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Javier Lacort | Hipertextual, 2015-05-21
https://hipertextual.com/2015/05/homofobia-en-rusia
Homofobia: 1. f. Aversión obsesiva hacia las personas homosexuales.
Rusia no es un buen país para la homosexualidad. Putin y su gobierno aprobaron la ley mencionada contra la "propaganda homosexual", así como la adopción de niños rusos por homosexuales extranjeros. En Rusia está permitido retirar la patria potestad a padres homosexuales, y se les pretende impedir la donación de sangre. Según un estudio internacional reciente, Rusia es uno de los países con una peor tasa de aceptación de la homosexualidad en la sociedad, y uno de los "líderes" fuera de África en este ranking. El 74% de los rusos cree que la homosexualidad no debe ser aceptada en la sociedad.
Toda Europa occidental junto a países como Canadá, Argentina o Australia son los que tienen un mayor (y mejor) porcentaje de aceptación de la homosexualidad. Y frente a ellos, la historia de Rusia. Un profesor historiador siempre decía que la mejor forma de entender el presente y descifrar el futuro es ver el pasado. Así que la pregunta es...
¿Qué demonios ha pasado en Rusia para llegar hasta aquí?
A lo largo de la Edad Moderna y hasta la llegada, aproximadamente, de la Contemporánea, hubo algunos acontecimientos clave para la homosexualidad en Rusia.
Cuando Kiev era el centro. Antes de que Moscú se convirtiera en la capital, el Principado de Kiev era el centro de poder de la Rusia de la época, entre los siglos XIII y XV. De la época de Kiev se cree que sí existía una homosexualidad relativamente conocida. Es decir, no estaba tan perseguida ni castigada como sí lo estaría tiempo después. De todas formas, el Imperio Bizantino influyó negativamente en la receptividad hacia cualquier acto homosexual, y el cristianismo en cualquiera de sus variantes fue contagiado para alentar ese fuerte rechazo al homosexual.
El Principado de Moscú. De esta época se conservan más fuentes que de la de Kiev. Tras el cambio de la capital a Moscú, se conservan escritos que hablan de la reacción sorprendida de los viajeros por la apertura hacia la homosexualidad que había en el principado. Según algunas fuentes, nunca antes desde la antigua Grecia y el Imperio Romano se había visto una tolerancia así. No sólo entre ciudadanos de clase baja, también era algo visible en clases altas y monarcas. Existen evidencias de la homosexualidad o bisexualidad de algunos entre los que destaca Iván el Terrible.
La influencia Ortodoxa. Mientras la homosexualidad estaba en general tolerada y visible en la sociedad rusa del siglo XVI, existía una gran institución opositora: la Iglesia Ortodoxa de Rusia. En la Europa occidental los homosexuales no sólo estaban reprimidos socialmente, sino que a nivel penal estaban perseguidos. La Iglesia Ortodoxa quería ir calando esa idea en la sociedad rusa y en sus instituciones, que no tenían ningún tipo de mención a la homosexualidad en el código penal ni pena prevista de algún tipo.
Pedro I el Grande y la occidentalización
Rusia en este sentido era una feliz anomalía en Europa y prácticamente en el mundo. Con la llegada de Pedro I el Grande llegó también la primera ley de la historia del Imperio Ruso que castigaba a los homosexuales. Fue en 1716, cuando decretó la prohibición de sexo consentido entre dos hombres, aplicable sólo a soldados en activo.
De todas formas en la prohibición se especificaba al "acto sexual" como el sexo anal, otras prácticas sexuales al no estar especificadas no estaban prohibidas.
Hay un par de detalles al respecto bastante significativos sobre el contexto de la época. Por un lado, el hecho de que la prohibición se aplicase sólo al ejército, síntoma de que entre los soldados había una homosexualidad latente y amplia. De hecho, escritos de la época reflejan que la "fraternización" entre soldados y las parejas estaban muy normalizadas.
