatro vientos la realidad de su relación: los humoristas Martes y Trece.
Elena de los Ríos | Mujer Hoy, 2020-11-23
https://www.mujerhoy.com/celebrities/202011/23/por-que-isabel-pantoja-relacion-secreta-encarna-sanchez-20201118155605.html
El caso Pantoja está en un punto de imprevisibilidad prácticamente total: ahora mismo es capaz de dirigirse hacia una larguísima pelea en tribunales o de apagarse mediáticamente sin más explicaciones que un nuevo pacto de silencio familiar. Una cosa sí está clara: las relaciones de IsabelPantoja con los hombres (Francisco Rivera 'Paquirri' y Julián Muñoz 'Cachuli') le han ocasionado quebraderos de cabeza económicos impensables en sus relaciones con las mujeres. Muñoz la llevó nada menos que a la cárcel, mientras que la memoria de Paquirri y sus herederos la está despedazando en televisión. Sin embargo, ni Encarna Sánchez ni María del Monte le han dado problemas que no fuera su propia decisión de ocultar su privacidad. Nadie se atrevió en los años 80 y 90 a hablar de las relaciones de la cantante con sus amigas. Solo dos humoristas: Martes y Trece.
Antes de que Millán Salcedo y Josema Yuste grabaran el sketch en el que parodiaban un viaje de vacaciones de Isabel Pantoja y Encarna Sánchez a Palma de Mallorca, los humoristas ya se habían metido en la piel de ambas divas con éxito. De hecho, en 1986 protagonizaron el que fue, probablemente, su sketch más famoso: las míticas empanadillas. Millán se caracterizó como 'Encarna de noche', trasunto de la rubia periodista que, ante el increíble éxito de la imitación, la celebró muchísimo. Con la Pantoja tenían una vieja amistad, pues hasta habían compartido gira. Tanto es así, que doña Ana, la madre de la cantante, les regaló un vestido suyo para que la imitación que hacían de madre e hija fuera de lo más realista. Estuvieron, por descontado, en la boda de Isabel y Paquirri.
Este factor es importante: Martes y Trece ya habían parodiado a ambas divas por separado, por lo que tampoco suponía una locura imitarlas juntas. Pero, además, Millán Salcedo y Josema Yuste eran prácticamente intocables: su enorme éxito al frente de los especiales de Nochevieja blindaba creativamente todos y cada uno de sus esperpentos. Durante una larga década fueron los humoristas estrella de la televisión, los únicos profesionales capaces de llegar a audiencias hoy imposibles del 75%, en los inicios, además. de la competencia de las televisiones privadas. Además, tuvieron siempre un cuidado exquisito para no traspasar límites que pudieran incomodar al espectador familiar. En su sketch, el hilo conductor de su especial Nochevieja de 1992, Pantoja y Sánchez se iban juntas de vacaciones, sin escenas fuera de tono ni referencias explícitas.
El humor de Martes y Trece siempre ha sido más absurdo que polémico. Solo a ellos se les puede ocurrir vestir a un botones de hotel (interpretado por un aniñado Dani Martín) con un mono color carne con botones cosidos. Sin embargo, a buen entendedor, palabras sobran. En su parodia, Isabel Pantoja aparece absolutamente infantilizada y dotada con muy pocas luces mientras que Encarna se presenta como la voz de la inteligencia y la razón. Josema Yuste interpreta a una Pantoja hiperfemenina y con voz extremadamente aguda, mientras que Millán Salcedo recurre a una voz tan masculina, que el botones contesta a Encarna 'sí señor'. Esa masculinización enfureció a la estrella de la radio. Las palabras prohibidas no se pronunciaban de ninguna manera en aquella época al respecto de Pantoja y Encarna, pero de alguna manera se rompió un tabú.
