Imagen: La Verdad / Alex y su madre Rosa y Jesús Costa, presidente de No te Prives |
El colectivo LGTB ha conquistado en la Región derechos para los que no hay vuelta atrás, aunque queda homofobia por vencer.
Javier Pérez Parra | La Verdad, 2017-07-02
http://www.laverdad.es/murcia/orgullo-imparable-20170702003616-ntvo.html
Hasta 2009, el Orgullo LGTBI se celebraba en la Región de puertas para adentro. El matrimonio entre personas del mismo sexo era ya una realidad, España se había convertido en un referente mundial en derechos civiles, y lesbianas, gais, bisexuales y transexuales ganaban, de norte a sur, espacios de libertad. Pero en Murcia, llenar la Gran Vía de banderas arcoíris parecía entonces algo impensable. «Qué dices, si no va a ir nadie», se escuchaba como respuesta más habitual cuando alguien en el colectivo LGTB soñaba con alcanzar, algún día, ese gesto de normalización y visibilidad. En aquel año 2009, el colectivo No Te Prives sacó el Orgullo por primera vez a la calle en pleno corazón de Las Tascas, el entorno más 'gayfriendly' de Murcia. En 2010, Cartagena se adelantó con la primera manifestación, y en 2012 No Te Prives salió por fin a la Gran Vía.
Este año, la convocatoria, celebrada a mediados de junio, ha contado con más gente que nunca. Todo un símbolo de los derechos conquistados. Lesbianas, gais, bisexuales y transexuales han ido ganando la batalla a la discriminación en el trabajo, la escuela, el pueblo, el barrio, la propia familia en ocasiones. «Pero todavía falta mucho por hacer», recuerda Jesús Costa, presidente de No Te Prives. Sigue existiendo una homofobia soterrada, que reacciona ante la visibilidad. «Si voy de la mano con mi novio me estoy exhibiendo; si mi hermana va con mi cuñado, entonces es lo normal porque son pareja», ironiza Costa.
Todavía un programa de radio de un medio público de la Región preguntaba en una encuesta, esta semana, si el Orgullo es «contraproducente» o «innecesario». «A quienes dicen que por qué no un Orgullo 'hetero' siempre les digo lo mismo -responde Jesús Costa-; cuando en la escuela te insulten por ser 'hetero', o cuando en algún país metan a la gente en la cárcel por ser 'hetero', entonces lo hablamos».
Entre las muchas metas pendientes, No Te Prives tiene señalada en rojo la Ley de Igualdad LGTBI, aprobada por unanimidad en la Asamblea Regional hace algo más de un año e ignorada por el Gobierno autonómico. La ley incluye, entre otras medidas, protocolos para acabar con las barreras que todavía sufren los transexuales en la escuela y el sistema sanitario.
Las personas 'trans' siguen siendo hoy en día las más vulnerables y expuestas a la discriminación. Especialmente si son menores. Álex tenía 14 años cuando decidió que había llegado el momento de descubrirse ante los demás como quien realmente es. «Fui a una charla de No Te Prives y, al volver, cogí a mi madre por banda y le dije: 'Me llamo Álex y soy un chico'». Ella, Rosa, se quedó de piedra. «Yo no conocía nada de esto, para mí el mundo LGTB era algo totalmente ajeno». Pero entró en Internet, buscó, encontró, y se puso inmediatamente del lado de su hijo.
«No tienes por qué exhibirte»
La batalla ha sido dura en la escuela. «Yo insistía en que quería ir al baño de chicos, pero se excusaban en que podía sufrir agresiones o burlas. Me llegaron a decir: 'No tienes por qué exhibirte tanto. La gente que tiene cáncer no va por ahí predicándolo'». Su visibilidad molestó a los más intolerantes, pero él respondió con ración doble. Hoy, los profesores y sus compañeros le llaman por su nombre. En su DNI, sin embargo, sigue sin ser Álex. El juez del Registro ha rechazado la solicitud porque es menor de edad. Su madre ha recurrido y denuncia esta discriminación legal. «Álex cumple 16 años dentro de un mes, y ha terminado la ESO. Para mí, el mejor regalo de cumpleaños que podría darle sería su título de Secundaria con su nombre», confiesa.