Por otro lado, también se aprecia la influencia de la Iglesia Ortodoxa eslava, la cual no ve la homosexualidad como un crimen civil, sino "únicamente" como un pecado. Se ceñía al aspecto eclesiástico sin intentar afectar directamente a lo civil. La Iglesia Católica presente en la Europa occidental, al estar basada en el Antiguo Testamento, sí lo veía como un crimen perfectamente extrapolable al código penal.
Curiosamente, años después Pedro I el Grande fue "acusado" de realizar prácticas homosexuales por un capitán inglés condenado por estas mismas prácticas. Según el capitán, lo vio por el agujero de una cerradura manteniendo relaciones con un carpintero al cual ascendió a príncipe. Lo usó como parte de su defensa, para justificar su orientación sexual amparándose en que incluso el zar ruso las comparte.
Con el paso de los años, Pedro I el Grande fue dejando permear las ideas de Europa occidental, y de ahí pasó a implantarlas en Rusia. Estas ideas también incluían unas pautas de comportamiento para los hombres. Así, en 1716 prohibió todo tipo de acto homosexual entre soldados del ejército y la marina. La idea era que ya que de ahí salen los "nuevos hombres" se podría moldear la orientación sexual y vetar la homosexualidad.
La postura importaba
La Iglesia Ortodoxa mantiene que la postura en una relación sexual ha de mantenerse en una única posición base donde también cuenta dónde esté el hombre y dónde esté la mujer. Cualquier variación se considera un pecado por ir contra natura, y conforme mayor sea la desviación, mayor será el pecado. Esta postura es la que popularmente se conoce como "el misionero": la pareja tumbada, la mujer abajo, mirando hacia arriba y el hombre arriba, mirando hacia abajo.
La comunidad ortodoxa judía tiene algunas ideas similares que pueden consultarse en el manual sexual del que se hizo eco BBC. Las posturas "alternativas", con la mujer arriba o cualquier variación que consideramos normal, para la Iglesia Ortodoxa se podía equiparar al sexo oral, anal. Ni hablemos entonces de la imposibilidad de que se viera mínimamente natural la homosexualidad para una sociedad influenciada por quien ve antinatural el sexo más allá del misionero. Otro botón más de la contribución ortodoxa al castigo a la homosexualidad en Rusia.
Nicolás I y el siglo XX
Pasan los años. Nicolás I de Rusia, zar del Imperio Ruso y Rey de Polonia, se convierte en el primero en prohibir la homosexualidad masculina en el código civil ruso, en el año 1835. De entrada es una prohibición "suave": sólo penaba el sexo anal y su aplicación no fue demasiado rigurosa. Alejandro II, hijo de Nicolás I y zar desde 1855 hasta 1881, hizo algunas rectificaciones en el artículo que provocó unos efectos aún más suaves de esa ley.
A finales del siglo XIX hubo un aumento en la visibilidad de la homosexualidad, ya que muchos intelectuales, personas de clase alta y parientes de los zares llevaban una vida pública en la que su homosexualidad no estaba escondida.
El siglo XX comenzó con una nueva suavización del código penal en lo que se refiere al castigo a los homosexuales. Únicamente era punible el sexo anal, y mediante una prisión máxima de tres meses. Por otro lado, Vladimir Nabokov, el padre del escritor del mismo nombre Vladimir Nabokov, escribió un artículo sobre la situación de los homosexuales rusos a nivel legal. En él defendía que el Estado no debía intervenir en las relaciones sexuales y personales de sus ciudadanos.
Esto fue el preludio para una nueva etapa de liberación: la Revolución de 1905, el Manifiesto de Octubre y el fin de la censura literaria permitió que la homosexualidad fuera de nuevo algo público, sin represión, con impacto en las artes y la sociedad en general. Todavía estaba contemplada negativamente en el código penal, pero en la sociedad estaba calando de otra forma.
Bolchevismo
El bolchevismo que llegó tras la Revolución de 1917 trajo un horizonte aún mejor para la homosexualidad rusa. Cinco años más tarde, la pena de prisión para el sexo anal homosexual fue abolida, ya que cualquier artículo heredado de las ideas del Antiguo Testamento fue abolido. Así que tras la llegada bolchevique, la homosexualidad volvió a ser legal por completo, 200 años después. No obstante, aquello se convirtió en un arma de doble filo.
