Imagen: El Correo |
Es el único día de la semana en que Billie puede presenciar el proceso de transformación de su madre. Y el único día en que miles de personas se reúnen en torno a una app para responder a preguntas esenciales
Héctor Llanos Martínez | tentaciones, El País, 2015-05-26
http://elpais.com/elpais/2015/05/26/tentaciones/1432622621_889750.html
¿Qué aspecto tiene tu dormitorio? ¿Cuál ha sido el mejor sentimiento que has tenido en la última semana? Cada martes se publica una pregunta y los usuarios de la app My 52 Tuesdays responden. No tiene que ser precisamente todo sonrisas, porque esta herramienta online quiere que te cuestiones lo mundano y lo esencial; en definitiva, debe surgir con honestidad el día a día.
Para ello se ha inspirado en el original modus operandi de 52 Martes, película australiana que acaba de llegar a salas españolas. Billie es una adolescente que descubre por sorpresa que su madre va a someterse a una operación de cambio de sexo. Durante el proceso, solo podrán verse los martes por la tarde y son esos breves momentos de intimidad entre ambos personajes los que la directora Sophie Hyde nos muestra en su película. El equipo de producción, para hacer más veraz el relato, se impuso la misma norma: rodar solo los martes hasta medianoche durante un año de forma consecutiva e ir avanzando el guión semana a semana. Lo que se ve es lo que hay. Y es mucho. En la agria comedia televisiva Transparent el gran Jeffrey Tambor le cuenta a sus tres hijos, tan hipsters como ingratos, que por fin va a vivir como una mujer tras sesenta años de vida reprimiendo sus instintos. Su emotivo proceso de cambio no está exento de drama.
En 52 Martes, rodada hace más de dos años con narrativa a lo Boyhood, vemos avanzar a sus protagonistas de un modo distinto ante una situación similar. En especial a Billie en su emancipación acelerada y su despegar sexual, que coincide con el cambio de género de su madre. La directora nos contesta sobre este curioso proyecto doble.
Además de recurrir a Internet, recopilabais experiencias personales mientras presentabais la cinta en Sundance y Berlín. ¿Qué te decidió a crear la app y web de My 52?
Mientras rodábamos nos dábamos cuenta de lo rápido o lento que suele pasar el tiempo. Quisimos ofrecer al espectador esa reflexión sobre si aprovechamos nuestro día a día y hacerlo de un modo externo a la película. Este formato permite que el usuario pueda abrazar esa reflexión de un modo casual o, si lo prefiere, con total compromiso. Antes incluso de haber visto la película.
Tu propuesta se enmarca en esa corriente actual de cineastas que odian sobreproducir sus relatos. ¿Acaso en el cine no se trata de engañar un poco?
Sentí que poner alguna que otra restricción puede despertar también la creatividad. Cuando hay reglas sientes la necesidad de desafiarlas. “¿Cómo podemos enfrentarnos a este reto? ¿Qué opciones tenemos?”, nos preguntábamos. Rodar a tiempo real nos despertaba curiosidad, cómo puede afectar a la audiencia y a la narración.
Primero ideaste la estructura y luego los personajes…
Una cosa nos llevó a la otra. Una adolescente (Billie) y una mujer en proceso de convertirse en hombre (James) son personajes que se van a enfrentar a un enorme cambio físico y emocional en un breve espacio de tiempo. Eran perfectos para esta estructura narrativa.
Por cada película como "52 martes" hay dos "Lawrence Anyways", "Transamerica" o "Transparent". ¿También existe menor visibilidad de las necesidades de la mujer en el ámbito de la transexualidad?
Lo que espero es que cuestionar el código binario que hemos seguido hasta ahora nos permita cambiar nuestra percepción tan restrictiva y limitada que tenemos de los géneros. Por qué el género es tan importante para nuestra sociedad, por qué el pertenecer al género femenino sigue siendo una desventaja, son cuestiones que debemos descifrar cuanto antes. Esas ideas tan rígidas con las que nos clasificamos son injustas y peligrosas.
Al margen de James, otros personajes como la propia Billie y su tío resultan andróginos.
