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Lia Thomas, la nadadora trans que revienta los cronos y el debate sobre su participación.
Después de nadar hace tres años en el equipo masculino de la Universidad de Pensilvania, Will completó la transición a mujer y ahora bate récords en el femenino.
Fermín de la Calle | El Confidencial, 2021-12-29
https://www.elconfidencial.com/deportes/otros-deportes/2021-12-29/lia-thomas-estados-unidos-coi-ncaa-natacion_3350122/
Will Thomas confiesa que se dio cuenta de que era una mujer en 2018. Fue entonces cuando este joven nadador del equipo masculino de la Universidad de Pensilvania decidió cambiar de sexo con el tratamiento de hormonas para reducir la testosterona y alcanzar los parámetros fijados por la NCAA para poder competir con mujeres. Proceso que ocurrió entre 2019 y 2020. Lia, que es como se llama ahora, reveló en una entrevista a 'SwimSwam Podcast' que "cuando decidí dar el paso había mucha incertidumbre, no sabía qué podría hacer o si podría seguir nadando. Por eso decidí nadar el año 2018-2019 como un hombre, sin salir del armario. Algo que me causó mucha angustia".
Thomas seguía compitiendo en categoría masculina mientras se sometía al tratamiento hormonal. Pero entonces estalló la pandemia y la competición quedó paralizada, un paréntesis que le permitió terminar la transición y alcanzar los parámetros fijados por la NCAA para competir con mujeres. Desde entonces esta joven nacida en Austin en 1999 está destrozando todas las marcas y acumulando títulos regionales y estatales ante la admiración, e indignación, de alguna de sus rivales. Registros que le servirían para subirse al podio en los Campeonatos Nacionales de natación de Estados Unidos.
Un momento decisivo
La pelota ahora está en el tejado de la federación estadounidense de natación. Sobre todo, después de que el Comité Olímpico Internacional anunciase tras los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que cada federación será la encargada de establecer los criterios necesarios para la participación de atletas transexuales en sus competiciones. Previamente, era el propio COI el que controlaba el nivel de testosterona por litro de sangre de los atletas y estudiaba los análisis previos a cada competición.
Una persona clave en su decisión ha sido Mike Schnur, su entrenador en la Universidad de Pensilvania, quien respaldó a Lia en el proceso y la apoya ahora ante las críticas de la parte más conservadora del deporte estadounidense. Thomas, a sus 22 años, ha demostrado una superioridad apabullante tras su aparición en el circuito femenino de natación. En el Zippy Invitational Event de Akron, en Ohio, terminó 38 segundos por delante de su compañera de equipo, Anna Sofia Kalandaze, en los 1500 libres. Lia ganó tres competiciones, con el tiempo más rápido del país en dos de ellas. Y paró el reloj en los 1500 en 15:59:71, un tiempo que le habría permitido ser sexta en la final de los pasados Juegos de Tokyo por detrás de Katie Ledecky (15:37.34), la estadounidense Erica Sullivan (15:41.41), la alemana Sarah Kohler (15:42.91), la china Wang y la italiana Quadarella.
Después de la irrupción de Lia, la FINA, la federación internacional de natación, va a designar a un grupo de especialistas para desarrollar una nueva guía sobre mujeres transgénero que compiten en deportes femeninos. Su irrupción ha generado un enorme debate, pese a que debido al proceso de transición de hombre a mujer sus registros han empeorado, como ocurre siempre que se produce un tratamiento hormonal en el cuerpo del atleta. Según reveló 'The Daily Mail' una decena de padres de nadadores escribieron a las autoridades de atletismo de la NCAA, la Ivy League y la Universidad de Pensilvania advirtiendo "del peligro que corre la integridad de los deportes femeninos con la inclusión de estos deportistas trans".
Lia ha preferido mantener el perfil bajo durante toda esta polémica. La nadadora solo se pronunció en un artículo publicado por el Penn Today, diario de Pensailvania, en el que afirmaba que "ser trans no ha afectado a mi capacidad para practicar este deporte. Poder seguir nadando es muy gratificante. La natación es una gran parte de mi vida y de lo que soy. He sido nadadora desde que tenía cinco años. El proceso de salir del armario como transexual y continuar nadando fue muy incierto y desconocido para mí en un ámbito de mi vida que suele ser muy sólida. Darme cuenta de que era trans me genero dudas sobre si podría seguir nadando. Es lo único que espero y por lo que lucho ahora".
Lo cierto es que la reglamentación no ha sido igual en los casos de transexualidad de deportistas masculinos y femeninas. Las reglas de varias organizaciones deportivas han ofrecido a los atletas masculinos trans una oportunidad más fácil de competir en programas masculinos que para las mujeres trans que intentan competir en un equipo femenino. Los hombres trans no están obligados a someterse a una terapia hormonal antes de competir en una competición para hombres, ya que existe un consenso respecto a que nacer mujer genera a los atletas con desventajas físicas para competir como hombres cisgénero.
