Imagen: Público / Bittah, Masiva y Sombra (Tribade) y Dj Big Mark |
Las raperas Bittah, Sombra Alor y Masiva Lulla, junto a Dj Big Mark, estrenan su primer disco: "Las Desheredadas". Hablamos con Tribade sobre la expansión del rap feminista en el panorama español.
María Rubio | Público, 2019-02-09
https://www.publico.es/culturas/musica/tribade-no-interesa-feminismo-capitalista-busque-igualdad-cotas.html
Durante los últimos años, al rap combativo de izquierdas, el de hombres con camisetas reivindicativas, barbas, puños alzados y agresividad festiva en los escenarios, le ha surgida una apuesta que llevaba tiempo latiendo: la feminista. La escena musical se ha abierto más que nunca para mujeres que predican su subversidad con micro y ‘beat’. Este es el caso de Alba Martínez, Elisabet Alonso y Diana Lulla, más conocidas como Bittah, Sombra Alor y Masiva Lulla. Acompañadas por DJ Big Mark (Marc Galán), forman Tribade, y acaban de sacar su primer disco de la mano de la discográfica Propaganda Pel Fet: ‘Las Desheredadas’.
Sus letras suenan en las fiestas del activismo barcelonés rimando la teoría feminista más ácida con acento charnego. Vienen con ganas de generar conflicto y de llenar salas haciéndolo. Hablamos con Tribade sobre su salto de los escenarios de barrio a disputarse ser uno de los grupos revelación de 2019.
P. Ahora estrenáis disco y tenéis programada una gira internacional que llega hasta México y Estados Unidos, pero vosotras salís del feminismo autónomo de la ciudad, de los centros sociales ocupados... ¿Qué queda de eso?
Masiva: Todo.
Bittah: La fuente ideológica de la que bebemos sigue siendo la misma. Podemos estar en otras ciudades, pero nuestro espacio de ocio y de militancia, de relacionarnos, siempre será nuestro barrio, siempre será el feminismo de Barcelona. Vamos a pasar por Berlín, Lisboa, Grecia, México...
Sombra Alor: Si no es por esto, yo no piso todos esos sitios, ¿Sabes? [Ríe]
P. Abandonáis vuestro "guetto" y sacáis la cabeza por escenas más amplias. ¿Cómo ha sido este proceso?
B.: Lo bueno de este proceso es no cambiar ni un ápice de tu línea política.
M.: Ahora existen las circunstancias sociales que nos permiten colarnos por ahí, ganar atención y explicar qué está pasando. Hablamos de una realidad que no está representada. Esto es parte de nuestro éxito.
P. Te refieres a cuestiones relacionadas con el imaginario cultural del feminismo que representáis: las fiestas no mixtas, el “poliamor”...
B.: Es que hay una realidad de chavalas que no están viviendo eso que les vende la cultura ‘mainstream’, que no consumen discotecas donde la entrada está a 15 pavos, que no se sienten reflejadas con esto.
S.: Son realidades muy contemporáneas. A mí el tema de 'La poliamorosa' de Bittah me pareció súper transgresor. Antes de esto, no se había hablado de relaciones no monógamas desde ese lugar... Cantábamos ‘Felices los cuatro’ de Maluma y poco más.
P. También la visibilidad lésbica es algo muy presente en vuestras letras, y en vuestro propio nombre de grupo. Mientras se ponen de moda las uñas de gel, vosotras hacéis un llamado a cortarse las uñas con temas como 'The L Nail'.
B.: Bueno, es algo que vivimos, porque lo somos. La música es un reflejo tanto de nuestra militancia como de nuestra vida. Mediante la música nos acostumbra a llegar mayoritariamente un mensaje heteronormativo, con la mujer como sujeto pasivo. Queremos darle la vuelta a eso. Queremos hablar de otro tipo de deseos, de deseos de personas con sexualidades diversas. Es una apuesta política.
P. Vuestro camino es paralelo al que han vivido las chicas de la IRA en Madrid o Machete en Boca en Valencia. Si una mira al otro lado del charco, el rap feminista ya tiene nombres propios de primera línea: Rebeca Lane, Ana Tijoux, Sara Hebe, Miss Bolivia... El feminismo más ‘punki’ está conquistando la escena del rap?
