Imagen: El País / Chelsea Manning |
El equipo legal de la exanalista de inteligencia alega que los nuevos cargos contra Julian Assange hacen irrelevante el testimonio de la exsoldado.
Yolanda Monge | El País, 2019-06-01
https://elpais.com/internacional/2019/05/31/estados_unidos/1559334566_489063.html
El equipo legal de Chelsea Manning ha vuelto a la carga y este viernes ha pedido al juez que reconsidere poner en libertad a la antigua analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos, Chelsea Manning, encerrada en una prisión de la ciudad de Alexandria (Virginia, a las afueras de Washington) desde el pasado 16 de mayo, cuando fue arrestada acusada de desacato.
El último ingreso en prisión de la antigua soldado se produjo poco después de ser liberada tras pasar dos meses en detenida por haberse negado a declarar como testigo ante un gran jurado (un cuerpo jurídico colegiado integrado por ciudadanos) por la filtración de documentos secretos a la organización Wikileaks. Sus abogados eran conscientes de que una nueva detención se produciría antes o después, ya que según informaron entonces, Manning había recibido una nueva citación para comparecer.
“Chelsea continuará negándose a responder preguntas y utilizará todas las defensas legales disponibles para demostrarle al juez que tiene motivos justificables para su negativa a dar testimonio”, explicaron sus abogados. Sin embargo, el grupo que apoya a la exanalista, The Sparrow Project, insistió entonces en que se entraría en un círculo vicioso porque Manning se negaría nuevamente a declarar.
Esa es la situación que se vive ahora.
Chelsea Manning fue condenada en 2013 a 35 años de prisión por un tribunal militar por la filtración en 2010 de unos 750.000 cables diplomáticos y documentos confidenciales al fundador de Wikileaks, Julian Assange. De esa sentencia, Manning cumplió un total de siete años de cárcel al serle conmutada la pena en 2017 por Barack Obama. En sus años en prisión, Manning inició un proceso de cambio de sexo de hombre a mujer e intentó suicidarse dos veces.
El pasado mes de abril, Assange fue detenido en Londres después de que Ecuador le retirase la protección en su Embajada, donde estuvo refugiado siete años. El viernes de la semana pasada, la justicia norteamericana desvelaba 17 nuevos cargos contra Assange por vulnerar la Ley de Espionaje tras la masiva difusión de documentos, en lo que fue la mayor filtración de la historia.
Los abogados de Manning alegan ahora que las nuevas acusaciones contra Assange hacen irrelevante el testimonio de su cliente. “No posee ninguna información notable”, explican sus letrados. La propia exmilitar incluye en la petición al juez Anthony Trenga una carta en la que expone que considera la existencia del gran jurado “moralmente inaceptable”. “Estoy en contra de este gran jurado por la principal razón de que está concebido para atemorizar a periodistas y editores de medios de comunicación, que cumplen un servicio público crucial”, escribe Manning.
Los testigos que se niegan a comparecer no pueden ser declarados en desacato más de 18 meses, y la encarcelación suele ser usada como un elemento disuasorio más que punitivo. Sin embargo, a un testigo que se niegue de forma indefinida a declarar se le puede aumentar la pena y entrar en el terreno criminal.
El último ingreso en prisión de la antigua soldado se produjo poco después de ser liberada tras pasar dos meses en detenida por haberse negado a declarar como testigo ante un gran jurado (un cuerpo jurídico colegiado integrado por ciudadanos) por la filtración de documentos secretos a la organización Wikileaks. Sus abogados eran conscientes de que una nueva detención se produciría antes o después, ya que según informaron entonces, Manning había recibido una nueva citación para comparecer.
“Chelsea continuará negándose a responder preguntas y utilizará todas las defensas legales disponibles para demostrarle al juez que tiene motivos justificables para su negativa a dar testimonio”, explicaron sus abogados. Sin embargo, el grupo que apoya a la exanalista, The Sparrow Project, insistió entonces en que se entraría en un círculo vicioso porque Manning se negaría nuevamente a declarar.
Esa es la situación que se vive ahora.
Chelsea Manning fue condenada en 2013 a 35 años de prisión por un tribunal militar por la filtración en 2010 de unos 750.000 cables diplomáticos y documentos confidenciales al fundador de Wikileaks, Julian Assange. De esa sentencia, Manning cumplió un total de siete años de cárcel al serle conmutada la pena en 2017 por Barack Obama. En sus años en prisión, Manning inició un proceso de cambio de sexo de hombre a mujer e intentó suicidarse dos veces.
El pasado mes de abril, Assange fue detenido en Londres después de que Ecuador le retirase la protección en su Embajada, donde estuvo refugiado siete años. El viernes de la semana pasada, la justicia norteamericana desvelaba 17 nuevos cargos contra Assange por vulnerar la Ley de Espionaje tras la masiva difusión de documentos, en lo que fue la mayor filtración de la historia.
Los abogados de Manning alegan ahora que las nuevas acusaciones contra Assange hacen irrelevante el testimonio de su cliente. “No posee ninguna información notable”, explican sus letrados. La propia exmilitar incluye en la petición al juez Anthony Trenga una carta en la que expone que considera la existencia del gran jurado “moralmente inaceptable”. “Estoy en contra de este gran jurado por la principal razón de que está concebido para atemorizar a periodistas y editores de medios de comunicación, que cumplen un servicio público crucial”, escribe Manning.
Los testigos que se niegan a comparecer no pueden ser declarados en desacato más de 18 meses, y la encarcelación suele ser usada como un elemento disuasorio más que punitivo. Sin embargo, a un testigo que se niegue de forma indefinida a declarar se le puede aumentar la pena y entrar en el terreno criminal.
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