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| Imagen: La Voz de Galicia / Lorenzo Bernini |
«Hay que tratar de no confrontar, de pensar juntos en la contradicción, porque tenemos un enemigo común».
Tamara Montero | La Voz de Galicia, 2019-07-18
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2019/07/18/ideologia-genero-xenofobia-pegamento-ultraderecha/0003_201907G18P31991.htm
Lorenzo Bernini alerta de la deriva peligrosa por la que transita ya la sociedad de manos de la extrema derecha y el populismo. El profesor de Filosofía Política de la Universidad de Verano y autor de ‘Teorías Queer. Una introducción’, estuvo en Santiago para participar en las jornadas 'Pensar con orgullo' del Consello da Cultura.
-Dice que no hay solo una teoría queer.
-No es solo una teoría o una ideología, es un debate y, además, es difícil saber cuando comenzó oficialmente. Lo cierto es que en este debate hay muchas influencias diferentes. Las teorías queer son un campo que está siempre evolucionando porque es un pensamiento político y eso significa que evoluciona en contacto con el presente. Por ejemplo, ahora es muy importante lo que está pasando con el tema LGTBi a causa de la migración y las políticas antiinmigración.
-¿Cómo?
-Las investigaciones muestran que habitualmente las comisiones que deciden si una persona tiene derecho a asilo tienen una idea europea de cómo ser gay o lesbiana y también una idea de cuál es la historia adecuada que deben tener, la historia de la salida del armario. Tienes que cumplir el discurso del gay occidental, que además es una invención reciente, incluso para nosotros.
-Habla desde la Academia. ¿Está este mismo debate en la calle?
-No hay un debate teórico importante, porque los avances se entienden solo como derechos. La escuela queer es un actor político y tenemos que colaborar, aunque sé que es difícil. Hay que tratar de pensar juntos en la contradicción. Tenemos un enemigo común, que es el resurgimiento de la extrema derecha. Necesitamos nuevas alianzas y empezar a trabajar juntos, porque la cuestión de los derechos es importante, pero no suficiente si no hay también justicia social. Creo que una de las razones por las que existe este populismo es que la izquierda se ha convertido en guardiana del neoliberalismo y ha olvidado la justicia social.
-Después está el asunto de la ideología de género.
-Pensamos que es algo reciente, pero no. La campaña comenzó en 1995. Es un dispositivo retórico inventando para hacer campaña contra cualquier intento de autodeterminación del movimiento LGTBi y las mujeres caricaturizándolo.
-Así que no existe.
-Yo diría que sí existe, pero como un dispositivo retórico inventado por el Vaticano. No podemos decir que no existe porque ha permeado el debate, incluso algunas personas en la universidad utilizan el término. Usar teorías queer en plural permite responder a esta campaña: no hay una ideología, hay diferentes pensamientos críticos confrontados. Las teorías queer no son ideológicas, porque la ideología presenta como natural algo que en realidad es una relación de poder. En cambio, los estudios de género y LGTBi hacen lo opuesto.
-Aquí está muy extendido el término feminazi.
-Estamos en un momento peligroso, porque la ideología de género, por un lado, y el racismo y la xenofobia, por el otro, son el pegamento ideológico de la nueva derecha. Y se está extendiendo en la sociedad. Por eso no podemos decir que sea algo que no existe, porque existe en el debate político. Ha tenido éxito porque ya está en nuestro imaginario.
Bernini alerta de que el concepto de ideología de género ya ha permeado al imaginario colectivo y que en cualquier momento se pueden perder derechos.
-Si hay una hegemonía hay posibilidad de hacer una contrahegemonía. Pero para conseguirlo tenemos que permanecer unidos. Estamos viviendo en un mundo peligroso. Hemos hecho conquistas importantes en derechos LGTBI y de mujeres, pero son conquistas políticas, no son naturales, podemos retroceder en cualquier momento. Por ejemplo, en Alabama han prohibido de nuevo el aborto y Trump ha vetado la carrera militar a las personas trans. Estamos en riesgo de retroceder, y en todo el mundo: Bolsonaro, Trump, Salvini... De momento Europa resiste y España, en este momento, representa luz en estos tiempos oscuros.
-¿Veinticuatro diputados de Vox en el Congreso es luz?
-Es que en Italia tenemos la Lega, en Francia Le Pen es el primer partido... Es peligroso y tenemos que hacer una nueva política de alianzas y no estar unos en contra de los otros. No estamos en un momento de populismo, esto es neofascismo. Y eso no desaparece por arte de magia, hay que hacer algo. Las cosas pueden cambiar en cualquier momento.
-Tienen que cambiar.
