Imagen: El País / Omy Perdomo, en el centro |
La lucha por los derechos trans.
El Ministerio de Igualdad ya ha presentado el borrador de la ‘Ley Trans’. El Gobierno de Canarias aprobará su propia normativa.
Cynthia Acosta | El Día, 2021-02-22
https://www.eldia.es/sociedad/2021/02/22/lucha-derechos-trans-35255421.html
Parece que lo han conseguido. El Gobierno ha presentado el borrador de la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans. La novedad más importante que introduciría esta ley es el derecho a la autodeterminación de género, es decir, poder elegir con qué nombre y sexo aparecer en las documentaciones sin necesidad de ningún tipo de requisito médico. De esta forma, se acabaría con la patologización de las personas transexuales, un derecho que se le ha negado al colectivo durante años y que la Organización Mundial de la Salud reconoció en 2018 al eliminar la transexualidad de la lista de enfermedades mentales. El borrador también incluye medidas en el ámbito laboral, educativo, sanitario, deportivo y sobre la estancia en las prisiones.
Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans, asociación que ha participado en la redacción del borrador, considera que dar este paso significa “entrar por la puerta de la democracia y estar bajo el cobijo del paraguas constitucional” del que tanto tiempo quedaron fuera las personas transexuales. Y es que el reconocimiento de los derechos de este colectivo es una “deuda pendiente” que tiene el Gobierno desde los “inicios de la democracia”.
El borrador esperaba ser llevado al Consejo de Ministros en la segunda quincena de febrero, pero aún no hay una fecha definida. La presidenta de la Federación Plataforma Trans ha amenazado con iniciar una huelga de hambre si la Ley Trans no se registra como Proposición de Ley en un mes.
La Ley 3/2017, del 15 de marzo, actualmente en vigor, obliga a presentar un informe médico con diagnóstico de disforia de género y a haber pasado por un tratamiento hormonal al menos durante dos años para poder realizar el cambio registral de sexo. Este requisito atenta contra la dignidad de las personas trans y contra el derecho de decisión. Yelko Fernández, presidente de la Asociación Libertrans, defiende que hormonarse es una decisión personal e individual que supone unos cambios físicos a los que no todas las personas transexuales quieren someterse. “Mi cuerpo es mío, mi identidad es mía y la decisión es mía”, añade. Además, va en contra de la Resolución 2048 de 2015 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa que insta a los gobiernos a “desarrollar procedimientos rápidos, transparentes y accesibles, basados en la autodeterminación”. Con la nueva ley trans se eliminaría cualquier requisito médico para cambiar de nombre y/o de sexo.
Esta ley sería la “llave para desarrollar otras políticas”, según Cambrollé, además significaría que “el Gobierno por fin reconoce el sufrimiento por acción u omisión que han sufrido tantas generaciones de personas trans”. A pesar del avance que supone y los cambios que introduce, no son suficientes, ya que la activista señala algunos aspectos en los que se podría mejorar, como la introducción de una tercera casilla para las personas no binarias. De hecho, la Federación Plataforma Trans presentará una enmienda cuando se abra el período.
En el borrador se propone que estas personas puedan omitir su sexo en los documentos si así lo desean, pero, de esta manera, se “invisibiliza a las personas no binarias” señala Cambrollé. Fernández coincide en esta idea, “lo ideal sería que pusiese N/B, género que fluye” comenta. En la enmienda que presentará la Federación Plataforma Trans también añadirán que no se soliciten requisitos a las personas extranjeras para cambiar su nombre y/o sexo en las tarjetas de residencia y permisos de trabajo, así como el subsidio a las mujeres trans mayores de 65 años, ya que, según Cambrollé, muchas viven en situaciones de “precariedad y caridad”.
Además, el presidente de Libertrans considera que los partidos utilizan al colectivo trans como arma política y moneda de cambio para conseguir apoyos. A pesar de ello, Cambrollé detecta una gran conciencia política como “nunca antes la había habido en el estado español” y considera que “vivimos un momento histórico para el cambio”. Esa conciencia con el colectivo no acaba en la política, sino que se extiende al conjunto social. Yelko Fernández lo percibe en la cantidad de padres que, cada vez más, apoyan a sus hijos e hijas transexuales y en la forma en la que la sociedad acoge al colectivo. También incide en la responsabilidad que tienen los progenitores y, en general, los adultos de garantizar la felicidad de los niños, por que solo así “conseguiremos una sociedad mejor” .
