'Ha sido un puro azar que el brote empezara em HsH' // |
Viruela del mono y las lecciones no aprendidas de lo que pasó con el VIH.
El fantasma del estigma vuelve a sobrevolar al colectivo LGTBI.
Elena Santos | Huffpost, 2022-08-07
https://www.huffingtonpost.es/entry/viruela-mono-vih_es_62ea738ae4b09fecea49f625
“No aprendemos. Pero de ninguna manera, además”. Así de rotundo se muestra Nahum Cabrera, coordinador de VIH de FELGTBI+. El portavoz de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales, Intersexuales y Más lamenta que, de nuevo, una enfermedad esté estigmatizando al colectivo. Si en los 80 pasó con el VIH, ahora ve que se está tropezando en la misma piedra con la viruela del mono.
Esta enfermedad, también conocida como ‘monkeypox’, ya ha causado dos fallecimientos en España —país con más casos de Europa y segundo del mundo, por detrás de Estados Unidos— y los contagios rozan los 5.000, según datos del Ministerio de Sanidad de este viernes.
La inmensa mayoría de los pacientes notificados al Sistema para la Vigilancia en España son hombres (4.863 frente a 79 mujeres). Como cita EFE, ocho de cada diez contagiados son varones que mantienen sexo con hombres y el mecanismo de transmisión más probable, en 2.287 casos de los que se dispone esta información, fue por contacto estrecho en el contexto de una relación sexual en el 80,6% de las ocasiones (y en el 9,1%, por contacto estrecho no sexual).
Un perfil similar se han encontrado en un estudio realizado por el Grupo Español de Enfermedades de Transmisión Sexual y Sida de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), publicado esta semana en British ‘Journal of Dermatology’.
“La gran mayoría de pacientes son hombres que tienen sexo con otros hombres y muchos VIH positivo o que toman la profilaxis pre-exposición al VIH o que tienen conductas de riesgo, como pueden ser la práctica del ‘chemsex’, muchas parejas sexuales... Al principio del brote veíamos eso. Conforme va pasando el tiempo, el perfil se está abriendo y ya no vemos personas que tienen tanto riesgo sexual”, advierte Alba Català, autora principal del estudio y dermatóloga del Hospital Clinic de Barcelona.
No es una enfermedad de transmisión sexual, pero el contacto sexual importa
Como recuerda Català, la viruela del mono no es una enfermedad de transmisión sexual, sino de contacto —obviamente, sí, durante el sexo hay un contacto íntimo y prolongado—. Lo mismo subraya Cabrera, que deja claro que la viruela del mono y el VIH son “dos infecciones totalmente diferentes”, aunque sí existe el paralelismo del estigma: “En los 80 estamos hablando de una infección puramente sexual y era un tema social. La viruela del mono es una enfermedad por contacto que puede afectar a cualquier persona”. Pone de manifiesto además que, para la viruela símica no existe un elemento barrera, como el preservativo.
El hallazgo más importante del estudio de la AEDV es que la clínica que presentan los pacientes “difiere un poco de lo que se había publicado previamente en los casos africanos”. “La mayoría de casos que se daban en África se daban por gotas respiratorias o por saliva y lo que nosotros hemos visto en la mayoría de casos —hasta día de hoy, porque esto puede cambiar por el tiempo— es que se dan por contacto piel con piel en las relaciones sexuales. Eso hace que el virus entre en el cuerpo de manera diferente y que las lesiones en la piel también sean distintas”, aclara Català.
En lugar de que los pacientes presenten fiebre y después una erupción parecida a la varicela, “que hace una evolución de mácula, que es la mancha, luego el bultito, que es la pápula, luego la vesícula, luego la pústula y luego la costra”, lo que están observando en los casos de aquí es que “por donde entra el virus aparecen unos bultitos blancos que parecen pústulas pero cuando la vas a intentar drenar o rascar, no sale pus porque es dura”. “Estas lesiones son muy características y no se parecen prácticamente a nada de otras enfermedades y, una vez has visto varios casos, es fácil reconocerlas”, resalta.
Según la experta, “ha sido un puro azar que el brote empezara en hombres que tienen sexo con hombres, porque el virus no tiene una apetencia especial por este colectivo”.
Nahum Cabrera alerta también sobre esto mismo, que ya pasó con el VIH: “La gente te dice ‘eso es de los gays’, ‘yo como no soy gay no me va a tocar’, te lo dicen literalmente así”. “Se crea una falsa sensación de seguridad en el colectivo heterosexual y los virus no entienden de orientaciones o identidades sexuales”, incide.
