Imagen: El Comercio |
El Comité Antisida se reunió en Los Pericones en el VI Memorial Permanente
O. Suárez | El Comercio, 2015-05-17
http://www.elcomercio.es/gijon/201505/17/silencio-flores-recuerdo-victimas-20150517013003-v.html
«Es un espacio de recuerdo y reflexión; simboliza el sentimiento de todas las personas que, en todo el mundo han muerto a consecuencia del sida, el coraje de los que hoy viven con el VIH y la convicción de que el esfuerzo de todos nos conducirá al final de esta pandemia». Como en los últimos años, y ya van seis consecutivos, el Comité Antisida de Asturias volvió ayer al Bosque de la Memoria, en el parque de Los Pericones, para rendir homenaje a las víctimas de esta enfermedad y para reivindicar la integración total en la sociedad y en el entorno laboral. Según las encuestas que manejan, el 30% de la población no querría trabajar con una persona infectada con el virus del sida. «Es un porcentaje altísimo que refleja que, aunque se haya avanzado, todavía queda mucho camino por recorrer», dicen desde el colectivo.
Reunidos en torno a la escultura del artista senegalés Mohamadou Ndoye que sirve como referente del memorial permanente en el parque, los amigos y familiares de las víctimas leyeron uno a uno los nombres de los fallecidos, guardaron un minuto de silencio en su memoria y depositaron flores a los pies de la obra artística. El sol reinante permitió celebrar la comida campestre que en años anteriores había tenido que ser suspendida por la lluvia.
Los memoriales permanentes nacieron en mayo de 1983 en Nueva York y San Francisco, con el deseo de honrar cada año a las víctimas del virus. Se estima que a nivel mundial hay 34 millones de personas infectadas.
Reunidos en torno a la escultura del artista senegalés Mohamadou Ndoye que sirve como referente del memorial permanente en el parque, los amigos y familiares de las víctimas leyeron uno a uno los nombres de los fallecidos, guardaron un minuto de silencio en su memoria y depositaron flores a los pies de la obra artística. El sol reinante permitió celebrar la comida campestre que en años anteriores había tenido que ser suspendida por la lluvia.
Los memoriales permanentes nacieron en mayo de 1983 en Nueva York y San Francisco, con el deseo de honrar cada año a las víctimas del virus. Se estima que a nivel mundial hay 34 millones de personas infectadas.
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