Imagen: El País |
El estrés provocado por la planificación relacionada con el hogar y el enfrentamiento con la pareja son una de las principales causas de la disminución del deseo.
Silvia C. Carpallo | Buena Vida, El País, 2019-03-17
https://elpais.com/elpais/2019/03/15/buenavida/1552662118_271167.html
Hay quien cree que el feminismo es algo necesario y quien cree que es solo una moda. Pero pocas personas pueden rebatir que el reparto de las tareas del hogar, que implica tanto las responsabilidades domésticas como el cuidado de hijos, no es equitativo en la mayoría de los hogares. Aunque las cifras bailan. No siempre es fácil medir el tiempo que se dedica a hacer la comida o ir a la compra, pero lo es mucho menos el que se emplea en planificar cosas como qué es lo que se comerá en casa esa semana. Es lo que cada vez más se conoce como la carga mental.
La periodista Sara Brun, coautora del libro 'La carga mental femenina' (Planeta), explica que el concepto "hace referencia a la presión que supone ser el único responsable final de todo lo que conlleva llevar un hogar, sobre todo con niños. Es tener nuestro cerebro constantemente ocupado en que no se te olvide nada, prever, organizar y gestionar las tareas habituales de la casa y de la familia, pero también las imprevistas". Algo así como ser la 'project manager' del hogar, pero sin sueldo. Ni apenas reconocimiento.
Según la experta, está demostrado que el hecho de que la carga mental repercuta especialmente en uno de los miembros de la familia o de la pareja tiene consecuencias físicas y psíquicas. La presión puede conllevar estrés, ansiedad, pérdida de memoria y dificultad para conciliar el sueño, pero también la pérdida del apetito sexual. Es más, muchos de los casos de parejas que llegan a consulta por falta de deseo sexual, que tan voraz es al comienzo de una relación, lo que acaban abordando es la cuestión del exceso de carga mental.
El problema está en el otro lado de la cama
No todas las dificultades de alcoba tienen que ver con el terreno de lo sexual. La psicóloga Zoraida Granados recuerda que en el deseo influyen muchos más factores de los que solemos pensar, como "la educación sexual, las experiencias previas, la edad, los niveles hormonales y. por supuesto, nuestro estado de ánimo". De esta forma, teniendo en cuenta que una persona con un exceso de carga mental puede acabar con síntomas tales como "estrés, cansancio, irritabilidad, apatía o desmotivación", es lógico deducir que este problema "puede afectar tanto incrementando, inhibiendo o incluso eliminado todo deseo sexual de una parte de la pareja, de la otra o de ambos".
En esta misma línea, la coach Raquel Gargallo expone que aún existe el mito de que si tu pareja te atrae, el deseo aparecerá cuando quieras, y pocos tienen en cuenta que "la sexualidad se alimenta de todo aquello que hacemos, decimos y pensamos, y que no solo depende de nuestra actividad sexual en la cama". De hecho, en consulta, es habitual tratar la cuestión del reparto de tareas y responsabilidades de la pareja para mejorar la conexión entre ambos y, por ende, mejorar su vida sexual. Es por ello que Gargallo insiste en que "todos aquellos a los que les gustaría mejorar su vida sexual tienen que estar predispuestos a trabajar y mejorar todos los aspectos que influyen en su vida y en su mente".
La búsqueda de soluciones
Aunque el panorama no parece muy halagüeño, la realidad es que las soluciones son bastante sencillas. Se trata básicamente de una cuestión de empatía. Ponerse en la piel del otro para mejorar la situación de ambos. "Es delicado porque verse uno reflejado en el otro no es fácil, muchos se ofenden, se molestan... pero es necesario muchas veces para que sepan cómo te ve el otro cuando estás enfadado, distante, estresado...", matiza Gargallo.
Por otro lado, "también es habitual que el ego de algunas personas esté escandalosamente crecido. Su punto de vista es el que vale, su forma de hacer las cosas, su decisión... y esto es difícil de manejar cuando uno se cierra en banda y no sabe, ni quiere entender al otro". La experta insiste así en que en su consulta, cuando detecta que el problema de base es el exceso de carga mental, "a veces funciona un simple cambio de perspectiva, que te ayude a liberar presión y recargar energía en aspectos tan importantes como tu sexualidad en pareja".
