Imagen: El país / Fotograma de 'Port Authority' |
Tras lo pasos de un amor trans.
Este interesante debut de Danielle Lessovitz, que cuenta con Scorsese entre sus productores, se enmarca en la subcultura del ‘voguing’.
Elsa Fernández-Santos | El País, 2021-02-19
https://elpais.com/cultura/2021-02-18/tras-lo-pasos-de-un-amor-trans.html
Con Martin Scorsese, el azote del algoritmo, entre sus productores y la modelo trans Leyna Bloom entre sus personajes principales, ‘Port Authority’ lo tiene todo para ser noticia. Pero además, la ópera prima de Danielle Lessovitz es una interesante incursión en las calles de Nueva York detrás de un tipo tímido, vulnerable y calladamente violento que logra transmitir de principio a fin la tensión que sostiene toda la película. Una película callejera sobre una historia de amor entre dos personajes marginales. Desde que el que interpreta Fionn Whitehead llega a Nueva York la dureza de la ciudad se adueña de un filme enmarcado en la subcultura del ‘voguing’. Whitehead encarna a un joven con un pasado conflictivo que no conocemos, pero sobre el que pesa una libertad condicional. Su único lazo con ese pasado es una hermanastra que vive en un buen sitio de Manhattan, pero que le niega atención y techo. Desamparado, lo primero que descubre de la ciudad es a un grupo que practica sus estudiados pasos de baile en plena calle. Atraído por esa fuente de alegría de ‘reinas’ negras y latinas, al joven blanco de Pittsburgh se le ve fuera de lugar.
Desde que Jennie Livingston estrenó a principios de los años noventa la ya histórica (y polémica) ‘Paris Is Burning’, la subcultura LGTB de los ‘ballrooms’ y su danza inspirada en las poses de las revistas de moda se convirtió una seña más de identidad de la ciudad de Nueva York, concretamente, del barrio de Harlem. En ‘Port Authority’ el ‘voguing’ y sus conocidas casas (Leyna Bloom fue una destacada integrante de la Miyake-Mugler) se convierten en la tabla de salvación de un náufrago que malvive entre comida basura, puñetazos y pisos destinados a sin techo. Sin regodearse en ello, Lessovitz retrata un Nueva York sórdido y duro a través siempre del itinerario de trabajo precario y escapadas nocturnas de su protagonista. Entre patrullas de matones que vacían casas de inquilinos morosos, tipos tatuados y homofóbicos, la única luz llega de esa escena ‘queer’ afrolatina donde los márgenes de la ciudad y del mundo se ensanchan.
Desde que Jennie Livingston estrenó a principios de los años noventa la ya histórica (y polémica) ‘Paris Is Burning’, la subcultura LGTB de los ‘ballrooms’ y su danza inspirada en las poses de las revistas de moda se convirtió una seña más de identidad de la ciudad de Nueva York, concretamente, del barrio de Harlem. En ‘Port Authority’ el ‘voguing’ y sus conocidas casas (Leyna Bloom fue una destacada integrante de la Miyake-Mugler) se convierten en la tabla de salvación de un náufrago que malvive entre comida basura, puñetazos y pisos destinados a sin techo. Sin regodearse en ello, Lessovitz retrata un Nueva York sórdido y duro a través siempre del itinerario de trabajo precario y escapadas nocturnas de su protagonista. Entre patrullas de matones que vacían casas de inquilinos morosos, tipos tatuados y homofóbicos, la única luz llega de esa escena ‘queer’ afrolatina donde los márgenes de la ciudad y del mundo se ensanchan.
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