Desde finales del siglo XIX, los homosexuales más visibles en la sociedad rusa pertenecían a la clase alta, lo cual terminó dando a entender a los bolcheviques que la homosexualidad equivalía a una depravación propia de la burguesía. En su línea ideológica, comenzaron a considerar la homosexualidad como una enfermedad, "un desvío". Como enfermedad, debía ser curada. Y en cierta forma, puesta en cuarentena... e incluso con dosis de castigo a modo disuasorio. La primera consecuencia fue que los homosexuales no se reprimieron por completo como sí ocurriría años después, sino que comenzaron a establecer puntos de encuentro. ¿Les suena al cruising de hoy?
Cicatrices
En 1933 la homosexualidad en Rusia fue segada por Stalin vía decreto. Fue nuevamente criminalizada. Inicialmente, algunas teorías sobre esta ley hablaban de que su intención real era potenciar la natalidad de cara a una muy posible guerra con la Alemania nazi.
Además, esta medida vino acompañada de otra contra la prostitución, lo cual reforzó la teoría. En 1934, la homosexualidad quedó reflejada en el código penal de la república como una traición al estado de los trabajadores, así que la condena ascendía a cinco años de trabajos forzados.
Tras ese momento comenzaron las detenciones en masa, una verdadera caza contra el homosexual. También se estima un alto número de "desaparecidos" en los campos de trabajo, muchos condenados por conducta homosexual.
En esos campos de trabajo, los homosexuales pertenecían al escalafón más bajo en cuanto a jerarquía interna. Ellos eran los escogidos a la fuerza para, además de sus trabajos, realizar los más duros, ser sometidos a violaciones, etc. Estaban denigrados, todo ello con la complacencia y colaboración de la KGB (polícia secreta).
1993
En 1993, la homosexualidad volvió a ser legal en Rusia tras la eliminación de aquel artículo, el 121, por Boris Yeltsin. Hasta hace sólo veintidós años, ser gay en Rusia era un delito. Tan cerca de Europa y tan lejos de la normalidad. Pero el legado histórico pesaba, y mucho. Tras la eliminación de la prohibición, un 2.3% de los rusos declaró estar conforme con la homosexualidad y que no le suponía ningún problema. El resto, casi un 98%, manifestó que tenía algún problema con ella. Muchos de ellos estaban de acuerdo con que la solución para ella era asesinar a los homosexuales que fueran pillados.
Y así llegamos hasta la época actual. A mediados de la segunda década del milenio, ser homosexual en Rusia continúa siendo un suplicio. Existe una represión social generalizada contra el homosexual, pero lo que es aún más triste: le acompaña una represión gubernamental. Las organizaciones LGBT siguen consideradas como criminales y se les veta de cualquier intento de formalización.
En 2006 se intentó celebrar una marcha del orgullo gay por las calles de Moscú. Los manifestantes fueron agredidos. Entre los asaltantes y agresores estaba un congresista ruso, Volker Beck, curiosamente miembro del partido ecologista. Su organizador, Nikolai Alexeyev, acabó detenido.
En 2007 la escena se repitió, las agresiones volvieron. La marcha del orgullo fue prohibida, así como en los años siguientes, hasta 2012. Cada año se repitieron los incidentes.
Actualmente, pese a las terribles condiciones del día a día de un homosexual, se ha evolucionado ligeramente. Como mínimo, los radicales y opresores son conscientes de la convivencia con personas homosexuales, así como de su voluntad de normalización. Existen asociaciones que luchan por esa normalización. No obstante, varias regiones rusas tienen prohibida la "propaganda homosexual" y el gobierno ruso presidido por Vladimir Putin tiene estudiados proyectos que coartan más todavía las libertades de los homosexuales, los excluyen de la sociedad o los discriminan abiertamente frente a heterosexuales. La atleta olímpica Isinbayeva defendió públicamente la homofobia hace menos de dos años. El legado pesa demasiado, incluso en 2015 y pegados a la Unión Europea.