M.: Sí, algo está pasando. Es que las cosas que decimos y contamos hay mucha gente que las vive. Hay público que está deseando escuchar esto.
P. La IRA, Sara Hebe y vosotras sois tres de los grupos de rap que participasteis del video “Los borbones son unos ladrones” para denunciar los casos de Valtonyc, La Insurgencia y Pablo Hasél, represaliados por sus letras y, en el caso del primero, en el exilio. De los 13 artistas que aparecéis, tan solo hay tres grupos de mujeres.
B.: La verdad es que estamos muy agradecidas de que contaran con nosotras para ese video. En ese momento solo teníamos tres temas y de repente estábamos al lado de gente como Rapsusklein o Frank T.
S.: También hay que decir que cuando llegamos a la grabación nos preguntaron si éramos las bailarinas.
B.: Sí, la verdad es que es una de las pocas experiencias que podemos decir que se nos ha tenido en cuenta.
M.: Son cautos. Sabemos que todo el mundo nos está mirando, pero nadie dice nada.
P. ¿Cautos? ¿Por qué?
M.: Yo creo que les da miedo. Se piensan que vamos a muerte, contra el mundo. Que somos agresivas. Les da miedo ser cuestionados.
S.: Somos el dedo acusador.
B.: Y con Machete y la IRA debe pasar un poco lo mismo. Yo creo que lo que piensan es que es mejor no juntarse demasiado con nosotras porque si me junto con feministas, igual, o me critican los míos o me acusan de algo.
S.: Que se miren cómo se expresan, cómo se mueven. Parece que el tema de la consciencia de clase y la cuestión racial están muy introducidas en el rap, pero la visión de género, nada.
P. Y todo este contexto de represión contra artistas, políticos, líderes sociales... ¿Cómo lo vivís vosotras desde vuestra posición?
M.: Somos las próximas.
S.: ¡Cálla! Toquemos madera.
B.: Está claro que el próximo movimiento que se va a represaliar es el feminista. Tiempo al tiempo.
S.: Y todo este mandato impuesto por la Constitución que no representa a nadie... Que nos dejen decidir. ¿Cómo que decidir tu vida cotidiana, tu sistema económico, es ilegal? Eso no es democracia. Y no puede ser que no haya libertad de expresión, que tengas que exiliarte porque te meten preso.
B.: También hay muchas presas que no tienen la cobertura de los de hoy. Ahora nuestros padres hablan de presos políticos, pero yo llevo años contándole la situación de colegas que pasan por esto.
P. Después de vosotras, ¿vienen más Tribades?
M.: Ya lo estamos viendo. Nos escriben muchas chicas diciendo que las hemos motivado a formar un grupo. Nos pasan links de sus movidas. La gente se identifica con nosotras, tiene otros referentes y se animan.
S.: Además, estamos motivándolas a tener flow, a tener clase. Se están animando a buscar un buen estudio, un buen productor, a entender lo que es un DJ. Eso es increíble.
B.: Y de hecho, ya están aquí. Están gente como Santa Salud, como Elane, las Ninyas del Corro, las Niñas Perdidas, Lil Russia, Clika Pika...
P. Muchas de ellas suben a los escenarios con vosotras cuando actuáis. En esta línea, decís mucho eso de que "Tribade somos todas". ¿A qué os referís?
B.: Pues de que Tribade no existe sin red. Cuando escribimos letras, las pasamos a las colegas para que nos den un retorno. Esto es gracias a ellas.
S.: Es que no nos hemos inventado nada. Ahora estamos intentando hacer un protocolo para salas y festivales e intentar introducir un punto lila.
P. ¿Un protocolo contra agresiones machistas como grupo? ¿En qué consistirá?
B.: Sí. Nos vamos a topar con un montón de salas que tendrán denuncias de agresiones. O chavalas que querrán ver un concierto de Tribade pero que en ese espacio no se sentirán seguras. Llevaremos en el Rider la exigencia de que la sala cuente con protocolo de actuación. Y si no hay punto lila, pondremos a disposición nuestro estante de merchandising para que lo sea.
