lunes, 4 de julio de 2011

testigantza | José Ignacio, un gay de toda la vida

Imagen: Deia
Un gay de toda la vida
José Ignacio, fundador de EHGAM, descubrió su homosexualidad a los 10 años en Cuba, donde nació
José Basurto | Deia, 2011-07-04

A los diez años se dio cuenta de que era homosexual. "No sé por qué, pero se me iban los ojos con los hombres", cuenta José Ignacio, recordando su infancia en La Habana, donde nació y se crió. Vivió con naturalidad esa orientación sexual, "diferente al resto de mis compañeros de clase", y sin ser "rechazado" por su familia, "que tenía una educación católica". Por eso, él siempre dice que estuvo "fuera del armario". "Nunca tuve que entrar para luego salir", reflexiona con sorna. En el entorno familiar quien más le comprendió fue su abuela, "una mujer de Otxandio que influyó mucho en mí". Cuando se le murió a José Ignacio el compañero con el que había convivido durante 25 años, su madre no supo que decirle, pero su abuela, que tenía entonces 97 años, se le acercó, le abrazó y le dijo: "Qué solo te has quedado". "Eso es comprensión", dice.

José Ignacio salió muy joven de Cuba. Tenía 11 años cuando su familia decidió que era el momento de abandonar la isla donde habían llegado sus antepasados, de Asturias y Euskadi, en busca de un futuro mejor. Pero la revolución de Fidel no les infundía esperanzas. Al pequeño José Ignacio le enviaron a Estados Unidos para que aprendiera inglés. "Allí estuve tres años, y ni uno más", dice, "porque no me atraía la idea de quedarme". Así que se trasladó a Madrid, donde vivían sus padres. En la capital española hizo el Bachiller, y cuando acabó se instaló en su "añorado Bilbao". Aunque se matriculó en la Universidad, no pasó del primer curso. "Yo soy de la generación del 68 y, como rebelde, no hice carrera". De esta forma justifica el abandono prematuro de los estudios. Gracias al dominio del inglés y a un primo suyo que había sido nombrado director de la empresa Lázaro Ituarte, José Ignacio entró a trabajar en la compañía radicada en Amurrio. "Empecé de traductor y acabé encargándome de las relaciones comerciales en el exterior". En uno de los viajes de trabajo, con la Spri en 1999, tuvo la oportunidad de volver a Cuba, pero no le gustó nada. "Lo vi peor", dice. Toda su vida laboral transcurrió en Lázaro Ituarte hasta que hace diez años se prejubiló por enfermedad. "Me dieron la invalidez absoluta por el asma, que no me dejaba trabajar, me desmayaba en cualquier momento", recuerda. Eso no significó que José Ignacio se quedara en casa sin hacer nada. Siguió trabajando a otro ritmo en otras actividades.

Comprometido José Ignacio siempre ha sido un militante comprometido con el movimiento gay. Fue uno de los fundadores de EHGAM. No le llegaron a aplicar la Ley de Vagos y Maleantes, instrumento legal del franquismo para perseguir a putas, proxenetas y homosexuales, pero sí recuerda los primeros pasos en la clandestinidad de los grupos gays de Bilbao. "Nos juntábamos en el bar de la Charcu y el primer manifiesto lo leímos en un local que nos dejaron los franciscanos de Irala", dice. En ese ambiente conoció a su primera pareja, José Manuel. Vivieron juntos durante 25 años hasta que un día falleció de forma repentina. Eso le hizo recapacitar. "Como no teníamos firmado ningún papel, me podía haber quedado sin nada", cuenta, "pero gracias que el piso estaba a mi nombre". José Ignacio es muy sensible con ese tema. "Conocemos casos de gente", comenta, "que ha estado 20 años viviendo con una persona y al día siguiente de morirse la pareja ha tenido que ir a dormir a la calle porque la familia se ha quedado con todo". Por eso, este hombre, que cumplirá 65 años en septiembre, está tomando parte activamente en una campaña promovida por la Diputación y el Ayuntamiento, "para que las personas mayores gays y lesbianas se conciencien y sepan que hay una serie de instrumentos para evitar esos problemas". Él predica con el ejemplo. Se inscribió en el registro de parejas de hecho con Mikel, su segundo compañero. A José Ignacio no le gusta el término marido. "Tiene connotaciones de sumisión", dice.

Hijos
José Ignacio ha llevado sin traumas ni alardes su homosexualidad. "Yo creo que no hay que alardear de la orientación sexual que uno tiene", comenta. "El llevar ser gay o lesbiana por bandera no conduce a nada". Él nunca lo mantuvo en secreto, pero tampoco lo iba pregonando. En su casa imperó por parte de su padre la ley de "no me digas, no pregunto". Sin embargo, su madre se dio cuenta enseguida. "Con ocho años", recuerda, "mi madre siempre me decía que yo era el hijo de su vejez". Con ella no tuvo la necesidad de "decir mi orientación sexual". Esa compresión se tradujo en la aceptación y cariño que tuvo su madre con su primera pareja". Una pareja con la que no llegó a adoptar niños, algo que sí le hubiese gustado hacer "para poder transmitir a los hijos unos valores que se están perdiendo". Aun así, es feliz, "con los altibajos de cualquier persona".

Fuente
Un gay de toda la vida
José Ignacio, fundador de EHGAM, descubrió su homosexualidad a los 10 años en Cuba, donde nació
José Basurto | Deia, 2011-07-04

Y además...
Unos 700.000 mayores gays no tienen reconocidos sus derechos
Los médicos advierten de la problemática añadida que supone la condición sexual
Víctor Sariego | Xornal, 2011-07-05 
Juan Ignacio Martínez Salamanca | Salud Sexual | El Mundo, 2011-07-05
Los mayores centran las reivindicaciones del Día del Orgullo Gay en Bizkaia
El Correo, 2011-06-29

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.