Toda Europa occidental junto a países como Canadá, Argentina o Australia son los que tienen un mayor (y mejor) porcentaje de aceptación de la homosexualidad. Y frente a ellos, la historia de Rusia. Un profesor historiador siempre decía que la mejor forma de entender el presente y descifrar el futuro es ver el pasado. Así que la pregunta es...
¿Qué demonios ha pasado en Rusia para llegar hasta aquí?
A lo largo de la Edad Moderna y hasta la llegada, aproximadamente, de la Contemporánea, hubo algunos acontecimientos clave para la homosexualidad en Rusia.
Cuando Kiev era el centro. Antes de que Moscú se convirtiera en la capital, el Principado de Kiev era el centro de poder de la Rusia de la época, entre los siglos XIII y XV. De la época de Kiev se cree que sí existía una homosexualidad relativamente conocida. Es decir, no estaba tan perseguida ni castigada como sí lo estaría tiempo después. De todas formas, el Imperio Bizantino influyó negativamente en la receptividad hacia cualquier acto homosexual, y el cristianismo en cualquiera de sus variantes fue contagiado para alentar ese fuerte rechazo al homosexual.
El Principado de Moscú. De esta época se conservan más fuentes que de la de Kiev. Tras el cambio de la capital a Moscú, se conservan escritos que hablan de la reacción sorprendida de los viajeros por la apertura hacia la homosexualidad que había en el principado. Según algunas fuentes, nunca antes desde la antigua Grecia y el Imperio Romano se había visto una tolerancia así. No sólo entre ciudadanos de clase baja, también era algo visible en clases altas y monarcas. Existen evidencias de la homosexualidad o bisexualidad de algunos entre los que destaca Iván el Terrible.
La influencia Ortodoxa. Mientras la homosexualidad estaba en general tolerada y visible en la sociedad rusa del siglo XVI, existía una gran institución opositora: la Iglesia Ortodoxa de Rusia. En la Europa occidental los homosexuales no sólo estaban reprimidos socialmente, sino que a nivel penal estaban perseguidos. La Iglesia Ortodoxa quería ir calando esa idea en la sociedad rusa y en sus instituciones, que no tenían ningún tipo de mención a la homosexualidad en el código penal ni pena prevista de algún tipo.
Pedro I el Grande y la occidentalización
Rusia en este sentido era una feliz anomalía en Europa y prácticamente en el mundo. Con la llegada de Pedro I el Grande llegó también la primera ley de la historia del Imperio Ruso que castigaba a los homosexuales. Fue en 1716, cuando decretó la prohibición de sexo consentido entre dos hombres, aplicable sólo a soldados en activo.
De todas formas en la prohibición se especificaba al "acto sexual" como el sexo anal, otras prácticas sexuales al no estar especificadas no estaban prohibidas.
Hay un par de detalles al respecto bastante significativos sobre el contexto de la época. Por un lado, el hecho de que la prohibición se aplicase sólo al ejército, síntoma de que entre los soldados había una homosexualidad latente y amplia. De hecho, escritos de la época reflejan que la "fraternización" entre soldados y las parejas estaban muy normalizadas.
Por otro lado, también se aprecia la influencia de la Iglesia Ortodoxa eslava, la cual no ve la homosexualidad como un crimen civil, sino "únicamente" como un pecado. Se ceñía al aspecto eclesiástico sin intentar afectar directamente a lo civil. La Iglesia Católica presente en la Europa occidental, al estar basada en el Antiguo Testamento, sí lo veía como un crimen perfectamente extrapolable al código penal.
Curiosamente, años después Pedro I el Grande fue "acusado" de realizar prácticas homosexuales por un capitán inglés condenado por estas mismas prácticas. Según el capitán, lo vio por el agujero de una cerradura manteniendo relaciones con un carpintero al cual ascendió a príncipe. Lo usó como parte de su defensa, para justificar su orientación sexual amparándose en que incluso el zar ruso las comparte.