S.: Es un momento para generar este tipo de cosas. Cualquier sitio de este país es probablemente un lugar donde se haya producido una agresión. Porque vivimos en la cultura de la violación donde se toleran este tipo de cosas.
M.: Nuestra idea es ir a ocupar los espacios y luchar por ellos en vez de no ir. Vamos a probar qué pasa si los ocupamos entre todas.
P. De este tipo de reflexiones también nace La Purga, un tema donde os “confesáis”, os criticáis y buscáis el “perdón” en la “iglesia” del feminismo, tal como mostráis en el videoclip. ¿A qué necesidad responde este tema?
M.: Era un momento en que recibimos muchas acusaciones, tanto de dentro del movimiento como de fuera, que nos tocaban de forma personal... Y necesitábamos soltar, mirarnos hacia dentro y purgarnos antes de seguir con el proceso creativo. La Purga no estaba prevista en el disco y nos acabó quitando medio año. Fue algo muy pensado con mucho trabajo personal.
B.: Obviamente, nadie está diciendo que por hacer una canción y una revisión de nuestros privilegios ya estamos salvadas. Simplemente que, haciendo música, veíamos interesante escribir una canción con la que ponernos verdes y decir, sí, soy feminista pero he tenido relaciones tóxicas, he empatizado con tíos que han cometido agresiones...
M.: La verdad es que pensábamos que levantaríamos más ampollas. La mayoría de gente nos ha dicho que si somos muy valientes, que qué guai...
P. ¿Qué críticas esperabais?
S.: Que se viera como una agresión al feminismo.
B.: Era un canto a la sororidad. De, joder, peña, todas la hemos cagado y la vamos a cagar, pero vamos a decirnos las cosas desde los cuidados. Nos daba miedo que los machis pudieran pillarse a ese discurso y decir, "veis, que ellas mismas lo dicen, que sobreacusáis", cuando es un discurso hecho con un montón de cariño. Si formas parte del grupo, puedes criticar, pero que no venga alguien de fuera a rajarme de mi guetto.
S.: Es un tema para que solo me entiendan las colegas que saben de lo que hablo. Y para que un machi diga, ay, qué guapa la canción, pero que no pille una mierda. [Ríe]
P. Os preguntan mucho por vuestras referentes. En la canción que da nombre al disco, 'Las Desheredadas', hacéis una larga lista de vuestros referentes cotidianos "desheredados" de nombre. De hecho, el único nombre propio que sale es el de Juana Rivas.
B.: Es la línea que llevamos, la de los referentes cotidianos. Obviamente nuestras referencias vienen de cosas más antiguas, de Emma Goldman, de Angela Davis, de Silvia Federicci... Pero en tu día a día, la primera referencia, donde aprendres qué es el empoderamiento, a sostener los cuidados, es tu red: tu madre, tu abuela, tus colegas... Cuando estás chunga, no te viene la Angela Davis a mimarte, vienen tus colegas en el bar.
M.: También hay que tener en cuenta que tú dices Angela Davis y mucha gente no sabe quién es. Pero Juana Rivas ha sido un caso súper mediático.
S.: Y la criminalizaron un montón.
B.: No es una académica, una presentadora, una actriz... Es una mujer luchadora que se ha enfrentado a la justicia patriarcal ella sola. Podría ser cualquier mujer de tu barrio. Es una referente en toda regla.
P. Hablábamos de cómo está entrando de fuerte el feminismo en el rap, aunque si enciendes la radio, también se escuchan algunos discursos feministas como los del 'Pa’ Fuera lo Malo' de Ana Guerra y Aitana, e incluso el disco de Rosalía, 'El Mal Querer'. ¿Qué opináis de esto?
S.: Bueno. Es un paso.
M.: Mejor esto que tener un mensaje misógino. Pero nos parece una posición muy cómoda. Una se puede aprovechar del contexto social pero sin acabar de molestar del todo, porque si molesto, me van a dejar de llamar de algunos lados.
