El Mundo / Punto de vacunación en el Zendal, Madrid // |
Viruela del mono: "El verdadero estigma en el colectivo es ser responsable".
Martín denuncia que la vacuna se use como escudo para mantener prácticas de riesgo y lamenta que no haya más conciencia para cortar de raíz con el brote infeccioso.
Pilar Pérez | El Mundo, 2022-08-15
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2022/08/15/62f8e192e4d4d85f778b4571.html
"El verdadero estigma ahora es ser responsable". Así de tajante se muestra Martín Prieto cuando habla de toda la problemática del virus de la viruela del mono del colectivo que más la sufre. Martín no es su nombre, pero tras casi una hora de conversación, decide que quiere permanecer en el anonimato, "porque a uno es fácil que le señalen con dos o tres datos de su historia".
Martín es homosexual, responsable, y se ha informado si sin tener la vacuna previa contra la viruela sería candidato para recibir una de las casi 2.000 dosis de la vacuna que hay disponibles en la Comunidad de Madrid. Lo hace "porque quiero evitar el contagio. Yo pongo mucho de mi parte, pero por eso considero que un refuerzo ayudaría, podría ser la vacuna, pero no me planteo en ningún momento mentir sobre ningún criterio. Que lo valoren los sanitarios".
Resulta valiente que, aunque sea con solo a través de su voz, se admita que hoy España cuenta con más de 5.700 contagios porque "todo ha fallado: la gestión de las administraciones públicas, lo sanitario, la propia responsabilidad que debía haber en el colectivo... Bueno, no sé si llamarlo así, pero sí es en los que se ha visto que se transmite más la infección".
"Al final, por no estigmatizar se envían mensajes poco sensibilizadores. ¿Estigma contra un grupo de personas en el que se ve que la infección es predominante? No, lo que hace falta es más trabajo de concienciación y responsabilidad", sentencia Martín.
También anima a los medios a que seamos más contundentes en los mensajes, "aunque en muchas ocasiones se han convertido en la fuente de información de la infección, lejos de lo que te podían ayudar en los centros de referencia donde tienen todo tu historial".
Como usuario de la PrEP (profilaxis preexposición contra el VIH) acude a un centro donde tienen su historia clínica, "creo que bien tratada la información, que todos sabemos en estos casos lo sensible que son ciertos datos, sería de gran ayuda para poder poner en marcha campañas de información, concienciación y vacunación", subraya.
Martín reconoce que cuando la OMS lanzó el polémico mensaje de "limitar" el número de parejas e interacciones sexuales para frenar el contagio de la viruela del mono aplaudió la idea. "Sabemos cómo se está transmitiendo, ¿de verdad cuesta tanto hacer un ejercicio de responsabilidad y abstenerse durante un tiempo de mantener relaciones sexuales? Yo lo he hecho y creo que todos, el colectivo, deberíamos poner de nuestra parte".
En este medio, Alfredo Corell, catedrático en Inmunología en de la Universidad de Valladolid y miembro de la Sociedad Española de Inmunología, también apuntó esta idea: "Sí, sé que esto puede resultar polémico, pero ¿no sería una buena medida de salud pública cerrar o evitar determinados lugares de ocio durante un mes para ver cómo se reducen los casos?".
En España ocho de cada diez contagios se asocian a contacto estrecho mantenido en relaciones sexuales, según el último boletín de Sanidad. Además, un 94% de los casos se dan en hombres y con la información que recogen los registros un 76% de la transmisión de ha dado en hombres que mantienen sexo con hombres. "El patrón, nos guste o no, está claro. Por eso, creo que con un poco de sentido común y responsabilidad se podría acabar con la infección", denuncia Martín, consciente de la impopularidad de su discurso.
"Sabemos cuál es el calendario de eventos y fiestas que hay en el colectivo. Desde las administraciones, esto debería ser una pista para fomentar la responsabilidad y el autocuidado. Muchos estamos en bases de datos sanitarias, ¿por qué no se usan con sentido común?", remacha.
Además, Martín deja claro con esto que "no podemos confiar a la vacuna el acabar con el brote, se necesita frenar en seco la infección y esto sólo es posible cortando las relaciones sexuales. No vale escudarse en 'yo me he vacunado, no me va a pasar nada'. Al final, te das cuenta que no hemos aprendido nada tras pasar dos años con el Covid".