Con el paso de los años, Pedro I el Grande fue dejando permear las ideas de Europa occidental, y de ahí pasó a implantarlas en Rusia. Estas ideas también incluían unas pautas de comportamiento para los hombres. Así, en 1716 prohibió todo tipo de acto homosexual entre soldados del ejército y la marina. La idea era que ya que de ahí salen los "nuevos hombres" se podría moldear la orientación sexual y vetar la homosexualidad.
La postura importaba
La Iglesia Ortodoxa mantiene que la postura en una relación sexual ha de mantenerse en una única posición base donde también cuenta dónde esté el hombre y dónde esté la mujer. Cualquier variación se considera un pecado por ir contra natura, y conforme mayor sea la desviación, mayor será el pecado. Esta postura es la que popularmente se conoce como "el misionero": la pareja tumbada, la mujer abajo, mirando hacia arriba y el hombre arriba, mirando hacia abajo.
La comunidad ortodoxa judía tiene algunas ideas similares que pueden consultarse en el manual sexual del que se hizo eco BBC. Las posturas "alternativas", con la mujer arriba o cualquier variación que consideramos normal, para la Iglesia Ortodoxa se podía equiparar al sexo oral, anal. Ni hablemos entonces de la imposibilidad de que se viera mínimamente natural la homosexualidad para una sociedad influenciada por quien ve antinatural el sexo más allá del misionero. Otro botón más de la contribución ortodoxa al castigo a la homosexualidad en Rusia.
Nicolás I y el siglo XX
Pasan los años. Nicolás I de Rusia, zar del Imperio Ruso y Rey de Polonia, se convierte en el primero en prohibir la homosexualidad masculina en el código civil ruso, en el año 1835. De entrada es una prohibición "suave": sólo penaba el sexo anal y su aplicación no fue demasiado rigurosa. Alejandro II, hijo de Nicolás I y zar desde 1855 hasta 1881, hizo algunas rectificaciones en el artículo que provocó unos efectos aún más suaves de esa ley.
A finales del siglo XIX hubo un aumento en la visibilidad de la homosexualidad, ya que muchos intelectuales, personas de clase alta y parientes de los zares llevaban una vida pública en la que su homosexualidad no estaba escondida.
El siglo XX comenzó con una nueva suavización del código penal en lo que se refiere al castigo a los homosexuales. Únicamente era punible el sexo anal, y mediante una prisión máxima de tres meses. Por otro lado, Vladimir Nabokov, el padre del escritor del mismo nombre Vladimir Nabokov, escribió un artículo sobre la situación de los homosexuales rusos a nivel legal. En él defendía que el Estado no debía intervenir en las relaciones sexuales y personales de sus ciudadanos.
Esto fue el preludio para una nueva etapa de liberación: la Revolución de 1905, el Manifiesto de Octubre y el fin de la censura literaria permitió que la homosexualidad fuera de nuevo algo público, sin represión, con impacto en las artes y la sociedad en general. Todavía estaba contemplada negativamente en el código penal, pero en la sociedad estaba calando de otra forma.
Bolchevismo
El bolchevismo que llegó tras la Revolución de 1917 trajo un horizonte aún mejor para la homosexualidad rusa. Cinco años más tarde, la pena de prisión para el sexo anal homosexual fue abolida, ya que cualquier artículo heredado de las ideas del Antiguo Testamento fue abolido. Así que tras la llegada bolchevique, la homosexualidad volvió a ser legal por completo, 200 años después. No obstante, aquello se convirtió en un arma de doble filo.
Desde finales del siglo XIX, los homosexuales más visibles en la sociedad rusa pertenecían a la clase alta, lo cual terminó dando a entender a los bolcheviques que la homosexualidad equivalía a una depravación propia de la burguesía. En su línea ideológica, comenzaron a considerar la homosexualidad como una enfermedad, "un desvío". Como enfermedad, debía ser curada. Y en cierta forma, puesta en cuarentena... e incluso con dosis de castigo a modo disuasorio. La primera consecuencia fue que los homosexuales no se reprimieron por completo como sí ocurriría años después, sino que comenzaron a establecer puntos de encuentro. ¿Les suena al cruising de hoy?