B.: El feminismo en el que nosotras creemos es ese que es radical, que va a la raíz del problema. Hay una mayoría social que está en contra de la violencia contra las mujeres. Hay una mayoría social que está en contra el racismo. Pero cuando señalas al culpable, a la raíz, al sistema que sostiene todo esto, la cosa cambia. Se trata del feminismo como antítesis del capitalismo. A nosotras, un feminismo capitalista que busca que haya igualdad en las cotas de poder no nos interesa. Yo no quiero un feminismo que me permita explotar al resto.
P. Es cierto que no compráis este tipo de discursos, pero también que empezáis a flirtear con el mainstream. Sin ir más lejos, Tribade ha sonado en programas de televisión como First Dates o, incluso, en Operación Triunfo, donde una de las concursantes, Alba Reche, era fan vuestra.
B.: Es la gracia y la trampa de combinar mensaje y musicalidad. Si se catasen de lo que estamos diciendo, realmente... Si se catasen de lo que significa Tribade, de las referentes que estamos mencionando... Se la estamos colando.
S.: ¡Y que la sigan colando! Es interesante. Tú a la gente le hablas de "cis", "trans", "butch", "bollera"... Y se quedan cruzados.
M.: Pero a la vez intentamos utilizar nuestro mensaje, hablar de lo común, de la anécdota. Con un lenguaje fácil para que llegue al máximo de público posible.
P. Hablabais del potencial de usar la música para llegar a más gente. El rap es un género donde el mensaje político es común, pero en cambio, socialmente, el reggaetón está mucho más estigmatizado. Incluso, es uno de los más criticados desde algunos discursos feministas. ¿Por qué lo reivindicáis?
B.: El reggaetón es un ritmo musical. Cuando dicen que el reggaetón es machista… Un bombo y una caja no pueden ser machistas. En todo caso, puede serlo la persona que lo hace. El rap, como el reggeaton puede tener el discurso que tú le metas. Y a ver, en Europa no nos hemos inventado nada de reggaetón feminista. Eso ya estaba hecho. La canción de 'Pa la Cama voy' de la puertoriqueña Ivy Queen es de 2004 y es una canción empoderante, que habla de consentimiento. A la gente le gusta bailar reggaetón. Pues poder estar bailándolo a gusto sin que haya un mensaje que te chirríe, mola.
P. También se os atribuyen algunas influencias del trap, un género con una estética que hace bandera del barrio pero donde a la vez hay un montón de artistas que hablan sobre cuánto dinero tienen. ¿Qué pensáis de esto? ¿Yung Beef o C. Tangana?
M.: Yo me quedo con Yung Beef. [Ríen]
B.: Yo hablaría de la extracción de clase de esta gente. Una de las cosas de la cultura de la clase trabajadora, por ejemplo, con el tema del dinero, mi chirría. Tú no dices cuánto cobras, porque sabes que a lo mejor tú estás bien pero tu vecino, no. Y está feo. Está mal visto hablar de pasta. En estos videoclips hay una fetichización de lo precario cuando en realidad ser precario es una mierda que no le deseas a nadie.
M.: Ellos mismos no son conscientes de cómo repercute el mensaje que están dando. No saben lo que están haciendo.
B.: El C. Tangana no es tonto. Sabe lo que hace. Hasta dice que hay discursos que le interesan mucho, como el feminismo, dice en una entrevista. Pues claro que sí. Controla cuales son las nuevas tendencias, también las ideológicas
S.: Pues si la conclusión de todo lo que ha leído es “le hago plas en el culo”, no lo pillo. Que si vender drogas, armas, mujeres, y cumplir todos sus deseos... No lo entiendo. Pero musicalmente me gustan, me lo gozo. De la parte musical podemos aprender mucho.
P. ¿Hasta dónde quiere llegar Tribade?
S.: Yo quiero poder ir al súper. No quiero que a una tía le dé un síncope porque estoy ahí.
B.: Mientras no nos peguen... [Ríen]
M.: Lo más bonito de lo que nos está pasando es compartirlo, compartir privilegios. Poder pasarle la entrada del Festivern a colegas que no se lo pueden pagar, o invitar a birras a mis colegas en clubs donde la copa está a cuatro pavos porque me han venido a ver.