Una enfermedad que puede afectar a cualquiera
“El estigma lo que hace es dinamitar las conciencias, crear odio, miedo y, sobre todo, si alguien llega a tener la viruela del mono, hacer mella en su salud psicológica”, resume el coordinador de VIH de FELGTBI+ sobre las consecuencias de poner a un grupo en la diana.
Aparte de por el innegable problema de salud que supone la propagación de esta enfermedad, los expertos se muestran preocupados por esa estigmatización. Así, la voz de Cabrera, que se suma a muchas otras que piden no poner el foco en homosexuales y bisexuales. Por ejemplo, ONUSIDA, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida, ha mostrado su preocupación. En palabras de su director adjunto, Matthew Kavanagh, “el estigma y la culpa socavan la confianza y la capacidad de responder eficazmente durante los brotes como éste”. Según este organismo, “tal y como hemos aprendido con tantísimo esfuerzo de la respuesta a la pandemia de sida, todas las acciones eficaces en materia de salud pública deben guiarse por los principios de solidaridad, igualdad, no discriminación e inclusión”.
“Dejemos de estigmatizar y potenciemos el discurso preventivo”, ha reclamado a través de su cuenta de Twitter el médico epidemiólogo y presidente de la Asociación Española de Vacunología Amós García Rojas. “Nos puede afectar a todos y no a algún grupo concreto”, ha recordado.
El propio Ministerio de Sanidad ha advertido de que si la transmisión se descontrola, “hay un riesgo importante de que ésta se desplace a otros grupos poblacionales por el mismo mecanismo de transmisión, siendo posible la afectación de otros grupos, y la aparición de casos graves en poblaciones vulnerables”.
Lo mismo han señalado los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU, que han insistido en que “cualquiera puede contraer la viruela del mono” y que centrarse en los hombres homosexuales y bisexuales “puede estigmatizar inadvertidamente” y “crear una falsa sensación de seguridad” entre quienes no lo son.
La dermatóloga Català reflexiona sobre otro asunto: “No todos los hombres que tienen sexo con hombres tienen riesgo, es un grupo que tienen unas prácticas sexuales de más riesgo, una pequeña proporción de un todo”. “Igual se ha pecado de no explicar lo suficiente a este grupo que estaba en riesgo que esto estaba pasando. Es un arma de doble filo: no estigmatizamos pero tampoco los podemos proteger. Si yo no te explico que tienes esta posibilidad de contraer esta enfermedad por tu actividad sexual, que eso es personal y cada uno que haga lo que quiera, el hecho de no informar es una manera de no facilitar el control de esta enfermedad”, expone.
Crítica a la recomendación de la OMS
“Es alucinante” para Cabrera que la Organización Mundial de la Salud haya recomendado reducir el número de parejas sexuales, algo que a su juicio acentúa el estigma. “Nos sorprende que la OMS, que es el máximo estamento médico a nivel mundial, señale directamente a la comunidad LGTBI como precursora de la propagación de un virus. Las declaraciones van en la misma línea que las de hace 40 años por el VIH, cuando se nos estigmatizaba como un virus rosa para el colectivo LTGBI”, defiende.
“Lo vemos totalmente desacertado, pensamos que la OMS se tendría que centrar en temas puramente médicos, no en temas sociales. Y lo de tener más o menos parejas sexuales es un tema totalmente social. Es como si nos dijeran que no nos acerquemos, no nos toquemos, no nos podamos oler... Tener más o menos parejas sexuales es una decisión personal y están atentando contra la intimidad de cada persona y sobre la libertad”, prosigue.
Para el portavoz de FELGTBI+, son declaraciones “muy duras y llevan un enorme estigma”. “Se vuelve a repetir lo mismo que hace 40 años, cuando la viruela no deja de ser una enfermedad por contacto y no de tipo sexual y la OMS está recomendando reducir las parejas sexuales. Es una incongruencia”, recalca.
“Los máximos estamentos vuelven a decir que esto es tema de los gays y pasan dos cosas. Al ser una cosa de gays y bisexuales, al estado ya no le importa tanto, es como una cosa de tercer nivel. Y, al igual que cuando comenzó el VIH, hasta que no empezó a morir un grupo de población en masa no empezaron a tomar medidas reales”, opina Cabrera.
Desde la Federación piden centrarse en la medida más efectiva y no en señalamientos. “Si en los años 70 ya erradicamos la viruela, lo podemos hacer de nuevo, vacunando a la población”, recuerda.