Si la ley se aprueba, los menores de entre 12 y 16 años también podrán pedir los cambios registrales de sexo a través de sus responsables legales, atendiendo a su derecho de autodeterminación de género. En contra de los más críticos, que defienden que en la adolescencia pueden producise “confusiones” sobre la identidad de género, Cambrollé indica que “ según la Asociación de Pediatría Americana desde los dos años las personas tienen consciencia de su identidad” y que no permitir el desarrollo identitario de los menores puede “provocar pensamientos y tendencias suicidas”.
Yelko Fernández, defiende el seguimiento psicológico en las edades tempranas, pero por otras razones. “Nadie tiene que decirme quién soy, eso ya lo sé, pero cambiar de sexo es complicado y se necesita apoyo”, de esta forma, según Fernández, los menores pueden llevar a cabo la transición como deseen y evitar las interferencias de individuos o circunstancias externas.
Otra de las críticas que ha recibido la futura ley es la posibilidad de atentar contra la lucha feminista, a pesar de que el documento recoge que “la rectificación de la mención registral relativa al sexo y, en su caso, el cambio de nombre, no alterarán la titularidad de los derechos y obligaciones jurídicas que pudieran corresponder a la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral”. Esto quiere decir que los delitos cometidos se juzgarán en función del sexo registral que poseía en el momento en el que se cometió la falta. Este inciso evitaría que se evadieran condenas por Violencia de Género a través del cambio registral de sexo.
Cambrollé y Fernández coinciden en que no es el movimiento feminista quien defiende este argumento, sino “unas cuantas mujeres burguesas que se esconden entre las filas del feminismo para propagar discursos de odio comprados a la ultraderecha”, en palabras de la presidenta de la Federación Plataforma Trans.
Además, Yelko Fernández añade que el movimiento feminista y las personas trans “siempre se han dado la mano”. Estos activistas destacan la importancia de evitar difundir bulos y dar voz a los discursos de odio, “lo que no se oye no existe” dice Fernández. “Únicamente queremos ser personas felices y que nos permitan serlo” añade . Pero, además, lanza un mensaje a los que se oponen a sus derechos, “estamos unidas y juntas somos peligrosas”.
Esta ley, según Cambrollé es el “camino para que puedan plantearse políticas activas”. Algunas de las más necesarias tienen que ver con el aspecto laboral, ya que el colectivo sufre una gran discriminación en este ámbito. “Muchas mujeres trans muy bien preparadas van a las entrevistas y las delata su voz, nunca las contratan, y tienen que recurrir a la prostitución” señala Fernández. Por ello hacen falta acciones específicas que combatan la discriminación. Esto se conseguiría con la aprobación de leyes trans en las diferentes comunidades autónomas.
Hacia una ley trans canaria
La Asociación Libertrans, junto con las otras 16 asociaciones canarias que defienden los derechos de las personas transexuales, han propuesto una ley trans al Gobierno de Canarias que esperan que se apruebe en los próximos meses. Lo ideal sería que entrara en vigor en marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Visibilidad Transgénero, que se celebra el 31 de marzo. “Sería un guiño al colectivo y un buen regalo de nuestros parlamentarios” añade, aunque probablemente, se alargue algunas semanas más. Con esta ley se evitaría, por ejemplo, que las mujeres transexuales canarias tengan que viajar a Málaga para realizar sus intervenciones quirúrgicas.
“Las Islas Canarias deben poder presumir de tener la mejor ley trans de España” señala Fernández. Además, añade que su aprobación es solo el principio del camino, y que una vez lo empiecen no pararán. Esto se consigue incluyendo en estas decisiones a los colectivos trans, ya que son los que conocen de primera mano sus propias necesidades. En el caso de Canarias, las asociaciones se han reunido con los parlamentarios en numerosas ocasiones para aclarar puntos y poner ideas en común, según informa Fernández.
Al margen de las acciones legales, la empatía es uno de los ingredientes necesarios para seguir avanzando en materia de igualdad. “Cuando veas a una mujer transexual dile te entiendo, déjame tus tacones” comenta Yelko Fernández, haciendo referencia a que solo con los zapatos del otro se puede entender su realidad.