Durante la primera parte de la pandemia Martín ya ejerció su responsabilidad limitando sus relaciones sexuales a cero. "Mis padres son mayores y debía hacerlo". Ahora, en su nuevo 'autoencierro' cuestiona que muchos usen la vacuna para escudarse en la posibilidad de poder mantener relaciones sexuales sin protección y bajo el influjo de drogas. "Al final eres el raro que rechazas este tipo de invitaciones", lamenta y asegura que "claro que me gusta salir de fiesta y pasármelo genial. Pero, ahora, creo que es el momento de actuar con cabeza".
Los casos en España han crecido un 25% desde que empezó el mes de agosto y junto a otros países, como EEUU, siguen disparados. Según la OMS la fuente principal de contagio de los casos reportados es el contacto estrecho en las relaciones sexuales. "Puedes ir a un bar a tomarte algo y ¿contagiarte? Existe el riesgo, pero no es lo normal", apunta Martín.
Diferentes y recientes estudios españoles han demostrado que los contagios se producen piel con piel y que la mayoría de las lesiones se encuentran en las zonas genitales. También lo recoge así el informe de Sanidad: en seis de cada diez casos registrados con detalles sobre la infección se reporta exantema anogenital.
Martín, en principio, no debería recibir la vacuna contra la viruela del mono, pero sí justifica esta decisión el contar con inmunidad previa, porque tiene conocimiento de no estar vacunado contra la viruela en su infancia. "Tengo la cartilla que lo demuestra y me informé, algo que no suele hacer la gente, en mi comunidad autónoma para saber si la ponían o no cuando era pequeño. Con eso, los sanitarios deberían valorar sí puedo o no".
Sobre el uso de la vacuna también alerta de que su administración es un poco caótica. "Primero, porque nunca se ha hecho una campaña de información como tal desde la administración. La gente se ha vacunado por el boca a boca. Nos pasábamos una hoja de registro que ha circulado por WhatsApp. Luego, llegó el momento del Zendal, que también nos enteramos así y después salió en los medios".
"Mucha gente miente para conseguir la vacuna. Hasta amigos de Barcelona me han dicho que aquí, en Madrid, es más fácil acceder a ella".
En Madrid, en los dos centros disponibles se necesita cita previa para acudir (en la actualidad no hay huecos disponibles). Lo mismo pasa en Cataluña, que han inyectado ya 1.345 dosis desde el 21 de julio, pero con la salvedad que, en los casos de preexposición, son los centros autorizados los que contactan con los grupos de riesgo para facilitarles cita de vacunación.
Martín es homosexual, responsable, y se ha informado si sin tener la vacuna previa contra la viruela sería candidato para recibir una de las casi 2.000 dosis de la vacuna que hay disponibles en la Comunidad de Madrid. Lo hace "porque quiero evitar el contagio. Yo pongo mucho de mi parte, pero por eso considero que un refuerzo ayudaría, podría ser la vacuna, pero no me planteo en ningún momento mentir sobre ningún criterio. Que lo valoren los sanitarios".
Resulta valiente que, aunque sea con solo a través de su voz, se admita que hoy España cuenta con más de 5.700 contagios porque "todo ha fallado: la gestión de las administraciones públicas, lo sanitario, la propia responsabilidad que debía haber en el colectivo... Bueno, no sé si llamarlo así, pero sí es en los que se ha visto que se transmite más la infección".
"Al final, por no estigmatizar se envían mensajes poco sensibilizadores. ¿Estigma contra un grupo de personas en el que se ve que la infección es predominante? No, lo que hace falta es más trabajo de concienciación y responsabilidad", sentencia Martín.
También anima a los medios a que seamos más contundentes en los mensajes, "aunque en muchas ocasiones se han convertido en la fuente de información de la infección, lejos de lo que te podían ayudar en los centros de referencia donde tienen todo tu historial".
Como usuario de la PrEP (profilaxis preexposición contra el VIH) acude a un centro donde tienen su historia clínica, "creo que bien tratada la información, que todos sabemos en estos casos lo sensible que son ciertos datos, sería de gran ayuda para poder poner en marcha campañas de información, concienciación y vacunación", subraya.
