martes, 23 de diciembre de 2014

#hemeroteca #educacion | El éxito de las pedagogías feministas

Imagen: Tabakalera
El éxito de las pedagogías feministas
Tabakalera · Hezkuntza, 2014-12-23
http://www.tabakalera.eu/hezkuntza/es/2014/12/23/pedagogia-feministen-arrakasta/

En el marco de Feministaldia 2014, bajo el título de la novena edición del festival, "Cultura Monster", organizamos desde Tabakalera la mesa que abrió la jornada del sábado 20 de diciembre. A ella invitamos a Mari Luz Esteban y R. Lucas Platero, quienes abordaron desde su práctica como docentes y desde sus fundamentos teóricos lo que entienden por pedagogías queer. La sala de Sukaldea se nos quedó pequeña y empezamos con cierto retraso, pero ni la incomodidad de tener que cambiar de sala en el último momento, ni el extremo calor que allí se fue acumulando, hicieron que los ánimos de las ponentes y asistentes decayeran.

De entre todo lo que se habló en esa mesa, destacaríamos algunos de los apuntes que lanzaron Mari Luz y Lucas, que nos sirven para empezar a dibujar eso que entendemos por pedagogías feministas.

Mari Luz propuso la noción de ‘Aprendizaje encarnado’, es decir, la idea de que no sólo se aprende a partir del ‘qué’, de los temas que se enseñan, sino que el ‘cómo’ hay que tenerlo forzosamente en cuenta en todo proceso educativo, y más cuando hablamos de pedagogía feminista. Aprendemos en tanto que cuerpos, y eso quiere decir que dentro de un proceso pedagógico, no sólo cuenta lo que se dice sino el modo en que se dice, la forma de comportarnos en el aula…

Citando a Eve Kosofsky Sedwick, Mari Luz Esteban distinguió entre “conocer”, “saber” y “darse cuenta” como tres conceptos bien distintos entre sí. No es lo mismo saber algo o darse cuenta de ello; en términos de consciencia, interiorizar algo dándonos cuenta, difiere del saber entendido como cosa plana, estanca. Por eso, darse cuenta de las cosas puede requerir de un proceso más largo en el tiempo que saberlas.

Entre otras cuestiones, Esteban también abordó la noción de deseo en línea con lo que proponen Deleuze y Guattari. El deseo como algo que va más allá de lo sexual y que se entiende como agencia. A partir de esta idea se centró en la vergüenza como elemento discapacitador. Admitiendo que adoptar la posición de profesora pasa por enfrentarse a la vergüenza, Mari Luz Esteban hizo un llamamiento a politizar este sentimiento para evidenciar que efectivamente la vergüenza es un mecanismo de control.

Lucas Platero por su parte se centró en el cruce entre su práctica como profesor de secundaria y sus últimos trabajos de investigación que se pueden conocer en su último libro “Trans*exualidades. Acompañamiento, factores de salud y recursos educativos” (Bellaterra, 2014).

Lucas comenzaba su presentación haciendo alusión a la hipervigilancia e hiperalerta que se ejerce sobre el docente queer en tanto que profesor que no se ajusta a las normas establecidas en la escuela, uno de los espacios disciplinarios por excelencia. Además, citando a Frank Galarte, apelaba a la idea de las pedagogías trans (transpedagogies) como las que “deberían ofrecer al alumnado las herramientas que necesitan para participar en las estructuras de poder, aquellas que moldean las barreras sobre las categorías de género, con el objetivo de cambiar tales estructuras, de manera que puedan obtener más libertad”.

Por ello, Lucas Platero abogó por apostar por una pedagogía Trans*formadora que ofrezca la posibilidad de experimentar quiénes somos, de respetar los procesos de autoexploración y formación, capaces de fomentar la curiosidad y las conversaciones abiertas. Las pedagogías trans*formadoras son aquéllas que muestran la diversidad de opciones y que desafían la idea preconcebida de que las y los jóvenes (y muy jóvenes) son incapaces de hablar de género o de las diferencias. Lucas proponía que abordar estas cuestiones no pasa necesariamente por hablar de sexualidad con niñas y niños, sino que a través de ejemplos más sencillos (ser o sentirse diferente al resto del grupo, por ejemplo) se puede perfectamente trabajar la idea de no responder a la norma, y se puede resignificar el sentimiento de exclusión.

Así, resaltó la necesidad de que en la educación hacen falta los momentos incómodos porque a partir de ellos se abren los espacios para que el aprendizaje suceda, y planteaba que aprender es un ejercicio necesariamente peligroso, pero a través del humor se puede desplazar el miedo sustituyéndolo por curiosidad.

Desde sus posiciones, Mari Luz y Lucas también resaltaron algunas de las problemáticas a las que se enfrentan en el día a día, poniendo el acento en que no se trata de un trabajo fácil y siempre satisfactorio, pero quedó claro que desde esa posición incómoda, a veces paralizante e incluso peligrosa, se pueden abrir “otros posibles” que colaboren en ofrecer herramientas disidentes dentro de la enseñanza.
DOCUMENTACIÓN
Tabakalera | Pedagogías queer

http://www.tabakalera.eu/es/programa/pedagogias-queer/ 

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