viernes, 3 de julio de 2015

#hemeroteca #orgullo | El orgullo del cambio

El orgullo del cambio
El derecho al matrimonio, del que este año se celebra el décimo aniversario, es de esas conquistas simbólicas con capacidad para cambiar la manera en que una sociedad piensa y se piensa, como el derecho al voto de las mujeres
Beatriz Gimeno | El Diario, 2015-07-03
http://www.eldiario.es/zonacritica/orgullo-cambio-lgtb-igualdad-matrimonio_igualitario-diversidad_6_405319489.html

La reivindicación de la igualdad legal (simbolizada por el matrimonio igualitario) no es una reivindicación cualquiera (por más importantes que puedan ser otras reivindicaciones). Es un avance civilizatorio de esos que poco tiempo después de ser aprobado, nadie discute. A estas alturas ya todo el mundo entiende que esta reivindicación no tiene que ver con casarse o no, sino con la eliminación de la más importante discriminación legal basada en la orientación sexual que quedaba. Hay otras muchas que quedan pendientes y que pueden ser mucho más dolorosas para la gente que las sufre que el hecho de poder o no casarse, pero creo que conseguimos explicar que la igualdad legal es una base imprescindible sobre la que continuar batallando contra la lgtbfobia. No votar seguramente producía menos dolor a las mujeres que sufrir malos tratos, pero conseguir el derecho a voto es imprescindible para continuar esa lucha mucho más larga hacia la completa igualdad que permitirá disfrutar de una vida libre de violencia.

El derecho al matrimonio, del que este año se celebra el décimo aniversario, es de esas conquistas simbólicas con capacidad para cambiar la manera en que una sociedad piensa y se piensa, como el derecho al voto de las mujeres. La igualdad legal crea conciencia del derecho a la igualdad. La prueba es que en aquellos países en los que se aprueba este derecho, la lgtbfobia desciende acusadamente en poco tiempo. Es, por tanto, una modificación legal con un enorme potencial de cambio social. Eso era visible el día que se aprobó y ha sido visible ahora, al celebrar un aniversario tan redondo como el décimo.

Ahora que muchos medios me buscan para preguntarme algo especial, algo que no se haya contado de aquellos días, lo que me viene a la cabeza es, precisamente, eso. La sensación de cambio que iba más allá del matrimonio. Y esa sensación no sólo la teníamos nosotras, las personas lgtb, sino mucha gente que no tenía en principio que ver con nosotros/as. Si la ley salió adelante es porque una gran mayoría social la hizo suya, vio en ella ese potencial de cambio hacia una sociedad mejor y la apoyó. Nuestro éxito estuvo basado en que conseguimos transmitir a la gente que una ley así nos afectaba a todos y todas como sociedad y no sólo a las personas lgtb. Recuerdo especialmente que el día en que se aprobó la ley y volvía a casa andando desde el Congreso, la gente me paraba y me daba besos, los coches tocaban la bocina y todo el mundo me daba la enhorabuena. Y todas esas personas no eran lgtb, era gente que habían identificado una ley concreta con un cambio social hacia una sociedad más libre, más igual, más justa.

Casual pero felizmente, este año, décimo aniversario, ha ocurrido lo mismo. Nuestra ley de la igualdad se ha convertido en el símbolo del cambio que ya ha comenzado en la política española. Es simbólico y es precioso que para simbolizar este momento, nuestros ayuntamientos e instituciones públicas hayan ondeado banderas del Arcoiris en plazas llenas de gente entusiasmada. Es la igualdad, es la reivindicación lgtb pero es, otra vez, el cambio hacia una sociedad mejor. Otra vez ha ocurrido que nuestra bandera se ha convertido en una bandera de ilusión y de esperanza que simboliza más libertad, más igualdad, más felicidad, más democracia y más justicia. Después de una década en la que los políticos del Partido Popular (recordemos que recurrieron la ley al Tribunal Constitucional) se habían convertido en cerrojos ante el Orgullo, el que los nuevos alcaldes y alcaldesas hayan enarbolado la bandera Arcoiris ha significado abrir las puertas y ventanas al aire fresco que necesitamos. Otra vez, como en 2005, el Orgullo simboliza el cambio. Por eso este año, igual que en 2005, celebramos el Orgullo del cambio. Es otro cambio pero lo estamos viviendo con la misma ilusión, empeño y con la misma necesidad con la que vivimos aquel de 2005.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.