Cicatrices
En 1933 la homosexualidad en Rusia fue segada por Stalin vía decreto. Fue nuevamente criminalizada. Inicialmente, algunas teorías sobre esta ley hablaban de que su intención real era potenciar la natalidad de cara a una muy posible guerra con la Alemania nazi.
Además, esta medida vino acompañada de otra contra la prostitución, lo cual reforzó la teoría. En 1934, la homosexualidad quedó reflejada en el código penal de la república como una traición al estado de los trabajadores, así que la condena ascendía a cinco años de trabajos forzados.
Tras ese momento comenzaron las detenciones en masa, una verdadera caza contra el homosexual. También se estima un alto número de "desaparecidos" en los campos de trabajo, muchos condenados por conducta homosexual.
En esos campos de trabajo, los homosexuales pertenecían al escalafón más bajo en cuanto a jerarquía interna. Ellos eran los escogidos a la fuerza para, además de sus trabajos, realizar los más duros, ser sometidos a violaciones, etc. Estaban denigrados, todo ello con la complacencia y colaboración de la KGB (polícia secreta).
1993
En 1993, la homosexualidad volvió a ser legal en Rusia tras la eliminación de aquel artículo, el 121, por Boris Yeltsin. Hasta hace sólo veintidós años, ser gay en Rusia era un delito. Tan cerca de Europa y tan lejos de la normalidad. Pero el legado histórico pesaba, y mucho. Tras la eliminación de la prohibición, un 2.3% de los rusos declaró estar conforme con la homosexualidad y que no le suponía ningún problema. El resto, casi un 98%, manifestó que tenía algún problema con ella. Muchos de ellos estaban de acuerdo con que la solución para ella era asesinar a los homosexuales que fueran pillados.
Y así llegamos hasta la época actual. A mediados de la segunda década del milenio, ser homosexual en Rusia continúa siendo un suplicio. Existe una represión social generalizada contra el homosexual, pero lo que es aún más triste: le acompaña una represión gubernamental. Las organizaciones LGBT siguen consideradas como criminales y se les veta de cualquier intento de formalización.
En 2006 se intentó celebrar una marcha del orgullo gay por las calles de Moscú. Los manifestantes fueron agredidos. Entre los asaltantes y agresores estaba un congresista ruso, Volker Beck, curiosamente miembro del partido ecologista. Su organizador, Nikolai Alexeyev, acabó detenido.
En 2007 la escena se repitió, las agresiones volvieron. La marcha del orgullo fue prohibida, así como en los años siguientes, hasta 2012. Cada año se repitieron los incidentes.
Actualmente, pese a las terribles condiciones del día a día de un homosexual, se ha evolucionado ligeramente. Como mínimo, los radicales y opresores son conscientes de la convivencia con personas homosexuales, así como de su voluntad de normalización. Existen asociaciones que luchan por esa normalización. No obstante, varias regiones rusas tienen prohibida la "propaganda homosexual" y el gobierno ruso presidido por Vladimir Putin tiene estudiados proyectos que coartan más todavía las libertades de los homosexuales, los excluyen de la sociedad o los discriminan abiertamente frente a heterosexuales. La atleta olímpica Isinbayeva defendió públicamente la homofobia hace menos de dos años. El legado pesa demasiado, incluso en 2015 y pegados a la Unión Europea.
Fuentes consultadas:
The Brutal, Bloody Horror of Gay Life in Putin’s Russia (Slate).
Russian anti-gay law prompts rise in homophobic violence (The Guardian).
LGBT History in Russia (Wikipedia).
Russian Gay History (Middlebury College).
Advocating for eqUality - A brief history of LGBT rights in Russia (Columbia University).
The History of homosexuality in Russia (Homo History).
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