sábado, 4 de julio de 2015

#hemeroteca #orgullo | ¿Chueca es genial?

Imagen: Zoozobra / Verónika Arauzo
¿Chueca es genial?
Eduardo Nabal | Zoozobra, 2015-07-04
http://zoozobra.com/chueca-es-genial/

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez portarán la misma pancarta del Día o semana del Orgullo Gay. Esto no suena solo a oportunismo sino que a todas las fuerzas políticas parecen tener una misma y limitada visión de las luchas y microluchas LGTBQ. Hace poco la canción de Kika Lorace “Adiós Botella” (conocida por sus declaraciones homófobas y su servilismo a los políticos de la ultraderecha europea) batió records en Internet por su desparpajo y saludable sentido del humor. Pero hay algo de la canción que rechina demasiado y es el epitafio “Chueca es genial”. Uno entiende las razones personales y socioeconómicas que llevan a gente LGTB de provincias o pueblos a buscar unos días de esparcimiento y encuentro con la libertad en un Madrid capitalino, capitalista, caluroso y abarrotado. Pero el espejismo no debe ser tan pronunciado cuando los precios en los bares no cesan de subir, los negocios más interesantes merman, las propuestas mas estimulantes no salen adelante y los propios gays masculinos (en este caso) hacen una distinción tendenciosa entre gente de bien y transexuales a los que, al menos el dueño del famoso y lujoso Hotel, consideran gente disfrazada que no puede acceder al interior sin ofender al respetable. Además la Ley Mordaza, entre otras muchas cosas, impide beber en la calle (o sea a pagar el doble en los bares) y filmar a la policía. No hace tanto que algunas de estas manifestaciones, como ha ocurrido con el “Orgullo Crítico” eran reprimidas por la policía, que no se cansaba de tomar fotos o mirar al colectivo LGTB con ironía o abierto desprecio. Vamos, que la multiplicación de personas en las calles de Madrid que vienen de peregrinajes de sus localidades provincianas o pronunciadamente LGTBfóbicas no supone, así de entrada, un aumento de los derechos de las personas LGTB sin recursos, que juegan con los roles de género o que ya no se pueden permitir llenar la caja del empresario u hostelero de turno. O el dueño del museo o la carroza esponsorizada.

Pero Chueca, así en conjunto, no es genial. Sino que se lo digan a Veronika Arauzo, una joven activista trans de sólida trayectoria a la que se le negó la entrada al Hotel Oscar -cuyo dueño iba a ser premiado (afortunadamente fue retirado el premio) por Cogam por su compromiso con la “causa”-. Que el compromiso se mida en términos crematísticos o que unas y otras fuerzas políticas hagan lo justito “porque toca” no nos llena de gozo y, desde luego, dista de ser genial. Arauzo continua la batalla contra la hipocresía, el mercantilismo y las formas sutiles de racismo, clasismo o heterosexismo y no está sola en la batalla aunque no vaya a salir en la foto como los políticos que, en esta ocasión, portan la misma pancarta en primera fila. Y la única razón es que no se molestan en escuchar a aquellos/as a los que dicen defender y/o representar. Ay Manuela, que hace tiempo que Chueca dejó de ser genial.

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