Barcelona : Bellaterra, 2015 [05-25]
60 p.
Colección: Otras Letras ; 6
ISBN 9788472907164 / 13 €
/ ES / ENS
/ Control social / Crónicas / Franquismo / Lesbianismo / Mujeres en el franquismo / Persecuciones políticas / Travestismo
¿Y si un día que sales a tomarte un chato de vino te lleva la Guardia Civil al cuartelillo? M.E. se busca la vida por las calles de Barcelona a finales de los años sesenta, a veces dona sangre, otras consigue algún dinero de la caridad o de sus amigas. Hasta que un mal día se topa con unos guardias civiles, que descubren sus curvas bajo la ropa de hombre. El cuartelillo, la cárcel o el hospital son los espacios de disciplinamiento a los que ha de someterse. Sólo sabemos lo que los médicos, guardias y jueces dictaminan a través de interrogatorios, plasmados en un puñado de hojas olvidadas en un archivo. Lo más espeluznante es lo que no se dice, pero que se imagina fácilmente. La masculinidad de M.E. les resulta imposible, señalando su deseo por las mujeres como patológico y criminal, al tiempo que irrefrenable y por tanto, merecedor de castigo y reclusión. M.E. transgrede, casi involuntariamente, las normas morales de un franquismo que si bien se va apagando, sigue reprimiendo duramente a quienes se atreven a romper públicamente con sus dictados. Una represión que se enciende ante el «escándalo público» y que se ceba especialmente con aquellas personas cuya sexualidad y expresión de género desborda los límites de la «decencia», los roles de género binarios y la heterosexualidad obligatoria. Esta historia resuena aún hoy, en un tiempo que se dice lleno de derechos sexuales, pero en el que se sigue señalando estas rupturas con las expresiones de género más normativas como evidencias de patologías, cuyo diagnóstico se impone para acceder a un puñado de derechos incompletos.
Raquel (Lucas) Platero desde los años noventa forma parte del movimiento feminista y queer, al mismo tiempo que ha desarrollado una intensa labor investigadora sobre la sexualidad no normativa. Es doctor en Sociología y Ciencias Políticas por la UNED y docente en intervención sociocomunitaria. Entre sus publicaciones más recientes, destacan “Intersecciones. Cuerpos y sexualidades en la encrucijada” (Bellaterra, 2012) y “Trans*exualidades. Acompañamiento, factores de salud y recursos educativos” (Bellaterra, 2014). Fruto de su interés activista y académico por el presente de los derechos sexuales en el Estado español, se hace consciente de la importancia de estudiar la sexualidad durante el período franquista, lo cual le lleva a sumergirse en las experiencias de María Elena, a quien se le aplicaron medidas represivas por su sexualidad y su expresión de género. Aunque nunca se han conocido personalmente, tienen vivencias que podrían entenderse como entrelazadas, mostrando las huellas y el impacto de los cambios en las políticas sexuales vividas en el Estado español en los últimos cincuenta años.
Eva Garrido es artista en travesía feminista. Trabaja en Madrid, donde desarrolla proyectos artísticos, educativos y de investigación dentro del colectivo formado junto a Yera Moreno “Colektivof”. Define su relación con el dibujo como conflictiva, en una tensa conversación entre el papel y su propio cuerpo. Las imágenes de “Un chato de vino” son el resultado de la lucha entre lo inscrito y lo borrado, aquello que se nombra y el silencio.
Raquel (Lucas) Platero desde los años noventa forma parte del movimiento feminista y queer, al mismo tiempo que ha desarrollado una intensa labor investigadora sobre la sexualidad no normativa. Es doctor en Sociología y Ciencias Políticas por la UNED y docente en intervención sociocomunitaria. Entre sus publicaciones más recientes, destacan “Intersecciones. Cuerpos y sexualidades en la encrucijada” (Bellaterra, 2012) y “Trans*exualidades. Acompañamiento, factores de salud y recursos educativos” (Bellaterra, 2014). Fruto de su interés activista y académico por el presente de los derechos sexuales en el Estado español, se hace consciente de la importancia de estudiar la sexualidad durante el período franquista, lo cual le lleva a sumergirse en las experiencias de María Elena, a quien se le aplicaron medidas represivas por su sexualidad y su expresión de género. Aunque nunca se han conocido personalmente, tienen vivencias que podrían entenderse como entrelazadas, mostrando las huellas y el impacto de los cambios en las políticas sexuales vividas en el Estado español en los últimos cincuenta años.
Eva Garrido es artista en travesía feminista. Trabaja en Madrid, donde desarrolla proyectos artísticos, educativos y de investigación dentro del colectivo formado junto a Yera Moreno “Colektivof”. Define su relación con el dibujo como conflictiva, en una tensa conversación entre el papel y su propio cuerpo. Las imágenes de “Un chato de vino” son el resultado de la lucha entre lo inscrito y lo borrado, aquello que se nombra y el silencio.
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