Imagen: El País / Topacio Fresh |
La galerista inaugura expo, sale en la nueva de Almodóvar y recibe la semana que viene el Premio Mujer y Cultura de la Semana Internacional de la Mujer.
Rubén Romero | SModa, El País, 2019-02-13
https://smoda.elpais.com/moda/actualidad/topacio-fresh-entrevista-trans-bandera-lgtb/
Tras 20 años en Madrid y 10 como galerista, Topacio se ha convertido en una de las vecinas más ilustres de la capital, un icono de la ciudad inseparable de sus amigos Alaska o Pedro Almodóvar. Estos días está algo fastidiadilla (“he tenido un pinzamiento al levantar una caja en una mudanza”). Pero eso no le quita la alegría, porque la lleva de serie, y porque la semana que viene va a recibir el Premio Mujer y Cultura de la Semana Internacional de la Mujer.
El año pasado la Comunidad de Madrid te dio el Premio de Cultura con motivo del Día de la Mujer, esta semana es la Semana Internacional de la Mujer la que te da el galardón. ¿Cómo los valoras?
Espero que la sororidad y el movimiento feminista entre mujeres siente bases en todos los sectores. Que haya mujeres directivas en todos los ámbitos. Y no solo mujeres, sino también minorías, como podemos ser las mujeres trans, trabajando en todos los sectores, que no estén solamente vinculadas a los tópicos.
Personalmente, una cosa que me gusta mucho es que son premios en los que no aparece la palabra trans, son premios por la labor cultural. Eso es de agradecer. Me hubieran dado el premio igual si hubiera sido una mujer cisgénero.
Insistes en tu condición de minoría como mujer trans y migrante. Sin embargo, perteneces a la beautiful people madrileña. ¿Cómo has conseguido integrarte tanto?
Yo vine con muy pocas expectativas. No venía pensando en el éxito, sino en la supervivencia, porque me fui de un país donde sentía que iba a tener pocos medios para desarrollarme. Como mujer trans, la cabeza de los argentinos estaba atrasada para poder darme lugar en la cultura. A mí también me ha sorprendido el convertirme en un personaje requerido. No es que sea una celebridad, pero sí soy requerida. Al principio tienes que forzarlo todo, tienes que intentar que las cosas salgan bien. Yo soy súper optimista. Intento captar la atención pero también hay que tener un poco de contenido, porque sino luego no sirves más que para una foto. Supongo que tiene que ver con la suerte y con las personas de las que te rodeas. Además soy muy simpática y me los gané a pulso.
Desde luego, dotes de sociabilidad tienes. ¡Estás en todos los saraos!
Si hay algo que me sobra es agenda. Aquí en Madrid, a lo largo del tiempo, lo que más acumulas es agenda para eventos. Cada día tienes tres cosas diferentes y tienes que ir vestida de tres maneras diferentes. En Madrid eres prisionera de la agenda. Pero si dejas de ir, te dejan de llamar… Es como un puzzle que has de armar durante toda la vida. Si no vas a la Semana del Arte, si no vas a la Semana de la Moda, si no vas a la Semana de la Gastronomía... ¡Y todas las semanas pasa algo! Yo no sé por qué pero esta semana estaba en el barrio de Usera en el Año Nuevo Chino... Y yo de china tengo poco.
10 años como galerista. ¿En qué ha cambiado el mundo de la cultura?
Lo que ha cambiado no ha sido la cultura, sino los ministros. Han pasado un montón que prometieron mucho e hicieron poco. Yo, particularmente, en José Guirao tengo mucha fe. Lo conozco desde que llegué a España. Creo que sí puede realizar muchas cosas que los otros no han hecho como la Ley de Mecenazgo y el apoyo a los artistas jóvenes.
Supongo que el peor momento de tu carrera de galerista fue cuando unos integristas católicos atacaron tu galería por exhibir fotos que consideraron sacrílegas del artista Bruce LaBruce en 2012... ¿Es la censura un peligro real?
Hay que tener cuidado porque, al mismo tiempo que la sociedad adquiere derechos, del otro lado también se tira por lo opuesto. Hay gente intolerante, que no soporta las libertades y no está a favor de la igualdad. Tenemos que estar alerta y a la defensiva, porque vivimos tiempos difíciles. Cuando veo el resultado de algunas elecciones me alarmo... pero no me asusto. Estoy dispuesta a dar la cara porque siempre lo he hecho en mi vida. Yo no les tengo miedo. No voy a blindar las ventanas de mi galería. Animo a la gente a salir, a decir lo que quiera, a que los artistas tengan libertad de expresión, pero sabiendo lo que se está gestando del otro lado.