De hecho, a modo de conclusión, Zoraida Granados, recuerda que, al fin y al cabo, "la intimidad sexual y emocional junto a la pareja, también ayuda como ritual de desconexión del colapso de exigencias laborales; para conectar a nivel básico, con los cinco sentidos".
La periodista Sara Brun, coautora del libro 'La carga mental femenina' (Planeta), explica que el concepto "hace referencia a la presión que supone ser el único responsable final de todo lo que conlleva llevar un hogar, sobre todo con niños. Es tener nuestro cerebro constantemente ocupado en que no se te olvide nada, prever, organizar y gestionar las tareas habituales de la casa y de la familia, pero también las imprevistas". Algo así como ser la 'project manager' del hogar, pero sin sueldo. Ni apenas reconocimiento.
Según la experta, está demostrado que el hecho de que la carga mental repercuta especialmente en uno de los miembros de la familia o de la pareja tiene consecuencias físicas y psíquicas. La presión puede conllevar estrés, ansiedad, pérdida de memoria y dificultad para conciliar el sueño, pero también la pérdida del apetito sexual. Es más, muchos de los casos de parejas que llegan a consulta por falta de deseo sexual, que tan voraz es al comienzo de una relación, lo que acaban abordando es la cuestión del exceso de carga mental.
El problema está en el otro lado de la cama
No todas las dificultades de alcoba tienen que ver con el terreno de lo sexual. La psicóloga Zoraida Granados recuerda que en el deseo influyen muchos más factores de los que solemos pensar, como "la educación sexual, las experiencias previas, la edad, los niveles hormonales y. por supuesto, nuestro estado de ánimo". De esta forma, teniendo en cuenta que una persona con un exceso de carga mental puede acabar con síntomas tales como "estrés, cansancio, irritabilidad, apatía o desmotivación", es lógico deducir que este problema "puede afectar tanto incrementando, inhibiendo o incluso eliminado todo deseo sexual de una parte de la pareja, de la otra o de ambos".
En esta misma línea, la coach Raquel Gargallo expone que aún existe el mito de que si tu pareja te atrae, el deseo aparecerá cuando quieras, y pocos tienen en cuenta que "la sexualidad se alimenta de todo aquello que hacemos, decimos y pensamos, y que no solo depende de nuestra actividad sexual en la cama". De hecho, en consulta, es habitual tratar la cuestión del reparto de tareas y responsabilidades de la pareja para mejorar la conexión entre ambos y, por ende, mejorar su vida sexual. Es por ello que Gargallo insiste en que "todos aquellos a los que les gustaría mejorar su vida sexual tienen que estar predispuestos a trabajar y mejorar todos los aspectos que influyen en su vida y en su mente".
La búsqueda de soluciones
Aunque el panorama no parece muy halagüeño, la realidad es que las soluciones son bastante sencillas. Se trata básicamente de una cuestión de empatía. Ponerse en la piel del otro para mejorar la situación de ambos. "Es delicado porque verse uno reflejado en el otro no es fácil, muchos se ofenden, se molestan... pero es necesario muchas veces para que sepan cómo te ve el otro cuando estás enfadado, distante, estresado...", matiza Gargallo.
Por otro lado, "también es habitual que el ego de algunas personas esté escandalosamente crecido. Su punto de vista es el que vale, su forma de hacer las cosas, su decisión... y esto es difícil de manejar cuando uno se cierra en banda y no sabe, ni quiere entender al otro". La experta insiste así en que en su consulta, cuando detecta que el problema de base es el exceso de carga mental, "a veces funciona un simple cambio de perspectiva, que te ayude a liberar presión y recargar energía en aspectos tan importantes como tu sexualidad en pareja".
De hecho, a modo de conclusión, Zoraida Granados, recuerda que, al fin y al cabo, "la intimidad sexual y emocional junto a la pareja, también ayuda como ritual de desconexión del colapso de exigencias laborales; para conectar a nivel básico, con los cinco sentidos".
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