Edur García: «No sabemos cómo se va a mantener Harrotu con los presupuestos de Navarra Suma».
Edur García es integrante de la Junta de Kattalingorri, espacio de referencia que agrupa a colectivos LGTBIQ+ de Nafarroa y gestiona tanto el Centro Harrotu del Ayuntamiento de Iruñea como el Servicio Kattalingune del Gobierno navarro.
Ibai Azparren | Naiz, 2021-01-18
https://www.naiz.eus/es/info/noticia/20210118/no-sabemos-como-se-va-a-mantener-harrotu-con-los-presupuestos-de-navarra-suma
Tras no prosperar una iniciativa de EH Bildu y Geroa Bai para habilitar una partida de 120.000 euros a la gestión Harrotu para 2021, el futuro del servicio de información y atención a la diversidad sexual y de género del Ayuntamiento de Iruñea es cuando menos incierto. Edur García explica a Naiz que la preocupación despertó ya en diciembre de 2019, cuando el nuevo gobierno de Navarra Suma informó de un nuevo pliego en el que se eliminaría los servicios de asesoría sexológica y jurídica de Harrotu por una presunta duplicidad. Con recortes y la mitad de presupuesto, se pregunta cómo van a mantener un servicio de mínimos tan importante para muchas personas de Iruñea.
Empecemos por el principio. El 27 de junio de 2017, de la mano del cuatripartito, se inauguraba oficialmente Harrotu. ¿Cuál ha sido su papel hasta ahora?
Harrotu ha sido el primer centro LGTBIQ+ municipal a nivel del Estado español y ha sido precursor de un modelo de atención integral que, además de poner a la persona en el centro, también ha tenido un contacto directo con los colectivos para dar cobertura a las necesidades de toda la población, sobre todo a la LGTBIQ+, de una manera transversal e integral y para poder trabajar así también el empoderamiento. Ha sido un punto de encuentro para las personas que no tenían donde reconocerse ellas mismas, ya sean en sus casas o en sus entornos más cercanos, y ha hecho un poco de salvavidas. Muchas personas carecían de ese espacio donde poder desarrollar un aprendizaje y un crecimiento personal y aquí lo han podido encontrar.
También se han desarrollado muchas acciones para conocer la realidad y la diversidad sexual y de género que existe hoy día en Iruñea y Nafarroa y para poder sensibilizar a la ciudadanía de estas realidades. Pero Harrotu también es, sobre todo, un servicio de mínimos, que hoy en día es lo que tenemos que mantener y es una primer paso de una estructura que está todavía por crear.
En junio de 2019 llegó el nuevo gobierno municipal y en diciembre reciben el primer aviso de que las cosas iban a cambiar.
Después de tres años, el nuevo gobierno municipal de Navarra Suma nos informa de la supuesta duplicidad de las asesorías jurídicas y sexológicas que se ofrecen tanto desde Iruñea como desde Kattalingune, que es a nivel de Nafarroa. Se nos dice que dichos servicios tienen que darse desde el Gobierno de Nafarroa apelando a un informe que determina que estos no pueden duplicarse. Pero aún no hemos visto ese informe y todavía no se ha corroborado que sea así.
¿El servicio que presta Kattalingune es suficiente para dar cobertura a todo el herrialde?
La ley 8/2017 establece que el Gobierno de Nafarroa es quien debe tener esas competencias, pero tampoco dice que el resto de las administraciones públicas municipales puedan llevar a cabo sus líneas de trabajo. Hoy en día Harrotu hace gran parte del trabajo de Kattalingorri, y que Kattalingune asuma directamente todas las responsabilidades que tiene Harrotu con el mismo personal técnico y los mismos recursos es inviable.
Con todo, el Ayuntamiento informa que sacará un nuevo pliego sin esas asesorías en 2021. ¿Qué supone esto para Harrotu, para Iruñea y para Nafarroa? ¿Hay fecha para el pliego?