La gente que conozco y quiero no está tan aferrada a los clichés de género que se nos han impuesto y lo he trasladado a los personajes. No hay nada que Billie haga que diga que es menos femenina ni nada en su tío que diga que es menos masculino. Simplemente no siguen las estúpidas ideas que se nos obliga a seguir.
Pero en definitiva la historia principal es mucho más universal: las cuestiones familiares.
Lo que queríamos contar es qué ocurre con la identidad de un adolescente que se está construyendo como persona cuando los padres cambian su esencia de una forma tan drástica. Por vez primera el personaje de Billie ve a su madre desde una perspectiva adulta, más allá de como a la mamá proveedora. Tienen que descubrir qué tipo de relación pueden tener a partir de ese momento.
Para ello se ha inspirado en el original modus operandi de 52 Martes, película australiana que acaba de llegar a salas españolas. Billie es una adolescente que descubre por sorpresa que su madre va a someterse a una operación de cambio de sexo. Durante el proceso, solo podrán verse los martes por la tarde y son esos breves momentos de intimidad entre ambos personajes los que la directora Sophie Hyde nos muestra en su película. El equipo de producción, para hacer más veraz el relato, se impuso la misma norma: rodar solo los martes hasta medianoche durante un año de forma consecutiva e ir avanzando el guión semana a semana. Lo que se ve es lo que hay. Y es mucho. En la agria comedia televisiva Transparent el gran Jeffrey Tambor le cuenta a sus tres hijos, tan hipsters como ingratos, que por fin va a vivir como una mujer tras sesenta años de vida reprimiendo sus instintos. Su emotivo proceso de cambio no está exento de drama.
En 52 Martes, rodada hace más de dos años con narrativa a lo Boyhood, vemos avanzar a sus protagonistas de un modo distinto ante una situación similar. En especial a Billie en su emancipación acelerada y su despegar sexual, que coincide con el cambio de género de su madre. La directora nos contesta sobre este curioso proyecto doble.
Además de recurrir a Internet, recopilabais experiencias personales mientras presentabais la cinta en Sundance y Berlín. ¿Qué te decidió a crear la app y web de My 52?
Mientras rodábamos nos dábamos cuenta de lo rápido o lento que suele pasar el tiempo. Quisimos ofrecer al espectador esa reflexión sobre si aprovechamos nuestro día a día y hacerlo de un modo externo a la película. Este formato permite que el usuario pueda abrazar esa reflexión de un modo casual o, si lo prefiere, con total compromiso. Antes incluso de haber visto la película.
Tu propuesta se enmarca en esa corriente actual de cineastas que odian sobreproducir sus relatos. ¿Acaso en el cine no se trata de engañar un poco?
Sentí que poner alguna que otra restricción puede despertar también la creatividad. Cuando hay reglas sientes la necesidad de desafiarlas. “¿Cómo podemos enfrentarnos a este reto? ¿Qué opciones tenemos?”, nos preguntábamos. Rodar a tiempo real nos despertaba curiosidad, cómo puede afectar a la audiencia y a la narración.
Primero ideaste la estructura y luego los personajes…
Una cosa nos llevó a la otra. Una adolescente (Billie) y una mujer en proceso de convertirse en hombre (James) son personajes que se van a enfrentar a un enorme cambio físico y emocional en un breve espacio de tiempo. Eran perfectos para esta estructura narrativa.
Por cada película como "52 martes" hay dos "Lawrence Anyways", "Transamerica" o "Transparent". ¿También existe menor visibilidad de las necesidades de la mujer en el ámbito de la transexualidad?
Lo que espero es que cuestionar el código binario que hemos seguido hasta ahora nos permita cambiar nuestra percepción tan restrictiva y limitada que tenemos de los géneros. Por qué el género es tan importante para nuestra sociedad, por qué el pertenecer al género femenino sigue siendo una desventaja, son cuestiones que debemos descifrar cuanto antes. Esas ideas tan rígidas con las que nos clasificamos son injustas y peligrosas.
Al margen de James, otros personajes como la propia Billie y su tío resultan andróginos.
