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| Imagen: El Diario |
Otro 17 de Mayo, esta vez del 2015, y todavía andamos así, recordando el día en el que la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de su lista de trastornos mentales.
Maria Apellaniz y Urtzi Ostolozaga · Miembros de LAB | Naiz, Gara, 2015-05-16
http://www.naiz.eus/es/iritzia/articulos/la-homofobia-contamina-el-ambiente-en-el-trabajo
Aunque no hay duda de que aquello fue un gran logro, vivimos en una época en la que la transexualidad se considera enfermedad y en la que todavía en más de 50 países, incluída Europa y con el aval de la “justicia”, se prohíbe donar sangre a los homosexuales hombres.
Vivimos en una sociedad en la que los delitos de odio aumentan cada día. Son delitos contra migrantes, personas con diversidad funcional o personas de distintas condiciones sexuales. Además el poder lo fomenta, y lo fomenta cada vez más utilizando todos los medios que tiene a su alcance, porque necesita de opresores y de oprimidos. Es la filosofía y la forma de hacer del capitalismo.
Los centros de trabajo son un reflejo claro de la sociedad en la que vivimos, y en ellos también se dan este tipo de situaciones de discriminación y acoso. Los centros de trabajo empapados de precariedad, inestabilidad laboral, de reformas laborales y recortes, son también lugares que ahogan nuestra personalidad: todo presiona para que ocultemos nuestras identidades sexuales con un gran coste personal y social.
La homofobia contamina el ambiente en el trabajo y afecta a la salud y a las relaciones de las personas. Para las militantes de LAB las claves para darle la vuelta a esta situación una vez más son la lucha común y la solidaridad. Nosotras no admitimos ninguna discriminación por cuestiones de género u orientación sexual. No hace falta que nos tolere nadie, y menos esta sociedad hipócrita. Somos nosotras y nosotros quienes no toleraremos ninguna agresión, ninguna discriminación ni en la calle, ni en los centros de estudio ni en el trabajo. Y no toleraremos que las y los currelas no puedan expresarse tal cual son con libertad ante sus compañeras, clientas, pacientes...
Los centros de trabajo se han convertido en grandes armarios. Lo han sido y lo son aún más en estos tiempos de ofensiva patronal. Tiempos de chantaje, presión, amenaza de paro, despidos. Tiempos donde la reforma laboral se pone del lado del poder empresarial para que éste pueda eliminar derechos, reducir salarios, acabar con los convenios sectoriales y debilitarnos en las empresas. Y la intención de quien ha diseñado este nuevo panorama, es que estos tiempos vengan para quedarse, pero nosotras no estamos por la labor, y conseguiremos que no sea así.
Pero no se trata de la empresa privada únicamente, la administración pública no tiene mecanismo alguno para prevenir la homofobia entre sus empleadas. Los departamentos de Empleo de los Gobiernos de Iruñea y Gasteiz no han echo absolutamente nada, no han dado a conocer la discriminación por diversidad afectivo-sexual; no ha habido labor de sensibilización y de impulso de herramientas de apoyo en situaciones de discriminación por orientación o identidad sexual.
Si había freno para pedir prestaciones y permisos al igual que las personas heterosexuales, ahora se busca que haya más. El riesgo de sufrir situaciones de acoso o discriminación por motivo de sexo o género en los centros de trabajo funciona como un potente mecanismo de control y sumisión al poder empresarial.
LAB se comprometió ya hace muchos años con la libertad sexual, y por todo lo mencionado, nos disponemos a dar un paso más en esta pelea. Esta vez, después de haber llevado la guía que presentamos el 28J del curso pasado a los centros de trabajo, presentamos este protocolo. Como una nueva herramienta en manos de las trabajadoras y trabajadores para hacer frente a la discriminación y el acoso homofóbico en las empresas. Un protocolo para la sensibilización, para la prevención y para la acción.
El objetivo del protocolo de LAB es la desaparición de las agresiones. Pretendemos denunciar cada caso, y poner medidas concretas para que nunca más se repitan. El protocolo servirá para sensibilizar, ya que el acoso es labor de unos pocos, pero cuenta con la vista gorda de la mayoría, y terminar con esa realidad es una urgencia. Es necesario que de una vez por todas la diversidad sexual deje de ser invisible y se convierta en libertad de opción sexual.
El nuevo modelo sindical que estamos repensando en LAB, tiene que recoger obligatoriamente la lucha a favor de la libertad y las diversidades sexuales y la lucha contra cualquier ataque a los derechos de las personas.
Tenemos la firme convicción de seguir el camino que hemos comenzado. Aún más viendo que el capital se empeña sin descanso en negar y mermar nuestros derechos, y le esta dando frutos. Por lo tanto, estamos en la obligación de reforzar esta lucha, seguir profundizando en las alianzas creadas y buscar nuevas alianzas con el resto de sindicatos y movimientos sociales.