B.: Hace unos años, cuando había colegas represaliadas, nos llamaban porque estábamos a mano. Ahora saben que si llevan a Tribade a una movida solidaria van a hacer pasta. Ahora podemos ayudar de verdad. Que todo esto que se ha generado de hacer conciertos por aquí, por allá, ahora lo puedo llevar a mi guetto y colaborar de manera directa. Devolver eso, eso que nos han dado, pa vosotras. Hasta ahí queremos llegar.
Sus letras suenan en las fiestas del activismo barcelonés rimando la teoría feminista más ácida con acento charnego. Vienen con ganas de generar conflicto y de llenar salas haciéndolo. Hablamos con Tribade sobre su salto de los escenarios de barrio a disputarse ser uno de los grupos revelación de 2019.
P. Ahora estrenáis disco y tenéis programada una gira internacional que llega hasta México y Estados Unidos, pero vosotras salís del feminismo autónomo de la ciudad, de los centros sociales ocupados... ¿Qué queda de eso?
Masiva: Todo.
Bittah: La fuente ideológica de la que bebemos sigue siendo la misma. Podemos estar en otras ciudades, pero nuestro espacio de ocio y de militancia, de relacionarnos, siempre será nuestro barrio, siempre será el feminismo de Barcelona. Vamos a pasar por Berlín, Lisboa, Grecia, México...
Sombra Alor: Si no es por esto, yo no piso todos esos sitios, ¿Sabes? [Ríe]
P. Abandonáis vuestro "guetto" y sacáis la cabeza por escenas más amplias. ¿Cómo ha sido este proceso?
B.: Lo bueno de este proceso es no cambiar ni un ápice de tu línea política.
M.: Ahora existen las circunstancias sociales que nos permiten colarnos por ahí, ganar atención y explicar qué está pasando. Hablamos de una realidad que no está representada. Esto es parte de nuestro éxito.
P. Te refieres a cuestiones relacionadas con el imaginario cultural del feminismo que representáis: las fiestas no mixtas, el “poliamor”...
B.: Es que hay una realidad de chavalas que no están viviendo eso que les vende la cultura ‘mainstream’, que no consumen discotecas donde la entrada está a 15 pavos, que no se sienten reflejadas con esto.
S.: Son realidades muy contemporáneas. A mí el tema de 'La poliamorosa' de Bittah me pareció súper transgresor. Antes de esto, no se había hablado de relaciones no monógamas desde ese lugar... Cantábamos ‘Felices los cuatro’ de Maluma y poco más.
P. También la visibilidad lésbica es algo muy presente en vuestras letras, y en vuestro propio nombre de grupo. Mientras se ponen de moda las uñas de gel, vosotras hacéis un llamado a cortarse las uñas con temas como 'The L Nail'.
B.: Bueno, es algo que vivimos, porque lo somos. La música es un reflejo tanto de nuestra militancia como de nuestra vida. Mediante la música nos acostumbra a llegar mayoritariamente un mensaje heteronormativo, con la mujer como sujeto pasivo. Queremos darle la vuelta a eso. Queremos hablar de otro tipo de deseos, de deseos de personas con sexualidades diversas. Es una apuesta política.
P. Vuestro camino es paralelo al que han vivido las chicas de la IRA en Madrid o Machete en Boca en Valencia. Si una mira al otro lado del charco, el rap feminista ya tiene nombres propios de primera línea: Rebeca Lane, Ana Tijoux, Sara Hebe, Miss Bolivia... El feminismo más ‘punki’ está conquistando la escena del rap?
M.: Sí, algo está pasando. Es que las cosas que decimos y contamos hay mucha gente que las vive. Hay público que está deseando escuchar esto.
P. La IRA, Sara Hebe y vosotras sois tres de los grupos de rap que participasteis del video “Los borbones son unos ladrones” para denunciar los casos de Valtonyc, La Insurgencia y Pablo Hasél, represaliados por sus letras y, en el caso del primero, en el exilio. De los 13 artistas que aparecéis, tan solo hay tres grupos de mujeres.
