miércoles, 9 de mayo de 2018

#hemeroteca #sexismo | El sexismo también se da en colectivos feministas

Imagen: Deia
El sexismo también se da en colectivos feministas.
Un estudio, que contó con mujeres de movimientos sociales, confirma su existencia en contextos activistas.
Carlos Mtz. Orduna | Deia, 2018-05-09
http://www.deia.eus/2018/05/09/sociedad/euskadi/el-sexismo-tambien-se-da-en-colectivos-feministas

Las expresiones sexistas siguen presentes en todos los ámbitos de la vida, incluso en los espacios que hacen suya la causa feminista y se muestran “especialmente proactivos” a la hora de defenderla. Es la principal conclusión de un estudio elaborado por la investigadora vasca Tania Martínez Portugal y becado por el Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde, que nació desde el deseo de su autora de “profundizar” en cómo la violencia machista se reproduce y legitima también en los entornos activistas del territorio, aún siendo abiertamente progresistas, de izquierdas y, como mínimo, de “orientación” feminista.

Su “nexo de unión”, tal y como especificó ayer Martínez Portugal durante la presentación del informe en la sede de Emakunde en Gasteiz, es que todos comparten “un discurso feminista”, bien porque dentro de sus estatutos se consideran organizaciones feministas o son “afines” a sus ideales. La investigadora estuvo acompañada por la directora de la entidad, Izaskun Landaida, quien resumió que este tipo de violencia “no es exclusiva de unos contextos concretos”.

El estudio concluye que, pese a la aparente contradicción, el sexismo también tiene cabida en los movimientos sociales, los sindicatos, los partidos políticos, los medios de comunicación alternativos, las ONGD o los movimientos de okupación y autogestión dada la “persistencia” de “las mismas lógicas” que posibilitan la violencia y su justificación en cualquier otro contexto social y cultural.

Con todo, Martínez Portugal pone el foco también en que existen “ciertas especificidades” en estos espacios, como son la “negación” del sexismo y de la violencia sexista, que producen “una mayor indignación y frustración” por parte de las agredidas, la “jerarquización de las luchas” -que implica que combatir el sexismo quede postergado e incluso relegado al ámbito de lo privado- y la “subjetividad feminista” de las mujeres que los integran.

Martínez Portugal, que asumió la “heterogeneidad” de estos movimientos y el “riesgo de generalización” en que puede incurrirse al elaborar un estudio de estas características, ha reconstruido conjuntamente con mujeres pertenecientes a distintas organizaciones vascas sus narrativas de maltrato.

Todas ellas hablan desde el anonimato, de la misma forma que los colectivos se identifican mediante un epígrafe general. La investigación, que tiene como título ‘Transformando imaginarios sobre violencia sexista en el País Vasco. Narrativas de mujeres activistas’ y ha recibido una de las tres becas que Emakunde concede anualmente a trabajos relacionados con la igualdad, puede descargarse desde la página web del Instituto.

Erradicar la violencia
A la luz de su trabajo, Martínez Portugal resaltó que el hecho de que muchos colectivos y organizaciones se hayan “apropiado” de un discurso feminista como parte de su identidad colectiva y política -bien por “oportunismo” u otros factores- “no implica que haya habido una interiorización a otros niveles” y que dado su carácter estructural la erradicación de la violencia sexista requiere varios cambios de calado: “La erradicación de la violencia sexista requiere cambios que implican la politización de las relaciones interpersonales, la asunción de responsabilidades colectivas, o la generación de nuevos modelos de activismo, entre otros”, según reza el estudio presentado ayer en Gasteiz.

Una de las conclusiones generales alcanzadas por la investigación de Tania Martínez Portugal es la importancia de ampliar el conocimiento sobre las implicaciones y mecanismos del fenómeno de la violencia, cualquiera que sea el escenario en el que se reproduce.

En este sentido, afirma que “una mayor consciencia sobre el funcionamiento y expresiones del maltrato, aumenta las posibilidades de identificarlo y enfrentarlo, bien por parte de las mujeres que lo sufren, bien por parte de la sociedad en su conjunto”.

La propia autora considera en el estudio que “esta investigación nace del convencimiento político de que la transformación de los imaginarios sobre la violencia sexista y la investigación del fenómeno desde una perspectiva feminista son piezas fundamentales en la lucha por la erradicación de la misma”. En esta tarea, el estudio considera que las voces de las mujeres constituyen un recurso esencial para construir teoría y conocimiento.

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