Sin embargo, ve insuficiente el número de vacunas que está recibiendo España y lo califica como “una gota de agua en un desierto para intentar regarlo”. “La tecnología la tenemos, es una vacuna supersimple, que ya está inventada. Solo pedimos ’vamos a ponernos manos a la obra”, exhorta.
Esta enfermedad, también conocida como ‘monkeypox’, ya ha causado dos fallecimientos en España —país con más casos de Europa y segundo del mundo, por detrás de Estados Unidos— y los contagios rozan los 5.000, según datos del Ministerio de Sanidad de este viernes.
La inmensa mayoría de los pacientes notificados al Sistema para la Vigilancia en España son hombres (4.863 frente a 79 mujeres). Como cita EFE, ocho de cada diez contagiados son varones que mantienen sexo con hombres y el mecanismo de transmisión más probable, en 2.287 casos de los que se dispone esta información, fue por contacto estrecho en el contexto de una relación sexual en el 80,6% de las ocasiones (y en el 9,1%, por contacto estrecho no sexual).
Un perfil similar se han encontrado en un estudio realizado por el Grupo Español de Enfermedades de Transmisión Sexual y Sida de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), publicado esta semana en British ‘Journal of Dermatology’.
“La gran mayoría de pacientes son hombres que tienen sexo con otros hombres y muchos VIH positivo o que toman la profilaxis pre-exposición al VIH o que tienen conductas de riesgo, como pueden ser la práctica del ‘chemsex’, muchas parejas sexuales... Al principio del brote veíamos eso. Conforme va pasando el tiempo, el perfil se está abriendo y ya no vemos personas que tienen tanto riesgo sexual”, advierte Alba Català, autora principal del estudio y dermatóloga del Hospital Clinic de Barcelona.
No es una enfermedad de transmisión sexual, pero el contacto sexual importa
Como recuerda Català, la viruela del mono no es una enfermedad de transmisión sexual, sino de contacto —obviamente, sí, durante el sexo hay un contacto íntimo y prolongado—. Lo mismo subraya Cabrera, que deja claro que la viruela del mono y el VIH son “dos infecciones totalmente diferentes”, aunque sí existe el paralelismo del estigma: “En los 80 estamos hablando de una infección puramente sexual y era un tema social. La viruela del mono es una enfermedad por contacto que puede afectar a cualquier persona”. Pone de manifiesto además que, para la viruela símica no existe un elemento barrera, como el preservativo.
El hallazgo más importante del estudio de la AEDV es que la clínica que presentan los pacientes “difiere un poco de lo que se había publicado previamente en los casos africanos”. “La mayoría de casos que se daban en África se daban por gotas respiratorias o por saliva y lo que nosotros hemos visto en la mayoría de casos —hasta día de hoy, porque esto puede cambiar por el tiempo— es que se dan por contacto piel con piel en las relaciones sexuales. Eso hace que el virus entre en el cuerpo de manera diferente y que las lesiones en la piel también sean distintas”, aclara Català.
En lugar de que los pacientes presenten fiebre y después una erupción parecida a la varicela, “que hace una evolución de mácula, que es la mancha, luego el bultito, que es la pápula, luego la vesícula, luego la pústula y luego la costra”, lo que están observando en los casos de aquí es que “por donde entra el virus aparecen unos bultitos blancos que parecen pústulas pero cuando la vas a intentar drenar o rascar, no sale pus porque es dura”. “Estas lesiones son muy características y no se parecen prácticamente a nada de otras enfermedades y, una vez has visto varios casos, es fácil reconocerlas”, resalta.
Según la experta, “ha sido un puro azar que el brote empezara en hombres que tienen sexo con hombres, porque el virus no tiene una apetencia especial por este colectivo”.
Nahum Cabrera alerta también sobre esto mismo, que ya pasó con el VIH: “La gente te dice ‘eso es de los gays’, ‘yo como no soy gay no me va a tocar’, te lo dicen literalmente así”. “Se crea una falsa sensación de seguridad en el colectivo heterosexual y los virus no entienden de orientaciones o identidades sexuales”, incide.
Una enfermedad que puede afectar a cualquiera
“El estigma lo que hace es dinamitar las conciencias, crear odio, miedo y, sobre todo, si alguien llega a tener la viruela del mono, hacer mella en su salud psicológica”, resume el coordinador de VIH de FELGTBI+ sobre las consecuencias de poner a un grupo en la diana.