Vivimos en una sociedad en la que los delitos de odio aumentan cada día. Son delitos contra migrantes, personas con diversidad funcional o personas de distintas condiciones sexuales. Además el poder lo fomenta, y lo fomenta cada vez más utilizando todos los medios que tiene a su alcance, porque necesita de opresores y de oprimidos. Es la filosofía y la forma de hacer del capitalismo.
Los centros de trabajo son un reflejo claro de la sociedad en la que vivimos, y en ellos también se dan este tipo de situaciones de discriminación y acoso. Los centros de trabajo empapados de precariedad, inestabilidad laboral, de reformas laborales y recortes, son también lugares que ahogan nuestra personalidad: todo presiona para que ocultemos nuestras identidades sexuales con un gran coste personal y social.
La homofobia contamina el ambiente en el trabajo y afecta a la salud y a las relaciones de las personas. Para las militantes de LAB las claves para darle la vuelta a esta situación una vez más son la lucha común y la solidaridad. Nosotras no admitimos ninguna discriminación por cuestiones de género u orientación sexual. No hace falta que nos tolere nadie, y menos esta sociedad hipócrita. Somos nosotras y nosotros quienes no toleraremos ninguna agresión, ninguna discriminación ni en la calle, ni en los centros de estudio ni en el trabajo. Y no toleraremos que las y los currelas no puedan expresarse tal cual son con libertad ante sus compañeras, clientas, pacientes...
Los centros de trabajo se han convertido en grandes armarios. Lo han sido y lo son aún más en estos tiempos de ofensiva patronal. Tiempos de chantaje, presión, amenaza de paro, despidos. Tiempos donde la reforma laboral se pone del lado del poder empresarial para que éste pueda eliminar derechos, reducir salarios, acabar con los convenios sectoriales y debilitarnos en las empresas. Y la intención de quien ha diseñado este nuevo panorama, es que estos tiempos vengan para quedarse, pero nosotras no estamos por la labor, y conseguiremos que no sea así.
Pero no se trata de la empresa privada únicamente, la administración pública no tiene mecanismo alguno para prevenir la homofobia entre sus empleadas. Los departamentos de Empleo de los Gobiernos de Iruñea y Gasteiz no han echo absolutamente nada, no han dado a conocer la discriminación por diversidad afectivo-sexual; no ha habido labor de sensibilización y de impulso de herramientas de apoyo en situaciones de discriminación por orientación o identidad sexual.
Si había freno para pedir prestaciones y permisos al igual que las personas heterosexuales, ahora se busca que haya más. El riesgo de sufrir situaciones de acoso o discriminación por motivo de sexo o género en los centros de trabajo funciona como un potente mecanismo de control y sumisión al poder empresarial.
LAB se comprometió ya hace muchos años con la libertad sexual, y por todo lo mencionado, nos disponemos a dar un paso más en esta pelea. Esta vez, después de haber llevado la guía que presentamos el 28J del curso pasado a los centros de trabajo, presentamos este protocolo. Como una nueva herramienta en manos de las trabajadoras y trabajadores para hacer frente a la discriminación y el acoso homofóbico en las empresas. Un protocolo para la sensibilización, para la prevención y para la acción.
El objetivo del protocolo de LAB es la desaparición de las agresiones. Pretendemos denunciar cada caso, y poner medidas concretas para que nunca más se repitan. El protocolo servirá para sensibilizar, ya que el acoso es labor de unos pocos, pero cuenta con la vista gorda de la mayoría, y terminar con esa realidad es una urgencia. Es necesario que de una vez por todas la diversidad sexual deje de ser invisible y se convierta en libertad de opción sexual.
El nuevo modelo sindical que estamos repensando en LAB, tiene que recoger obligatoriamente la lucha a favor de la libertad y las diversidades sexuales y la lucha contra cualquier ataque a los derechos de las personas.
Tenemos la firme convicción de seguir el camino que hemos comenzado. Aún más viendo que el capital se empeña sin descanso en negar y mermar nuestros derechos, y le esta dando frutos. Por lo tanto, estamos en la obligación de reforzar esta lucha, seguir profundizando en las alianzas creadas y buscar nuevas alianzas con el resto de sindicatos y movimientos sociales.
Y TAMBIÉN…
Una guía para “concienciar" sobre la homofobia en el trabajo
El sindicato LAB presenta la guía 'Demos un paso frente a la homofobia en los centros de trabajo' para denunciar la discriminación laboral derivada del "no respeto" a la orientación sexual. Recriminan la "hostilidad" del mundo laboral y la "gran pasividad" de las administraciones para hacer frente a las discriminaciones por opción sexual.
Laura Murillo Rubio | El Diario, 2014-06-24
http://www.eldiario.es/norte/concienciar-empoderar-poblacion-homofobia-trabajo_0_274372854.html
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