Martín reconoce que cuando la OMS lanzó el polémico mensaje de "limitar" el número de parejas e interacciones sexuales para frenar el contagio de la viruela del mono aplaudió la idea. "Sabemos cómo se está transmitiendo, ¿de verdad cuesta tanto hacer un ejercicio de responsabilidad y abstenerse durante un tiempo de mantener relaciones sexuales? Yo lo he hecho y creo que todos, el colectivo, deberíamos poner de nuestra parte".
En este medio, Alfredo Corell, catedrático en Inmunología en de la Universidad de Valladolid y miembro de la Sociedad Española de Inmunología, también apuntó esta idea: "Sí, sé que esto puede resultar polémico, pero ¿no sería una buena medida de salud pública cerrar o evitar determinados lugares de ocio durante un mes para ver cómo se reducen los casos?".
En España ocho de cada diez contagios se asocian a contacto estrecho mantenido en relaciones sexuales, según el último boletín de Sanidad. Además, un 94% de los casos se dan en hombres y con la información que recogen los registros un 76% de la transmisión de ha dado en hombres que mantienen sexo con hombres. "El patrón, nos guste o no, está claro. Por eso, creo que con un poco de sentido común y responsabilidad se podría acabar con la infección", denuncia Martín, consciente de la impopularidad de su discurso.
"Sabemos cuál es el calendario de eventos y fiestas que hay en el colectivo. Desde las administraciones, esto debería ser una pista para fomentar la responsabilidad y el autocuidado. Muchos estamos en bases de datos sanitarias, ¿por qué no se usan con sentido común?", remacha.
Además, Martín deja claro con esto que "no podemos confiar a la vacuna el acabar con el brote, se necesita frenar en seco la infección y esto sólo es posible cortando las relaciones sexuales. No vale escudarse en 'yo me he vacunado, no me va a pasar nada'. Al final, te das cuenta que no hemos aprendido nada tras pasar dos años con el Covid".
Durante la primera parte de la pandemia Martín ya ejerció su responsabilidad limitando sus relaciones sexuales a cero. "Mis padres son mayores y debía hacerlo". Ahora, en su nuevo 'autoencierro' cuestiona que muchos usen la vacuna para escudarse en la posibilidad de poder mantener relaciones sexuales sin protección y bajo el influjo de drogas. "Al final eres el raro que rechazas este tipo de invitaciones", lamenta y asegura que "claro que me gusta salir de fiesta y pasármelo genial. Pero, ahora, creo que es el momento de actuar con cabeza".
Los casos en España han crecido un 25% desde que empezó el mes de agosto y junto a otros países, como EEUU, siguen disparados. Según la OMS la fuente principal de contagio de los casos reportados es el contacto estrecho en las relaciones sexuales. "Puedes ir a un bar a tomarte algo y ¿contagiarte? Existe el riesgo, pero no es lo normal", apunta Martín.
Diferentes y recientes estudios españoles han demostrado que los contagios se producen piel con piel y que la mayoría de las lesiones se encuentran en las zonas genitales. También lo recoge así el informe de Sanidad: en seis de cada diez casos registrados con detalles sobre la infección se reporta exantema anogenital.
Martín, en principio, no debería recibir la vacuna contra la viruela del mono, pero sí justifica esta decisión el contar con inmunidad previa, porque tiene conocimiento de no estar vacunado contra la viruela en su infancia. "Tengo la cartilla que lo demuestra y me informé, algo que no suele hacer la gente, en mi comunidad autónoma para saber si la ponían o no cuando era pequeño. Con eso, los sanitarios deberían valorar sí puedo o no".
Sobre el uso de la vacuna también alerta de que su administración es un poco caótica. "Primero, porque nunca se ha hecho una campaña de información como tal desde la administración. La gente se ha vacunado por el boca a boca. Nos pasábamos una hoja de registro que ha circulado por WhatsApp. Luego, llegó el momento del Zendal, que también nos enteramos así y después salió en los medios".
"Mucha gente miente para conseguir la vacuna. Hasta amigos de Barcelona me han dicho que aquí, en Madrid, es más fácil acceder a ella".
En Madrid, en los dos centros disponibles se necesita cita previa para acudir (en la actualidad no hay huecos disponibles). Lo mismo pasa en Cataluña, que han inyectado ya 1.345 dosis desde el 21 de julio, pero con la salvedad que, en los casos de preexposición, son los centros autorizados los que contactan con los grupos de riesgo para facilitarles cita de vacunación.
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