Aparte de por el innegable problema de salud que supone la propagación de esta enfermedad, los expertos se muestran preocupados por esa estigmatización. Así, la voz de Cabrera, que se suma a muchas otras que piden no poner el foco en homosexuales y bisexuales. Por ejemplo, ONUSIDA, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida, ha mostrado su preocupación. En palabras de su director adjunto, Matthew Kavanagh, “el estigma y la culpa socavan la confianza y la capacidad de responder eficazmente durante los brotes como éste”. Según este organismo, “tal y como hemos aprendido con tantísimo esfuerzo de la respuesta a la pandemia de sida, todas las acciones eficaces en materia de salud pública deben guiarse por los principios de solidaridad, igualdad, no discriminación e inclusión”.
“Dejemos de estigmatizar y potenciemos el discurso preventivo”, ha reclamado a través de su cuenta de Twitter el médico epidemiólogo y presidente de la Asociación Española de Vacunología Amós García Rojas. “Nos puede afectar a todos y no a algún grupo concreto”, ha recordado.
El propio Ministerio de Sanidad ha advertido de que si la transmisión se descontrola, “hay un riesgo importante de que ésta se desplace a otros grupos poblacionales por el mismo mecanismo de transmisión, siendo posible la afectación de otros grupos, y la aparición de casos graves en poblaciones vulnerables”.
Lo mismo han señalado los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU, que han insistido en que “cualquiera puede contraer la viruela del mono” y que centrarse en los hombres homosexuales y bisexuales “puede estigmatizar inadvertidamente” y “crear una falsa sensación de seguridad” entre quienes no lo son.
La dermatóloga Català reflexiona sobre otro asunto: “No todos los hombres que tienen sexo con hombres tienen riesgo, es un grupo que tienen unas prácticas sexuales de más riesgo, una pequeña proporción de un todo”. “Igual se ha pecado de no explicar lo suficiente a este grupo que estaba en riesgo que esto estaba pasando. Es un arma de doble filo: no estigmatizamos pero tampoco los podemos proteger. Si yo no te explico que tienes esta posibilidad de contraer esta enfermedad por tu actividad sexual, que eso es personal y cada uno que haga lo que quiera, el hecho de no informar es una manera de no facilitar el control de esta enfermedad”, expone.
Crítica a la recomendación de la OMS
“Es alucinante” para Cabrera que la Organización Mundial de la Salud haya recomendado reducir el número de parejas sexuales, algo que a su juicio acentúa el estigma. “Nos sorprende que la OMS, que es el máximo estamento médico a nivel mundial, señale directamente a la comunidad LGTBI como precursora de la propagación de un virus. Las declaraciones van en la misma línea que las de hace 40 años por el VIH, cuando se nos estigmatizaba como un virus rosa para el colectivo LTGBI”, defiende.
“Lo vemos totalmente desacertado, pensamos que la OMS se tendría que centrar en temas puramente médicos, no en temas sociales. Y lo de tener más o menos parejas sexuales es un tema totalmente social. Es como si nos dijeran que no nos acerquemos, no nos toquemos, no nos podamos oler... Tener más o menos parejas sexuales es una decisión personal y están atentando contra la intimidad de cada persona y sobre la libertad”, prosigue.
Para el portavoz de FELGTBI+, son declaraciones “muy duras y llevan un enorme estigma”. “Se vuelve a repetir lo mismo que hace 40 años, cuando la viruela no deja de ser una enfermedad por contacto y no de tipo sexual y la OMS está recomendando reducir las parejas sexuales. Es una incongruencia”, recalca.
“Los máximos estamentos vuelven a decir que esto es tema de los gays y pasan dos cosas. Al ser una cosa de gays y bisexuales, al estado ya no le importa tanto, es como una cosa de tercer nivel. Y, al igual que cuando comenzó el VIH, hasta que no empezó a morir un grupo de población en masa no empezaron a tomar medidas reales”, opina Cabrera.
Desde la Federación piden centrarse en la medida más efectiva y no en señalamientos. “Si en los años 70 ya erradicamos la viruela, lo podemos hacer de nuevo, vacunando a la población”, recuerda.
Sin embargo, ve insuficiente el número de vacunas que está recibiendo España y lo califica como “una gota de agua en un desierto para intentar regarlo”. “La tecnología la tenemos, es una vacuna supersimple, que ya está inventada. Solo pedimos ’vamos a ponernos manos a la obra”, exhorta.
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