Imagen: El País / Fotograma de 'Gentleman Jack' |
HBO estrena una serie sobre ella coincidiendo con el Día de la Visibilidad Lésbica.
Héctor Llanos Martínez | Verne, El País, 2019-04-26
https://verne.elpais.com/verne/2019/04/24/articulo/1556116010_647059.html
Una iglesia británica, la de la Santísima Trinidad de York, luce desde el verano de 2018 los colores de la bandera LGTBI+ para celebrar la vida de Anne Lister (1791-1840). Considerada la primera lesbiana de nuestro tiempo, allí selló su compromiso con otra mujer en 1834. Su vida, que nunca transcurrió entre las sombras, ha inspirado a la serie británica 'Gentleman Jack'. HBO estrena su primer capítulo coincidiendo con el Día de la Visibilidad Lésbica que se celebra cada 26 de abril.
El cartel que le rendía homenaje en York desvelaba, en más de un sentido, la importancia de la figura de Anne Lister. "Emprendedora de género inconformista. Celebró su compromiso marital, sin reconocimiento legal, con Ann Walker en esta iglesia", decía el texto de la placa. Ni rastro de la palabra "lesbiana".
El tributo se convirtió sin quererlo en un claro ejemplo de cómo la homosexualidad femenina sigue siendo invisible, casi 200 años después del matrimonio no autorizado de Lister.
Una petición online que firmaron miles de personas reclamaba que su sexualidad no quedara oculta entre eufemismos. Y meses después se cumplió su objetivo. La placa conmemorativa modificó su texto.
La vida de Lister podría haber sido muy sencilla. Heredó las tierras de su tío Jamie que le permitían vivir de las rentas. Pero decidió gestionar personalmente el patrimonio familiar por su cuenta, enfrentándose a un mundo de hombres.
Vestida permanentemente de negro, se negó a lucir lazos, motivos florales y demás patrones femeninos mientras triunfaba en los negocios en pleno auge de la Revolución Industrial. Era conocida por sus vecinos como el Caballero Jack.
No ocultó su tendencia sexual y documentó sus experiencias con todo detalle, en un extenso diario de más de cuatro millones de palabras dividido en 26 volúmenes que se ha convertido en un valioso documento histórico conservado por la UNESCO desde 2011. En ellos se descubre a una mujer llena de confianza en sí misma que estudió y viajó todo lo que pudo sin ceder a las presiones de su clase social.
En sus escritos personales relató a lo largo de su vida adulta sus relaciones amorosas con otras mujeres. Reflejaba la pasión que sentía por ellas y la decepción de la ruptura, cuando alguna de sus parejas decidía casarse con un hombre. Hasta que su relación con una rica heredera, Ann Walker, llegó a la iglesia que ahora le rinde homenaje.
Para las partes más explícitas de su intimidad, Lister se inventó un código inspirado en el álgebra y el alfabeto griego. Durante años, nadie leyó esos diarios, hasta que uno sus descendientes descubrió los textos y descifró las partes encriptadas a finales del siglo XIX, décadas después de su muerte.
Una edición resumida de los textos empezó a editarse a finales de los 80 y en estos 30 años se ha convertido en imprescindible para la literatura lésbica.
El cartel que le rendía homenaje en York desvelaba, en más de un sentido, la importancia de la figura de Anne Lister. "Emprendedora de género inconformista. Celebró su compromiso marital, sin reconocimiento legal, con Ann Walker en esta iglesia", decía el texto de la placa. Ni rastro de la palabra "lesbiana".
El tributo se convirtió sin quererlo en un claro ejemplo de cómo la homosexualidad femenina sigue siendo invisible, casi 200 años después del matrimonio no autorizado de Lister.
Una petición online que firmaron miles de personas reclamaba que su sexualidad no quedara oculta entre eufemismos. Y meses después se cumplió su objetivo. La placa conmemorativa modificó su texto.
La vida de Lister podría haber sido muy sencilla. Heredó las tierras de su tío Jamie que le permitían vivir de las rentas. Pero decidió gestionar personalmente el patrimonio familiar por su cuenta, enfrentándose a un mundo de hombres.
Vestida permanentemente de negro, se negó a lucir lazos, motivos florales y demás patrones femeninos mientras triunfaba en los negocios en pleno auge de la Revolución Industrial. Era conocida por sus vecinos como el Caballero Jack.
No ocultó su tendencia sexual y documentó sus experiencias con todo detalle, en un extenso diario de más de cuatro millones de palabras dividido en 26 volúmenes que se ha convertido en un valioso documento histórico conservado por la UNESCO desde 2011. En ellos se descubre a una mujer llena de confianza en sí misma que estudió y viajó todo lo que pudo sin ceder a las presiones de su clase social.
En sus escritos personales relató a lo largo de su vida adulta sus relaciones amorosas con otras mujeres. Reflejaba la pasión que sentía por ellas y la decepción de la ruptura, cuando alguna de sus parejas decidía casarse con un hombre. Hasta que su relación con una rica heredera, Ann Walker, llegó a la iglesia que ahora le rinde homenaje.
Para las partes más explícitas de su intimidad, Lister se inventó un código inspirado en el álgebra y el alfabeto griego. Durante años, nadie leyó esos diarios, hasta que uno sus descendientes descubrió los textos y descifró las partes encriptadas a finales del siglo XIX, décadas después de su muerte.
Una edición resumida de los textos empezó a editarse a finales de los 80 y en estos 30 años se ha convertido en imprescindible para la literatura lésbica.
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