domingo, 5 de noviembre de 2017

#hemeroteca #sexismo | Los estereotipos sobre cómo deben actuar mujeres y varones siguen intactos

Imagen: Perfil
Los estereotipos sobre cómo deben actuar mujeres y varones siguen intactos.
Asó lo revela un estudio hecho en 15 países. Tradición machista.
Andrea Gentil | Perfil, 2017-11-05
http://noticias.perfil.com/2017/11/05/los-estereotipos-sobre-como-deben-actuar-mujeres-y-varones-siguen-intactos/

Yo siempre cruzaba las piernas cuando estaba comiendo. Entonces, mi padre se sentó a mi lado y me dijo que no debería hacer eso fuera de casa: no son modales para una buena chica, me dijo. Cuando pregunté por qué mi hermano más grande sí podía hacerlo y yo no, la respuesta fue terminante: Porque usted es una niña. ¿Este diálogo parece anticuado? Aunque parezca mentira, es un relato actual, hecho por una niña china de once años al comentar por qué cree que las nenas tienen que tener los modos de una princesa, mientras que los varones deben exhibir la virilidad de los plebeyos. De lo contrario, ellas corren el riesgo de avergonzar a la familia entera.

La entrevista es parte de un estudio hecho con 900 niñas y niños de entre diez y catorce años, en quince países que viven economías y culturas muy diferentes: además de China, figuran Estados Unidos Bolivia y Ecuador, por ejemplo. Conducido por investigadores de la Universidad Johns Hopkins y financiado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trabajo concluyó que los rótulos tradicionales de género continúan en pie en pleno siglo XXI, y que son inculcados en los chicos, sin importar su origen socioeconómico.

La investigación comprueba que las niñas son víctimas del machismo, pero también muestra que los niños sufren con esa presión social.

De acuerdo con el pediatra estadounidense Robert Blum, director del Instituto de Salud Urbana del Johns Hopkins y responsable del estudio, la franja etaria escogida para la investigación refleja el momento en el que los niños y niñas entienden que están creciendo, al mismo tiempo que no es tarde para evitar problemas causados por la idea de mujer como “bella, recatada y del hogar” y del hombre como “fuerte y proveedor”.

“Existe el mito de que los estereotipos no existen en los países desarrollados, pero con este estudio mostramos que eso no es verdad. Cada uno tiene sus características propias, pero es un fenómeno global”, explica Blum.

La investigación toma a chicos de estas edades por razones muy definidas: “El período que va de los 10 a los 14 años es uno de los más críticos en el desarrollo humano, y a pesar de eso sigue siendo una de las etapas de la vida menos comprendida. Mientras los procesos biológicos son universales, los contextos sociales dentro de los cuales ocurren varían considerablemente. Durante esta transición, se espera que los jóvenes asuman roles de género definidos que son los que darán forma a su salud sexual y reproductiva en el futuro”, reflexionan los investigadores.

Cadenas modernas
“Ya sea que sean niños y niñas que viven en Baltimore, Beijing o Nueva Delhi, el inicio de la adolescencia desencadena un conjunto sorprendentemente común de expectativas de género rígidamente impuestas que están vinculadas a mayores riesgos de todo tipo a lo largo de la vida de todo, desde HIV y depresión hasta violencia y suicidio”, explica el documento científico.

A lo largo del trabajo, hecho entre los años 2011 y 2016, los investigadores detectaron cinco discursos dominantes: las niñas son vulnerables y los niños son fuertes; las chicas, al llegar a la pubertad, ya estarían listas sexualmente; las niñas deben cubrir el cuerpo y evitar salir de casa; los varones son sinónimos de problemas; las chicas perciben cuando sus amigas y compañeras violan los clásicos estereotipos de género.

“Descubrimos que ya a muy temprana edad los niños y las niñas, tanto en las sociedades más conservadoras como en las más liberales, internalizan rápidamente el mito de que las niñas son vulnerables y los niños fuertes e independientes”, resume Blum. Y agrega: “Este mensaje está siendo constantemente reforzado en casi cada lugar y actividad por hermanos, compañeros de clase, maestros, padres, tutores, parientes, religiosos, entrenadores”.

Los investigadores encontraron niños en Nueva Delhi y Shanghái que hablaron de ser alentados a pasar tiempo fuera del hogar en una exploración sin supervisión de su entorno, mientras que las niñas dijeron que la recomendación era que se quedaran en casa y que hicieran las tareas domésticas. Las muchachas y los niños de ambas ciudades informaron haber sido sometidos a golpes o maltrato psicológico si intentaban cruzar esa línea divisoria de roles. En todas las ciudades menos en Edimburgo (Escocia) tanto los niños como las niñas tenían claro que era el niño el que tenía que tomar la iniciativa en cualquier relación. En todos los entornos, las jóvenes informaron un énfasis constante en su apariencia física y sus cuerpos como su activo clave.

“En Nueva Delhi, las chicas hablaron sobre sus cuerpos como un gran riesgo que necesita ser cubierto, mientras que en Baltimore ellas nos dijeron que su principal activo eran sus cuerpos y que tenían que verse atractivas, aunque tampoco demasiado”, explica Kristin Mmari, una de las investigadoras jefas que dirige el estudio. “Durante la adolescencia, el mundo se expande para los niños y se contrae para las niñas”, resume.

Según Blum, la investigación aborda las consecuencias, en términos de salud pública, de la recurrencia de los estereotipos. La noción de sumisión femenina delante del hombre daría margen para la violencia machista, resultando por ejemplo en índices mayores de embarazo adolescente.

En el caso del universo masculino, en el año 2014 un 86% de las víctimas de homicidio en los Estados Unidos con edad entre 10 y 24 años fueron hombres, y en 2015 un 28% de los chicos de entre 9 a 12 años habían participado en algún tipo de confrontación física, todo por que se les enseñan que deben ser viriles.

Blum alerta sobre el hecho de que, en todos los países estudiados, los niños y niñas que se escapan de los modelos preestablecidos tienden a sufrir bullying. “Con la aplicación de leyes que prohíban los abusos físicos, sexuales y psicológicos, políticas educacionales y programas que incentiven la igualdad de géneros será posible cambiar los valores de las próximas generaciones”.

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