La gente que conozco y quiero no está tan aferrada a los clichés de género que se nos han impuesto y lo he trasladado a los personajes. No hay nada que Billie haga que diga que es menos femenina ni nada en su tío que diga que es menos masculino. Simplemente no siguen las estúpidas ideas que se nos obliga a seguir.
Pero en definitiva la historia principal es mucho más universal: las cuestiones familiares.
Lo que queríamos contar es qué ocurre con la identidad de un adolescente que se está construyendo como persona cuando los padres cambian su esencia de una forma tan drástica. Por vez primera el personaje de Billie ve a su madre desde una perspectiva adulta, más allá de como a la mamá proveedora. Tienen que descubrir qué tipo de relación pueden tener a partir de ese momento.
52 martes. Vivir su vida
Anton Merikaetxebarria | El Correo, 2015-05-25
http://www.elcorreo.com/bizkaia/culturas/cine/201505/25/martes-20150525145426.html
Insólito drama de la vida cotidiana, centrado en los profundos cambios que sufren actualmente muchos seres humanos a escala global. El título alude a los únicos días en que una adolescente puede visitar a su madre, una mujer dispuesta a sustituir su sexo de nacimiento para adecuarlo a su identidad de género. Pero, si en ‘Una nueva amiga’, el protagonismo recaía en un hombre transformado, aquí es dicha madre de familia quien lleva la voz cantante. La realizadora australiana Sophie Hyde (cuyo apellido parece tomado de la novela de Stevenson ‘El Dr. Jekyll y Mr. Hyde’) resuelve con pulso firme el peliagudo asunto que tenía entre manos.
A estas alturas de la película está claro que hay cineastas que intentan dejar el mundo en mejores condiciones que las que tenía cuando llegaron a él. De ahí que ‘52 martes’ rompa de nuevo una lanza en favor de la identidad y la elección sexual, sin dejarse llevar por el efectismo, por la caricatura o por la demagogia barata. Por otra parte, el hecho de que esa mamá diferente desee serlo a tiempo completo con respecto a su hija choca de forma frontal con el proceso judicial que sólo le deja serlo a tiempo parcial, ignorando que lo que hace una madre por amor está más allá del bien y del mal.
Así pues, estamos ante una película delicadamente transgresora, que incide en las relaciones sociales de sus protagonistas y, por lo que respecta a la chica, también con sus colegas de instituto. En ese sentido, ‘52 martes’ está filmada con frescura y espontaneidad, sin que falten la vertiente emotiva y las tensiones sexuales, pasadas por el filtro de una cálida humanidad. Realzada por las interpretaciones de sus dos protagonistas, la sencillez con que está contada esta reconciliación con la vida se convierte en toda una declaración de principios. Por si fuera poco, la película consigue poner en imágenes un concepto tan etéreo, a la vez que íntimo, como es la soledad.
A estas alturas de la película está claro que hay cineastas que intentan dejar el mundo en mejores condiciones que las que tenía cuando llegaron a él. De ahí que ‘52 martes’ rompa de nuevo una lanza en favor de la identidad y la elección sexual, sin dejarse llevar por el efectismo, por la caricatura o por la demagogia barata. Por otra parte, el hecho de que esa mamá diferente desee serlo a tiempo completo con respecto a su hija choca de forma frontal con el proceso judicial que sólo le deja serlo a tiempo parcial, ignorando que lo que hace una madre por amor está más allá del bien y del mal.
Así pues, estamos ante una película delicadamente transgresora, que incide en las relaciones sociales de sus protagonistas y, por lo que respecta a la chica, también con sus colegas de instituto. En ese sentido, ‘52 martes’ está filmada con frescura y espontaneidad, sin que falten la vertiente emotiva y las tensiones sexuales, pasadas por el filtro de una cálida humanidad. Realzada por las interpretaciones de sus dos protagonistas, la sencillez con que está contada esta reconciliación con la vida se convierte en toda una declaración de principios. Por si fuera poco, la película consigue poner en imágenes un concepto tan etéreo, a la vez que íntimo, como es la soledad.
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