Pese a la Ley de Igualdad, Álex sigue figurando con su nombre anterior en el sistema informático de Educación, vinculado al DNI. Lo mismo ocurre con su tarjeta sanitaria. Establecer protocolos claros para la atención sanitaria a los menores transexuales es una asignatura pendiente. Con todo, Álex está contento: tras un tratamiento con bloqueadores va a empezar con la terapia hormonal para que su cuerpo vaya adecuándose a su género.
Jesús Costa, presidente del colectivo No Te Prives, está convencido de que dentro de unos años hablaremos de los obstáculos que sufren personas como Álex en pasado. «Ocurrirá igual que con el matrimonio entre personas del mismo sexo», pronostica. Tras tantas resistencias, hoy es una conquista sin marcha atrás. El camino hacia la igualdad es ya imparable.
Este año, la convocatoria, celebrada a mediados de junio, ha contado con más gente que nunca. Todo un símbolo de los derechos conquistados. Lesbianas, gais, bisexuales y transexuales han ido ganando la batalla a la discriminación en el trabajo, la escuela, el pueblo, el barrio, la propia familia en ocasiones. «Pero todavía falta mucho por hacer», recuerda Jesús Costa, presidente de No Te Prives. Sigue existiendo una homofobia soterrada, que reacciona ante la visibilidad. «Si voy de la mano con mi novio me estoy exhibiendo; si mi hermana va con mi cuñado, entonces es lo normal porque son pareja», ironiza Costa.
Todavía un programa de radio de un medio público de la Región preguntaba en una encuesta, esta semana, si el Orgullo es «contraproducente» o «innecesario». «A quienes dicen que por qué no un Orgullo 'hetero' siempre les digo lo mismo -responde Jesús Costa-; cuando en la escuela te insulten por ser 'hetero', o cuando en algún país metan a la gente en la cárcel por ser 'hetero', entonces lo hablamos».
Entre las muchas metas pendientes, No Te Prives tiene señalada en rojo la Ley de Igualdad LGTBI, aprobada por unanimidad en la Asamblea Regional hace algo más de un año e ignorada por el Gobierno autonómico. La ley incluye, entre otras medidas, protocolos para acabar con las barreras que todavía sufren los transexuales en la escuela y el sistema sanitario.
Las personas 'trans' siguen siendo hoy en día las más vulnerables y expuestas a la discriminación. Especialmente si son menores. Álex tenía 14 años cuando decidió que había llegado el momento de descubrirse ante los demás como quien realmente es. «Fui a una charla de No Te Prives y, al volver, cogí a mi madre por banda y le dije: 'Me llamo Álex y soy un chico'». Ella, Rosa, se quedó de piedra. «Yo no conocía nada de esto, para mí el mundo LGTB era algo totalmente ajeno». Pero entró en Internet, buscó, encontró, y se puso inmediatamente del lado de su hijo.
«No tienes por qué exhibirte»
La batalla ha sido dura en la escuela. «Yo insistía en que quería ir al baño de chicos, pero se excusaban en que podía sufrir agresiones o burlas. Me llegaron a decir: 'No tienes por qué exhibirte tanto. La gente que tiene cáncer no va por ahí predicándolo'». Su visibilidad molestó a los más intolerantes, pero él respondió con ración doble. Hoy, los profesores y sus compañeros le llaman por su nombre. En su DNI, sin embargo, sigue sin ser Álex. El juez del Registro ha rechazado la solicitud porque es menor de edad. Su madre ha recurrido y denuncia esta discriminación legal. «Álex cumple 16 años dentro de un mes, y ha terminado la ESO. Para mí, el mejor regalo de cumpleaños que podría darle sería su título de Secundaria con su nombre», confiesa.
Pese a la Ley de Igualdad, Álex sigue figurando con su nombre anterior en el sistema informático de Educación, vinculado al DNI. Lo mismo ocurre con su tarjeta sanitaria. Establecer protocolos claros para la atención sanitaria a los menores transexuales es una asignatura pendiente. Con todo, Álex está contento: tras un tratamiento con bloqueadores va a empezar con la terapia hormonal para que su cuerpo vaya adecuándose a su género.
Jesús Costa, presidente del colectivo No Te Prives, está convencido de que dentro de unos años hablaremos de los obstáculos que sufren personas como Álex en pasado. «Ocurrirá igual que con el matrimonio entre personas del mismo sexo», pronostica. Tras tantas resistencias, hoy es una conquista sin marcha atrás. El camino hacia la igualdad es ya imparable.
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