B.: La verdad es que estamos muy agradecidas de que contaran con nosotras para ese video. En ese momento solo teníamos tres temas y de repente estábamos al lado de gente como Rapsusklein o Frank T.
S.: También hay que decir que cuando llegamos a la grabación nos preguntaron si éramos las bailarinas.
B.: Sí, la verdad es que es una de las pocas experiencias que podemos decir que se nos ha tenido en cuenta.
M.: Son cautos. Sabemos que todo el mundo nos está mirando, pero nadie dice nada.
P. ¿Cautos? ¿Por qué?
M.: Yo creo que les da miedo. Se piensan que vamos a muerte, contra el mundo. Que somos agresivas. Les da miedo ser cuestionados.
S.: Somos el dedo acusador.
B.: Y con Machete y la IRA debe pasar un poco lo mismo. Yo creo que lo que piensan es que es mejor no juntarse demasiado con nosotras porque si me junto con feministas, igual, o me critican los míos o me acusan de algo.
S.: Que se miren cómo se expresan, cómo se mueven. Parece que el tema de la consciencia de clase y la cuestión racial están muy introducidas en el rap, pero la visión de género, nada.
P. Y todo este contexto de represión contra artistas, políticos, líderes sociales... ¿Cómo lo vivís vosotras desde vuestra posición?
M.: Somos las próximas.
S.: ¡Cálla! Toquemos madera.
B.: Está claro que el próximo movimiento que se va a represaliar es el feminista. Tiempo al tiempo.
S.: Y todo este mandato impuesto por la Constitución que no representa a nadie... Que nos dejen decidir. ¿Cómo que decidir tu vida cotidiana, tu sistema económico, es ilegal? Eso no es democracia. Y no puede ser que no haya libertad de expresión, que tengas que exiliarte porque te meten preso.
B.: También hay muchas presas que no tienen la cobertura de los de hoy. Ahora nuestros padres hablan de presos políticos, pero yo llevo años contándole la situación de colegas que pasan por esto.
P. Después de vosotras, ¿vienen más Tribades?
M.: Ya lo estamos viendo. Nos escriben muchas chicas diciendo que las hemos motivado a formar un grupo. Nos pasan links de sus movidas. La gente se identifica con nosotras, tiene otros referentes y se animan.
S.: Además, estamos motivándolas a tener flow, a tener clase. Se están animando a buscar un buen estudio, un buen productor, a entender lo que es un DJ. Eso es increíble.
B.: Y de hecho, ya están aquí. Están gente como Santa Salud, como Elane, las Ninyas del Corro, las Niñas Perdidas, Lil Russia, Clika Pika...
P. Muchas de ellas suben a los escenarios con vosotras cuando actuáis. En esta línea, decís mucho eso de que "Tribade somos todas". ¿A qué os referís?
B.: Pues de que Tribade no existe sin red. Cuando escribimos letras, las pasamos a las colegas para que nos den un retorno. Esto es gracias a ellas.
S.: Es que no nos hemos inventado nada. Ahora estamos intentando hacer un protocolo para salas y festivales e intentar introducir un punto lila.
P. ¿Un protocolo contra agresiones machistas como grupo? ¿En qué consistirá?
B.: Sí. Nos vamos a topar con un montón de salas que tendrán denuncias de agresiones. O chavalas que querrán ver un concierto de Tribade pero que en ese espacio no se sentirán seguras. Llevaremos en el Rider la exigencia de que la sala cuente con protocolo de actuación. Y si no hay punto lila, pondremos a disposición nuestro estante de merchandising para que lo sea.
S.: Es un momento para generar este tipo de cosas. Cualquier sitio de este país es probablemente un lugar donde se haya producido una agresión. Porque vivimos en la cultura de la violación donde se toleran este tipo de cosas.
M.: Nuestra idea es ir a ocupar los espacios y luchar por ellos en vez de no ir. Vamos a probar qué pasa si los ocupamos entre todas.
