sábado, 4 de junio de 2011

argitalpenak | La rana y la princesa lesbiana

Imagen: Canal Solidario
La rana y la princesa lesbiana
Mario Gracia | El Periódico de Aragón, 2011-06-04

Érase una vez una princesa que prometió amistad eterna a una rana que le ayudó a recuperar su pelota de oro. Pero luego olvidó su promesa hasta que, con fastidio, descubre que la rana era en realidad un príncipe. Así había sido siempre la historia, hasta que la autora Luisa Guerrero decidió cambiarla.

Partiendo del cuento de los hermanos Grimm El príncipe rana "únicamente cambiaba un pequeño detalle del final", explica la autora. Y es que, en La princesa Ana, la rana acaba por convertirse en otra princesa y no en un príncipe azul. Pero resulta que "este pequeño cambio supone el enfrentamiento a un montón de prejuicios", asegura la escritora.

Esta variación en el desenlace "ha desencadenado una serie de comentarios-disparate que a mí, personalmente, me ponen los pelos de punta", afirma. "Me han llegado a decir si tenía yo problemas de zoofilia. ¡Manda narices!, que después de doscientos años dándole las princesas del mundo mundial besos a una rana, ahora llego yo y, por arte de magia, resulta que tengo problemas de zoofilia".

Hermanos Grimm
También le han llegado a decir que esta princesa Ana "se centra demasiado en el hecho de su orientación homosexual". Pero, "que yo sepa --apunta Luisa Guerrero--, nuestra princesa Ana no ha hecho nada más que lo que hizo la princesa de los hermanos Grimm y nunca se acusó a ese cuento de que estaba demasiado centrado en su orientación heterosexual".

En diciembre del año pasado, la adaptación teatral de La princesa Ana, llevada a escena por la compañía Tarambana de Madrid, fue premiada por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad con el galardón Sal a escena contra la discriminación 2010.

La princesa Ana forma parte de una serie de cuentos infantiles publicados por la oenegé Para La No Discriminación con el objetivo de "normalizar el hecho homosexual y educar en la diversidad", afirma Guerrero. Es en el año 2003, cuando la autora toma conciencia "de la carencia de material dirigido a los niños donde se tratara la diversidad sexual y la familia homoparental".

Los cuentos pretenden actuar en tres vertientes. Una es que ese niño o niña que pueda ser homosexual vea su realidad "reflejada en un cuento, y no empezar a sentirse desde bien pequeñito diferente al resto". La otra sería educar a los niños en el respeto a sus compañeros que puedan ser homosexuales. Y la tercera es que ese niño o niña que tenga en una familia homoparental no lo viva "como algo traumático, porque no lo es", asegura.

Según la autora, los cuentos "son el mejor medio para acercar a los niños la realidad del mundo que les rodea y que tienen que entender para crecer y madurar". Y cree que "la base de toda sociedad son los valores que se siembran en la infancia y se desarrollan en la persona a medida que se convierte en adulto". De ahí la importancia de "educar a los niños en la diversidad afectivo sexual desde pequeños". Los libros están a la venta pero su versión digital está disponible de forma gratuita en www.ong-nd.org.

Edades diferenciadas
La oenegé adapta los cuentos a las capacidades de diferentes edades, según el grado de madurez intelectual de la franja de edad a la que se dirija cada historia. El viejo coche ha sido el último publicado y va dirigido a los más pequeños. Está escrito con letra de palo y es bilingüe en inglés. Cuenta la historia de dos amiguitos que van creciendo y que cuando llegan a adultos se enamoran. En el cuento "podemos encontrar valores como el trabajo en equipo, la capacidad de llegar a acuerdos comunes, la amistad" señala Luisa Guerrero. Y, por supuesto, "del amor".

Fuente
La rana y la princesa lesbiana
Mario Gracia | El Periódico de Aragón, 2011-06-04

PUBLICACIONES

La princesa Ana = Princess Anne / Luis Guerrero
Barcelona: ONG por la No discriminación, 2009 [03]
Ed. bilingüe español-inglés
24 p. : il.
ISBN
9788493624446
Materias:
Literatura infantil
PVP 12,50 €

En todo cuento de princesas tiene que haber una rana a la que dándole un beso se convierta en...
... y aquí llegó el momento de cambiar la tradición...

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