Imagen: La Tercera / Plataforma Trans, Madrid, 2021-02-18 |
Los colectivos trans amenazan con una gran huelga de hambre.
La activista Mar Cambrollé ha exigido que se tramite la 'ley trans' del Ministerio de Igualdad en menos de un mes, y denuncia discriminación y violencia por parte del PSOE.
Doménico Chiappe | El Norte de Castilla, 2021-02-18
https://www.elnortedecastilla.es/sociedad/colectivos-trans-amenazan-20210218150017-ntrc.html
Dos días después de que el PSOE tramitara en solitario una ley contra la discriminación de las minorías (la ‘ley Zerolo’), la presidenta de la Federación Plataforma Trans, Mar Cambrollé, ha anunciado una huelga de hambre indefinida, a partir del 18 de marzo, si no se comienza la tramitación del borrador de la ‘ley trans’, redactada por el colectivo junto al Ministerio de Igualdad. La huelga de hambre sería secundada por «miles de padres y madres organizados para luchar por la igualdad de sus hijos e hijas en toda España», advierte.
El anuncio de los colectivos trans parece un movimiento más en la partida de ajedrez que juegan la vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra Irene Montero sobre el tablero feminista. El eje del juego de las últimas semanas ha sido esta ley trans, que empezó con el rechazo a la autodeterminación del sexo por parte de asociaciones feministas vinculadas al socialismo. «Hay una falta de voluntad política de los socios mayoritarios del Gobierno», asegura Cambrollé, activista desde los setenta. «Carmen Calvo ha dejado muy claro que no quiere una ley trans». «Deleznable», «temeraria», «agresión» y «violencia» son algunas calificaciones dedicadas a la vicepresidenta y sus palabras, y refrendadas por unas veinte activistas del colectivo trans ayer, frente al Congreso.
En su ultimátum al PSOE, la federación exige que la ‘ley trans’ se tramite como proyecto (es decir elevada desde el Gobierno, y no desde un partido político). «Nosotros no nos vamos a reunir con el PSOE, porque nos hemos estado reuniendo con el Gobierno», dice Cambrollé. También pide incluir la «reparación a las mujeres que por ser trans no han podido acceder al mercado de trabajo», además de un «subsidio para las mayores de 65 años».
La necesidad de una legislación específica para el colectivo transgénero, de manera separada incluso a la de los derechos de gais y lesbianas, surge de la «violencia estructural» que han sufrido las personas trans, explica Natalia Aventín, presidenta de Euforia Familias Trans-Aliadas, formada por padres y madres con hijos trans. Ella lucha desde hace ocho años por los derechos de su hijo que acaba de cumplir la mayoría de edad.
«La ‘ley trans’ es como la de violencia machista, que no está dentro de la doméstica. Yo también formo parte del feminismo, y el borrador de la ley se complementa con nuestras posiciones. Sólo las feministas excluyentes, que son las privilegiadas que quieren pelear el poder con los hombres, están en contra», sostiene Aventín, quien, al igual que Cambrollé, dice que hará la huelga de hambre hasta que el PSOE ceda.
El anuncio de los colectivos trans parece un movimiento más en la partida de ajedrez que juegan la vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra Irene Montero sobre el tablero feminista. El eje del juego de las últimas semanas ha sido esta ley trans, que empezó con el rechazo a la autodeterminación del sexo por parte de asociaciones feministas vinculadas al socialismo. «Hay una falta de voluntad política de los socios mayoritarios del Gobierno», asegura Cambrollé, activista desde los setenta. «Carmen Calvo ha dejado muy claro que no quiere una ley trans». «Deleznable», «temeraria», «agresión» y «violencia» son algunas calificaciones dedicadas a la vicepresidenta y sus palabras, y refrendadas por unas veinte activistas del colectivo trans ayer, frente al Congreso.
En su ultimátum al PSOE, la federación exige que la ‘ley trans’ se tramite como proyecto (es decir elevada desde el Gobierno, y no desde un partido político). «Nosotros no nos vamos a reunir con el PSOE, porque nos hemos estado reuniendo con el Gobierno», dice Cambrollé. También pide incluir la «reparación a las mujeres que por ser trans no han podido acceder al mercado de trabajo», además de un «subsidio para las mayores de 65 años».
La necesidad de una legislación específica para el colectivo transgénero, de manera separada incluso a la de los derechos de gais y lesbianas, surge de la «violencia estructural» que han sufrido las personas trans, explica Natalia Aventín, presidenta de Euforia Familias Trans-Aliadas, formada por padres y madres con hijos trans. Ella lucha desde hace ocho años por los derechos de su hijo que acaba de cumplir la mayoría de edad.
«La ‘ley trans’ es como la de violencia machista, que no está dentro de la doméstica. Yo también formo parte del feminismo, y el borrador de la ley se complementa con nuestras posiciones. Sólo las feministas excluyentes, que son las privilegiadas que quieren pelear el poder con los hombres, están en contra», sostiene Aventín, quien, al igual que Cambrollé, dice que hará la huelga de hambre hasta que el PSOE ceda.
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