Encarna Sánchez trató por todos los medios de que el especial no se grabara o no se emitiera: amenazó con destruirles si seguían adelante y llegó a pedir auxilio a sus contactos en el gobierno. Telefoneaba todos los días al hotel donde se realizaba la grabación hecha un basilisco. En sus memorias, Millán Salcedo recuerda que una vez cogió su llamada y Encarna “juró al más puro estilo camionero y me lió la de San Quintín. Ordenaba que se suspendiera todo”. Isabel Pantoja también habló con Millán: le pidió llorando que no lo emitiesen y le anunció que aquello supondría el fin de una amistad que duraba años. Tras la emisión, Encarna entró en cólera y pidió la cabeza de Martes y Trece. Desde su programa de radio pidió a sus oyentes que se olvidaran de ellos y no se cansó en insultarles en meses.
Antes de que Millán Salcedo y Josema Yuste grabaran el sketch en el que parodiaban un viaje de vacaciones de Isabel Pantoja y Encarna Sánchez a Palma de Mallorca, los humoristas ya se habían metido en la piel de ambas divas con éxito. De hecho, en 1986 protagonizaron el que fue, probablemente, su sketch más famoso: las míticas empanadillas. Millán se caracterizó como 'Encarna de noche', trasunto de la rubia periodista que, ante el increíble éxito de la imitación, la celebró muchísimo. Con la Pantoja tenían una vieja amistad, pues hasta habían compartido gira. Tanto es así, que doña Ana, la madre de la cantante, les regaló un vestido suyo para que la imitación que hacían de madre e hija fuera de lo más realista. Estuvieron, por descontado, en la boda de Isabel y Paquirri.
Este factor es importante: Martes y Trece ya habían parodiado a ambas divas por separado, por lo que tampoco suponía una locura imitarlas juntas. Pero, además, Millán Salcedo y Josema Yuste eran prácticamente intocables: su enorme éxito al frente de los especiales de Nochevieja blindaba creativamente todos y cada uno de sus esperpentos. Durante una larga década fueron los humoristas estrella de la televisión, los únicos profesionales capaces de llegar a audiencias hoy imposibles del 75%, en los inicios, además. de la competencia de las televisiones privadas. Además, tuvieron siempre un cuidado exquisito para no traspasar límites que pudieran incomodar al espectador familiar. En su sketch, el hilo conductor de su especial Nochevieja de 1992, Pantoja y Sánchez se iban juntas de vacaciones, sin escenas fuera de tono ni referencias explícitas.
El humor de Martes y Trece siempre ha sido más absurdo que polémico. Solo a ellos se les puede ocurrir vestir a un botones de hotel (interpretado por un aniñado Dani Martín) con un mono color carne con botones cosidos. Sin embargo, a buen entendedor, palabras sobran. En su parodia, Isabel Pantoja aparece absolutamente infantilizada y dotada con muy pocas luces mientras que Encarna se presenta como la voz de la inteligencia y la razón. Josema Yuste interpreta a una Pantoja hiperfemenina y con voz extremadamente aguda, mientras que Millán Salcedo recurre a una voz tan masculina, que el botones contesta a Encarna 'sí señor'. Esa masculinización enfureció a la estrella de la radio. Las palabras prohibidas no se pronunciaban de ninguna manera en aquella época al respecto de Pantoja y Encarna, pero de alguna manera se rompió un tabú.
Encarna Sánchez trató por todos los medios de que el especial no se grabara o no se emitiera: amenazó con destruirles si seguían adelante y llegó a pedir auxilio a sus contactos en el gobierno. Telefoneaba todos los días al hotel donde se realizaba la grabación hecha un basilisco. En sus memorias, Millán Salcedo recuerda que una vez cogió su llamada y Encarna “juró al más puro estilo camionero y me lió la de San Quintín. Ordenaba que se suspendiera todo”. Isabel Pantoja también habló con Millán: le pidió llorando que no lo emitiesen y le anunció que aquello supondría el fin de una amistad que duraba años. Tras la emisión, Encarna entró en cólera y pidió la cabeza de Martes y Trece. Desde su programa de radio pidió a sus oyentes que se olvidaran de ellos y no se cansó en insultarles en meses.
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