jueves, 3 de mayo de 2018

#hemeroteca #endohomofobia | El superviviente de la masacre de Orlando que hoy promueve terapias para “curar” la homosexualidad

Imagen: Google Imágenes / Luis Javier Ruiz
El superviviente de la masacre de Orlando que hoy promueve terapias para “curar” la homosexualidad.
Luis Javier Ruiz, que hace dos años estaba en un club gay donde murieron 49 personas, es la estrella de una marcha a favor de los programas de reconversión.
Guillermo Alonso | Icon, El País, 2018-05-03
https://elpais.com/elpais/2018/05/03/icon/1525340953_835608.html

Este sábado, 5 de mayo, una manifestación que obedece al nombre de ‘Freedom March’ (‘Marcha por la libertad’), organizada por la asociación ‘Voice of the voiceless’ (‘La voz de los sin voz’) reunirá en Washington D.C. a supuestos exmiembros de la comunidad LGTB (gais, lesbianas, bisexuales y transexuales) para proclamar que Jesús los ha “liberado”.

Esto no es llamativo: existen muchas organizaciones y supuestos profesionales que aseguran que con sus terapias de reconversión pueden cambiar la orientación sexual de sus clientes. El más popular es, tal vez, Richard A. Cohen, que escribió un polémico libro llamado ‘Comprender y sanar la homosexualidad’. Organizaciones LGTB y también FACUA (Consumidores en Acción) han pedido a diversas cadenas de librerías y grandes almacenes que se retire este libro de sus estanterías por contener un mensaje de odio. Solo FNAC lo hizo.

Lo más llamativo es que uno de sus invitados –de hecho, el invitado estrella– es Luis Javier Ruiz (Puerto Rico, 1983), uno de los supervivientes de la masacre de la discoteca Pulse, local gay de Orlando (EE. UU.) en el que Omar Mateen asesinó a 49 personas antes de suicidarse. El 12 de junio se cumplirán dos años desde aquella masacre, que se convirtió en la más mortífera en Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 y fue superada el 1 de octubre de 2017 con la matanza del festival Route 91 Harvest en Las Vegas, donde fueron asesinadas 58 personas.

Luis Javier Ruiz, que había ido a celebrar su 33 cumpleaños con veinte amigos a Pulse, fue uno de los afortunados que pudo correr hacia el fondo del club, tirar una valla y abrir una vía para que él y otras personas escapasen del local. Quince de sus amigos no sobrevivieron. Según recordó en una entrevista concedida al medio The Florida Catholic un año después de la masacre, la masa de personas que salieron por aquella vía que él había abierto lo pisotearon y lo dejaron inconsciente. “Un tipo apareció de la nada, me recogió y me llevó a un ‘7 Eleven’ [cadena de tiendas abiertas las 24 horas] al otro lado de la calle. Y me dijo: Ahora tenemos que rezar”. Y él lo hizo.

En la entrevista realizada hace un año se deja claro que Ruiz no era entonces un católico practicante, pero encontró apoyo en una asociación de Florida llamada ‘Catholic Charities’ (‘Caridades Católicas’) que le ayudó a encontrar un trabajo y a superar el trauma vivido en la discoteca en un momento en el que, además, había perdido contacto con su familia.

El propio Luis declaró hace días su “cambio” en un mensaje publicado en su perfil de Facebook, desde entonces ya borrado, pero recogido por medios como NBC o Huffpost. “Yo debería haber sido la víctima número 50. Al ver imágenes de la noche en Pulse, recuerdo mi lucha contra la perversión, mis excesos con el alcohol para ahogar mis sentimientos y el sexo promiscuo que condujo al VIH. ¡Mis luchas eran reales! El enemigo tomó el control, y ahora Dios me ha sacado de ahí y me ha ofrecido a Cristo”.

Pese a que el propio Luis borró este texto de su cuenta de Facebook, la página oficial de Freedom March en Facebook lo ha recuperado y ha utilizado una foto de Ruiz en la que se lee en letras grandes: “¡Comparte si crees que los homosexuales pueden cambiar!”.

¿Pero pueden los homosexuales cambiar? El propio Ruiz, más allá de ser utilizado como reclamo para esta marcha, no ha especificado si él mismo se ha sometido a algunas de esas terapias. Unas terapias que continúan siendo promovidas en entornos religiosos y por organizaciones ultraconservadoras, pero no cuentan con el apoyo de la Asociación Mundial de Psiquiatría, que en 2016 emitió un comunicado en el que ponía de manifiesto “la falta de eficacia científica de los tratamientos que intentar modificar la orientación sexual y subraya el daño y los efectos adversos de tales 'terapias” (entrecomillado en el texto original).

La APA (American Psychological Association) dice en su web: "Algunos terapeutas que siguen la denominada terapia de conversión informan de que fueron capaces de cambiar la orientación sexual de sus clientes de homosexual a heterosexual. El examen detallado de estos informes, sin embargo, muestra varios factores que ponen en duda sus afirmaciones. Por ejemplo, muchas de estas afirmaciones provienen de organizaciones con una perspectiva ideológica que condena la homosexualidad. Asimismo, sus afirmaciones están mal documentadas; por ejemplo, no hay seguimiento al resultado del tratamiento ni informes al respecto, lo cual sería el estándar para probar la validez de cualquier intervención de salud mental".

Una posición que comparte el Consejo General de la Psicología de España: "Parecen persistir tratamientos que prometen curar la homosexualidad con las llamadas ‘terapias de conversión’. Ante esto, el Consejo General de la Psicología de España quiere transmitir su total acuerdo con la postura adoptada por la American Psychological Assotiation (APA) en 2009 en la que se declaraba del todo inadmisible que los profesionales de la salud mental indicaran, instaran o hicieran creer a sus pacientes que es posible modificar su orientación sexual y convertirse en heterosexuales mediante algún tipo de intervención terapéutica o tratamiento. Dicha declaración tiene como base 83 estudios acerca del cambio de orientación sexual que llevan a concluir que no existe ninguna evidencia científica de que una persona homosexual pueda dejar de serlo. Al contrario: los fallidos esfuerzos por conseguirlo suelen derivar en problemas de ansiedad, depresión y suicidio".

En España varias organizaciones como ‘Es Posible el Cambio’ (cuya web está cerrada a día de hoy) y ‘Es Posible la Esperanza’ (con una página ‘online’ en funcionamiento) ofrecen talleres de fin de semana, con lecturas recomendadas de autores como Joseph Nicolosi (‘Terapia reparativa de la homosexualidad masculina’), Gerard J.M. Van den Aardwer (‘Homosexualidad y esperanza’) o Aquilino Polaino, que el PP llevó al Senado en 2005 cuando era director del departamento de Psicología en la Universidad San Pablo-CEU para afirmar que ser gay era una enfermedad.

Muchos amigos de Ruiz y otros valedores de estos tipos de terapias de conversión lo felicitan y lo apoyan en su intento de superar el trauma causado por el atentado, pero abundan también los comentarios de tristeza y desconcierto. “El autoodio puede llegar muy lejos”, comenta un seguidor llamado Ricky Ayala. “Sí, Luis Javier Ruiz, muestras una gran falta de respeto hacia esos 49 que perdimos y a los que ahora llamas pecadores. Ellos no murieron por estar en pecado. Ellos solo eran inocentes viviendo sus vidas, como tú y yo deberíamos hacer. Sigue mintiéndote a ti mismo. La ayuda psicológica tras un tiroteo es necesaria y todos lo sabemos”.

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