Imagen: El Periódico |
La Colla Castellera Jove de Barcelona celebra una charla sobre homosexualidad en su ámbito. El grupo actuará el 17 de mayo, día contra la homofobia, ante la sede del distrito de Sant Andreu.
Toni Sust | El Periódico, 2018-05-06
https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20180506/castellers-gais-y-normalidad-6800819
Toni Caparrós, director de márketing en su vida civil, es desde hace cuatro años miembro de la Colla Castellera Jove de Barcelona, creada en el 2010. Tiene 40 años y empezó hace cuatro en el mundo de los ‘castells’, con el que le conectó su pareja. "Es muy diferente ver un ‘castell’ que participar en él", argumenta. Una vez formas parte de la ‘pinya’, dice, la emoción es más que considerable.
La Jove de Barcelona tiene base en Sant Andreu y está de reciente actualidad por haber levantado un pilar antes que cualquier colectivo de esta galaxia: el de hablar sobre cómo se vive la homosexualidad en el mundo ‘casteller’. El acto pionero ha tenido lugar este sábado con la celebración de una charla en el recinto Fabra i Coats con este enunciado: ‘La homosexualidad en el mundo casteller: el caso de la Colla Castellera Jove de Barcelona’.
La convocatoria corrió a cargo de la propia Jove de Barcelona y del GAG, el Grup d’Amics Gais, Lesbianes, Transsexuals i Bisexuals. Se da el caso de que ambas entidades tienen sede en la Fabra i Coats, separadas por 40 metros. Intervinieron Caparrós y Júlia Vallespir.
El porqué de la charla
"Esto no nace de que exista ningún problema. Nace de que como grupo apoyamos de forma implícita a los homosexuales, a las mujeres, a los adolescentes que sufren bullying. Y queremos explicitar ese apoyo", cuenta Caparrós. Sobre todo, precisa: "Esto no es que los ‘castellers’ salgan del armario". Como gay, Caparrós no ha tenido problema alguno en este mundo, cuando en otras esferas sociales conoce experiencias de discriminación, y las ha sufrido en persona.
Como mucho, sostiene, se dan casos de "micromachismo" que están al orden del día en todas partes: el niño que llama “nena” o “marica” a otro para calificarlo de débil. La Colla Castellera Jove de Barcelona guarda una particularidad: es la primera que contó con una comisión de acción positiva, que persigue combatir toda discriminación. Sus integrantes han recibido formación al respecto por parte de especialistas. Caparrós sí plantea un interrogante: ¿por qué en un mundo como el casteller, que ha demostrado ser socialmente avanzado, parece que hay un porcentaje menor de homosexuales que en el conjunto de la sociedad? No plantea tesis malignas, plantea esa duda.
Falta de referentes
“A un adolescente gay le ayuda mucho saber que hay arquitectos gais, castellers gais, futbolistas gais. Están faltos de referentes”, subraya Caparrós. La verdad es que en el mundo del fútbol, por citar el deporte que más seguimiento suscita por parte del público en estos lares, nunca nadie ha dado el paso. Se antoja demasiado peligroso. Cualquier aficionado con cierta edad recuerda el “Míchel, maricón” que atronaba en las gradas contra el jugador del Real Madrid después de que un día intentara descentrar al colombiano Valderrama tocándole los genitales en el área.
“En los ‘castells’ hay mucho contacto, pero es un contacto que nada tiene de sexual”, relata Caparrós, que preguntado por la icónica foto de dos castellers de los Minyons de Terrassa besándose, subraya lo positivo que fue, aunque precisa que ambos eran heterosexuales.
“Don’t ask, don’t tell”
El espíritu del novedoso paso que da la Jove de Barcelona, cuenta Caparrós, responde también a la voluntad de luchar contra la invisibilidad forzada. Para poner un ejemplo a desterrar, cita la doctrina del ‘Don’t ask, don’t tell’ que imperó en el Ejército de los EEUU desde 1993 al 2010, y que fue abolida bajo la presidencia de Barack Obama. Una doctrina que prohibía a un militar revelar su condición de homosexual y a sus superiores hacer averiguaciones al respecto. La norma prohibía servir en las fuerzas armadas a quien no cumpliera con esos requisitos, a quien manifestara su homosexualidad o intentara “mantener prácticas homosexuales”.
