Imagen: Público / Carmen García de Merlo
Carmen García de Merlo. La presidenta de COGAM: "No quiero que ninguna 'Veneno' vuelva a ir a una cárcel de hombres para que la violen".
Marisa Kohan | Público, 2021-02-16
https://www.publico.es/entrevistas/presidenta-cogam-no-quiero-veneno-vuelva-carcel-hombres-violen.html
Carmen García de Merlo es la presidenta de COGAM, colectivo de defensa de los derechos de la población LGTB de Madrid. Además es abogada, enfermera y funcionaria del Ayuntamiento de Madrid. En 2018 se convirtió la primera mujer trans que preside esta organización. Hemos conversado con ella sobre el borrador de ley trans presentado por el Ministerio de Igualdad y que ha levantado una fuerte discrepancia entre el equipo que dirige Irene Montero y la Vicepresicenta primera del Gobierno. Esta activista pide diálogo y buena voluntad para entenderse y resolver los problemas de la gente, "que a fin de cuentas es lo que tienen que hacer los políticos".
Reconoce que el borrador de ley hecho público tiene aún importantes imprecisiones y debe ser mejorada, pero la considera necesaria para proteger los derechos de este colectivo: "No quiero que ninguna 'Veneno' vuelva a ir a una cárcel de hombres para ser violada todos los días".
P. El debate sobre los derechos de los trans ocupa un lugar muy destacado en la vida pública española ¿Es esto algo bueno para el colectivo o puede estar enrareciendo el propio debate?
R. Que se nos visibilice y haya debate es bueno. Todo lo que sea regularizar y que ayude a las personas trans a superar las dificultades que sufren en su día a día es positivo. Mucha gente no conoce a personas trans, porque no somos muchos y las gente no suelen conocer a trans en su entorno. El problema es cómo se habla. Qué tipo de debate hay. Mucha gente se cree que esto es un capricho o que no tenemos tantos problemas y que nos quejamos por quejarnos, pero la realidad es que no es fácil.
El término trans es un paraguas. Bajo esta denominación hay mucha diversidad: no binarias, transexuales... Eso la gente también lo desconoce. Antes también había muchos estigmas con las personas trans: que nos dedicábamos a la prostitución o al mundo del espectáculo, pero no había muchas salidas. Tenían que dejar la casa, la familia, quedaban abandonadas. Se encontraban en la calle y eso era casi lo único para comer. Ahora eso ha ido cambiando poco a poco, pero la sociedad sigue desconociendo a las personas trans, cómo viven y los problemas que tienen. Y este desconocimiento hace que no se entiendan los derechos que necesitamos, porque la gente no empatiza con lo que no conoce. Pero la realidad es que somos pocas la personas trans. Se estima que hay un 3% o un 5% de la población mundial y que en España somos unos 50.000. Compara eso con 47 millones que somos. Hay algunos referentes, pero somos poquitos.
P. ¿Cuáles son los puntos básicos que debería contener la ley de derechos trans?
R. Lo fundamental es actualizar la ley que tenemos. La ley actual, aprobada en 2007, es patologizante. Para cambiar de nombre y sexo en el Registro Civil hay que llevar un informe psiquiátrico que ponga que tenemos disforia de género. Y hace ya más de dos años que se decretó que la transexualidad no es una enfermedad. El psiquiatra te dice que es un mero trámite, pero es un trámite que tiene que decir que estoy enferma para poder cambiar mi nombre. Están haciendo un diagnóstico de algo que no hay. En este sentido la ley esta caduca y anacrónica.
También tiene que reconocerse la libre determinación, entre otras cosas porque lo dice el artículo 10 de la Constitución. El libre desarrollo de la personalidad que tenemos cada uno. Otro tema clave es que debe contemplar los derechos de los menores. Que a partir de cierta edad puedan decidir por sí mismos. Y tener en cuenta a inmigrantes que vienen pedir asilo o refugio porque en su país su vida corre peligro precisamente por ser trans. Si están años intentando adquirir la nacionalidad española o incluso si no quieren nacionalizarse, tienen que ser capaces de cambiar sus documentos. Sin esto mantienen un problema que tienen muchas personas trans: que se nos ve de un manera y los papeles dicen que somos de otra.
Por último es importante que la ley incluya a las personas no binarias [aquellas que no se identifican con ningún sexo], que no están contempladas en ningún sitio. Algunas legislaciones de otros países ya los contempla. No es sencillo, porque las leyes que tenemos ahora en España están hechas para hombres y mujeres y no hay otro género, ni otro sexo. El borrador de la nueva ley propone crear una comisión de estudio, que fue lo que propusimos en COGAM hace ya tiempo.
En este sentido hay cosas a regular. En COGAM tenemos en los Estatutos que tienen que ser paritarias en un 40/60. Ahora tendremos 60/40 de mujeres. Pero los Estatutos establecen que si hay una persona no binaria, no se cuenta. Pero esto es algo que tiene que estar claramente regulado, como en el caso de las listas electorales.