P. De este tipo de reflexiones también nace La Purga, un tema donde os “confesáis”, os criticáis y buscáis el “perdón” en la “iglesia” del feminismo, tal como mostráis en el videoclip. ¿A qué necesidad responde este tema?
M.: Era un momento en que recibimos muchas acusaciones, tanto de dentro del movimiento como de fuera, que nos tocaban de forma personal... Y necesitábamos soltar, mirarnos hacia dentro y purgarnos antes de seguir con el proceso creativo. La Purga no estaba prevista en el disco y nos acabó quitando medio año. Fue algo muy pensado con mucho trabajo personal.
B.: Obviamente, nadie está diciendo que por hacer una canción y una revisión de nuestros privilegios ya estamos salvadas. Simplemente que, haciendo música, veíamos interesante escribir una canción con la que ponernos verdes y decir, sí, soy feminista pero he tenido relaciones tóxicas, he empatizado con tíos que han cometido agresiones...
M.: La verdad es que pensábamos que levantaríamos más ampollas. La mayoría de gente nos ha dicho que si somos muy valientes, que qué guai...
P. ¿Qué críticas esperabais?
S.: Que se viera como una agresión al feminismo.
B.: Era un canto a la sororidad. De, joder, peña, todas la hemos cagado y la vamos a cagar, pero vamos a decirnos las cosas desde los cuidados. Nos daba miedo que los machis pudieran pillarse a ese discurso y decir, "veis, que ellas mismas lo dicen, que sobreacusáis", cuando es un discurso hecho con un montón de cariño. Si formas parte del grupo, puedes criticar, pero que no venga alguien de fuera a rajarme de mi guetto.
S.: Es un tema para que solo me entiendan las colegas que saben de lo que hablo. Y para que un machi diga, ay, qué guapa la canción, pero que no pille una mierda. [Ríe]
P. Os preguntan mucho por vuestras referentes. En la canción que da nombre al disco, 'Las Desheredadas', hacéis una larga lista de vuestros referentes cotidianos "desheredados" de nombre. De hecho, el único nombre propio que sale es el de Juana Rivas.
B.: Es la línea que llevamos, la de los referentes cotidianos. Obviamente nuestras referencias vienen de cosas más antiguas, de Emma Goldman, de Angela Davis, de Silvia Federicci... Pero en tu día a día, la primera referencia, donde aprendres qué es el empoderamiento, a sostener los cuidados, es tu red: tu madre, tu abuela, tus colegas... Cuando estás chunga, no te viene la Angela Davis a mimarte, vienen tus colegas en el bar.
M.: También hay que tener en cuenta que tú dices Angela Davis y mucha gente no sabe quién es. Pero Juana Rivas ha sido un caso súper mediático.
S.: Y la criminalizaron un montón.
B.: No es una académica, una presentadora, una actriz... Es una mujer luchadora que se ha enfrentado a la justicia patriarcal ella sola. Podría ser cualquier mujer de tu barrio. Es una referente en toda regla.
P. Hablábamos de cómo está entrando de fuerte el feminismo en el rap, aunque si enciendes la radio, también se escuchan algunos discursos feministas como los del 'Pa’ Fuera lo Malo' de Ana Guerra y Aitana, e incluso el disco de Rosalía, 'El Mal Querer'. ¿Qué opináis de esto?
S.: Bueno. Es un paso.
M.: Mejor esto que tener un mensaje misógino. Pero nos parece una posición muy cómoda. Una se puede aprovechar del contexto social pero sin acabar de molestar del todo, porque si molesto, me van a dejar de llamar de algunos lados.
B.: El feminismo en el que nosotras creemos es ese que es radical, que va a la raíz del problema. Hay una mayoría social que está en contra de la violencia contra las mujeres. Hay una mayoría social que está en contra el racismo. Pero cuando señalas al culpable, a la raíz, al sistema que sostiene todo esto, la cosa cambia. Se trata del feminismo como antítesis del capitalismo. A nosotras, un feminismo capitalista que busca que haya igualdad en las cotas de poder no nos interesa. Yo no quiero un feminismo que me permita explotar al resto.