Estos logros demuestran el poder del activismo social. Mar Cambrollé, que fue candidata independiente de Adelante Andalucía en 2018, defiende que “los movimientos sociales son la mejor forma de hacer política en lo que realmente es necesario” y añade que la diferencia que tienen los políticos y los movimientos sociales es que los primeros se mueven en lo “posible” y los segundos en lo “necesario”. Gracias a las acciones de estos grupos se puede hacer “posible lo necesario”.
La necesidad ahora mismo recae en la protección, por parte del Estado, del colectivo trans. Poco a poco se irán saltando barreras y cruzando fronteras para, en palabras de Cambrollé, “tener un país más decente y más democrático”.
Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans, asociación que ha participado en la redacción del borrador, considera que dar este paso significa “entrar por la puerta de la democracia y estar bajo el cobijo del paraguas constitucional” del que tanto tiempo quedaron fuera las personas transexuales. Y es que el reconocimiento de los derechos de este colectivo es una “deuda pendiente” que tiene el Gobierno desde los “inicios de la democracia”.
El borrador esperaba ser llevado al Consejo de Ministros en la segunda quincena de febrero, pero aún no hay una fecha definida. La presidenta de la Federación Plataforma Trans ha amenazado con iniciar una huelga de hambre si la Ley Trans no se registra como Proposición de Ley en un mes.
La Ley 3/2017, del 15 de marzo, actualmente en vigor, obliga a presentar un informe médico con diagnóstico de disforia de género y a haber pasado por un tratamiento hormonal al menos durante dos años para poder realizar el cambio registral de sexo. Este requisito atenta contra la dignidad de las personas trans y contra el derecho de decisión. Yelko Fernández, presidente de la Asociación Libertrans, defiende que hormonarse es una decisión personal e individual que supone unos cambios físicos a los que no todas las personas transexuales quieren someterse. “Mi cuerpo es mío, mi identidad es mía y la decisión es mía”, añade. Además, va en contra de la Resolución 2048 de 2015 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa que insta a los gobiernos a “desarrollar procedimientos rápidos, transparentes y accesibles, basados en la autodeterminación”. Con la nueva ley trans se eliminaría cualquier requisito médico para cambiar de nombre y/o de sexo.
Esta ley sería la “llave para desarrollar otras políticas”, según Cambrollé, además significaría que “el Gobierno por fin reconoce el sufrimiento por acción u omisión que han sufrido tantas generaciones de personas trans”. A pesar del avance que supone y los cambios que introduce, no son suficientes, ya que la activista señala algunos aspectos en los que se podría mejorar, como la introducción de una tercera casilla para las personas no binarias. De hecho, la Federación Plataforma Trans presentará una enmienda cuando se abra el período.
En el borrador se propone que estas personas puedan omitir su sexo en los documentos si así lo desean, pero, de esta manera, se “invisibiliza a las personas no binarias” señala Cambrollé. Fernández coincide en esta idea, “lo ideal sería que pusiese N/B, género que fluye” comenta. En la enmienda que presentará la Federación Plataforma Trans también añadirán que no se soliciten requisitos a las personas extranjeras para cambiar su nombre y/o sexo en las tarjetas de residencia y permisos de trabajo, así como el subsidio a las mujeres trans mayores de 65 años, ya que, según Cambrollé, muchas viven en situaciones de “precariedad y caridad”.
Además, el presidente de Libertrans considera que los partidos utilizan al colectivo trans como arma política y moneda de cambio para conseguir apoyos. A pesar de ello, Cambrollé detecta una gran conciencia política como “nunca antes la había habido en el estado español” y considera que “vivimos un momento histórico para el cambio”. Esa conciencia con el colectivo no acaba en la política, sino que se extiende al conjunto social. Yelko Fernández lo percibe en la cantidad de padres que, cada vez más, apoyan a sus hijos e hijas transexuales y en la forma en la que la sociedad acoge al colectivo. También incide en la responsabilidad que tienen los progenitores y, en general, los adultos de garantizar la felicidad de los niños, por que solo así “conseguiremos una sociedad mejor” .
Si la ley se aprueba, los menores de entre 12 y 16 años también podrán pedir los cambios registrales de sexo a través de sus responsables legales, atendiendo a su derecho de autodeterminación de género. En contra de los más críticos, que defienden que en la adolescencia pueden producise “confusiones” sobre la identidad de género, Cambrollé indica que “ según la Asociación de Pediatría Americana desde los dos años las personas tienen consciencia de su identidad” y que no permitir el desarrollo identitario de los menores puede “provocar pensamientos y tendencias suicidas”.