Sería una gran perdida. La realidad es que, hoy en día, Harrotu es el único servicio que hay a nivel municipal. Derivar todo ese trabajo a Kattalingune sería una pérdida para Iruñea, para Nafarroa. Respecto al pliego, sí que se nos ha dicho que está todavía por salir, que se han cerrado muchas cosas, pero no nos han dado una fecha exacta. Dijeron que al principios del trimestre pensaban tener todo cerrado, pero luego se firmó una prórroga.
¿Para este pliego que marcará el funcionamiento, los recursos y el enfoque de intervención del servicio, el Consistorio ha contado con Kattalingorri y los colectivos?
En un principio, desde el Ayuntamiento se nos comunicó que, aunque no tenían la obligación de realizar un proceso participativo, sí que tenían la intención de juntarse con los colectivos para que las técnicas tuvieran la mayor información posible a la hora de desarrollar este pliego. La realidad es que luego no se hizo. No consideramos que mandar un correo por parte del equipo de gobierno para preguntar sobre los horarios del nuevo servicio sea un proceso participativo.
De todos modos, nosotras nos juntamos con los colectivos e hicimos ese trabajo. Vimos la necesidad de desarrollar unas líneas de trabajo que hasta ahora Harrotu no había podido llevar a cabo por falta de recursos y tiempo principalmente y la idea era, ya que nos habían achacado esa supuesta duplicidad, reforzar esas líneas de trabajo para causar el menor impacto posible en la atención integral de las personas y seguir manteniendo el servicio de mínimos.
Finalmente pudimos registrar la propuesta que se basa en cuatro pilares: el servicio de información, el de empoderamiento, el de encuentro y el Observatorio contra la lgtbifobia. Se presentó pero no consideramos que haya sido un proceso participativo como nos hubiera gustado, es decir, con el ayuntamiento. No se han sentado con nosotras, no han trabajado con nosotras, no han escuchado nuestras necesidades y demandas.
La otra pata es la dotación presupuestaria, eje sobre el que giró la Comisión de Asuntos Ciudadanos celebrada el martes y en la que se rechazó destinar una partida de 120.000 euros que garantice la continuidad del proyecto, y la cuantía será finalmente de 60.000. ¿Es suficiente para mantener la calidad del servicio?
Si vemos los presupuestos para la gestión de Harrotu de años anteriores, la cuantía asciende a 111.713 euros. Esto para mantener el servicio de mínimos. En la actualidad, según el nuevo convenio de intervención social aprobado por el Gobierno de Nafarroa, la cuantía tendría que ser de 116.636, por lo que 60.000 queda muy a la baja.
Lo que tenemos que tener claro es que no es lo mismo la cantidad económica destinada a la gestión (en la que se incluyen gastos de personal y otros gastos indirectos) que los gastos destinados a programación, comunicación... Lo que se nos dijo es que hay, por ejemplo, 8.000 euros destinados a cartelería, 20.000 para actividades... la suma daba, pero la gestión directa ha bajado a 60.000.
Por tanto, ¿qué va a pasar con Harrotu a partir de junio?
No sabemos cómo se va a mantener Harrotu en los mínimos que se merece. No podemos olvidar que no existe una estructura LGTBIQ+ como tal en el Ayuntamiento, porque la suspensión de la OPE de igualdad impidió la consolidación de dos personas más en el área. Tampoco el personal dentro del Ayuntamiento es suficiente. Aseguran que están de acuerdo con las líneas que planteamos para trabajar, pero luego en los presupuestos bajan a la mitad. ¿Cómo vamos a desarrollar esas líneas de trabajo? ¿Cómo vamos a mantener los mínimos? En la comisión se nos dijo que el presupuesto dotado a lo LGTBIQ+ no iba a mermar, que no se iba a recortar un solo céntimo. No dudamos de que no sean necesarias otras líneas de trabajo, pero sí quieres introducir otras líneas con la misma cantidad de dinero, no vamos a poder desarrollar lo que ya está hecho.
¿Han mantenido conversaciones con Enrique Maya o María García Barberena?
Desde el principio, tanto Katalingorri como los colectivos hemos mostrado nuestra disposición de dialogar con los diferentes grupos políticos y de hecho lo hemos hecho, incluido con el equipo de gobierno. Siempre han demostrado sus buenas intenciones en palabras, pero no se han demostrado en hechos.