P. Es cierto que no compráis este tipo de discursos, pero también que empezáis a flirtear con el mainstream. Sin ir más lejos, Tribade ha sonado en programas de televisión como First Dates o, incluso, en Operación Triunfo, donde una de las concursantes, Alba Reche, era fan vuestra.
B.: Es la gracia y la trampa de combinar mensaje y musicalidad. Si se catasen de lo que estamos diciendo, realmente... Si se catasen de lo que significa Tribade, de las referentes que estamos mencionando... Se la estamos colando.
S.: ¡Y que la sigan colando! Es interesante. Tú a la gente le hablas de "cis", "trans", "butch", "bollera"... Y se quedan cruzados.
M.: Pero a la vez intentamos utilizar nuestro mensaje, hablar de lo común, de la anécdota. Con un lenguaje fácil para que llegue al máximo de público posible.
P. Hablabais del potencial de usar la música para llegar a más gente. El rap es un género donde el mensaje político es común, pero en cambio, socialmente, el reggaetón está mucho más estigmatizado. Incluso, es uno de los más criticados desde algunos discursos feministas. ¿Por qué lo reivindicáis?
B.: El reggaetón es un ritmo musical. Cuando dicen que el reggaetón es machista… Un bombo y una caja no pueden ser machistas. En todo caso, puede serlo la persona que lo hace. El rap, como el reggeaton puede tener el discurso que tú le metas. Y a ver, en Europa no nos hemos inventado nada de reggaetón feminista. Eso ya estaba hecho. La canción de 'Pa la Cama voy' de la puertoriqueña Ivy Queen es de 2004 y es una canción empoderante, que habla de consentimiento. A la gente le gusta bailar reggaetón. Pues poder estar bailándolo a gusto sin que haya un mensaje que te chirríe, mola.
P. También se os atribuyen algunas influencias del trap, un género con una estética que hace bandera del barrio pero donde a la vez hay un montón de artistas que hablan sobre cuánto dinero tienen. ¿Qué pensáis de esto? ¿Yung Beef o C. Tangana?
M.: Yo me quedo con Yung Beef. [Ríen]
B.: Yo hablaría de la extracción de clase de esta gente. Una de las cosas de la cultura de la clase trabajadora, por ejemplo, con el tema del dinero, mi chirría. Tú no dices cuánto cobras, porque sabes que a lo mejor tú estás bien pero tu vecino, no. Y está feo. Está mal visto hablar de pasta. En estos videoclips hay una fetichización de lo precario cuando en realidad ser precario es una mierda que no le deseas a nadie.
M.: Ellos mismos no son conscientes de cómo repercute el mensaje que están dando. No saben lo que están haciendo.
B.: El C. Tangana no es tonto. Sabe lo que hace. Hasta dice que hay discursos que le interesan mucho, como el feminismo, dice en una entrevista. Pues claro que sí. Controla cuales son las nuevas tendencias, también las ideológicas
S.: Pues si la conclusión de todo lo que ha leído es “le hago plas en el culo”, no lo pillo. Que si vender drogas, armas, mujeres, y cumplir todos sus deseos... No lo entiendo. Pero musicalmente me gustan, me lo gozo. De la parte musical podemos aprender mucho.
P. ¿Hasta dónde quiere llegar Tribade?
S.: Yo quiero poder ir al súper. No quiero que a una tía le dé un síncope porque estoy ahí.
B.: Mientras no nos peguen... [Ríen]
M.: Lo más bonito de lo que nos está pasando es compartirlo, compartir privilegios. Poder pasarle la entrada del Festivern a colegas que no se lo pueden pagar, o invitar a birras a mis colegas en clubs donde la copa está a cuatro pavos porque me han venido a ver.
B.: Hace unos años, cuando había colegas represaliadas, nos llamaban porque estábamos a mano. Ahora saben que si llevan a Tribade a una movida solidaria van a hacer pasta. Ahora podemos ayudar de verdad. Que todo esto que se ha generado de hacer conciertos por aquí, por allá, ahora lo puedo llevar a mi guetto y colaborar de manera directa. Devolver eso, eso que nos han dado, pa vosotras. Hasta ahí queremos llegar.
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