La Vanguardia / Alexis // |
Doce horas inconsciente en un asalto idéntico a los de Bilbao: “No he vuelto a ser el mismo”.
Una víctima de Sants relata un robo idéntico a los del asaltante del País Vasco.
Mayka Navarro | La Vanguardia, 2022-05-19
https://www.lavanguardia.com/sucesos/20220519/8277052/doce-horas-inconsciente-asalto-identico-bilbao-no-vuelto-ser-mismo.html
Se aferra a la calva con las dos manos y hace el ademán de apretar, cerrando con fuerza los ojos para ver si así consigue poner en orden los recuerdos. Hace tres semanas que Alexis Mesa Careaga, de 49 años, le da vueltas y vueltas a la imagen difundida del hombre que el pasado 5 de mayo se entregó en una comisaría de la Ertzaintza y que desde entonces está en prisión acusado de ser el que ya se conoce como el asesino de gais en el País Vasco. Este cubano de 49 años asentado en Barcelona conoció el pasado 13 de noviembre a un colombiano al que invitó a subir a su casa tras intercambiar cuatro mensajes en la aplicación de citas Grindr, utilizada por homosexuales.
Lo que vino después consta en una denuncia que presentó en los Mossos d’Esquadra de Sants y que ahora recuerda a ‘La Vanguardia’. “La excusa fue que le invitaba a un vino”. El recién llegado enseguida pidió de beber, recuerda su víctima. “Puso música con su móvil, hizo ver que bailaba y me insistió en que yo apurara la copa”. Alexis se ausentó dos instantes, uno a la cocina y otro al baño. “Le tuve que decir que no me rellenara la copa con tanta rapidez, que era un buen vino y que merecía ser saboreado”. Ya no recuerda nada más. “Me desperté once horas después abrumado, sin entender lo que había ocurrido”. Enseguida descubrió que la caja fuerte en la que guardaba 300 euros estaba abierta y que faltaba ropa, regalos, perfumes que había comprado para sus amistades en Cuba, dos pasaportes, el documento de identidad, joyas familiares que guardaba como reliquias y las tarjetas de crédito que el ladrón no pudo utilizar porque “estaban a cero”.
Tras pasar por el hospital Clínic primero, donde no supieron encontrar ninguna sustancia sospechosa en los análisis de orina, el hombre declaró en comisaría. La policía científica trabajó en el piso en busca de huellas del asaltante y los investigadores llegaron a controlar una cita que concertó con otro joven de la misma aplicación que la víctima identificó como su posible asaltante. Pero se trató de una falsa alarma.
Las primeras informaciones relacionadas con el asesino de gais en el País Vasco pusieron en alerta a Alexis. “No soy capaz de recordar con nitidez el rostro de mi asaltante, pero era esa misma boca, la complexión, el color de piel...”. El hombre asegura que desde aquella madrugada no ha vuelto a ser el mismo. “Me costó salir de la cama, el miedo se me ha quedado clavado, la desconfianza; el temor a que me vuelvan a engañar, a que me quieran hacer daño”, narra con ojos aguados. Con angustia que no disimula, está a la espera de saber alguna novedad por parte de los Mossos. “Me siento decepcionado por el trato de estos últimas días. Tengo la sensación de que no se han tomado mi caso en serio. Entiendo su trabajo, que están apurados con mil historias, pero podrían responder a mis llamadas para explicarme si están comprobando si se trata o no del asaltante de Bilbao”. Sea o no el del País Vasco, dando la cara en esta entrevista, Alexis pretende advertir que “aquí en Barcelona también hay desalmados, delincuentes sin escrúpulos que se aprovechan de la inocencia de las buenas personas como yo”.
Lo que vino después consta en una denuncia que presentó en los Mossos d’Esquadra de Sants y que ahora recuerda a ‘La Vanguardia’. “La excusa fue que le invitaba a un vino”. El recién llegado enseguida pidió de beber, recuerda su víctima. “Puso música con su móvil, hizo ver que bailaba y me insistió en que yo apurara la copa”. Alexis se ausentó dos instantes, uno a la cocina y otro al baño. “Le tuve que decir que no me rellenara la copa con tanta rapidez, que era un buen vino y que merecía ser saboreado”. Ya no recuerda nada más. “Me desperté once horas después abrumado, sin entender lo que había ocurrido”. Enseguida descubrió que la caja fuerte en la que guardaba 300 euros estaba abierta y que faltaba ropa, regalos, perfumes que había comprado para sus amistades en Cuba, dos pasaportes, el documento de identidad, joyas familiares que guardaba como reliquias y las tarjetas de crédito que el ladrón no pudo utilizar porque “estaban a cero”.
Tras pasar por el hospital Clínic primero, donde no supieron encontrar ninguna sustancia sospechosa en los análisis de orina, el hombre declaró en comisaría. La policía científica trabajó en el piso en busca de huellas del asaltante y los investigadores llegaron a controlar una cita que concertó con otro joven de la misma aplicación que la víctima identificó como su posible asaltante. Pero se trató de una falsa alarma.
Las primeras informaciones relacionadas con el asesino de gais en el País Vasco pusieron en alerta a Alexis. “No soy capaz de recordar con nitidez el rostro de mi asaltante, pero era esa misma boca, la complexión, el color de piel...”. El hombre asegura que desde aquella madrugada no ha vuelto a ser el mismo. “Me costó salir de la cama, el miedo se me ha quedado clavado, la desconfianza; el temor a que me vuelvan a engañar, a que me quieran hacer daño”, narra con ojos aguados. Con angustia que no disimula, está a la espera de saber alguna novedad por parte de los Mossos. “Me siento decepcionado por el trato de estos últimas días. Tengo la sensación de que no se han tomado mi caso en serio. Entiendo su trabajo, que están apurados con mil historias, pero podrían responder a mis llamadas para explicarme si están comprobando si se trata o no del asaltante de Bilbao”. Sea o no el del País Vasco, dando la cara en esta entrevista, Alexis pretende advertir que “aquí en Barcelona también hay desalmados, delincuentes sin escrúpulos que se aprovechan de la inocencia de las buenas personas como yo”.
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