El domingo pasado se convocó una manifestación por parte de tres partidos asociados a la etiqueta “conservadora” y me llamó la atención que se vieran banderas LGTB. ¿Cómo las interpretaste?
Yo he visto las banderas, pero no he visto a nadie que me represente. Hay gente que quiere utilizar nuestros símbolos para dar un doble mensaje. No está bien apropiarse de unos símbolos que hemos llevado con tanto orgullo y tanto sufrimiento, como para que ahora los metan en una plataforma política. Muchas han pagado con su cuerpo y con su salud como para que pillen dos o tres banderitas y las pongan de adorno.
Hablabas de elecciones. Recientemente, un partido político ha propuesto eliminar las operaciones de cambio de sexo de la Seguridad Social...
Llevamos años reivindicando que dejen de considerar la transexualidad como una enfermedad. No terminan de quitarlo del todo porque nos consideran disfóricos. Si partimos de esa base, ya tienes la respuesta. Si vas a la Seguridad Social cuando tienes una enfermedad y a mí me consideras una persona disfórica, pues... Luego, la gente tiene que pensar un poco en los demás, tiene que pensar en el dolor ajeno, en el ‘bullying’, en lo mal que lo pasa una persona transexual en su proceso psicológico. ¿Cómo no le vas a prestar atención a una persona que sufre semejante problema? Luego, parece que tú vayas a la Seguridad Social y te operen, y no es así. Operan a muy pocas personas al año y con unas circunstancias determinadas. Casi todas las personas se pagan su operación porque no pueden esperar.
Volvamos a tu faceta como galerista: la exposición que tienes actualmente es de Leo Peralta, y en ella se recrean iconos pop. ¿Cuál es tu gran icono vital?
Yo no soy muy iconoclasta. Soy la mejor amiga de Olvido (Gara, Alaska), que es un icono para la mayoría de los españoles y, sin embargo, para mí no deja de ser mi amiga. Si tuviera que elegir un icono sería una activista, una Marsha P. Johnson, la que tiró la primera piedra en Stonewall (la primera manifestación pro derechos LGTB, sucedida hace 40 años).
Después de Leo viene la exposición de Ignasi Monreal…
A Ignasi lo conozco porque colaboró con David Delfín, que era un hermano para mí. Y luego lo han fichado las mejores marcas del mundo. Me gusta porque quiere hacer algo totalmente diferente a lo que ha hecho hasta ahora, que tiene que ver con pintura hiperrealista. Va a ser un trabajo de bodegones y pintura clásica que llevará por título ‘Plats Bruts’ (platos sucios, en catalán). También vamos a autopublicar un libro con Gorka Postigo sobre infancia y adolescencia trans, basado en la exposición del año pasado.
Uno tiene la impresión de que formáis un grupo muy unido: Olvido, Gorka, Mario Vaquerizo…
Uff... Mario siempre me lía. El otro día me crucé con él por la calle y me dijo que me tenía que llamar para una cosa. Y cuando Mario me dice eso tiemblo, porque no sé decir que no a los amigos y significa darme más trabajo. Que está bien y es sensacional, pero además de cartera de artistas me gustaría que me enviaran también una cartera de clientes.
Hablando de amigos, me han dicho que sales en la nueva película de tu amigo Pedro Almodóvar, 'Dolor y gloria'…
¡Un segundo! Me lo ha dicho Pedro, que estuve cenando con él la semana pasada en casa de Félix Sabroso. Es como ‘Buscando a Wally’, pero en versión ‘Buscando a Topacio’. Me colé en una escena, así que me tienes que descubrir. Se me reconoce por la melena. ‘Dolor y gloria’ va a ser una película dura y fuerte, pero a mí me gusta salir convulsionada de las pelis de Pedro, porque te ayudan a desatar los nudos que tienes dentro.
Eres una mujer de éxito. ¿Qué te queda por cumplir?
Quiero compaginar la galería con la gestión cultural y la creación de una Fundación que tenga que ver con lo que es mi vida: yo soy una mujer migrante y una mujer transexual así que sé qué es lo que nos pasa y qué es lo que necesitamos. Me gustaría crear un organismo para ayudar a resolver este tipo de situaciones.
