Imagen: El País |
El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, formaliza su unión con el arquitecto belga Gauthier Destenay
Belén Domínguez Cebrián | El País, 2015-05-15
http://elpais.com/elpais/2015/05/15/estilo/1431696309_279963.html
Es la boda del año. O al menos para este pequeño país de medio millón de habitantes: Luxemburgo. El primer ministro, Xavier Bettel, se ha casado este viernes con su pareja de hecho desde 2010, el arquitecto belga Gauthier Destenay, en lo que es una de las primeras bodas homosexuales en el Gran Ducado, pues el pasado junio el Parlamento aprobó —por 56 votos a favor y tan solo cuatro en contra— la unión legal entre personas del mismo sexo, pero no fue hasta el 1 de enero de este 2015 cuando se llevó a la práctica.
Así pues, Bettel, de 42 años, predicó este viernes con el ejemplo y se casó —en una ceremonia íntima a primera hora de la tarde, según su familia— haciendo uso de la ley que él mismo promovió desde su cargo político. A pesar de las expectativas que ha generado este enlace, poco se saboreó del evento pues “su vida [del primer ministro] privada no es noticia de cara a la población”, avanzaban días atrás fuentes cercanas a la pareja al diario luxemburgués "Tageblatt". De hecho, Bettel rechazó ofertas —presumiblemente millonarias— de revistas de todo el mundo para cubrir el enlace matrimonial que, según algunas filtraciones a la prensa, se produjo en el Ayuntamiento del Gran Ducado, en el centro histórico de la ciudad.
Nada de eso importó demasiado, pues la prensa internacional lleva toda la semana hablando de la boda llevándose por delante la “discreción” que reclamaban los protagonistas. Grandes publicaciones de todo el mundo —británicas, francesas, italianas, españolas, estadounidenses, húngaras...— llevan días haciéndose eco de esta boda que parece tiene todos los ingredientes para resultar de interés popular: amor, política y homosexualidad.
La página del primer ministro en Twitter aparece este viernes más personal que profesional. Una foto romántica de ambos contrayentes mirándose fijamente a los ojos copa la atención de cualquier visitante a su perfil. Las páginas webs de agrupaciones homosexuales de parte del mundo se hicieron también eco de la buena nueva.
Y es que no se trata de una boda homosexual más —pues son 18 los países que han reformado la ley para permitir la unión entre personas del mismo sexo en todo el mundo, según "Freedom To Marry" (Libertad para casarse), una asociación en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo—. Es el cargo de Bettel lo que lo hace tan excepcional. Se trata del jefe de un gobierno que celebra un matrimonio gay en pleno ejercicio de sus funciones en uno de los 28 países que conforman la Unión Europea. Junto con la expresidenta de Islandia -que no forma parte de la UE-, Jóhanna Sigurðardóttir, —que contrajo matrimonio con su pareja, también mujer, durante su mandato en 2010— y el ex primer ministro de Bélgica, Elio Di Rupo, el de Luxemburgo es ahora el tercer dirigente del Viejo Continente en haberse declarado abiertamente gay. Y, además, el segundo en el Gobierno de Bettel, Etienne Schneider, también se ha declarado homosexual, algo que según los tabloides locales indica que la sociedad "está cambiando" en este pequeño territorio profundamente católico y con una sociedad más bien conservadora.
Bettel salió del armario antes de suceder en 2013 al actual presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, como primera autoridad política del Gran Ducado. Por aquel entonces, era el alcalde de la capital y acudió a un programa de radio donde le pidió al técnico que hiciese sonar una de sus canciones favoritas: "The Power of Love", de Frankie Goes to Hollywood, una banda de pop homosexual. “Tengo solo una vida, y no la quiero esconder”, dijo el ahora primer ministro en una entrevista con Los Ángeles Times. Bettel ya adelantó al diario californiano el año pasado su compromiso con el belga: “Él me preguntó si quería casarme y yo respondí que sí”, señaló ilusionado.
Tras el enlace de este viernes, sin embargo, no habrá la tradicional luna de miel pues el primer ministro deberá viajar la semana próxima a Astaná, la capital de Kazajistán, donde participará en un foro económico. Además, Luxemburgo acogerá desde el próximo 1 de julio —y durante seis meses— la presidencia rotatoria de la UE, para lo cual Bettel debe estar a punto.
Los protagonistas
Los orígenes de Xavier Bettel son variados. Ninguno de sus cuatro abuelos compartía nacionalidad. Así pues, la sangre que corre por las venas del que es hoy primer ministro de Luxemburgo es rusa, polaca, francesa y luxemburguesa.
Bettel creció en Bonnevoie, un barrio de unos 15.000 habitantes al sureste de la capital del Gran Ducado. Durante su adolescencia, el duro golpe de la muerte de su padre le forzó a ayudar a su madre con el negocio familiar: la producción de vino.
Bettel, sin embargo, nunca dejó de interesarse por la política y desde los 18 años formó parte de —y también presidió— las Juventudes Democráticas. Llegó a formar parte del Parlamento con tan solo 26 años y en 2013 sucedió a Jean-Claude Juncker como primer ministro del Gran Ducado.