Yelko Fernández, defiende el seguimiento psicológico en las edades tempranas, pero por otras razones. “Nadie tiene que decirme quién soy, eso ya lo sé, pero cambiar de sexo es complicado y se necesita apoyo”, de esta forma, según Fernández, los menores pueden llevar a cabo la transición como deseen y evitar las interferencias de individuos o circunstancias externas.
Otra de las críticas que ha recibido la futura ley es la posibilidad de atentar contra la lucha feminista, a pesar de que el documento recoge que “la rectificación de la mención registral relativa al sexo y, en su caso, el cambio de nombre, no alterarán la titularidad de los derechos y obligaciones jurídicas que pudieran corresponder a la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral”. Esto quiere decir que los delitos cometidos se juzgarán en función del sexo registral que poseía en el momento en el que se cometió la falta. Este inciso evitaría que se evadieran condenas por Violencia de Género a través del cambio registral de sexo.
Cambrollé y Fernández coinciden en que no es el movimiento feminista quien defiende este argumento, sino “unas cuantas mujeres burguesas que se esconden entre las filas del feminismo para propagar discursos de odio comprados a la ultraderecha”, en palabras de la presidenta de la Federación Plataforma Trans.
Además, Yelko Fernández añade que el movimiento feminista y las personas trans “siempre se han dado la mano”. Estos activistas destacan la importancia de evitar difundir bulos y dar voz a los discursos de odio, “lo que no se oye no existe” dice Fernández. “Únicamente queremos ser personas felices y que nos permitan serlo” añade . Pero, además, lanza un mensaje a los que se oponen a sus derechos, “estamos unidas y juntas somos peligrosas”.
Esta ley, según Cambrollé es el “camino para que puedan plantearse políticas activas”. Algunas de las más necesarias tienen que ver con el aspecto laboral, ya que el colectivo sufre una gran discriminación en este ámbito. “Muchas mujeres trans muy bien preparadas van a las entrevistas y las delata su voz, nunca las contratan, y tienen que recurrir a la prostitución” señala Fernández. Por ello hacen falta acciones específicas que combatan la discriminación. Esto se conseguiría con la aprobación de leyes trans en las diferentes comunidades autónomas.
Hacia una ley trans canaria
La Asociación Libertrans, junto con las otras 16 asociaciones canarias que defienden los derechos de las personas transexuales, han propuesto una ley trans al Gobierno de Canarias que esperan que se apruebe en los próximos meses. Lo ideal sería que entrara en vigor en marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Visibilidad Transgénero, que se celebra el 31 de marzo. “Sería un guiño al colectivo y un buen regalo de nuestros parlamentarios” añade, aunque probablemente, se alargue algunas semanas más. Con esta ley se evitaría, por ejemplo, que las mujeres transexuales canarias tengan que viajar a Málaga para realizar sus intervenciones quirúrgicas.
“Las Islas Canarias deben poder presumir de tener la mejor ley trans de España” señala Fernández. Además, añade que su aprobación es solo el principio del camino, y que una vez lo empiecen no pararán. Esto se consigue incluyendo en estas decisiones a los colectivos trans, ya que son los que conocen de primera mano sus propias necesidades. En el caso de Canarias, las asociaciones se han reunido con los parlamentarios en numerosas ocasiones para aclarar puntos y poner ideas en común, según informa Fernández.
Al margen de las acciones legales, la empatía es uno de los ingredientes necesarios para seguir avanzando en materia de igualdad. “Cuando veas a una mujer transexual dile te entiendo, déjame tus tacones” comenta Yelko Fernández, haciendo referencia a que solo con los zapatos del otro se puede entender su realidad.
Estos logros demuestran el poder del activismo social. Mar Cambrollé, que fue candidata independiente de Adelante Andalucía en 2018, defiende que “los movimientos sociales son la mejor forma de hacer política en lo que realmente es necesario” y añade que la diferencia que tienen los políticos y los movimientos sociales es que los primeros se mueven en lo “posible” y los segundos en lo “necesario”. Gracias a las acciones de estos grupos se puede hacer “posible lo necesario”.
La necesidad ahora mismo recae en la protección, por parte del Estado, del colectivo trans. Poco a poco se irán saltando barreras y cruzando fronteras para, en palabras de Cambrollé, “tener un país más decente y más democrático”.
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