¿Y con Maite Esporrín?
El día anterior a la comisión, nos reunimos con el PSN y les expusimos nuestra propuesta y nuestra preocupación sobre la continuidad de Harrotu como un servicio de mínimos. Su argumento era que, además de su enmienda de 100.000 euros, de la cual no se sabe qué cantidad irá destinada a la defensa de los derechos LGTBIQ+, el dinero de las cuentas es mayor que al del año pasado. No lo ponemos en duda. Lo que sí cuestionamos es la cantidad destinada directamente a la gestión del servicio, pues es la mitad que la del año anterior. Son tiempos difíciles y solo pedimos que se mantenga lo construido.
Empecemos por el principio. El 27 de junio de 2017, de la mano del cuatripartito, se inauguraba oficialmente Harrotu. ¿Cuál ha sido su papel hasta ahora?
Harrotu ha sido el primer centro LGTBIQ+ municipal a nivel del Estado español y ha sido precursor de un modelo de atención integral que, además de poner a la persona en el centro, también ha tenido un contacto directo con los colectivos para dar cobertura a las necesidades de toda la población, sobre todo a la LGTBIQ+, de una manera transversal e integral y para poder trabajar así también el empoderamiento. Ha sido un punto de encuentro para las personas que no tenían donde reconocerse ellas mismas, ya sean en sus casas o en sus entornos más cercanos, y ha hecho un poco de salvavidas. Muchas personas carecían de ese espacio donde poder desarrollar un aprendizaje y un crecimiento personal y aquí lo han podido encontrar.
También se han desarrollado muchas acciones para conocer la realidad y la diversidad sexual y de género que existe hoy día en Iruñea y Nafarroa y para poder sensibilizar a la ciudadanía de estas realidades. Pero Harrotu también es, sobre todo, un servicio de mínimos, que hoy en día es lo que tenemos que mantener y es una primer paso de una estructura que está todavía por crear.
En junio de 2019 llegó el nuevo gobierno municipal y en diciembre reciben el primer aviso de que las cosas iban a cambiar.
Después de tres años, el nuevo gobierno municipal de Navarra Suma nos informa de la supuesta duplicidad de las asesorías jurídicas y sexológicas que se ofrecen tanto desde Iruñea como desde Kattalingune, que es a nivel de Nafarroa. Se nos dice que dichos servicios tienen que darse desde el Gobierno de Nafarroa apelando a un informe que determina que estos no pueden duplicarse. Pero aún no hemos visto ese informe y todavía no se ha corroborado que sea así.
¿El servicio que presta Kattalingune es suficiente para dar cobertura a todo el herrialde?
La ley 8/2017 establece que el Gobierno de Nafarroa es quien debe tener esas competencias, pero tampoco dice que el resto de las administraciones públicas municipales puedan llevar a cabo sus líneas de trabajo. Hoy en día Harrotu hace gran parte del trabajo de Kattalingorri, y que Kattalingune asuma directamente todas las responsabilidades que tiene Harrotu con el mismo personal técnico y los mismos recursos es inviable.
Con todo, el Ayuntamiento informa que sacará un nuevo pliego sin esas asesorías en 2021. ¿Qué supone esto para Harrotu, para Iruñea y para Nafarroa? ¿Hay fecha para el pliego?
Sería una gran perdida. La realidad es que, hoy en día, Harrotu es el único servicio que hay a nivel municipal. Derivar todo ese trabajo a Kattalingune sería una pérdida para Iruñea, para Nafarroa. Respecto al pliego, sí que se nos ha dicho que está todavía por salir, que se han cerrado muchas cosas, pero no nos han dado una fecha exacta. Dijeron que al principios del trimestre pensaban tener todo cerrado, pero luego se firmó una prórroga.
¿Para este pliego que marcará el funcionamiento, los recursos y el enfoque de intervención del servicio, el Consistorio ha contado con Kattalingorri y los colectivos?
En un principio, desde el Ayuntamiento se nos comunicó que, aunque no tenían la obligación de realizar un proceso participativo, sí que tenían la intención de juntarse con los colectivos para que las técnicas tuvieran la mayor información posible a la hora de desarrollar este pliego. La realidad es que luego no se hizo. No consideramos que mandar un correo por parte del equipo de gobierno para preguntar sobre los horarios del nuevo servicio sea un proceso participativo.
