Imagen: El Mundo |
A sus 38 años, ha ganado en las urnas de la ciudad de Slupsk. Lech Walesa no ha dejado de atacarle, sin embargo Biedrom dice admirar al viejo político. Su ejemplo ha abierto la veda. Otros políticos están saliendo del armario.
Rosalía Sánchez | El Mundo, 2014-12-13
http://www.elmundo.es/loc/2014/12/13/548b1bc222601d38208b457a.html
Robert Biedron ya hizo historia en Polonia, cuando se convirtió en el primer parlamentario abiertamente homosexual en 2011. Y ahora ha obtenido por sorpresa la mayoría de los votos para convertirse en alcalde de la ciudad de Slupsk y, sumados los dos éxitos con sólo 38 años, parece claro que el carismático defensor de los derechos de los homosexuales ha llegado para quedarse.
Su entrada en el parlamento dio lugar a una agria polémica cuando el histórico líder sindical Lech Walesa reaccionó afirmando que "ninguna minoría debería pasar por encima de la mayoría" y que "los homosexuales deberían sentarse incluso detrás un muro y no en la primera fila" del Parlamento. Walesa fue denunciado ante la fiscalía por el conservador Ryzsard Nowak acusado de promover el odio por las minorías sexuales. La reacción de Biedron, en cambio, fue muy distinta. "Walesa ha sido siempre para mí un héroe. Sueño con poder sentarme junto a él, reunirme con él y hablar con calma sobre esas declaraciones", dijo entonces, "intuyo que Walesa no se da cuenta en qué tipo de sociedad vivimos ahora. Walesa se extravió en algún lugar, pero todos somos recuperables", dijo.
¿Quién es?
Pero ¿quién es este Robert Biedron que está removiendo los cimientos de la ultraconservadora Polonia? Comenzó a hacerse popular en 2004, durante las marchas de protesta por los derechos de los gays, en un momento en que la homosexualidad seguía siendo un tabú en ese país. "En los últimos 10 años Polonia ha aprendido un gran lección de tolerancia", decía hace apenas tres días el mismo Biedron en una entrevista con la agencia France Press, "así que soy muy optimista y feliz con el futuro que nos espera".
Ese optimismo que está paulatinamente sustituyendo al victimismo es parte de lo que los medios de comunicación polacos llaman el efecto Biedron y que ha tenido como consecuencia que un número récord de candidatos se hayan declarado homosexuales durante la campaña a las recientes elecciones municipales. Eran en su mayoría jóvenes y candidatos por primera vez. Los resultados obtenidos, salvo la excepción Biedron, dejan entrever que todavía tienen un largo camino por recorrer y han sido objeto de mofa por parte de sus adversarios políticos, pero el síntoma de cambio no lo discute nadie.
Insultos homófobos
"Son personas que han mostrado un enorme valor, en mi opinión, y la sociedad terminará reconociéndolo", dice Mariusz Kurc, editor de la revista gay polaca Replika, que cree que hay muchos más políticos homosexuales en Polonia que siguen ocultando su identidad sexual. En la campaña electoral de 2011, Replika ofreció su página de Facebook para que a través de ella los candidatos salieran del armario, pero ninguno respondió a esa llamada. En la actual campaña han sido 20 los que han respondido. Una de ellos ha sido Joanna Erbel, en Varsovia, que reconoció su bisexualidad cuatro días antes de la primera ronda del 16 de noviembre y obtuvo para el Partido Verde menos del 3% de los votos.
Biedron, por su parte, se presentaba con una candidatura independiente y, al margen de su orientación sexual, ha recibido apoyos mediáticos considerables basados en su potencial político. La revista 'Polityka', por ejemplo, lo ha nombrado uno de los mejores legisladores del país este año. Su llegada a la alcaldía de Slupsk pondrá a prueba ese talento, puesto que se pone al frente de uno de los ayuntamientos más endeudados de Polonia y se ha comprometido a limpiar las cuentas a base de eliminar corruptelas y revivir su moribunda economía con inversiones en energías verdes.
Además de homosexual, Biedron es un convencido de la austeridad y lo primero que ha hecho ha sido renunciar al tradicional uso del coche oficial de de lujo que corresponde al cargo de alcalde, junto con el correspondiente chófer y espacio de aparcamiento. En su primera jornada de trabajo ha ido hasta el ayuntamiento en bicicleta, su transporte habitual. Y ha prometido que seguirá hablando con la gente en la calle. Durante la campaña, visitó incluso un partido de fútbol para repartir folletos de propaganda y fue increpado con insultos homófobos. El día de las votaciones, uno de los que le gritaron aquel día le abordó a la puerta del colegio electoral para decirle: "De los ocho candidatos usted era el último al que queríamos ver allí, pero fue el único que se acercó a hablar con nosotros, por eso le he votado".
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