-Me refiero a cambiar en el mal sentido. El año pasado, en mi universidad organizamos una conferencia sobre migrantes y refugiados LGTBi y un nuevo grupo fascista, Forza Nova, dijo que o se suspendía o utilizarían la violencia. El rector decidió suspenderla. En ese momento entendí que el derecho de libertad de expresión, la libertad, puede desaparecer. Los jóvenes tienen que tener una idea de la historia de los derechos del colectivo LGTBi y de las mujeres y el movimiento debería trabajar en esa dirección.
-Dice que no hay solo una teoría queer.
-No es solo una teoría o una ideología, es un debate y, además, es difícil saber cuando comenzó oficialmente. Lo cierto es que en este debate hay muchas influencias diferentes. Las teorías queer son un campo que está siempre evolucionando porque es un pensamiento político y eso significa que evoluciona en contacto con el presente. Por ejemplo, ahora es muy importante lo que está pasando con el tema LGTBi a causa de la migración y las políticas antiinmigración.
-¿Cómo?
-Las investigaciones muestran que habitualmente las comisiones que deciden si una persona tiene derecho a asilo tienen una idea europea de cómo ser gay o lesbiana y también una idea de cuál es la historia adecuada que deben tener, la historia de la salida del armario. Tienes que cumplir el discurso del gay occidental, que además es una invención reciente, incluso para nosotros.
-Habla desde la Academia. ¿Está este mismo debate en la calle?
-No hay un debate teórico importante, porque los avances se entienden solo como derechos. La escuela queer es un actor político y tenemos que colaborar, aunque sé que es difícil. Hay que tratar de pensar juntos en la contradicción. Tenemos un enemigo común, que es el resurgimiento de la extrema derecha. Necesitamos nuevas alianzas y empezar a trabajar juntos, porque la cuestión de los derechos es importante, pero no suficiente si no hay también justicia social. Creo que una de las razones por las que existe este populismo es que la izquierda se ha convertido en guardiana del neoliberalismo y ha olvidado la justicia social.
-Después está el asunto de la ideología de género.
-Pensamos que es algo reciente, pero no. La campaña comenzó en 1995. Es un dispositivo retórico inventando para hacer campaña contra cualquier intento de autodeterminación del movimiento LGTBi y las mujeres caricaturizándolo.
-Así que no existe.
-Yo diría que sí existe, pero como un dispositivo retórico inventado por el Vaticano. No podemos decir que no existe porque ha permeado el debate, incluso algunas personas en la universidad utilizan el término. Usar teorías queer en plural permite responder a esta campaña: no hay una ideología, hay diferentes pensamientos críticos confrontados. Las teorías queer no son ideológicas, porque la ideología presenta como natural algo que en realidad es una relación de poder. En cambio, los estudios de género y LGTBi hacen lo opuesto.
-Aquí está muy extendido el término feminazi.
-Estamos en un momento peligroso, porque la ideología de género, por un lado, y el racismo y la xenofobia, por el otro, son el pegamento ideológico de la nueva derecha. Y se está extendiendo en la sociedad. Por eso no podemos decir que sea algo que no existe, porque existe en el debate político. Ha tenido éxito porque ya está en nuestro imaginario.
Bernini alerta de que el concepto de ideología de género ya ha permeado al imaginario colectivo y que en cualquier momento se pueden perder derechos.
-Si hay una hegemonía hay posibilidad de hacer una contrahegemonía. Pero para conseguirlo tenemos que permanecer unidos. Estamos viviendo en un mundo peligroso. Hemos hecho conquistas importantes en derechos LGTBI y de mujeres, pero son conquistas políticas, no son naturales, podemos retroceder en cualquier momento. Por ejemplo, en Alabama han prohibido de nuevo el aborto y Trump ha vetado la carrera militar a las personas trans. Estamos en riesgo de retroceder, y en todo el mundo: Bolsonaro, Trump, Salvini... De momento Europa resiste y España, en este momento, representa luz en estos tiempos oscuros.
-¿Veinticuatro diputados de Vox en el Congreso es luz?
-Es que en Italia tenemos la Lega, en Francia Le Pen es el primer partido... Es peligroso y tenemos que hacer una nueva política de alianzas y no estar unos en contra de los otros. No estamos en un momento de populismo, esto es neofascismo. Y eso no desaparece por arte de magia, hay que hacer algo. Las cosas pueden cambiar en cualquier momento.
-Tienen que cambiar.
-Me refiero a cambiar en el mal sentido. El año pasado, en mi universidad organizamos una conferencia sobre migrantes y refugiados LGTBi y un nuevo grupo fascista, Forza Nova, dijo que o se suspendía o utilizarían la violencia. El rector decidió suspenderla. En ese momento entendí que el derecho de libertad de expresión, la libertad, puede desaparecer. Los jóvenes tienen que tener una idea de la historia de los derechos del colectivo LGTBi y de las mujeres y el movimiento debería trabajar en esa dirección.
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