P. Hace poco el Gobierno ha presentado un borrador de ley de derechos trans ¿Cómo valora este texto?
R. No es una ley del Gobierno, sino un borrador elaborado por el Ministerio de Igualdad. El Gobierno todavía no tiene un propuesta. A grandes rasgos está bien, pero hay que depurar cosas del esqueleto y también el articulado, porque necesita un lenguaje más claro y especializado para clarificarla. También le veo que un problema al rango normativo. Quieren tramitarlo como ley ordinaria, pero las disposiciones finales suponen modificaciones de leyes orgánicas. Con un rango normativo ordinario, estas modificaciones serán muy difíciles de conseguir. Una ley ordinaria no modifica una ley orgánica. Si esta norma se tramitara como una ley orgánica, tendría más posibilidades de cambiar otras leyes.
P. ¿Participó COGAM en la elaboración del borrador?
R. Se nos pidió la participación en las mesas de trabajo por parte del Ministerio de Igualdad. Hemos estado con otros colectivos y hablando de lo que debería tener la ley. El articulado se nos facilitó el último día, que fue cuando saltó a la prensa. Hemos intervenido, pero no en la redacción, que se hizo desde el ministerio.
P. ¿En qué consiste la seguridad jurídica que piden desde algunos sectores del PSOE y del feminismo?
R. Lo que quieren decir cuando hablan de seguridad jurídica es que no afecte a los derechos de otras personas. Lo que se llama la colisión de derechos. Por ejemplo, cuando hablan de los derechos de las mujeres, que dicen que podrían verse afectados en cuanto a la recolección de estadísticas o la violencia de género, la discriminación positiva... Yo creo que son argumentos de estas personas en base a hechos aislados. Son cuatro. Puede haber casos de personas que hagan mal uso de las leyes, pero no se puede generalizar. Cuando alguien decide cambiar toda su vida no tiene por qué perjudicar a otras personas. Por ejemplo, si alguien comete un delito se tiene que aplicar la ley en base a la identidad que tenía en el momento en que cometió dicho delito.
Yo siempre pongo el ejemplo del matrimonio. Cuando alguien se casa nadie lo obliga y adquiere unos derechos y obligaciones. Hay quien lo utiliza como un fraude de ley, es decir, que puede que se case para adquirir ciertos derechos como la nacionalidad, una herencia... Pero eso es un fraude de ley y la justicia tiene causas de nulidad. Habrá gente que lo haga, como en todo. Pero que algunos lo hagan nos vas a anular el matrimonio. Lo mismo pasa con la ley trans.
P. ¿Y este borrador de ley da esa seguridad jurídica?
R. Creo que hay que darle una vuelta a algunos artículos. Las disposiciones se quedan cortas. Implica cambios en muchas normas y sería necesario hacer algún estudio sobre lo que afecte a temas de justicia, de trabajo, en lo referente a ciudadanos extranjeros... todos estos son asuntos que habría que regular. Estos son informes son los que tienen que presentar los ministerios. Por ejemplo, la aplicación del artículo 14 sobre la rectificación de la ley registral que produce efectos desde que se cambia de sexo... Son aspectos que modifican leyes concretas. Contempla los asuntos más importantes, pero habría que pulirla.
P. Una parte del feminismo advierte de que las leyes trans y LGTB borran a las mujeres, invisibilizándolas, y que puede hacer retroceder derechos largamente peleados ¿Cree que este temor tiene algún fundamento?
R. No lo creo. En mi opinión se basan en el desconocimiento. Las cifras son casi insignificantes comparado con la población total. Como decía Carmen Calvo hace unos días, somos 47 millones. Algo más de la mitad son mujeres y las 50.000 personas trans no van a cambiar ninguna estadística. Si se ponen en las listas personas trans o personas no binarias, esto no va a cambiar mucho. Tampoco veo problema en el uso de los baños. No creo que vaya a pasar nada. He visto más problemas a los hombres trans en los vestuarios, porque muchos de ellos tienen pechos y a veces no les dejan bañarse en piscinas con la camiseta.
P. ¿Qué opinión le merecen las disensiones dentro del Ejecutivo en torno a la ley trans?
R. Creo que el Partido Socialista está dividido en cuanto en cuanto a la ley trans. Mi opinión es que no hay dos socios de Gobierno con visiones distintas. Lo que hay son dos visiones dentro del propio PSOE. Creo que es un problema que se resuelve hablando, buscando acuerdos. Personalmente no creo que la ley borre a nadie, ni que genere inseguridad jurídica. Si alguien hace un abuso de derecho, hay que perseguirlo.
Necesitamos buena voluntad y capacidad de entendimiento para resolver los problemas de la gente. A fin de cuentas es lo que tienen que hacer los políticos. Es su labor. No quiero que ninguna ‘Veneno’ vuelva a ir a una cárcel de hombres para ser violada todos los días.
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