De todos modos, nosotras nos juntamos con los colectivos e hicimos ese trabajo. Vimos la necesidad de desarrollar unas líneas de trabajo que hasta ahora Harrotu no había podido llevar a cabo por falta de recursos y tiempo principalmente y la idea era, ya que nos habían achacado esa supuesta duplicidad, reforzar esas líneas de trabajo para causar el menor impacto posible en la atención integral de las personas y seguir manteniendo el servicio de mínimos.
Finalmente pudimos registrar la propuesta que se basa en cuatro pilares: el servicio de información, el de empoderamiento, el de encuentro y el Observatorio contra la lgtbifobia. Se presentó pero no consideramos que haya sido un proceso participativo como nos hubiera gustado, es decir, con el ayuntamiento. No se han sentado con nosotras, no han trabajado con nosotras, no han escuchado nuestras necesidades y demandas.
La otra pata es la dotación presupuestaria, eje sobre el que giró la Comisión de Asuntos Ciudadanos celebrada el martes y en la que se rechazó destinar una partida de 120.000 euros que garantice la continuidad del proyecto, y la cuantía será finalmente de 60.000. ¿Es suficiente para mantener la calidad del servicio?
Si vemos los presupuestos para la gestión de Harrotu de años anteriores, la cuantía asciende a 111.713 euros. Esto para mantener el servicio de mínimos. En la actualidad, según el nuevo convenio de intervención social aprobado por el Gobierno de Nafarroa, la cuantía tendría que ser de 116.636, por lo que 60.000 queda muy a la baja.
Lo que tenemos que tener claro es que no es lo mismo la cantidad económica destinada a la gestión (en la que se incluyen gastos de personal y otros gastos indirectos) que los gastos destinados a programación, comunicación... Lo que se nos dijo es que hay, por ejemplo, 8.000 euros destinados a cartelería, 20.000 para actividades... la suma daba, pero la gestión directa ha bajado a 60.000.
Por tanto, ¿qué va a pasar con Harrotu a partir de junio?
No sabemos cómo se va a mantener Harrotu en los mínimos que se merece. No podemos olvidar que no existe una estructura LGTBIQ+ como tal en el Ayuntamiento, porque la suspensión de la OPE de igualdad impidió la consolidación de dos personas más en el área. Tampoco el personal dentro del Ayuntamiento es suficiente. Aseguran que están de acuerdo con las líneas que planteamos para trabajar, pero luego en los presupuestos bajan a la mitad. ¿Cómo vamos a desarrollar esas líneas de trabajo? ¿Cómo vamos a mantener los mínimos? En la comisión se nos dijo que el presupuesto dotado a lo LGTBIQ+ no iba a mermar, que no se iba a recortar un solo céntimo. No dudamos de que no sean necesarias otras líneas de trabajo, pero sí quieres introducir otras líneas con la misma cantidad de dinero, no vamos a poder desarrollar lo que ya está hecho.
¿Han mantenido conversaciones con Enrique Maya o María García Barberena?
Desde el principio, tanto Katalingorri como los colectivos hemos mostrado nuestra disposición de dialogar con los diferentes grupos políticos y de hecho lo hemos hecho, incluido con el equipo de gobierno. Siempre han demostrado sus buenas intenciones en palabras, pero no se han demostrado en hechos.
¿Y con Maite Esporrín?
El día anterior a la comisión, nos reunimos con el PSN y les expusimos nuestra propuesta y nuestra preocupación sobre la continuidad de Harrotu como un servicio de mínimos. Su argumento era que, además de su enmienda de 100.000 euros, de la cual no se sabe qué cantidad irá destinada a la defensa de los derechos LGTBIQ+, el dinero de las cuentas es mayor que al del año pasado. No lo ponemos en duda. Lo que sí cuestionamos es la cantidad destinada directamente a la gestión del servicio, pues es la mitad que la del año anterior. Son tiempos difíciles y solo pedimos que se mantenga lo construido.
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