La conferencia no es el único punto innovador de la agenda de la Jove de Barcelona. El 17 de mayo, día internacional de la lucha contra la homofobia, la transfobia y la bifobia, el colectivo actuará en la plaza de Orfila, delante de la sede del distrito de Sant Andreu. "Hemos sido etiquetados como la primera ‘colla’ gay friendly. Creo que todas lo son, pero nosotros lo hemos explicitado", afirma con un orgullo visible.
La Jove de Barcelona tiene base en Sant Andreu y está de reciente actualidad por haber levantado un pilar antes que cualquier colectivo de esta galaxia: el de hablar sobre cómo se vive la homosexualidad en el mundo ‘casteller’. El acto pionero ha tenido lugar este sábado con la celebración de una charla en el recinto Fabra i Coats con este enunciado: ‘La homosexualidad en el mundo casteller: el caso de la Colla Castellera Jove de Barcelona’.
La convocatoria corrió a cargo de la propia Jove de Barcelona y del GAG, el Grup d’Amics Gais, Lesbianes, Transsexuals i Bisexuals. Se da el caso de que ambas entidades tienen sede en la Fabra i Coats, separadas por 40 metros. Intervinieron Caparrós y Júlia Vallespir.
El porqué de la charla
"Esto no nace de que exista ningún problema. Nace de que como grupo apoyamos de forma implícita a los homosexuales, a las mujeres, a los adolescentes que sufren bullying. Y queremos explicitar ese apoyo", cuenta Caparrós. Sobre todo, precisa: "Esto no es que los ‘castellers’ salgan del armario". Como gay, Caparrós no ha tenido problema alguno en este mundo, cuando en otras esferas sociales conoce experiencias de discriminación, y las ha sufrido en persona.
Como mucho, sostiene, se dan casos de "micromachismo" que están al orden del día en todas partes: el niño que llama “nena” o “marica” a otro para calificarlo de débil. La Colla Castellera Jove de Barcelona guarda una particularidad: es la primera que contó con una comisión de acción positiva, que persigue combatir toda discriminación. Sus integrantes han recibido formación al respecto por parte de especialistas. Caparrós sí plantea un interrogante: ¿por qué en un mundo como el casteller, que ha demostrado ser socialmente avanzado, parece que hay un porcentaje menor de homosexuales que en el conjunto de la sociedad? No plantea tesis malignas, plantea esa duda.
Falta de referentes
“A un adolescente gay le ayuda mucho saber que hay arquitectos gais, castellers gais, futbolistas gais. Están faltos de referentes”, subraya Caparrós. La verdad es que en el mundo del fútbol, por citar el deporte que más seguimiento suscita por parte del público en estos lares, nunca nadie ha dado el paso. Se antoja demasiado peligroso. Cualquier aficionado con cierta edad recuerda el “Míchel, maricón” que atronaba en las gradas contra el jugador del Real Madrid después de que un día intentara descentrar al colombiano Valderrama tocándole los genitales en el área.
“En los ‘castells’ hay mucho contacto, pero es un contacto que nada tiene de sexual”, relata Caparrós, que preguntado por la icónica foto de dos castellers de los Minyons de Terrassa besándose, subraya lo positivo que fue, aunque precisa que ambos eran heterosexuales.
“Don’t ask, don’t tell”
El espíritu del novedoso paso que da la Jove de Barcelona, cuenta Caparrós, responde también a la voluntad de luchar contra la invisibilidad forzada. Para poner un ejemplo a desterrar, cita la doctrina del ‘Don’t ask, don’t tell’ que imperó en el Ejército de los EEUU desde 1993 al 2010, y que fue abolida bajo la presidencia de Barack Obama. Una doctrina que prohibía a un militar revelar su condición de homosexual y a sus superiores hacer averiguaciones al respecto. La norma prohibía servir en las fuerzas armadas a quien no cumpliera con esos requisitos, a quien manifestara su homosexualidad o intentara “mantener prácticas homosexuales”.
La conferencia no es el único punto innovador de la agenda de la Jove de Barcelona. El 17 de mayo, día internacional de la lucha contra la homofobia, la transfobia y la bifobia, el colectivo actuará en la plaza de Orfila, delante de la sede del distrito de Sant Andreu. "Hemos sido etiquetados como la primera ‘colla’ gay friendly. Creo que todas lo son, pero nosotros lo hemos explicitado", afirma con un orgullo visible.
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