No sé yo si así se te va a quitar el dolor de espalda...
Ya. Según mi psicólogo, el dolor de espalda tiene que ver con la carga que llevo. También te digo que me encantaría tomarme un año sabático de imagen, de cumplir únicamente con los compromisos laborales. Pero no me lo puedo permitir.
El año pasado la Comunidad de Madrid te dio el Premio de Cultura con motivo del Día de la Mujer, esta semana es la Semana Internacional de la Mujer la que te da el galardón. ¿Cómo los valoras?
Espero que la sororidad y el movimiento feminista entre mujeres siente bases en todos los sectores. Que haya mujeres directivas en todos los ámbitos. Y no solo mujeres, sino también minorías, como podemos ser las mujeres trans, trabajando en todos los sectores, que no estén solamente vinculadas a los tópicos.
Personalmente, una cosa que me gusta mucho es que son premios en los que no aparece la palabra trans, son premios por la labor cultural. Eso es de agradecer. Me hubieran dado el premio igual si hubiera sido una mujer cisgénero.
Insistes en tu condición de minoría como mujer trans y migrante. Sin embargo, perteneces a la beautiful people madrileña. ¿Cómo has conseguido integrarte tanto?
Yo vine con muy pocas expectativas. No venía pensando en el éxito, sino en la supervivencia, porque me fui de un país donde sentía que iba a tener pocos medios para desarrollarme. Como mujer trans, la cabeza de los argentinos estaba atrasada para poder darme lugar en la cultura. A mí también me ha sorprendido el convertirme en un personaje requerido. No es que sea una celebridad, pero sí soy requerida. Al principio tienes que forzarlo todo, tienes que intentar que las cosas salgan bien. Yo soy súper optimista. Intento captar la atención pero también hay que tener un poco de contenido, porque sino luego no sirves más que para una foto. Supongo que tiene que ver con la suerte y con las personas de las que te rodeas. Además soy muy simpática y me los gané a pulso.
Desde luego, dotes de sociabilidad tienes. ¡Estás en todos los saraos!
Si hay algo que me sobra es agenda. Aquí en Madrid, a lo largo del tiempo, lo que más acumulas es agenda para eventos. Cada día tienes tres cosas diferentes y tienes que ir vestida de tres maneras diferentes. En Madrid eres prisionera de la agenda. Pero si dejas de ir, te dejan de llamar… Es como un puzzle que has de armar durante toda la vida. Si no vas a la Semana del Arte, si no vas a la Semana de la Moda, si no vas a la Semana de la Gastronomía... ¡Y todas las semanas pasa algo! Yo no sé por qué pero esta semana estaba en el barrio de Usera en el Año Nuevo Chino... Y yo de china tengo poco.
10 años como galerista. ¿En qué ha cambiado el mundo de la cultura?
Lo que ha cambiado no ha sido la cultura, sino los ministros. Han pasado un montón que prometieron mucho e hicieron poco. Yo, particularmente, en José Guirao tengo mucha fe. Lo conozco desde que llegué a España. Creo que sí puede realizar muchas cosas que los otros no han hecho como la Ley de Mecenazgo y el apoyo a los artistas jóvenes.
Supongo que el peor momento de tu carrera de galerista fue cuando unos integristas católicos atacaron tu galería por exhibir fotos que consideraron sacrílegas del artista Bruce LaBruce en 2012... ¿Es la censura un peligro real?
Hay que tener cuidado porque, al mismo tiempo que la sociedad adquiere derechos, del otro lado también se tira por lo opuesto. Hay gente intolerante, que no soporta las libertades y no está a favor de la igualdad. Tenemos que estar alerta y a la defensiva, porque vivimos tiempos difíciles. Cuando veo el resultado de algunas elecciones me alarmo... pero no me asusto. Estoy dispuesta a dar la cara porque siempre lo he hecho en mi vida. Yo no les tengo miedo. No voy a blindar las ventanas de mi galería. Animo a la gente a salir, a decir lo que quiera, a que los artistas tengan libertad de expresión, pero sabiendo lo que se está gestando del otro lado.
El domingo pasado se convocó una manifestación por parte de tres partidos asociados a la etiqueta “conservadora” y me llamó la atención que se vieran banderas LGTB. ¿Cómo las interpretaste?