Muy poco se conoce del que desde este viernes es el esposo de Bettel. Gauthier Destenay es un arquitecto belga que, según la prensa local, trabaja en la compañía A3. Es natural de Arlon, una provincia valona colindante con Luxemburgo. Es precisamente en esta zona donde, según las filtraciones a la prensa no confirmadas de manera oficial, se celebrará la recepción que sigue a la ceremonia.
Así pues, Bettel, de 42 años, predicó este viernes con el ejemplo y se casó —en una ceremonia íntima a primera hora de la tarde, según su familia— haciendo uso de la ley que él mismo promovió desde su cargo político. A pesar de las expectativas que ha generado este enlace, poco se saboreó del evento pues “su vida [del primer ministro] privada no es noticia de cara a la población”, avanzaban días atrás fuentes cercanas a la pareja al diario luxemburgués "Tageblatt". De hecho, Bettel rechazó ofertas —presumiblemente millonarias— de revistas de todo el mundo para cubrir el enlace matrimonial que, según algunas filtraciones a la prensa, se produjo en el Ayuntamiento del Gran Ducado, en el centro histórico de la ciudad.
Nada de eso importó demasiado, pues la prensa internacional lleva toda la semana hablando de la boda llevándose por delante la “discreción” que reclamaban los protagonistas. Grandes publicaciones de todo el mundo —británicas, francesas, italianas, españolas, estadounidenses, húngaras...— llevan días haciéndose eco de esta boda que parece tiene todos los ingredientes para resultar de interés popular: amor, política y homosexualidad.
La página del primer ministro en Twitter aparece este viernes más personal que profesional. Una foto romántica de ambos contrayentes mirándose fijamente a los ojos copa la atención de cualquier visitante a su perfil. Las páginas webs de agrupaciones homosexuales de parte del mundo se hicieron también eco de la buena nueva.
Y es que no se trata de una boda homosexual más —pues son 18 los países que han reformado la ley para permitir la unión entre personas del mismo sexo en todo el mundo, según "Freedom To Marry" (Libertad para casarse), una asociación en favor del matrimonio entre personas del mismo sexo—. Es el cargo de Bettel lo que lo hace tan excepcional. Se trata del jefe de un gobierno que celebra un matrimonio gay en pleno ejercicio de sus funciones en uno de los 28 países que conforman la Unión Europea. Junto con la expresidenta de Islandia -que no forma parte de la UE-, Jóhanna Sigurðardóttir, —que contrajo matrimonio con su pareja, también mujer, durante su mandato en 2010— y el ex primer ministro de Bélgica, Elio Di Rupo, el de Luxemburgo es ahora el tercer dirigente del Viejo Continente en haberse declarado abiertamente gay. Y, además, el segundo en el Gobierno de Bettel, Etienne Schneider, también se ha declarado homosexual, algo que según los tabloides locales indica que la sociedad "está cambiando" en este pequeño territorio profundamente católico y con una sociedad más bien conservadora.
Bettel salió del armario antes de suceder en 2013 al actual presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, como primera autoridad política del Gran Ducado. Por aquel entonces, era el alcalde de la capital y acudió a un programa de radio donde le pidió al técnico que hiciese sonar una de sus canciones favoritas: "The Power of Love", de Frankie Goes to Hollywood, una banda de pop homosexual. “Tengo solo una vida, y no la quiero esconder”, dijo el ahora primer ministro en una entrevista con Los Ángeles Times. Bettel ya adelantó al diario californiano el año pasado su compromiso con el belga: “Él me preguntó si quería casarme y yo respondí que sí”, señaló ilusionado.
Tras el enlace de este viernes, sin embargo, no habrá la tradicional luna de miel pues el primer ministro deberá viajar la semana próxima a Astaná, la capital de Kazajistán, donde participará en un foro económico. Además, Luxemburgo acogerá desde el próximo 1 de julio —y durante seis meses— la presidencia rotatoria de la UE, para lo cual Bettel debe estar a punto.
Los protagonistas
Los orígenes de Xavier Bettel son variados. Ninguno de sus cuatro abuelos compartía nacionalidad. Así pues, la sangre que corre por las venas del que es hoy primer ministro de Luxemburgo es rusa, polaca, francesa y luxemburguesa.
Bettel creció en Bonnevoie, un barrio de unos 15.000 habitantes al sureste de la capital del Gran Ducado. Durante su adolescencia, el duro golpe de la muerte de su padre le forzó a ayudar a su madre con el negocio familiar: la producción de vino.
Bettel, sin embargo, nunca dejó de interesarse por la política y desde los 18 años formó parte de —y también presidió— las Juventudes Democráticas. Llegó a formar parte del Parlamento con tan solo 26 años y en 2013 sucedió a Jean-Claude Juncker como primer ministro del Gran Ducado.
Muy poco se conoce del que desde este viernes es el esposo de Bettel. Gauthier Destenay es un arquitecto belga que, según la prensa local, trabaja en la compañía A3. Es natural de Arlon, una provincia valona colindante con Luxemburgo. Es precisamente en esta zona donde, según las filtraciones a la prensa no confirmadas de manera oficial, se celebrará la recepción que sigue a la ceremonia.
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