lunes, 29 de abril de 2019

#hemeroteca #feminismo #politica | La movilización feminista, espacio aglutinador contra la derecha

Imagen: El Diario / Manifestación 8M en Madrid
La movilización feminista, espacio aglutinador contra la derecha.
La España del 8M, que habla de pluralidad, de vidas libres de violencia y de dignidad, ha reaccionado ante la extrema derecha. La verdadera resistencia somos las mujeres, las disidencias sexuales, las personas racializadas y migrantes y los grupos étnica y culturalmente diferentes a la hegemonía nacional-católica.
Violeta Assiego | El Diario, 2019-04-29
https://www.eldiario.es/zonacritica/movilizacion-feminista-espacio-aglutinador-derecha_6_893870643.html

Es indudable que el movimiento feminista, capaz de sacar a la calle a cientos de miles de personas y estar presente en el discurso mediático y social como no lo había estado antes en otras elecciones generales, ha sido pieza clave para frenar a la derecha reaccionaria que cuestiona los derechos fundamentales. No solo los de las mujeres. En su cruzada de odio y rechazo, también las personas LGTBI y la población migrante han sufrido el ataque de la familia política de Abascal. Vox tiene ansia por derogar todo lo que huela a derechos humanos y libertad porque, según propias palabras, atenta contra España y la familia tradicional. La formación de extrema derecha señala como totalitarismos las ideologías de casi la mitad de la población para cuestionar su legitimidad y defender que lo bueno es lo suyo, que debe prevalecer lo que ha votado uno de cada diez.

En medio de este fuego abierto ha sido el ataque al feminismo una de las banderas que los de Abascal han querido ondear con más fuerza y de forma más desafiante, tratando de arraigar en la opinión pública los bulos y las mentiras que difunden sobre lo que ellos llaman las 'leyes de género'. Según un sondeo de Metroscopia en el mes de marzo, el 38% de la ciudadanía cree que hay muchas más denuncias falsas de las que habitualmente se dice y el 44% que la Ley Integral de Violencia de Género desprotege a los hombres. Es este un nicho de votantes en bruto a los ojos de Vox.

Sin embargo, no contaba la formación de ultraderecha con que en España el feminismo del 8M, heredero en sus dinámicas y su cultura democrática del 15M, no solo se articula en torno a las violencias machistas y sexuales que sufrimos las mujeres, sino que también habla de la precariedad, de sanidad pública, de dependencia, de cuidados, de educación pública, de empleadas domésticas, de fronteras, de diversidad familiar, del mundo rural, de las pensiones, de la expulsión de nuestras viviendas... En definitiva, de cómo se amenaza a la sostenibilidad de la vida cuando las ideas reaccionarias como las de Vox atacan los cuerpos y la libertad de las personas.

No se trata de 'voto femenino' ni de cómo han votado las mujeres en estas generales, algo que, a la espera de encuestas postelectorales, todavía no podemos aventurar. Se trata de un movimiento feminista aglutinador con el que no contaban; de una España del 8M que habla de pluralidad, de vidas libres de violencia y de dignidad y que ha reaccionado ante la extrema derecha. Un feminismo de feminismos en el que confluyen las movilizaciones ciudadanas que reconocen la injusticia que representa que decenas de miles de mujeres, adolescentes y niñas sean atravesadas cada día por la desigualdad, la violencia, la pobreza, el clasismo, el racismo y la exclusión de una vida digna.

Es este feminismo en proceso de alcanzar sus metas el que le ha prestado su voto a las formaciones de izquierda para parar a las derechas. Pero el mensaje es claro: este espacio aglutinador quiere algo más que frenar la involución, quiere que se cambie un sistema que es injusto, hetero normativo y patriarcal porque perpetúa la violencia cotidiana, la esclavitud, la discriminación y la exclusión de la mayoría de la población, de las mujeres, pero también de sus familias. Perpetúa el machismo que representa la derecha en su versión no solo tradicional sino también liberal. Un machismo que se olvida de las personas para hacerlas fluctuar bajo los intereses de los mercados, cuando no de las religiones que perdonan sus pecados a las élites que vulneran los derechos humanos en sus juegos de egos y poder.

La verdadera resistencia somos las mujeres, las disidencias sexuales, las personas racializadas y migrantes y los grupos étnica y culturalmente diferentes a la hegemonía nacional-católica. Somos la verdadera resistencia porque tras siglos de violencia y abusos logramos que sean las luchas pacíficas y los votos los que nos terminen dando la razón. Por eso, el feminismo del 8M ha frenado esta vez a Vox.

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