Imagen: Deia / V. Jornadas Feministas de Euskal Herria en Durango |
Alrededor de 3.000 mujeres participaron ayer en las V Jornadas Feministas de Euskal Herria, foro que definirá la agenda del movimiento.
Deia, 2019-11-02
https://www.deia.eus/2019/11/02/sociedad/euskadi/durango-el-epicentro-del-feminismo-vasco
Durango se convirtió ayer en el epicentro del feminismo. Más de tres mil mujeres abrieron brecha en las V Jornadas Feministas de Euskal Herria, un encuentro de tres días en el que se debatirá las principales líneas estratégicas que definirán la agenda política del movimiento de los próximos años. Las primeras jornadas se celebraron en Leioa en diciembre de 1977 y desde entonces se han ido organizando jornadas en varios momentos, en 1984 y 1994 en el Campus de la UPV de Leioa, y en 2008 en la Escuela Náutica de Portugalete. Ayer le tocó el turno a Durango, donde se trataron y se abordarán numerosos temas: sexualidad, prostitución, aborto, mujer y medicina, patriarcado, modelo de militancia, distribución del trabajo, violencia sexista, cuerpos e identidades...
Las más madrugadoras comenzaron a inscribirse a las 08.30 de la mañana, sin embargo, la mayoría llegó para el acto de bienvenida. La feria de Landako se quedó pequeña para acoger a las 3.000 almas que arrancaron con ganas la intensa jornada que les quedaba por delante con multitud de talleres, debates y actuaciones. Desde la organización destacaron ayer que “no se ha conseguido una cifra así desde que se celebraron las primeras Jornadas Feministas de Euskal Herria en 1977”. La reclamación de poner las vidas en el centro fue el hilo conductor de las mesas e intervenciones de la mañana.
Tomaron la palabra mujeres de distintos colectivos como Etxalde, Itaia, Bilgune Feminista, Oneka y las Trabajadoras no domesticadas. Cada una hizo aportaciones desde su posición. Etxalde puso el acento en la soberanía alimentaria, haciendo hincapié en la procedencia y la calidad de lo que comemos. “Más allá del rendimiento económico, queremos una agricultura que cuide a la tierra, los animales y las personas”, afirmó Amets Ladislao.
La “falta” de pensiones dignas fue el tema de discusión de Oneka. También explicó las razones de dicho problema Nekane Berriotxoa: “Esto viene por varias razones: por un lado la falta de reconocimiento del trabajo reproductivo y de cuidados; por el trabajo realizado en puestos feminizados y por trabajos hechos fuera de casa sin comentarios”. Josefina Roco, del colectivo de Mujeres no domesticadas, fue más allá afirmando que “para nosotras la situación de las mujeres internas es la esclavitud del siglo XXI que debe desaparecer. Y no olvidemos que los que ahora vienen de Latinoamérica, antes lo hacían desde Extremadura, Andalucía...”. Por ello, insistió en la importancia de revisar quién y cómo están sosteniendo la vida. La participante del colectivo Itaia reclamó la soberanía de las mujeres, fuera de la dependencia de un estado. “No podemos conseguir poder si las mujeres estamos dentro de los aparatos estatales o proponiendo reformas. No creemos que se pueda construir un sistema justo desde ahí, al menos mientras sigue siendo un sistema que tiene como base la explotación”. Y por último, Naia Torrealdai, de EH Bilgune Feminista abogó por repensar la lucha de clases desde una visión poliédrica. “El objetivo es conseguir una lucha unificada desde la interdependencia”, explicó. Por la tarde el debate de la decolonialidad fue protagonista de las actividades.
Las más madrugadoras comenzaron a inscribirse a las 08.30 de la mañana, sin embargo, la mayoría llegó para el acto de bienvenida. La feria de Landako se quedó pequeña para acoger a las 3.000 almas que arrancaron con ganas la intensa jornada que les quedaba por delante con multitud de talleres, debates y actuaciones. Desde la organización destacaron ayer que “no se ha conseguido una cifra así desde que se celebraron las primeras Jornadas Feministas de Euskal Herria en 1977”. La reclamación de poner las vidas en el centro fue el hilo conductor de las mesas e intervenciones de la mañana.
Tomaron la palabra mujeres de distintos colectivos como Etxalde, Itaia, Bilgune Feminista, Oneka y las Trabajadoras no domesticadas. Cada una hizo aportaciones desde su posición. Etxalde puso el acento en la soberanía alimentaria, haciendo hincapié en la procedencia y la calidad de lo que comemos. “Más allá del rendimiento económico, queremos una agricultura que cuide a la tierra, los animales y las personas”, afirmó Amets Ladislao.
La “falta” de pensiones dignas fue el tema de discusión de Oneka. También explicó las razones de dicho problema Nekane Berriotxoa: “Esto viene por varias razones: por un lado la falta de reconocimiento del trabajo reproductivo y de cuidados; por el trabajo realizado en puestos feminizados y por trabajos hechos fuera de casa sin comentarios”. Josefina Roco, del colectivo de Mujeres no domesticadas, fue más allá afirmando que “para nosotras la situación de las mujeres internas es la esclavitud del siglo XXI que debe desaparecer. Y no olvidemos que los que ahora vienen de Latinoamérica, antes lo hacían desde Extremadura, Andalucía...”. Por ello, insistió en la importancia de revisar quién y cómo están sosteniendo la vida. La participante del colectivo Itaia reclamó la soberanía de las mujeres, fuera de la dependencia de un estado. “No podemos conseguir poder si las mujeres estamos dentro de los aparatos estatales o proponiendo reformas. No creemos que se pueda construir un sistema justo desde ahí, al menos mientras sigue siendo un sistema que tiene como base la explotación”. Y por último, Naia Torrealdai, de EH Bilgune Feminista abogó por repensar la lucha de clases desde una visión poliédrica. “El objetivo es conseguir una lucha unificada desde la interdependencia”, explicó. Por la tarde el debate de la decolonialidad fue protagonista de las actividades.
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