Imagen: Segre / Dani y Jordi // |
Una pareja denuncia acoso homófobo en un pueblo del Alt Urgell y el ayuntamiento media para pararlo.
Una pareja que se instaló hace dos años en El Querforadat procedente de Osona y afirma sentirse “despreciada” por ser homosexual. El ayuntamiento impulsará una campaña en favor de la igualdad.
C. Sanz | Segre, 2021-11-03
https://www.segre.com/es/noticias/comarcas/2021/11/03/pareja_homofobia_acoso_sucesos_alt_urgell_pirineo_lleida_151400_1091.html
Dos jóvenes denuncian sufrir acoso homófobo por parte de algunos de sus vecinos en el pueblo de El Querforadat, en el Alt Urgell. Dani Taboada y Jordi Suriñach son pareja y se instalaron hace unos dos años en este núcleo del municipio de Cava, cuya población durante todo el año apenas llega a once habitantes. Afirman sentirse “despreciados” por una parte de ellos por el hecho de ser homosexuales.
Meses atrás, explican, denunciaron ante los Mossos d’Esquadra que un hombre de avanzada edad del pueblo había intentado atropellar a Taboada. “Desgraciadamente, los ataques homófobos no suceden solo en el metro de Barcelona”, lamentan. Los dos miembros de la pareja son profesores, aunque actualmente no imparten clases.
Regentan un pequeño negocio de restauración, con una food truck en la parte baja del pueblo. La suya es la única actividad comercial abierta al público en El Querforadat. Sin embargo, la llegada de dos nuevos vecinos a este pequeño pueblo no fue motivo de alegría para algunos de los que ya vivían allí.
Los jóvenes explican que un habitante de la localidad le dijo a Suriñach que “si tuviera nietos no dejaría que lo llevaran a la escuela con él” por el hecho de ser homosexual. También aseguran que algunos vecinos de la localidad se refieren a ellos como “los maricones”. “Todo ello provoca que nos sintamos forasteros, muy forasteros, y que no sepamos cómo defendernos de la gente que nos rodea”, recalcan.
Sin embargo, Taboada subrayó que “no todos los vecinos son iguales” y que “una pequeña parte de ellos, dos o tres familias, nos han recibido con los brazos abiertos y demuestran una gran calidad humana”. Por su parte, el ayuntamiento de Cava conoce esta situación y ha tomado la iniciativa para intentar atajarla y tratar de favorecer una convivencia respetuosa en el pueblo. La primera acción del consistorio ha sido ejercer como mediador entre la pareja y uno de los vecinos con los que han tenido más problemas. “Es alguien que nos está haciendo la vida imposible”, afirman los jóvenes.
La alcaldesa, Gisela Sellés, explicó que esta mediación concluyó con el acuerdo entre ambas partes de mostrarse mutua “indiferencia” para “no provocar nuevas situaciones comprometedoras”. Sin embargo, la pareja explicó que, tras esta primera tentativa, “la tensión no cesa y es muy desagradable vivir de esta forma”. La alcaldesa avanzó que el siguiente paso será poner en marcha una campaña con carteles y adhesivos en diferentes puntos del pueblo “en defensa de la igualdad de las personas y en contra de este tipo de actuaciones”.
«Este pueblo nos pareció mágico»
Dani Taboada tiene 27 años y es profesor de Secundaria. Jordi Suriñach, de 34, también es docente, aunque en su caso lo es de enseñanza Primaria. Llegaron juntos al Alt Urgell hace dos años procedentes de Osona, y se instalaron en El Querforadat en busca de un cambio de vida en contacto con la naturaleza. “Nos instalamos en el pueblo porque nos enamoramos del lugar, nos pareció mágico”. La situación que han encontrado dista mucho de lo que habían esperado, aunque aseguran que “el pueblo es maravilloso y estamos contentos de la calidad de vida que tenemos”. “Es la calidad humana de parte de los vecinos lo que deja mucho que desear”, puntualizan. El municipio de Cava, con apenas 45 habitantes censados, es uno de los numerosos municipios rurales de Lleida en riesgo de despoblación. Las tensiones en el núcleo de El Querforadat contrastan con los esfuerzos de muchas de las pequeñas poblaciones leridanas para atraer nuevos vecinos.
Meses atrás, explican, denunciaron ante los Mossos d’Esquadra que un hombre de avanzada edad del pueblo había intentado atropellar a Taboada. “Desgraciadamente, los ataques homófobos no suceden solo en el metro de Barcelona”, lamentan. Los dos miembros de la pareja son profesores, aunque actualmente no imparten clases.
Regentan un pequeño negocio de restauración, con una food truck en la parte baja del pueblo. La suya es la única actividad comercial abierta al público en El Querforadat. Sin embargo, la llegada de dos nuevos vecinos a este pequeño pueblo no fue motivo de alegría para algunos de los que ya vivían allí.
Los jóvenes explican que un habitante de la localidad le dijo a Suriñach que “si tuviera nietos no dejaría que lo llevaran a la escuela con él” por el hecho de ser homosexual. También aseguran que algunos vecinos de la localidad se refieren a ellos como “los maricones”. “Todo ello provoca que nos sintamos forasteros, muy forasteros, y que no sepamos cómo defendernos de la gente que nos rodea”, recalcan.
Sin embargo, Taboada subrayó que “no todos los vecinos son iguales” y que “una pequeña parte de ellos, dos o tres familias, nos han recibido con los brazos abiertos y demuestran una gran calidad humana”. Por su parte, el ayuntamiento de Cava conoce esta situación y ha tomado la iniciativa para intentar atajarla y tratar de favorecer una convivencia respetuosa en el pueblo. La primera acción del consistorio ha sido ejercer como mediador entre la pareja y uno de los vecinos con los que han tenido más problemas. “Es alguien que nos está haciendo la vida imposible”, afirman los jóvenes.
La alcaldesa, Gisela Sellés, explicó que esta mediación concluyó con el acuerdo entre ambas partes de mostrarse mutua “indiferencia” para “no provocar nuevas situaciones comprometedoras”. Sin embargo, la pareja explicó que, tras esta primera tentativa, “la tensión no cesa y es muy desagradable vivir de esta forma”. La alcaldesa avanzó que el siguiente paso será poner en marcha una campaña con carteles y adhesivos en diferentes puntos del pueblo “en defensa de la igualdad de las personas y en contra de este tipo de actuaciones”.
«Este pueblo nos pareció mágico»
Dani Taboada tiene 27 años y es profesor de Secundaria. Jordi Suriñach, de 34, también es docente, aunque en su caso lo es de enseñanza Primaria. Llegaron juntos al Alt Urgell hace dos años procedentes de Osona, y se instalaron en El Querforadat en busca de un cambio de vida en contacto con la naturaleza. “Nos instalamos en el pueblo porque nos enamoramos del lugar, nos pareció mágico”. La situación que han encontrado dista mucho de lo que habían esperado, aunque aseguran que “el pueblo es maravilloso y estamos contentos de la calidad de vida que tenemos”. “Es la calidad humana de parte de los vecinos lo que deja mucho que desear”, puntualizan. El municipio de Cava, con apenas 45 habitantes censados, es uno de los numerosos municipios rurales de Lleida en riesgo de despoblación. Las tensiones en el núcleo de El Querforadat contrastan con los esfuerzos de muchas de las pequeñas poblaciones leridanas para atraer nuevos vecinos.
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