Aquí hay menos cuestión de equidad en juego. La principal controversia con respecto a los atletas transgéneros surge a la hora de permitir que quienes hacen la transición de hombre a mujer compitan en eventos femeninos, donde muchos creen que los tratamientos hormonales no terminan de neutralizar las ventajas inherentes a nivel físico que conlleva nacer hombre y competir con mujeres. Por todo ello, la participación de las mujeres trans sigue siendo un tema controvertido que arroja argumentaciones a favor y en contra ante la aparición de atletas como Lia Thomas o Laurel Hubbard, la halterófila neozelandesa que se convirtió en Tokyo en la primera participante transgénero de la historia de los Juegos Olímpicos.
Thomas seguía compitiendo en categoría masculina mientras se sometía al tratamiento hormonal. Pero entonces estalló la pandemia y la competición quedó paralizada, un paréntesis que le permitió terminar la transición y alcanzar los parámetros fijados por la NCAA para competir con mujeres. Desde entonces esta joven nacida en Austin en 1999 está destrozando todas las marcas y acumulando títulos regionales y estatales ante la admiración, e indignación, de alguna de sus rivales. Registros que le servirían para subirse al podio en los Campeonatos Nacionales de natación de Estados Unidos.
Un momento decisivo
La pelota ahora está en el tejado de la federación estadounidense de natación. Sobre todo, después de que el Comité Olímpico Internacional anunciase tras los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que cada federación será la encargada de establecer los criterios necesarios para la participación de atletas transexuales en sus competiciones. Previamente, era el propio COI el que controlaba el nivel de testosterona por litro de sangre de los atletas y estudiaba los análisis previos a cada competición.
Una persona clave en su decisión ha sido Mike Schnur, su entrenador en la Universidad de Pensilvania, quien respaldó a Lia en el proceso y la apoya ahora ante las críticas de la parte más conservadora del deporte estadounidense. Thomas, a sus 22 años, ha demostrado una superioridad apabullante tras su aparición en el circuito femenino de natación. En el Zippy Invitational Event de Akron, en Ohio, terminó 38 segundos por delante de su compañera de equipo, Anna Sofia Kalandaze, en los 1500 libres. Lia ganó tres competiciones, con el tiempo más rápido del país en dos de ellas. Y paró el reloj en los 1500 en 15:59:71, un tiempo que le habría permitido ser sexta en la final de los pasados Juegos de Tokyo por detrás de Katie Ledecky (15:37.34), la estadounidense Erica Sullivan (15:41.41), la alemana Sarah Kohler (15:42.91), la china Wang y la italiana Quadarella.
Después de la irrupción de Lia, la FINA, la federación internacional de natación, va a designar a un grupo de especialistas para desarrollar una nueva guía sobre mujeres transgénero que compiten en deportes femeninos. Su irrupción ha generado un enorme debate, pese a que debido al proceso de transición de hombre a mujer sus registros han empeorado, como ocurre siempre que se produce un tratamiento hormonal en el cuerpo del atleta. Según reveló 'The Daily Mail' una decena de padres de nadadores escribieron a las autoridades de atletismo de la NCAA, la Ivy League y la Universidad de Pensilvania advirtiendo "del peligro que corre la integridad de los deportes femeninos con la inclusión de estos deportistas trans".
Lia ha preferido mantener el perfil bajo durante toda esta polémica. La nadadora solo se pronunció en un artículo publicado por el Penn Today, diario de Pensailvania, en el que afirmaba que "ser trans no ha afectado a mi capacidad para practicar este deporte. Poder seguir nadando es muy gratificante. La natación es una gran parte de mi vida y de lo que soy. He sido nadadora desde que tenía cinco años. El proceso de salir del armario como transexual y continuar nadando fue muy incierto y desconocido para mí en un ámbito de mi vida que suele ser muy sólida. Darme cuenta de que era trans me genero dudas sobre si podría seguir nadando. Es lo único que espero y por lo que lucho ahora".
Lo cierto es que la reglamentación no ha sido igual en los casos de transexualidad de deportistas masculinos y femeninas. Las reglas de varias organizaciones deportivas han ofrecido a los atletas masculinos trans una oportunidad más fácil de competir en programas masculinos que para las mujeres trans que intentan competir en un equipo femenino. Los hombres trans no están obligados a someterse a una terapia hormonal antes de competir en una competición para hombres, ya que existe un consenso respecto a que nacer mujer genera a los atletas con desventajas físicas para competir como hombres cisgénero.
Aquí hay menos cuestión de equidad en juego. La principal controversia con respecto a los atletas transgéneros surge a la hora de permitir que quienes hacen la transición de hombre a mujer compitan en eventos femeninos, donde muchos creen que los tratamientos hormonales no terminan de neutralizar las ventajas inherentes a nivel físico que conlleva nacer hombre y competir con mujeres. Por todo ello, la participación de las mujeres trans sigue siendo un tema controvertido que arroja argumentaciones a favor y en contra ante la aparición de atletas como Lia Thomas o Laurel Hubbard, la halterófila neozelandesa que se convirtió en Tokyo en la primera participante transgénero de la historia de los Juegos Olímpicos.
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