Yo he visto las banderas, pero no he visto a nadie que me represente. Hay gente que quiere utilizar nuestros símbolos para dar un doble mensaje. No está bien apropiarse de unos símbolos que hemos llevado con tanto orgullo y tanto sufrimiento, como para que ahora los metan en una plataforma política. Muchas han pagado con su cuerpo y con su salud como para que pillen dos o tres banderitas y las pongan de adorno.
Hablabas de elecciones. Recientemente, un partido político ha propuesto eliminar las operaciones de cambio de sexo de la Seguridad Social...
Llevamos años reivindicando que dejen de considerar la transexualidad como una enfermedad. No terminan de quitarlo del todo porque nos consideran disfóricos. Si partimos de esa base, ya tienes la respuesta. Si vas a la Seguridad Social cuando tienes una enfermedad y a mí me consideras una persona disfórica, pues... Luego, la gente tiene que pensar un poco en los demás, tiene que pensar en el dolor ajeno, en el ‘bullying’, en lo mal que lo pasa una persona transexual en su proceso psicológico. ¿Cómo no le vas a prestar atención a una persona que sufre semejante problema? Luego, parece que tú vayas a la Seguridad Social y te operen, y no es así. Operan a muy pocas personas al año y con unas circunstancias determinadas. Casi todas las personas se pagan su operación porque no pueden esperar.
Volvamos a tu faceta como galerista: la exposición que tienes actualmente es de Leo Peralta, y en ella se recrean iconos pop. ¿Cuál es tu gran icono vital?
Yo no soy muy iconoclasta. Soy la mejor amiga de Olvido (Gara, Alaska), que es un icono para la mayoría de los españoles y, sin embargo, para mí no deja de ser mi amiga. Si tuviera que elegir un icono sería una activista, una Marsha P. Johnson, la que tiró la primera piedra en Stonewall (la primera manifestación pro derechos LGTB, sucedida hace 40 años).
Después de Leo viene la exposición de Ignasi Monreal…
A Ignasi lo conozco porque colaboró con David Delfín, que era un hermano para mí. Y luego lo han fichado las mejores marcas del mundo. Me gusta porque quiere hacer algo totalmente diferente a lo que ha hecho hasta ahora, que tiene que ver con pintura hiperrealista. Va a ser un trabajo de bodegones y pintura clásica que llevará por título ‘Plats Bruts’ (platos sucios, en catalán). También vamos a autopublicar un libro con Gorka Postigo sobre infancia y adolescencia trans, basado en la exposición del año pasado.
Uno tiene la impresión de que formáis un grupo muy unido: Olvido, Gorka, Mario Vaquerizo…
Uff... Mario siempre me lía. El otro día me crucé con él por la calle y me dijo que me tenía que llamar para una cosa. Y cuando Mario me dice eso tiemblo, porque no sé decir que no a los amigos y significa darme más trabajo. Que está bien y es sensacional, pero además de cartera de artistas me gustaría que me enviaran también una cartera de clientes.
Hablando de amigos, me han dicho que sales en la nueva película de tu amigo Pedro Almodóvar, 'Dolor y gloria'…
¡Un segundo! Me lo ha dicho Pedro, que estuve cenando con él la semana pasada en casa de Félix Sabroso. Es como ‘Buscando a Wally’, pero en versión ‘Buscando a Topacio’. Me colé en una escena, así que me tienes que descubrir. Se me reconoce por la melena. ‘Dolor y gloria’ va a ser una película dura y fuerte, pero a mí me gusta salir convulsionada de las pelis de Pedro, porque te ayudan a desatar los nudos que tienes dentro.
Eres una mujer de éxito. ¿Qué te queda por cumplir?
Quiero compaginar la galería con la gestión cultural y la creación de una Fundación que tenga que ver con lo que es mi vida: yo soy una mujer migrante y una mujer transexual así que sé qué es lo que nos pasa y qué es lo que necesitamos. Me gustaría crear un organismo para ayudar a resolver este tipo de situaciones.
No sé yo si así se te va a quitar el dolor de espalda...
Ya. Según mi psicólogo, el dolor de espalda tiene que ver con la carga que llevo. También te digo que me encantaría tomarme un año sabático de imagen, de cumplir únicamente con los compromisos laborales. Pero no me lo puedo permitir.
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